Revista del Centro de Estudios de Sociología del Trabajo

ISSN 1852-4648 (Impreso) ISSN 1852-494X (En Línea)

Núm. 14 – año 2022

La implementación local de cooperativas de plataforma. Desafíos y contribuciones para la escalabilidad desde la experiencia argentina[1]

Denise Kasparian[2]

Resumen

CoopCycle es una cooperativa de plataforma creada en Francia. Se trata tanto de una infraestructura digital de ciclo-logística como de una federación de cooperativas de reparto en bicicleta. Este artículo analiza las condiciones de factibilidad para la implementación de CoopCycle en Argentina, así como las contribuciones de este proceso de localización a la plataforma en su conjunto. El diseño de la investigación se basa en un estudio de caso cualitativo y las principales técnicas fueron la observación participante, la entrevista semi-estructurada y el análisis documental. La investigación permitió identificar una serie de dimensiones que contribuyen a la factibilidad de CoopCycle en Argentina. Esta implementación local permite hipotetizar que la estrategia de crecimiento federada de CoopCycle delinea una plataforma transnacional, diversa, intercooperativa y solidaria

Palabras clave: Plataformas digitales, cooperativas, escala, cambio social.

 

The Local Implementation of Platform Cooperatives. Challenges, and Contributions to Scalability from the Argentine Experience

Abstract

CoopCycle is a platform cooperative created in France. It both is a cycle-logistics digital infrastructure and a federation of bike delivery cooperatives. This article analyzes the feasibility conditions for the implementation of CoopCycle in Argentina, as well as the contributions of this localization process to the platform on a whole. The research design is based on a qualitative case study and the main techniques were participant observation, semi-structured interview, and documentary analysis. The study identified a series of dimensions that contribute to the feasibility of CoopCycle in Argentina. This local implementation allows us to hypothesize that CoopCycle's federated growth strategy outlines a transnational, diverse, intercooperative and solidaristic platform.

Keywords: Digital platforms, cooperatives, scale, social change.

 

Introducción

Una de las grandes transformaciones en las sociedades actuales es el ascenso y la ubicuidad de las plataformas. Estas son infraestructuras digitales que permiten que diferentes grupos de usuarios/as interactúen. Entre las numerosas plataformas que surgieron desde la segunda década de este siglo, las plataformas digitales de trabajo han ocupado el centro de la escena debido no sólo a las oportunidades laborales que ofrecen, sino principalmente como consecuencia de su visibilidad y sus impactos sociales negativos. Estas plataformas organizan el proceso que conecta a trabajadores/as con consumidores/as, clientes/as y empresas (Haidar, 2020; López Mourelo y Pereyra, 2020) y presentan formas laborales en las cuales estos/as últimos/as son incorporados por las empresas en calidad de microemprendedores/as, trabajadores/as por cuenta propia o freelancers.

Durante la última década estas plataformas se quintuplicaron: mientras que en el 2010 existían 142 plataformas digitales basadas en la web y en la localización (servicios de VTC y de reparto), en 2020 esta cantidad aumentó a más de 777 (OIT, 2021: 19). A pesar de este crecimiento exponencial, la mayoría de estas empresas están distribuidas en unas pocas localizaciones: los Estados Unidos de América (29 %), la India (8 %) y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (5 %). Además, solamente el 4 % de la inversión en plataformas digitales de trabajo se ubica en Latinoamérica, África y los Estados Árabes, mientras que alrededor del 70 % de los ingresos generados a escala mundial en el 2019 se concentraron en los Estados Unidos y China. Respecto a los salarios de los/as trabajadores/as, en los países llamados “en desarrollo” pueden llegar a ganar 60 % menos que sus pares en países “desarrollados” (OIT, 2021:19-20, 24).

Dado este panorama global, en la Argentina las plataformas digitales son relativamente recientes. A comienzos de 2016 solamente operaban cinco plataformas, todas ellas de origen nacional: MercadoLibre (marketplace de bienes nuevos y usados y una de las cinco empresas tecnológicas más importantes de Latinoamérica), Zolvers (servicios de limpieza y cuidados en el hogar), IguanaFix (servicios de mantenimiento y reparación para empresas), Nubelo (crowdworking) y Workana (crowdworking). El cambio de signo político en el Gobierno nacional hacia fines de 2015[3] creó las condiciones favorables para el ingreso de plataformas extranjeras, en particular debido a la desregulación de los movimientos de capitales. Entre 2016 y 2018 al menos siete nuevas plataformas y filiales de compañías extranjeras emergieron o arribaron (Madariaga, Buenadicha, Molina, y Ernst, 2019: 21-22). Según los últimos datos disponibles (2018), en el país operan 22 plataformas digitales (López Mourelo, 2020: 19).[4]

Con relación a los/as trabajadores/as, la cantidad de personas que habían generado ingresos al menos una vez en 2018 a través de plataformas digitales en la Argentina ascendía a alrededor de 160.000 (sin considerar MercadoLibre). Si bien el trabajo vinculado a las plataformas se caracteriza por la amplia heterogeneidad respecto a tareas y calificaciones, en el país se concentra en la categoría de servicios físicos de baja calificación (Madariaga et al., 2019: 65-67). Desde que llegaron a la Argentina estas plataformas han suscitado varias controversias, especialmente en el campo laboral. Al igual que en otras ciudades alrededor del mundo, mientras que los/as repartidores/as desplegaron protestas y se organizaron de forma colectiva para reclamar por sus derechos, los/as conductores/as de taxi resistieron infructuosamente el avance de Uber y Cabify.

Además de la acción colectiva de los/as trabajadores, varios activistas, académicos/as, trabajadores/as y profesionales alrededor del mundo han encontrado en el cooperativismo una alternativa viable. Hacia el año 2015 comenzó a tomar cuerpo un nuevo movimiento: el cooperativismo de plataforma. Nutrido centralmente por la academia, el cooperativismo, el sindicalismo y el activismo por el software libre, el cooperativismo de plataforma busca construir un contra-proyecto para confrontar la precariedad laboral, la desigualdad, la discriminación, el control social y la explotación de los datos que producen las plataformas digitales. Este movimiento propone clonar el corazón tecnológico de las empresas de plataforma, pero estableciendo modelos de gobernanza y de propiedad democráticos que se orienten a reducir las desigualdades y distribuir los beneficios en las comunidades locales (Scholz, 2016). Esto permitiría aprovechar las virtudes de Internet (por ejemplo, los menores costos de transacción) para potenciar a las cooperativas y colocar la reproducción de la vida en el centro del modelo.

La presente investigación se enfoca en CoopCycle. Esta cooperativa de plataforma surgida en Europa es tanto una infraestructura digital de ciclo-logística como una federación de cooperativas de reparto en bicicleta. El software (plataforma web y aplicación móvil) permite a las cooperativas de trabajo gestionar sus repartos y ofrecer el servicio a restaurantes, comercios y diferentes tipos de clientelas. El software de código abierto se encuentra protegido por una licencia Coopyleft, la cual garantiza su uso exclusivo por parte de cooperativas o colectivos de trabajadores/as. El desarrollo de un software de reparto disponible para cooperativas representa sin dudas un hito en el ecosistema del cooperativismo de plataforma: en la actualidad más de 60 cooperativas de repartidores/as, la mayoría de ellas en Europa Occidental, comparten el software e integran la federación. Sin embargo, la capacidad de esta plataforma de escalar hacia el Sur Global no es automática ni necesariamente deseable. En el caso de Latinoamérica, los procesos de implementación local de cooperativas de plataforma no han sido suficientemente documentados.[5] 

Este artículo analiza las condiciones de factibilidad para la implementación de CoopCycle en la Argentina, así como las contribuciones de este proceso de localización a la cooperativa de plataforma y la federación en su conjunto. El trabajo busca reflexionar en torno a la viabilidad de una cooperativa de plataforma que a la vez que sea transnacional y escalable, permita consolidar una alternativa diversa, intercooperativa, colaborativa y solidaria. Además, dado que CoopCycle es uno de los proyectos con mayores avances en la Argentina, este estudio también se propone reflexionar sobre las oportunidades y los desafíos del cooperativismo de plataforma en el país. El diseño de la investigación se basa en un estudio de caso cualitativo y las principales técnicas fueron la observación participante (virtual y presencial), las entrevistas semi-estructuradas y el análisis documental.

