Fernández, Víctor Ramiro y Matthias Ebenau. Variedades de capitalismo entre centro y periferia. Miradas críticas desde América Latina. Buenos Aires: Muiño y Dávila Editores, 2018.

 

 

Este interesante texto ha sido elaborado por diez especialistas, de distintas nacionalidades y profesiones, y cuenta con una Introducción, siete capítulos y 233 páginas. En la Introducción, los editores Víctor Ramiro Fernández y Matthias Ebenau hacen una muy buena síntesis de los contenidos del libro donde se parte de un análisis crítico de la literatura, en particular la de Variedades de Capitalismo (vc), que comienza a principios del 2001 con Peter Hall y David Soskice (2001). Como se plantea en la Introducción, esta literatura “desbarató la idea de “un capitalismo” finalmente triunfante y sin rivales, en base de esa no bien fundada, pero, no obstante, provocativa idea del “fin de la historia”. Luego, se hace un recorrido pormenorizado de la bibliografía, en especial sobre la compatibilidad de la coordinación institucional, las trayectorias divergentes en diferentes tipos de capitalismo, así como del proceso de adaptación, flexibilización y ampliación de las tipologías de vc, a medida de la incorporación de nuevos escenarios de análisis.

Luego de analizar las grietas y problemas de los enfoques anteriores, se considera que la incorporación de una perspectiva multiescalar y, a su vez, dinámica para comprender las variedades, trascendiendo el nacionalismo metodológico (Peck y Theodore, 2007; Brenner, Peck y Theodore, 2010), permite observar cómo las mismas experimentan variaciones en el tiempo y, en ellas, la forma cómo operan las estructuras de poder que constituyen esas variedades y persisten a esas variaciones. En esas estructuras se configuran formas centro-periferia, desconocidas por el abordaje dominante de vc, aún en su innegable extensión geográfica hacia el Sur Global, pero largamente reconocidas en los enfoques tanto del estructuralismo latinoamericano y del dependentismo como de la Teoría Sistema Mundo (tsm). Lo cierto es que dichas formas resultan analíticamente pretéritas a las especificidades nacionales que la corriente principal y las “producciones asociadas” identifican al interior de los espacios nacionales, y proponen una mirada más abarcativa/holística, que desafía el nacionalismo metodológico y, a su vez, la circunscripción a las formas de coordinación institucional.

La recuperación de una perspectiva holística y dinámica del capitalismo, tomada en su conformación contradictoria, permite reconocer cómo los cambios en sus formas de acumulación y regulación operan cíclicamente en los centros, a partir de sus relaciones de poder y, en el plano interestatal, del despliegue hegemónico de alguna de sus agencias estatales, más allá de las especificidades nacionales que existen en su interior, actuando modificatoriamente en las relaciones que los vinculan a la periferia. Las variaciones que ello genera sobre la periferia en particular, sin embargo, encuentra variedades al interior de ésta última, producto de las particulares conformaciones de sus trayectorias nacionales y macroregionales.

Bajo ese cambio en la perspectiva analítica y a partir de esto último indicado, emerge la segunda grieta en la perspectiva analítica del mainstream, ligada a la determinación de los factores que forman esas especificidades de las trayectorias nacionales en -el interior de- la periferia y su vínculo con las dinámicas variaciones que despliega el capitalismo en/desde los centros.

Luego en la Introducción se señalan las carencias instrumentales que tiene la perspectiva globalmente difundida para comprender los procesos históricos internos y sus particularidades, así sobre cómo el Estado se configura en estos escenarios. También plantea tres preguntas sobre las grietas no resueltas y pasa a sintetizar lo que se desarrolla en los distintos capítulos.