El artículo está organizado del siguiente modo. Primero, se delinea la perspectiva teórico-metodológica de la investigación. Luego, se describen las principales características de CoopCycle en tanto software y federación, así como su proceso de localización en la Argentina. A continuación, se analizan los factores positivos, desafíos y obstáculos para su localización en la Argentina, junto con las implicancias de este proceso en la escalabilidad de CoopCycle. Finalmente, el artículo concluye sintetizando y discutiendo los principales resultados de la investigación con el propósito de contribuir al fortalecimiento de CoopCycle como una cooperativa de plataforma transnacional y de empoderamiento social.

 

1.      Perspectiva teórico-metodológica

Cooperativas, escala y cambio social

A fines del siglo xx, la economía social y solidaria cobró un renovado protagonismo en diferentes partes del mundo. Consideradas alternativas al cambio social sistémico o estrategias paliativas dirigidas a poblaciones vulnerables, diversas experiencias, tales como las cooperativas, mutuales y redes de comercio justo, se han multiplicado. En su conjunto, la economía social y solidaria ha sido concebida por diferentes actores como un camino efectivo para enfrentar las múltiples problemáticas provocadas por el modo de producción capitalista.

Las cooperativas de trabajo presentan una de las formas teóricamente más rupturistas con la producción capitalista, pues tienden a eliminar la escisión entre trabajadores/as y propietarios/as de los medios de producción. A pesar de constituirse, habitualmente, como alternativas al desempleo más que al capital (Quijano, 2011), éstas son planteadas por diversos/as académicos/as abocados/as al estudio del cambio social como una de las vías para avanzar en cambios sistémicos de mayor alcance que habiliten el poder social para controlar la producción y el enraizamiento de la economía en la sociedad (Alperovitz, 2006; De Sousa Santos y Rodríguez, 2011; Kasparian, 2020; Rebón, 2007; Salgado, 2012; Williams, 2014; Wright, 2015, 2020).

Esta idea se basa en dos premisas. Primero, que las economías capitalistas son ecosistemas híbridos en donde las relaciones capitalistas son dominantes pero no exclusivas o, en otras palabras, que coexisten con diversas estructuras y prácticas económicas no capitalistas marginadas y dominadas por el capitalismo. Segundo, que expandir los espacios de empoderamiento social, nacidos de estrategias intersticiales motorizadas desde abajo por la sociedad civil, podría eventual y acumulativamente erosionar la dominación del capitalismo (Wright, 2015, 2020). Consideradas innovaciones institucionales que expanden los espacios de empoderamiento social (Wright, 2020) y ampliadoras de imaginarios económicos tendientes a la construcción de economías diversas (Gibson-Graham, 2006a), las cooperativas de trabajo visibilizan el carácter heterogéneo de las formaciones sociales y su potencial estriba en representar en el aquí y ahora lo que sería deseable en un futuro postcapitalista.

A partir de este marco teórico, principalmente proveniente del marxismo analítico, y de aportes del campo de la economía social y solidaria (Coraggio 2008; Hintze 2013; Pastore 2006; Vázquez 2014), el cooperativismo (Vuotto, 1994) y la sociología económica (Polanyi, 2007) en investigaciones colectivas previas, nos enfocamos en los factores que colaboran en el desarrollo, la expansión y la sustentabilidad –tanto en la dimensión económico-laboral como en la asociativa– de las empresas recuperadas en la Argentina (Kasparian y Rebón, 2020). En nuestra hipótesis, los principales factores que colaboran positivamente en la consolidación de estas alternativas a la producción capitalista son la magnitud y los tipos de recursos que se heredan de la empresa fallida, la hegemonía de un proyecto cooperativo que le otorga relevancia a la gestión económica, la tenencia legal de los medios de producción, la producción de bienes y servicios competitivos mercantilmente en un marco de intercambios económicos plurales, en el cual es clave el apoyo brindado por el Estado, la participación en redes político-sociales, y ciertas condiciones de contexto (por ejemplo, locación y sector económico).

Esta investigación se propone ampliar el abordaje para incluir a las cooperativas de plataforma. La combinación del emprendedurismo como soporte de una racionalidad neoliberal radicalizada (Laval y Dardot, 2013) y la emergencia del capitalismo de plataformas (Srnicek, 2018) trajo consigo nuevas injusticias y formas de precarización del trabajo. A diferencia de las infraestructuras digitales corporativas que vehiculizan formas de dominación y precarización estas cooperativas buscan ofrecer infraestructuras digitales que involucren a todas las partes interesadas, se comprometan con una gestión de datos transparente y se dirijan a resolver los problemas de las mayorías sociales.

Una cooperativa de plataforma es “una empresa que opera principalmente a través de plataformas digitales para la interacción o el intercambio de bienes o servicios y está estructurada de acuerdo con la Declaración de la Alianza Cooperativa Internacional sobre la Identidad Cooperativa” (Mayo, 2019: 26). Por ello, dado que la formación de cooperativas puede encontrarse con obstáculos legales y políticos en diversas partes del mundo (Pentzien, 2020), la característica central de estas empresas reside en su identidad, independientemente de la figura legal adoptada (Mannan y Pek, 2021). Incluso el grado en que la tecnología es incorporada puede variar; hay proyectos que funcionan por la tecnología, pero también emprendimientos habilitados digitalmente, así como algunos con baja presencia de tecnología (Cohen, 2018; Cousin, septiembre 2021). Existen cooperativas de plataforma, así como plataformas gestionadas por cooperativas, en las cuales las plataformas son complementos a las operaciones de los emprendimientos (Mannan y Pek, 2021). Al tratarse de un campo emergente, esta diversidad da cuenta de la amplitud del concepto.

El carácter emancipatorio de estas experiencias ya ha sido destacado en investigaciones con base empírica. A partir del análisis de 22 cooperativas de plataforma operativas en servicios de taxi, alojamiento, distribución de alimentos, y servicios domésticos y de cuidados a domicilio, Mayo Fuster Morell, Ricard Espelt y Melissa Renau Cano (2021) señalan que estas plataformas favorecen relaciones horizontales, mediante el desarrollo de infraestructura comunitaria respetuosa de la privacidad que facilita la participación de los/as usuarios/as en la gobernanza de los datos, y abordan algunas de las externalidades negativas causadas por las plataformas. Sumado a esto, las posibilidades de las cooperativas para promover plataformas feministas en comparación con los emprendimientos corporativos parecen ser más altas (Kasparian, Súnico, Fajn, Cófreces, Grasas, Katz, y Vannini, 2021).

Ahora bien, Fuster Morell et al. (2021) identifican varios desafíos, entre los cuales destacan la escala del impacto y la replicabilidad de los proyectos. En su estudio sobre cooperativas, Jason Spicer (2018) afirma que cierto grado de escala es necesario para que una empresa sea económicamente viable y organizacionalmente sustentable. Una de las ventajas de las plataformas digitales es su potencial para escalar, esto es, crecer gracias a la capacidad de adaptación y respuesta a la creciente cantidad, tipos y locaciones de las partes interesadas y, por lo tanto, ser funcionales en diferentes contextos. Además, dado que las plataformas corporativas dependen de efectos de red para mantener sus modelos de negocio dirigidos a conformar monopolios (Srnicek, 2018), resulta relevante reflexionar en torno a los modos en que las cooperativas de plataforma pueden crecer y ser sustentables.

La escala, la cooperación entre cooperativas y la mutualización de recursos tienen el potencial para profundizar estrategias que busquen expandir el peso de las estructuras y prácticas anti-capitalistas, transformando las relaciones de poder (Wright, 2015; 2020). Sin embargo, desde la perspectiva de ciertos sectores y actores del cooperativismo, ganar escala puede resultar irrelevante e incluso indeseable por varias razones: la escala se suele asociar con la maximización de ganancias y tendencias monopolísticas, así como con eludir los costos socioeconómicos y ambientales (esto es, externalidades) que las cooperativas prefieren eliminar para beneficiar a las comunidades locales (Spicer, 2018).

Dado que mi interés radica en analizar el arribo de CoopCycle a la Argentina, a continuación señalo dos formas de expansión geográfica encontradas en el campo del cooperativismo: abordajes federados y estrategias de multilocalización. Fuster Morell et al. (2021) diagnostican que muchas de las plataformas cooperativas que logran mayor expansión geográfica son parte de federaciones. Al poner en práctica el principio de cooperación entre cooperativas de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), esta clase de empresas generalmente escalan mediante estrategias que recurren a la conformación de federaciones, coordinaciones y redes; lo que más recientemente se ha denominado como la construcción de ecosistemas cooperativos (Spicer, 2018). Formar federaciones también se recomienda para producir efectos de red positivos (McCann y Yazici, 2018) y como una alternativa a la globalización (Schneider, 21 de mayo, 2016).

Esta perspectiva tiende a diferir de las estrategias de multilocalización internacional. Desde la década del noventa Mondragón, una de las experiencias cooperativas más emblemáticas en el mundo, ha desplegado esta estrategia, la cual beneficia el empleo y la competitividad en las cooperativas del País Vasco a la vez que incrementa el empleo no-cooperativo en el resto del mundo, particularmente en China, México, República Checa, Brasil, Polonia y la India (Barandiaran y Lezaun, 2017; Gibson-Graham; 2006b; Luzarraga y Irizar, 2012). La apropiación del excedente producido por los no-cooperativistas de las empresas locales y subsidiarias extranjeras delinea un tipo de individualismo de grupo (group individualism) que genera relaciones de explotación de clase (Gibson-Graham, 2006b) con un modelo dual o de coopitalismo (coopitalism) como telón de fondo (Barandiaran y Lezaun, 2017). Retomando a J. K. Gibson-Graham (2006b), resulta oportuno destacar que estos defectos o limitaciones, que emergieron de la evaluación de la globalización como un imperativo, son objeto de lucha más que fracasos inmanentes a la experiencia de Mondragón o a las cooperativas en general.

Atentos a esta dimensión global, imposible de eludir incluso por el cooperativismo, los estudios sobre las plataformas digitales de trabajo se han enfocado no sólo en la precarización laboral, sino también en el colonialismo digital (Guadamuz, 30 de diciembre, 2017) y la nueva división global del empleo para el trabajo digital (Anwar y Graham, 2020). Estas investigaciones demuestran que es necesario un giro digital decolonial (Casilli, 2017) para examinar las dinámicas actuales –pero ancladas en patrones de poder de larga duración­–  de exclusión social y explotación en las plataformas digitales.

A priori, CoopCycle representa una estrategia federada. Evidentemente, ello no significa que automáticamente tenga éxito en desarrollar articulaciones alternativas a la globalización y su premisa de homogeneidad. El análisis de este caso de estudio se beneficia de la perspectiva transnacional vinculada a los estudios subalternos y la teoría postcolonial. La sugerencia de Dipesh Chakrabarty (2008) de provincializar Europa señala dos ideas rectoras. Primero, dado que las ideas europeas denominadas “universales” tienen orígenes históricos y espaciales bien específicos, no pueden aspirar a una validez universal. Por lo tanto, a pesar de ser indispensables para pensar las prácticas en otras latitudes, resultan insuficientes. Segundo, que el historicismo y su noción de etapas genera la premisa de que las experiencias vitales más allá de Europa son “atrasadas” o, en el mejor de los casos, “variaciones locales” y “excepciones particulares” de una idea o práctica general originada en un centro –concebido como homogéneo­– y luego irradiado al resto del Globo.

La perspectiva transnacional propone una manera diferente de observar las interacciones en la escala global: los procesos y las transformaciones dejan de ser unidireccionales; por el contrario, son captados mediante el análisis de los intercambios, las colaboraciones y las influencias recíprocas bajo patrones de circulación más que de difusión/divulgación (Weinstein, 2013). Esto implica que las ideas y las prácticas son reformuladas de un contexto a otro, que el origen de una práctica dada es menos relevante que su contexto de circulación, implementación y apropiación. Por consiguiente, en esta investigación la implementación argentina de CoopCycle no será analizada para rastrear el modo particular en que el caso local aplica un modelo determinado, midiendo el grado de variación o adecuación.

Al analizar las condiciones y los factores positivos para la implementación de CoopCycle en Argentina, esta investigación también contribuye a examinar estrategia federada de esta cooperativa de plataforma para crecer geográficamente. En este sentido, aspiro a indagar la escalabilidad de la experiencia más allá de Europa prestando atención a los diversos contextos, las influencias recíprocas y las asimetrías globales. Consecuentemente, este trabajo busca reflexionar desde una perspectiva transnacional en torno a los modos en los cuales las cooperativas de plataforma pueden escalar para ampliar los espacios de empoderamiento social más allá del Norte Global.

 

2.      Metodología

La estrategia metodológica se basa en un estudio de caso cualitativo y singular (Stake, 2013) llevado a cabo durante el 2021. Por un lado, el estudio de caso es de carácter instrumental en tanto el análisis permite extraer conclusiones sobre fenómenos que trascienden al caso particular, tales como las cuestiones de la escala, la intercooperación y los límites y posibilidades locales del cooperativismo de plataforma. Por el otro, CoopCycle es el proceso de implementación de una cooperativa de plataforma en el campo del trabajo digital más avanzado en la Argentina. Por lo tanto, el caso posee un interés intrínseco y podría constituir un faro para futuras experiencias.

Recurriendo a la mencionada hipótesis en torno a la consolidación de empresas recuperadas (Kasparian y Rebón, 2020), se identificaron las siguientes dimensiones como elementos que contribuyen a la factibilidad –mientras que simultáneamente plantean desafíos y ciertas limitaciones– de CoopCycle en Argentina: i) el punto de partida, ii) las condiciones de contexto respecto al marco jurídico-legal cooperativo, iii) las características del cooperativismo en la Argentina, iv) las particularidades de los procesos de urbanización y la infraestructura disponible para el reparto en bicicleta, v) los recursos organizacionales del proyecto, vi) el rol del Estado, vii) la participación en redes y la construcción de un ecosistema de cooperativismo de plataforma y viii) el modelo de incubación y acompañamiento de cooperativas de reparto. Además de profundizar en la dimensión local del proceso, mi interés también residió en analizar la estrategia para escalar de CoopCycle en su conjunto y en examinar las posibilidades de una plataforma transnacional. En consecuencia, cuando resultó pertinente, el análisis de las dimensiones incluyó las relaciones construidas entre los equipos local y europeo de CoopCycle, así como las implicancias de la localización argentina en el proceso en su conjunto.  