En cuanto al capítulo primero, escrito por Bob Jesop, denominado “Capitalismo: ¿diversidad, variedad o abigarramiento?”, es el que aborda en mayor profundidad los aspectos teóricos. Entre las novedades de enfoque está la de capitalismo “abigarrado”, que fuera mencionada por Peck y Theodore (2007) pero que se le agregan -como se expresa en la Introducción- el tomar distancia de la tsm, introduciendo “una mirada que atiende la existencia de ese mercado global a partir de una tensión de variedades capitalistas que disputan sus formas de existencia entre sí, en el que operan relaciones de poder”. Se plantea que hay “regímenes de acumulación y formas regulativas operando a diferentes escalas, dentro de un mercado mundial que potencia sus procesos contradictorios bajo una dinámica multiescalar donde se impone la lógica de la acumulación de capital a escala global”.

Para Jesop, su enfoque asume “un emergente y único capitalismo “abigarrado”, pero organizado de manera fractal, que se constituye a la sombra de una variedad de capitalismo”. Luego sigue diciendo: “este abigarramiento es el producto de un acoplamiento estructural y una co-evolución entre tipos o variedades de capitalismo. Estos procesos establecen límites a las variedades que son compossible (capaz de existir simultáneamente) dentro de una envoltura espacio-temporal dada, ya sea local, regional, nacional, supranacional, internacional o global”. Para entenderlo plantea tres conceptos claves:

-       la existencia de arreglos institucionales espacio-temporales,

-       la “compossibility” que “significa que no todo lo que es posible es compossible y, como tal, sugiere límites importantes para la combinación de variedades de capitalismo y/o para la diversidad del capitalismo a escala mundial”.

-       También implica un “dominio ecológico”. “Este último término refiere al peso relativo de varios regímenes en el mercado mundial considerado como un sistema ecológico auto-organizado que comprende diferentes variedades de capitalismo y/o el impacto relativo de diferentes circuitos de capital, en la dinámica general de la acumulación del capital”. Agrega otras consideraciones vinculadas al poder de los diferentes Estados y sus manifestaciones.

Del resto de los capítulos sólo mencionaremos los temas, autores y algunas de las principales conclusiones (con algún comentario), con el agregado de que en el capítulo 3 se incorpora como herramienta analítica los conceptos de Núcleos de Acumulación (na) e Implicación Estatal (nie).

El segundo capítulo, “Variedades de Capitalismo en América Latina: en torno a un debate”, fue escrito por Matthias Ebenau y Lucía Suau Arinci. Por su parte el capítulo tres, “Repensando las Variedades de Capitalismo desde la Periferia Latinoamericana”, estuvo a cargo de Víctor Ramiro Fernández, Matthias Ebenau y Alcides Bazza. Los autores señalan la importancia de replantear los términos del debate sobre esta temática tomando críticas de los enfoques de vc convencionales como inspiración para desarrollar una perspectiva innovadora capaz de aportar a una comprensión más completa de la diversidad, pero también de los puntos que son comunes a los diferentes tipos de capitalismo “abigarrado” en América Latina. También tomando los aportes de los ejes brasileño y mexicano, como contribuciones valiosas a esa nueva perspectiva innovadora, pero simultáneamente incluyendo perspectivas valiosas que hasta ahora han estado menos presentes en el debate. Podríamos agregar que el capitalismo en América Latina, así como en muchos países del mundo, no ha logrado combinar equidad (sustentabilidad social) con crecimiento económico (sostenibilidad económica con una macroeconomía ordenada y una inserción internacional viable) -un caso paradigmático es Chile, y otro Argentina donde no se dan ambas dimensiones (en especial crecimiento sostenido, con modalidades pendulares y cíclicamente descendente)- y sustentabilidad medioambiental, requiriendo de urgentes y eficaces políticas. Todas dimensiones que necesitan de nuevos acuerdos socioeconómicos y políticos difíciles de lograr por los intereses en juego y una visión muy centrada en el corto plazo.