El caso fue abordado mediante observación participante (virtual y presencial), entrevistas semi-estructuradas, análisis documental y sistematización de fuentes secundarias (páginas web, artículos y fuentes estadísticas, entre otras). La observación participante se llevó a cabo durante las reuniones de trabajo semanales con modalidad virtual del equipo a cargo de la implementación de CoopCycle en la Argentina. El equipo se encuentra conformado por 12 personas provenientes de distintas cooperativas de trabajo de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (FACTTIC). Las reuniones de trabajo también incluyeron encuentros entre dicho equipo e integrantes del consejo de CoopCycle en Europa, un equipo externo encargado de buscar financiamiento para el proyecto, instituciones del movimiento cooperativo y funcionarios/as estatales interesados/as en fomentar el cooperativismo de plataforma.

Entre la observación y la participación mi rol se ubicó más cercano a la participación (Guber, 2011). En el transcurso del trabajo de campo me involucré en diversas actividades, tales como elaborar una propuesta para obtener financiamiento público, entrevistar a un restaurante como insumo para perfilar un modelo de negocio cooperativo, evaluar colectivamente los objetivos e identidad del proyecto así como el despliegue territorial de la plataforma en dos talleres presenciales, y presentar la experiencia de CoopCycle junto con el equipo de implementación en un panel organizado por FACTTIC. También participé en algunas instancias que llevaron a la creación de CoopCycle Latinoamérica. Este método me permitió construir datos sobre todas las dimensiones y, en menor grado, sobre los factores y dimensiones contextuales.

Las entrevistas semi-estructuradas fueron realizadas a cinco integrantes del equipo de localización e implementación en la Argentina. Éstas se constituyeron en instancias efectivas para profundizar en las posibilidades y los obstáculos planteados por el marco jurídico-legal, la cronología del proceso de localización, y los recursos organizacionales disponibles para desarrollar el proyecto. Adicionalmente, la investigación recurrió al análisis documental de presentaciones, informes y documentación interna del equipo de localización, así como de leyes y regulaciones cooperativas. Otras fuentes secundarias, tanto académicas como periodísticas, contribuyeron a la caracterización de FACTTIC. 

Para profundizar en los orígenes y principales características de CoopCycle, el estudio recurrió a artículos periodísticos y académicos, redes sociales, informes y documentos de la organización, entre otros materiales. Asimismo, participé en una charla de divulgación del proyecto dirigida a investigadores/as y académicos/as, brindada bajo modalidad virtual por el equipo europeo de CoopCycle. El acceso al Slack[6] de CoopCycle me permitió observar las relaciones y los intercambios entre los/as integrantes de la federación. Finalmente, se realizaron sistematizaciones parciales de la investigación con integrantes del equipo argentino de CoopCycle. Éstas permitieron una integración crítica y productiva del conocimiento científico y el práctico-situado.

 

3.      CoopCycle en Argentina

CoopCycle: un software y una federación

CoopCycle es un proveedor de infraestructura digital de ciclo-logística y una federación de cooperativas de reparto en bicicleta cuyo “fundamento es la solidaridad entre ellas, lo cual les permite reducir sus costos mediante la mutualización de los servicios. Crea una fuerza colectiva para negociar, y para defender los derechos de lxs repartidorxs” (página web de CoopCycle). En este sentido, busca consolidar un modelo económico alternativo, basado en el principio del Común, desarrolla el software de plataforma CoopCycle, se aboca al cabildeo político, elabora herramientas legales y coordina equipos de trabajo (página web de CoopCycle).

Esta cooperativa de plataforma fue fundada en 2017 en Francia y se expandió a otros países y regiones. Fue creada por una asociación de voluntarios/as, entre los/as cuales una persona se dedicó al desarrollo del software. Si bien ninguno/a de ellos/as era repartidor/a, el proyecto se nutrió tempranamente de las contribuciones, comentarios y devoluciones de colectivos de repartidores/as. Éstos habían comenzado a ponerse en contacto con el grupo fundador en el 2016, cuando algunas plataformas de reparto tradicionales comenzaron a quebrar o a empeorar las condiciones de trabajo (Acosta Alvarado, Aufrère, y Srnec, 2021).

En la actualidad, la federación nuclea a 67 colectivos de repartidores/as: 59 en Europa (la mayoría en Europa Occidental), siete en Norteamérica (cinco de éstos en México), y uno en Australia (página web de CoopCycle). Estos grupos de trabajadores/as no se organizan necesariamente bajo la figura jurídica de la cooperativa de trabajo. CoopCycle se encuentra abierta a colectivos de reparto en bicicleta que adopten los valores y principios de la economía social y que se comprometan a formar una cooperativa en un lapso de dos años desde la firma del convenio de colaboración con la federación (CoopCycle, s. d.).

La plataforma les permite a las cooperativas gestionar repartos (delivery de comida o foodtech, servicios de mensajería tradicionales y servicios de entrega de última milla), y ofrece a los restaurantes, comercios y otra clase de clientela una solución de comercio electrónico. Las cooperativas pueden administrar y rastrear el estatus de las tareas en tiempo real, gestionar restaurantes y menús, y administrar de forma segura los pagos a través de la pasarela de pagos Stripe. La plataforma también contempla apps para los restaurantes, comercios y repartidores/as. El software de CoopCycle es de código abierto en un sentido sui generis, pues la licencia Coopyleft permite que el software sea utilizado bajo dos condiciones: i) las empresas deben utilizar un modelo cooperativo en el cual los/as trabajadores/as sean empleados/as; y ii) las empresas deben ajustarse a la definición de actores de la economía social de la Unión Europea. El código se encuentra disponible en Github[7] pero las empresas deben cumplir las condiciones mencionadas para utilizarlo.

El software tiene ciertas características destacables. Tanto por principios como por falta de recursos, CoopCycle ha optado por no recolectar ni analizar datos. Al utilizar OpenStreetMap[8]la plataforma contribuye al fortalecimiento de esta herramienta alternativa a Google Maps, que cobra tarifas por su utilización. Aunque inspirado en la plataforma Deliveroo, CoopCycle tiene una diferencia adicional y fundamental: no hay gestión algorítmica de los procesos de trabajo, ni del rendimiento de los/as trabajadores/as. El software no evalúa y califica a los/as trabajadores/as, ni implementa estrategias de gamificación. Por el contrario, una persona –y no un algoritmo– asigna las entregas a los/as repartidores/as; las cooperativas pueden geo-localizar a los/as trabajadores/as, pero no los/as clientes/as; y no hay funciones que permitan a los/as clientes/as evaluar a los/as trabajadores/as.

La mutualización de servicios no se reduce al software y las aplicaciones. CoopCycle también brinda asistencia en cuestiones tales como la oferta comercial, el financiamiento, los seguros y la formación. Además, la federación garantiza pagos instantáneos para las cooperativas, visibilidad a través de una marca reconocida y servicios administrativos y legales. En contraposición al financiamiento a través de capitales de riesgo en el caso de las plataformas corporativas, todos estos servicios se sustentan gracias a los aportes anuales de las cooperativas asociadas y, en menor medida, a aportes de restaurantes y comercios, subvenciones públicas, servicios en especie, la asociación CoopCycle y el trabajo voluntario. Tanto la política de suscripción como la asignación de fondos son decididas y gestionadas democráticamente por los colectivos miembro de la federación. Se ha establecido que los fondos se destinen a la infraestructura tecnológica, las acciones de comunicación y los salarios para tres roles de la federación: desarrollo de software, ventas y coordinación.

La plataforma está gobernada democráticamente por las cooperativas y colectivos de reparto. A través de Slack, reuniones y diversos documentos, la organización fomenta la deliberación y la construcción colaborativa de conocimiento. En Slack se delibera sobre diversas cuestiones, desde los modelos de propiedad y los problemas legales hasta los errores en el software y la propuesta de nuevas funcionalidades. En cuanto a la toma de decisiones, además de la asamblea anual desarrollada desde el 2018, Loomio[9] ofrece una herramienta efectiva para canalizar discusiones y habilitar votaciones.

En 2019, la asociación que dio origen a CoopCycle inició una transición de gobernanza y una profesionalización de la estructura de CoopCycle (Acosta Alvarado et al., 2021). La transición de una asociación a una federación como centro del modelo de gobernanza culminó en el 2021 cuando los/as repartidores/as eligieron a los/as miembros del primer consejo de administración (CoopCycle, diciembre de 2021). Éste se conformó con personas principalmente de las cooperativas de reparto, provenientes de seis países distintos. El consejo se compone de 10 roles: dos direcciones de finanzas, dos direcciones de software, dos direcciones de incorporación de nuevos colectivos, una dirección de normas y reglamentos, la presidencia, una coordinación que representa a los/as empleados/as de la federación, y un miembro de la asociación fundadora con funciones de asesoramiento.

Sumado a los logros asociativos y organizacionales, CoopCycle ha crecido y se ha consolidado en tanto proyecto económico. El 2020 fue un año de gran expansión: la organización incorporó a los dos primeros empleados de la federación CoopCycle, se extendió a tres nuevos países (Canadá, Polonia y Suecia) de un total de siete, incorporó 40 nuevos colectivos dentro de la federación y logró más de tres millones y medio de euros de facturación acumulada (CoopCycle, 21 de enero de 2021). Dados estos éxitos, los desafíos actuales residen en la comunicación interna del proyecto político, las capacitaciones necesarias para superar la falta de conocimiento acerca del cooperativismo entre los nuevos colectivos y la deliberación sobre el rumbo que debe tomar la organización (Registro de campo, mayo de 2021). 

Dicho esto, otro gran desafío de CoopCycle reside en su crecimiento más allá de Europa. Luego de un par de años de trabajo conjunto e intercambios con el equipo europeo, en diciembre de 2021 se oficializó CoopCycle Latinoamérica. Esta red cuenta con integrantes de Argentina, Uruguay, [10] Chile[11] y México,[12] en donde las experiencias se encuentran en etapa piloto. Entre sus participantes hay tanto colectivos de repartidores/as en sus etapas iniciales de organización como actores interesados en implementar CoopCycle y fomentar cooperativas de plataforma (federaciones, organismos estatales y universidades). Tal como señala uno de sus impulsores: “El trabajo articulado creo que es lo más eficiente que podría haber y aunque celebro la convergencia, si puedo, no la elijo, prefiero la articulación. Como somos poquitos, estemos cerca, no estemos separados viendo cómo lo hace cada uno” (Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre de 2021). En consecuencia, el objetivo de la red es discutir y abordar colectivamente desafíos técnicos y territoriales comunes.

Principales características y cronología de la implementación local

En la Argentina, el surgimiento de plataformas cooperativas de trabajo puede entenderse como una respuesta a la problemática de la precarización laboral en las plataformas más que como un proceso orientado meramente a la provisión de infraestructuras digitales desde el cooperativismo (Pentzien, 2020). Desde que arribaron a Buenos Aires y otras ciudades de la Argentina, las plataformas digitales han sido foco de atención debido a las acciones colectivas protagonizadas por los/as repartidores/as, quienes eventualmente formaron sus propias organizaciones para exigir derechos laborales y mejores condiciones de trabajo. El 15 de julio de 2018, trabajadores/as de plataformas de delivery realizaron una protesta en Buenos Aires que representó la primera acción colectiva de este actor en América Latina. Un mes después se constituyó la Asociación de Personal de Plataformas (APP), cuyo objetivo es representar a trabajadores/as de plataformas de reparto de comida y de transporte de personas. Estos conflictos y procesos de organización colectiva fueron algunas de las razones que desencadenaron la localización de CoopCycle en el país.

En el 2020 la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (FACTTIC) comenzó la implementación local de la plataforma. Ese año la federación obtuvo el primer subsidio estatal para desarrollar las adaptaciones del software necesarias para la localización (por ejemplo, cambiar la pasarela de pagos y configurar los impuestos locales). Más tarde ese mismo año, obtuvo un segundo subsidio estatal para acompañar y fortalecer a los primeros colectivos y cooperativas de reparto que utilizarían la plataforma. FACTTIC considera al proyecto como parte de una estrategia más amplia para promover el cooperativismo de plataforma en el país, la cual también incluye emprendimientos en los sectores de medios de comunicación y de servicios de cuidados personales. Además, esta federación de cooperativas de trabajo tecnológicas ha tenido un papel destacado en la creación de CoopCycle Latinoamérica y en la expansión de CoopCycle a Chile y Uruguay.

Mientras el proyecto avanzaba en el ámbito nacional, el equipo de FACTTIC estuvo en contacto con el grupo fundador europeo, el cual brindó apoyo y orientación. Sin embargo, el ingreso formal del proyecto argentino a la red de CoopCycle no llegó sino hasta mediados de 2021. Al igual que otros países de América Latina, muchos/as trabajadores/as del sector de delivery en la Argentina utilizan motos, mientras que CoopCycle en Europa apuesta al reparto en bicicleta como forma de contribuir a la disminución de la contaminación y a la sustentabilidad ambiental. Para superar esta potencial colisión de valores[13], que podría haber causado la bifurcación de los proyectos regionales, FACTTIC elaboró una propuesta de transición de medios de transporte de tres años para las cooperativas de trabajo argentinas, la cual fue aprobada por la federación CoopCycle luego de la circulación de borradores, comentarios, intercambios, debates y votaciones a través de Loomio (FACTTIC, 18 de febrero de 2021; 7 de abril de 2021; 3 de mayo de 2021). El “Plan de transición de medios de transporte” sugiere:

Un esquema de transición para que el desarrollo de cooperativas de plataforma en la región se acompañe de la modificación paulatina de los medios de transporte hacia medios de transporte sustentables (…) a partir de requisitos de ingreso y permanencia, la generación de incentivos y la construcción de acuerdos con actores locales. (FACTTIC, 3 de mayo de 2021: 2)

En cuanto a la sustentabilidad ambiental, la propuesta establece que los colectivos de trabajadores/as que se incorporen deben contar con al menos un 20 % de medios de transporte sustentables. La suscripción anual pagada por cada cooperativa de reparto para mantener los recursos mutualizados aumenta según el porcentaje de medios de transporte no sustentables. Estos pagos adicionales se complementan con descuentos que premian el avance en los procesos de transición, estrictamente estructurados con plazos, controles anuales y sanciones económicas. El esquema también incluye acciones de sensibilización y capacitación por parte de FACTTIC en temas ambientales, y el desarrollo de vínculos con el Estado para facilitar la compra de bicicletas (FACTTIC, 3 de mayo de 2021). Cabe aclarar que este plan aún no se ha puesto en práctica, pues las cooperativas argentinas se encuentran en una etapa piloto.