En cuanto al cuarto capítulo, “América Latina y el Este asiático: acerca de variedades y variaciones de capitalismo”, sus responsables fueron Víctor Ramiro Fernández, Cristhian Seiler y Alcides Bazza. Los autores concluyen que las relaciones entre los núcleos y las redes económicas y políticas globales no deben considerarse de forma unidireccional ni estáticamente.

El quinto capítulo se denomina “Variedades de Capitalismo en América Latina: El caso argentino” y fue escrito por Alcides Bazza, Carolina Lauxmann y Víctor Ramiro Fernández. Se hace un pormenorizado análisis, desagregado en cuatro secciones, donde se destacan, entre otros elementos, la restricción externa, la puja distributiva entre capital y trabajo así como las propiedades de la implicación estatal a nivel nacional.

El sexto capítulo se refiere a “Variaciones del Capitalismo Dependiente y Subdesarrollado Brasileño” y sus responsables fueron Carlos Antônio Brandao y Marcos Barcellos de Souza. En el capítulo se analizaron las diversas coyunturas y patrones estructurales, y en particular los procesos recientes de neoliberalización. En las consideraciones finales se plantea que el enfoque de vc no enfrenta en sus análisis las contradicciones y complejidades, los conflictos, las disputas de poder, las relaciones centro-periferia, el papel central del estado, la competencia interestatal, la flexibilización molecular de la acumulación en red y la naturaleza específica del desarrollo.

El capítulo séptimo y último está dedicado al “Nuevo ciclo industrial y el neoliberalismo como variedad actual del capitalismo en México” y fue escrito por Sergio Ordóñez. En cuanto al caso mexicano se señala que aquel es paradójico debido a que, no obstante ser el único país grande de la macro-región que se ha integrado plenamente en la división global del trabajo del se-it (sector electrónico-informático y de las telecomunicaciones), no ha logrado endogeneizar su dinamismo por la modalidad de desarrollo que este sector asume, la cual se encuentra indisolublemente ligada a la variedad neoliberal del país en el pasaje al capitalismo del conocimiento como nueva fase de desarrollo. Finalmente se hace una reflexión respecto a que una perspectiva posneoliberal supondría la necesidad de endogeneizar el dinamismo del se-it, como eje de un nuevo núcleo de acumulación endógeno y competitivo y con capacidad de articular dinámicamente a las actividades del antiguo núcleo dinámico; para este fin el autor pauta las diferentes condiciones necesarias.

Para quienes estén interesados en una visión actualizada y contextualizada a esta temática, y a América Latina en particular, se recomienda especialmente la lectura de este libro.

En cuanto al enfoque nos permitimos hacer algunas reflexiones y preguntas, a modo de crítica constructiva. Entre ellas se destacan las siguientes:

1.                  ¿Los “móviles” para analizar un sistema son importantes? Aunque puedan ser medidos empíricamente, ¿un análisis de los modos, morfologías y procesos histórico-estructurales los deben excluir? ¿lo “holístico” no debería incluirlos?; las encuestas realizadas a emprendedores sobre sus móviles ¿qué resultados expresan respecto de si lo predominante es la maximización del excedente económico -como se presume que es en un sistema capitalista- o no?[1] Los aportes experimentales y teóricos de la economía del comportamiento, respecto de la complejidad del comportamiento humano (por lo tanto de los móviles, alcances e implicancias concretas de las emociones y la racionalidad), ¿son para tener en cuenta en un análisis sistémico? Si esta es una de las características centrales del sistema capitalista, habría que responder estas preguntas, salvo que se considere que lo “único objetivo” es lo modal y estructural analizado desde una perspectiva histórica y con las complejidades como las que se abordan en este texto.