Actualmente, la adaptación socio-técnica de la plataforma está avanzada. Esto incluye el software junto con la adaptación de los documentos legales y acuerdos que rigen el uso de la plataforma. Tanto México como la Argentina vienen colaborando en el desarrollo de nuevas funcionalidades acordes a las realidades locales. Entre estas funcionalidades destaca la inclusión del pago en efectivo. A primera vista, esto podría parecer una mejora sólo para las sociedades latinoamericanas, donde la inclusión financiera tiene aún un largo camino por recorrer. Sin embargo, en el 2017 1.700 millones de personas adultas a escala mundial seguían sin tener acceso a servicios bancarios. Incluso si bien la titularidad de cuentas bancarias creció, la brecha de género (7 %) y la brecha entre los/as más ricos/as y los/as más pobres (13 %) persistió, tanto en los países denominados “desarrollados” como en los países “en desarrollo”. La titularidad de cuentas también fue menor entre los/as adultos/as jóvenes, los/as menos educados/as y los/as que se encontraban fuera de la fuerza laboral (Demirgüç-Kunt, Klapper, Singer, Ansar, y Hess, 2018: 4).

CoopCycle en la Argentina involucra a dos cooperativas de reparto en etapa piloto. El equipo de FACTTIC ya ha desplegado la primera instancia y ha estado acompañando a estos colectivos de trabajadores/as no sólo en el uso del software, sino también en la gestión de la matrícula cooperativa y en la mejora de su infraestructura tecnológica, en la organización de los procesos de trabajo y en el acceso a capacitaciones en esta materia, y en la contratación de seguros de accidentes personales[14] y cuentas bancarias, entre otras necesidades. Además, ha organizado varias demostraciones del software para difundir el proyecto y desplegar más instancias. Sumado a esto, la federación se encuentra abocada a la creación de un ecosistema que le dé sostenibilidad e identidad local al proyecto. En ese sentido, por ejemplo, el equipo viene trabajando junto con la Dirección Provincial de Acción Cooperativa de Buenos Aires (DIPAC) en la elaboración de un modelo de negocio. Junto con el Instituto de Investigaciones Gino Germani (Universidad de Buenos Aires) y la Universidad de Quilmes, FACTTIC ha elaborado, y recientemente comenzó a ejecutar, proyectos para desarrollar circuitos socioeconómicos basados en redes de actores clave en cada territorio. A continuación, el artículo profundiza en los factores positivos, desafíos y limitaciones identificados en la localización de CoopCycle en la Argentina, y en las implicancias de este proceso en la escalabilidad de la cooperativa de plataforma en su conjunto.

Factores positivos, desafíos y limitaciones

-        Punto de partida

La experiencia argentina es indudablemente potenciada por el punto de partida, es decir, el tipo y la escala de recursos que el proyecto local recibe de la federación europea. Nos referimos a los bienes productivos en sentido amplio, entendiéndolos como el conjunto de factores que pueden ser utilizados productivamente. Estos pueden incluir las herramientas de producción, las instalaciones, el capital simbólico de la marca, la comunidad de trabajo y las redes con proveedores/as y clientes/as (Kasparian y Rebón, 2020). La disponibilidad del software de código abierto ya desarrollado en Europa representa una gran ventaja. El hecho de que la licencia Coopyleft establezca el uso exclusivo por parte de cooperativas representa una protección del proyecto frente el más duro principio de mercado.

Sumado a esto, en la estrategia de mutualización de recursos de CoopCycle destacan los activos intangibles, tales como la marca, los modelos de gestión, las capacitaciones, la asistencia comercial y las redes de apoyo. A lo largo del proceso de localización, el equipo europeo acompañó al equipo local y durante las reuniones se compartieron conocimientos técnicos, documentos de acuerdos de colaboración, características de los tipos de servicios que soporta el software y modelos económicos y organizacionales. Cabe mencionar que durante la etapa piloto de las experiencias este intercambio está totalmente basado en la reciprocidad: ni las cooperativas de reparto mexicanas (Barrera-Flores et al., 2021) ni las argentinas aportan aún la suscripción anual. A cambio, una desarrolladora de México –financiada por una organización no gubernamental con sede en ese país– y otro de Argentina –financiado con un subsidio del Estado nacional– aportan a las tareas de desarrollo y soporte del software, además de trabajar en cada proceso de localización.

-        Marco legal

Otro factor importante es el marco jurídico-legal cooperativo. La figura legal de la cooperativa de actores múltiples ha estado ganando adeptos (Vidal, 2022), pues se plantea como uno de los formatos más adecuados para integrar a los diferentes grupos que participan en las cooperativas de plataforma. La cooperativa de actores múltiples permite combinar en un solo proyecto las diferentes partes interesadas que se pueden encontrar típicamente en las cooperativas: trabajadores/as, productores/as y usuarios/as. Si bien el derecho cooperativo argentino no cuenta con esta figura jurídica, las perspectivas son favorables.

Según un especialista en modelos organizacionales cooperativos e integrante de una confederación cooperativa argentina, no resulta necesario reformar los marcos legales locales –en particular, la Ley de Cooperativas Nº 20.337– para construir cooperativas de actores múltiples (Registro de campo, diciembre de 2021). Sugiere que los modelos actuales de distritos geográficos diseñados para grandes cooperativas podrían ser adaptados por el movimiento del cooperativismo de plataforma. En consecuencia, en lugar de la lógica geográfica de las grandes cooperativas, los distritos podrían determinarse bajo la lógica de la funcionalidad. Por ejemplo, se podría pensar en distritos de repartidores/as, distritos de usuarios/as y distritos de colaboradores/as. Si bien sería posible que esta adaptación plasmada en reglamentos ad hoc fuera aprobada, hasta el momento no se ha creado ninguna cooperativa bajo este modelo.

En contraste, la naturaleza del vínculo entre los/as trabajadores/as y las cooperativas plantea un desafío para la implementación local de CoopCycle. En Francia, las cooperativas de reparto en general se organizan como sociedad cooperativa de producción (SCOP). Esta figura legal habilita el empleo asalariado entre los/as trabajadores/as con la posibilidad de eventualmente convertirse en asociados/as de la cooperativa. De hecho, solo alrededor del 30 % de los/as trabajadores/as de las cooperativas de reparto francesas federadas en CoopCycle son asociados/as (Registro de campo, mayo de 2021).

A diferencia de Francia, la Ley de Cooperativas Nº 20.337 establece un vínculo asociativo –no laboral– entre los/as trabajadores/as y la cooperativa, y sólo prevé algunas excepciones, según las cuales la incorporación de los/as trabajadores/as a la unidad productiva puede estar sujeta a una relación laboral asalariada por tiempo limitado. Por un lado, esto tiende a asegurar el carácter asociativo y democrático de las cooperativas. Sin embargo, por otro lado, al no ser asalariados/as, los/as cooperativistas son considerados/as autónomos/as a los efectos de la seguridad social. Esto generalmente significa menos protección, seguridad y derechos laborales que los/as trabajadores/as asalariados/as. Por consiguiente, las cooperativas de trabajo de todo tipo en la Argentina enfrentan el desafío de lograr mejores condiciones de seguridad social y, más aún, en el caso de las experiencias de CoopCycle, por encontrarse en instancias piloto.

-        Movimiento cooperativo y experiencias del cooperativismo de plataforma

Un factor clave para evaluar la viabilidad de la implementación local de CoopCycle es la magnitud y densidad del movimiento cooperativo. En la Argentina, el cooperativismo es un movimiento consolidado y las cooperativas de trabajo en particular son una forma de organización de los/as trabajadores/as conocida y valorada positivamente por la sociedad (Kasparian, 2020; Rebón y Kasparian, 2015). Por mencionar un ejemplo, COOPERAR (Confederación Cooperativa de la República Argentina) reúne 70 federaciones de 15 sectores económicos que representan unas 5.000 cooperativas aproximadamente (página web de COOPERAR).

A pesar de carecer de datos consolidados sobre la magnitud del sector, la información sobre la actualización nacional de datos de cooperativas resulta una aproximación válida para ponderarla. Hacia mediados del 2019, 8.618 cooperativas con un total de 17.818.197 asociados/as habían actualizado su registro. Entre esas organizaciones, 4.365 eran cooperativas de trabajo con 115.728 trabajadores/as asociados/as (INAES, 2019). Sin embargo, las plataformas cooperativas aún se encuentran en una etapa embrionaria. Son escasas y, en algunos casos, aún no se encuentran plenamente operativas. Además de la implementación local de CoopCycle, existe información sobre ocho experiencias y proyectos, en diferentes etapas, que se vinculan con el cooperativismo de plataforma (Tabla 1). En suma, aunque incipientes, las cooperativas de plataforma cuentan con un suelo consolidado y fértil de cooperativismo sobre el que crecer.  

Tabla 1. Experiencias de cooperativas de plataforma en la Argentina

Nombre de la experiencia

Breve descripción y objetivos

Sitio web/más información

Caracol.Ar

Plataforma colaborativa y comunidad de cuidados integrada por familias, niños, niñas y cuidadoras. Construyen un sistema de cuidados integrales en el marco de los valores cooperativos

https://caracol.ar/

Clementina

Plataforma para impulsar el financiamiento de proyectos cooperativos orientados al desarrollo local, la sostenibilidad, la inclusión y los derechos humanos. Por el momento ha desarrollado una plataforma educativa

https://clementina.coop/

 

https://campus.clementina.coop

CoopCycle

Proveedor de infraestructura digital para cooperativas de reparto en bicicleta

https://coopcycle.org/en/

ESSApp

App para conectar emprendimientos de la economía social y solidaria con usuarios/as y consumidores/as

https://www.essapp.coop/

Gestara

Directorio de productos y servicios cooperativos, así como de organizaciones de la economía social

https://gestara.com.ar/

Nutrir App

Plataforma pública desarrollada por una cooperativa de trabajo tecnológica que recolecta y centraliza datos para realizar diagnósticos sobre alimentación y nutrición en comedores y merenderos populares

https://youtu.be/-it7m-dQxDQ

Portal de tiendas

Marketplace para cooperativas

https://www.portaldetiendas.coop/

Proyecto Chasqui

Comercio electrónico de productos de la economía social y solidaria, desarrollado por una universidad pública, cooperativas de trabajo tecnológicas y cooperativas de consumo

https://proyectochasqui.com/

Red de Medios Alternativos

 

Medio de comunicación digital donde las cooperativas de medios locales se benefician del software compartido que agrupa las noticias con un criterio geográfico

s. d.

Fuente: elaboración propia con base en fuentes secundarias e informantes clave.

 

-        Urbanización, infraestructura y reparto en bicicleta

La infraestructura urbana es un elemento clave para evaluar la factibilidad de CoopCycle, pues el sector de delivery depende de la disponibilidad de una masa crítica de usuarios/as típicamente ubicados/as en áreas urbanas. Además de esto, CoopCycle es una plataforma de entrega en bicicleta, por lo que es necesaria una infraestructura de transporte específica para garantizar un contexto propicio. Ciertos aspectos socioeconómicos y culturales completan el cuadro de la situación.

La Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo y el segundo más urbanizado de América Latina, con una población urbana que alcanza el 92 % del total (Comisión Económica para América Latina y el Caribe – Naciones Unidas, 2019). Sin embargo, existen grandes desequilibrios y desigualdades en términos de densidad poblacional, infraestructura, seguridad vial y calidad de vida en las ciudades. Si bien los procesos de urbanización han estado generalmente vinculados a la integración social y la reducción de las desigualdades, en América Latina la urbanización se ha basado en desigualdades estructurales (Di Virgilio y Perelman, 2014).

Una de las claves para comprender esto estriba en el carácter extensivo del patrón de urbanización. En el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a medida que el proceso de urbanización irradia desde el centro, en las zonas periféricas se produce un crecimiento de carácter extensivo, en lugar de seguir un patrón intensivo. Así, en lugar de contar con nodos urbanos densamente habitados e integrados, el AMBA presenta una dispersión de población y servicios deficientes o inexistentes en las periferias (Fernández Bouzo y Tobías, 2020).

Con respecto al uso de bicicleta y la infraestructura necesaria, según una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social, el 73 % de los/as repartidores/as de plataformas de delivery tradicionales del AMBA encuestados/as utilizan la bicicleta como principal medio de transporte (López Mourelo, 2020: 62). Durante la pandemia, los viajes en bicicleta aumentaron un 27 % en la ciudad de Buenos Aires (Ámbito, 3 de junio de 2021) y las principales ciudades del país cuentan con ciclovías o bicisendas. En la ciudad de Buenos Aires existen más de 250 kilómetros y un sistema público de transporte en bicicletas (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, s. d.).

Sin embargo, las ciclovías no se extienden hacia el conurbano de la ciudad, donde, por ejemplo, se encuentra una de las experiencias piloto que se ha incorporado a CoopCycle. Además, las motos siguen siendo consideradas la mejor opción para los mensajeros fuera del sector de delivery de comida debido a patrones culturales (Rodríguez, 2008) y cuestiones relacionadas con los costos (FACTTIC, 18 de febrero de 2021). Actualmente, hay alrededor de siete millones de motos en la Argentina, las cuales generalmente tienen un motor pequeño que permite reducir los costos de combustible (FACTTIC, 18 de febrero de 2021). 

En suma, todos estos elementos dan cuenta de un contexto urbano e infraestructural desigual. Si la transición de transporte propuesta por FACTTIC no se hubiera aprobado, el proyecto argentino podría haber utilizado el software pero sin formar parte de la federación y, probablemente, CoopCycle habría consolidado su identidad europea. Esto podría haber generado una limitación del proyecto alternativo a las condiciones y realidades del Norte Global. Sin embargo, un hecho que podría haber resultado en una barrera para la escalabilidad hacia el Sur Global motivó una reflexión colectiva y abierta de la federación europea sobre sus valores, la cual culminó priorizando la solidaridad, la intercooperación y la diversidad. Del otro lado del intercambio, permitió al proceso argentino reflexionar sobre la dimensión ambiental del proyecto y considerar la elaboración del propio camino hacia la sustentabilidad ambiental.

-        Recursos organizacionales

Un elemento fundamental para el proceso de localización son los recursos organizacionales que aporta el grupo promotor. FACTTIC fue fundada en 2012 por aproximadamente 10 cooperativas tecnológicas y actualmente reúne a más de 30. Esta triplicación estuvo acompañada de diferentes desafíos, entre éstos, la necesidad de impulsar la participación, mejorar la comunicación interna y desarrollar capacidades para involucrarse en proyectos conjuntos que permitan superar las capacidades de cada cooperativa considerada individualmente. Este diagnóstico fue elaborado por un espacio específico dentro de la federación, denominado Flujo Intercooperativo de Trabajo (FIT). Aquí es donde los miembros de FACTTIC intercooperan en cuestiones productivas y comerciales: se comparten oportunidades de trabajo, se evalúan capacidades y necesidades colectivas y se reúnen grupos intercooperativos de trabajadores/as para abordar grandes proyectos.