2.                  La propiedad, o cómo se institucionaliza el capital: si bien se la aborda y se analizan las distintas manifestaciones e implicancias del rol del estado (“implicación estatal” en general, y muy especialmente en el capítulo 4), no se caracteriza más específicamente la extensión y dimensiones que tiene tanto la propiedad estatal o la propiedad mixta, así como tampoco la propiedad social, y sus implicancias sistémicas: por ejemplo, entre ellas la no maximización del retorno del capital -en general o en un corto plazo-, la subordinación del capital y su retorno a una perspectiva de poder nacional de largo plazo, y al abordaje de cuestiones como el rol de los liderazgos y enfoques organizacionales en la sustentabilidad socio-ambiental de los emprendimientos. Sobre las organizaciones económicas vinculadas a la propiedad social y democrática hay que tener en cuenta que, según la Alianza Cooperativa Internacional (aci), hay unas mil millones de personas que forman parte de esta economía, y sin embargo no se hace ninguna mención al respecto. Tampoco se hace mención a las experiencias de empresas sociales, de triple impacto, del bien común, de economía de comunión, de economía circular…. ¿Son sólo variaciones de capitalismo que se expresan entre las distintas variedades? ¿Será porque sólo cuenta “lo hegemónico” (la gran propiedad privada, el capitalismo concentrado y en particular vinculado a lo financiero), o en términos de Jesop “se impone la lógica de la acumulación de capital a escala global” y “un único capitalismo abigarrado” y por lo tanto esto no entra en el análisis o no es “significativo” y debe ser “descartado” por irrelevante, según el marco teórico adoptado?

3.                  Los dos puntos anteriores conllevan que, dentro un sistema, puede haber economía mixta o economía plural pero no surge de los textos que se tengan en cuenta como algo “diferente” al capitalismo.[2]

4.                  Tampoco se aborda la vinculación con la carrera armamentística y de la primacía en el espacio exterior (se lo puede inferir en base a lo planteado sobre los conflictos de poder entre naciones), entre sistema capitalista y cambio climático, así como “el capitalismo de plataformas” (Srnicek, 2018) y el impacto sobre el rol creciente del cambio científico-tecnológico, en especial la inteligencia artificial (y una de sus derivaciones, “la ciberguerra” y el posible predominio futuro de la ia sobre los seres humanos).

5.                  Al comienzo del libro (ver, por ejemplo, p. 14) se plantea muy correctamente como un tema central la cuestión del poder y su conflictividad en el sistema capitalista. Sin embargo más allá de su morfología y distintas formas de su expresión socio-económica y de “capitalismo político”: ¿cuáles serían sus raíces profundas o su “esencia”? Son preguntas difíciles de responder si no se las aborda desde la interdisciplinariedad, por ejemplo, con la filosofía y el psicoanálisis.[3] Seguramente no era el propósito y el enfoque de este libro, pero -a modo de sugerencia- no sería desacertado intentarlo en un futuro.

Más allá de estas cuestiones, como se ha expresado más arriba, este texto es muy valioso, se felicita a sus autores/as y se recomienda su lectura. También hacemos votos para que, en una próxima edición, puedan incorporar el caso de China.

 

Ricardo E. Gerardi

Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires

ricardogerardi@yahoo.com.ar

 

 

Bibliografía citada

 

Adler, Alfred. “Der Aggressionstrieb im Leben und der Neurose.” Fortschr Med, no. 26, 1908, pp. 577-584.

Aznar, Guy, Alain Caillé, Jean-Louis Laville, Jacques Robin y Roger Sue. Hacia una economía plural. Un trabajo, una actividad, una renta para todos. Madrid: Miraguano-Promocions, 1999.

Brenner, Neil, Jamie Peck, y Nik Theodore. “Variegated, neoliberalization: geographies, modalities, pathways.” Global Networks, no. 10, 2010, pp. 1-41. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1471-0374.2009.00277.x

Crosland, Anthony. The Future of socialism. Westport, Connecticut: Greenwood Press, 1977.

Fauquet, Georges. El sector cooperativo. Buenos Aires: Intercoop, 1962.

Freud, Sigmund. Más allá del principio del placer. Buenos Aires: Amorrortu editores, Tomo xviii de Obras Completas, 1920.

Hall, Peter A. y David Soskice. Varieties of Capitalism: The Institutional Foundations of Comparative Advantage. Oxford: Oxford University Press, 2001.

Kantis, Hugo, Masahiko Ishida, y Masahiko Komori. Empresarialidad en Economías Emergentes: Creación y Desarrollo de Nuevas Empresas en América Latina y el Este de Asia. Banco Interamericano de Desarrollo, marzo de 2002. Disponible en: https://publications.iadb.org/es/publicacion/15093/empresarialidad-en-economias-emergentes-creacion-y-desarrollo-de-nuevas-empresas

Lagache, Daniel. “Situation de l´agressivité.”, Bull. Psychol, 1960, xiv, no. 1, pp. 99-112.

Laplanche, Jean y Jean-Bertrand Pontalis (bajo la dirección de Daniel Lagache). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 2004.

Passet, René, “Les voies d’une économie plurielle.” Transversales Sciences Culture, Numéro spécial, L’Alternative, 32, mars-avril, 1995.

Peck, Jamie y Nik Theodore. “Variegated capitalism.” Progress in Human Geography, 31(8), 2007, pp. 731-72. Disponible en: http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.547.5154&rep=rep1&type=pdf

Srnicek, Nick. Capitalismo de Plataformas. Buenos Aires: Caja Negra, 2018.

Tawney, Richard Henry. Equality. London: Allen and Unwin, 1964.

 



[1] Según Kantis, Ishida y Komori (2002), la respuesta a la última pregunta es no.

[2] Respecto al concepto de economía mixta hay coincidencia que proviene de Gran Bretaña, y fundamentalmente de Tawney (1964) y luego retomada por Crosland (1977), y otros. En cuanto al concepto de economía “plural” proviene, en general, de la literatura francesa de Georges Fauquet, donde este socialista y cooperativista francés de comienzos del siglo XX busca diferenciar el “sector cooperativo” del resto de los sectores, modos u organizaciones económicas que forman parte del sistema económico. Esto es posteriormente retomado por otros pensadores franceses como René Passet (1995). El concepto ha sido luego tomado en otros textos como Aznar, Caillé, Laville, Robin y Sue (1999) y adaptado a países como Bolivia.

[3] Véase por ejemplo los conceptos vinculados a las pulsiones y si el poder es una forma de canalizar la energía con agresividad. Dicho término tiene dos versiones en idioma inglés: a) “aggressivity” y b) “aggressiveness”. Según el Diccionario de Psicoanálisis de Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis (2004), el concepto de “agresividad” (pp. 12-17) presenta distintos enfoques. Por un lado tenemos el vinculado con las pulsiones desarrollado por Freud (1920) (antes por Adler en 1908) donde el término pulsión agresiva lo reserva para designar la parte de la pulsión de muerte dirigida hacia el exterior con la ayuda especial de la musculatura. Se observará que esta pulsión agresiva, y quizás también la tendencia a la autodestrucción, solamente puede ser captado, según Freud, en su unión con la sexualidad. Esta forma de entender la agresividad se relaciona con la palabra inglesa “aggressivity”, por tanto está relacionada con el “dominio” (y formas de destrucción hacia fuera y hacia dentro). En cambio la palabra “aggressiveness” es raramente maliciosa o destructiva y es entendida como una acción asertiva o de manejo. Podríamos decir que es una forma de energía vinculada con la actividad (este concepto más amplio de “actividad” es planteado por Lagache (1960)). Por lo tanto una clave será, si tomamos esta última definición más amplia, en qué orientamos esta energía, esta actividad en el marco de una libertad positiva de servicio y de vínculo constructivo con otras personas y el medio ambiente. Esto, ¿nos podría conducir a un postcapitalismo, con una nueva institucionalidad o gobernanza internacional, que trascienda las limitaciones del capitalismo y las confrontaciones de poder como las de Estados Unidos y China?