Cuando el proyecto de implementación local de CoopCycle obtuvo financiamiento, este espacio lanzó una convocatoria abierta y dos cooperativas se hicieron cargo de la localización. La gestión del proyecto estuvo a cargo de dos trabajadores de otras cooperativas. Uno de ellos era quien había acercado la idea y las experiencias de cooperativas de plataforma y de CoopCycle a la federación. Alrededor de este equipo, un grupo ampliado de integrantes de FACTTIC interesados/as en las cooperativas de plataforma siguió de cerca y apoyó el proceso mientras se formaba en la temática y la plataforma. Actualmente, el grupo intercooperativo a cargo de la implementación local de CoopCycle está integrado por 12 personas de ocho cooperativas tecnológicas de la federación. 

Este modelo de colaboración se aplicó incluso más allá de las fronteras nacionales. Desde el 2019, FACTTIC comenzó a ponerse en contacto con una red de cooperativas tecnológicas del Reino Unido. Como resultado de estos intercambios actualmente existe una red global integrada por 45 cooperativas de 14 países, en el marco de la cual se despliegan aproximadamente 10 proyectos intercooperativos. En este punto radica uno de los principales recursos de FACTTIC desde la perspectiva de la implementación local de CoopCycle: la federación cuenta con casi 10 años de práctica intercooperativa que contribuye no sólo a reunir un grupo diverso en torno al proceso de localización, sino también a fomentar un intercambio colaborativo con el grupo fundador en Europa y con el grupo latinoamericano de reciente creación.

Un segundo factor positivo relacionado con FACTTIC es el estatus de proyecto estratégico atribuido a CoopCycle dentro de la federación:

Lo definimos como estratégico por el tamaño del proyecto, por las vinculaciones que generamos a partir de eso, la visibilidad que genera que FACTTIC esté trabajando en esto, por el impacto social, por la capacidad de cambio de realidades que representa, por la capacidad de creación de nuevas cooperativas a partir del proyecto, (…) por la cantidad de cooperativas que están inter-cooperando para laburar también. (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

El mundo tecnológico está siendo avasallador y poder dedicarle fuerza de trabajo a proyectos que sabemos que tienen un impacto social, que es transformador, poder poner la fuerza de trabajo ahí me parece que también es un mensaje de la federación sobre la tecnología. Saber que hay intención desde lo tecnológico de desarrollar otras cosas que no sean las que se desarrollan en el mundo hoy. (Miembro 3 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Desde la situación de privilegio, cómo se puede ayudar desde el sector tecnológico a los trabajadores precarizados, al resto de los sectores dentro del cooperativismo que habían quedado marginados en la pandemia. Y CoopCycle cerraba. (…) En su momento a todos les pareció bien desde la situación de privilegio, de estabilidad económica, poder hacer un impacto grande en los trabajadores de reparto. (…) CoopCycle es estratégico porque estamos trabajando fuertemente para que un sector de la sociedad que está precarizada deje de estarlo. (Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre de 2021)

CoopCycle contiene un triple objetivo para FACTTIC. En primer lugar, consolidar a la federación como un actor tecnológico clave del cooperativismo de plataforma, pues “sería ilógico que las cooperativas de plataforma estén desarrollando su software con empresas tradicionales. (…) porque nosotros creamos desde el cooperativismo, con las problemáticas del cooperativismo y con nuestros valores vamos a estar creando esa plataforma” (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021). En segundo lugar, contribuir a solucionar un problema social actual a través de valores cooperativos y desde el sector tecnológico. Finalmente, mejorar la intercooperación dentro de la federación. 

El carácter de proyecto estratégico habilita diferentes tipos de recursos organizacionales. Entre los recursos institucionales, podríamos enumerar los siguientes: CoopCycle cuenta con un espacio asignado en las asambleas mensuales, el espacio de comunicación de la federación se encarga de difundir el proyecto hacia el exterior y se conformó el grupo de trabajo intercooperativo a cargo de la implementación. Además, toda la estructura organizativa de la federación está a disposición potencial del proyecto. Esta estructura está compuesta por 11 espacios (Consejo, Innovación, Vinculación, Conocimiento, FIT, Comunicación, Proyectos estratégicos, Cultura cooperativa, Juventud, Administración, Espacio feminista intercooperativo), la asamblea mensual y los plenarios semestrales (FACTTIC, 2021).    

Con respecto a los recursos menos institucionalizados que habilita el estatus de proyecto estratégico, el elemento central surge al observar al grupo de trabajadores/as que participan en la implementación de CoopCycle. La cooperativa que primero incluyó la cuestión del cooperativismo de plataforma en las preocupaciones de la federación es también una de las cooperativa que tuvo un papel protagónico en la creación de FACTTIC. En el grupo de localización participan el actual presidente de la federación, así como su secretario y su expresidente. La mayoría de los miembros de este grupo participan en diferentes espacios colectivos de la federación. Tal como destaca una de las personas entrevistadas:

No estamos desarrollando software para Europa o Estados Unidos, para una start-up para ver si recibe inversiones y se transforma en un unicornio, es otra lógica a lo que estamos apostando y lo entendemos así, por eso tanta militancia. (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Además de dar cuenta de un factor positivo, el fragmento de entrevista anterior también apunta a una limitación relevante: el proyecto depende demasiado del activismo y del trabajo pagado indirectamente por las cooperativas a las que pertenece cada uno de los/as trabajadores/as. A pesar de haber obtenido dos subsidios estatales que aseguran el avance de la implementación local, el activismo y el aporte de las cooperativas tecnológicas sigue siendo fundamental. Por esto, resulta necesario consolidar esquemas regulares y suficientes de financiamiento, recursos económicos y un modelo de negocio que le otorgue continuidad y sustentabilidad al proyecto. A continuación, el artículo profundiza en el rol del Estado para la viabilidad de la implementación local de CoopCycle.

-        Rol del Estado

El apoyo que brinda el Estado en sus diferentes niveles es otro elemento importante. Incluso podríamos afirmar que fue un factor crucial para desencadenar la implementación local de CoopCycle: “Era todo una idea y en un momento se pide el financiamiento y cuando sale fue ‘bueno, listo, salió el financiamiento, ¿lo hacemos? ¿Traemos CoopCycle acá?’ Y ahí fue una decisión más política del grupo de decir ‘dale, lo traemos, pase lo que pase’” (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021). Tal como mencionamos, la implementación local de la plataforma se sustenta en el activismo, en las horas de trabajo aportadas por las cooperativas tecnológicas involucradas y, principalmente, en el financiamiento estatal. Hasta ahora, FACTTIC ha obtenido dos subsidios.

El primero se obtuvo a mediados del 2020 y se destinó a la localización de CoopCycle. En otras palabras, el resultado de esta financiación implicaba la adaptación del software. En ese momento, esto incluía desarrollar ciertos cambios –como la pasarela de pago porque la que se usa en Europa no opera en América Latina–, configurar impuestos locales y localizar mapas. En el marco de este financiamiento, FACTTIC también elaboró junto con COOPERAR un modelo de estatuto de gobernanza para cooperativas de actores múltiples. Esta fase de localización fue realizada por un grupo de cuatro trabajadores de diferentes cooperativas de trabajo apoyados por un grupo ampliado de integrantes de FACTTIC.  

El segundo se consiguió a fines del 2020 y se ejecutó durante el 2021. Este financiamiento representó una cuadruplicación nominal respecto al primer subsidio. El objetivo era acompañar colectivos de repartidores/as, y documentar y sistematizar el proceso y la experiencia. Para ello, FACTTIC se puso en contacto con al menos 11 colectivos y cooperativas, cinco organizaciones interesadas en fomentar cooperativas de plataforma, cinco organismos gubernamentales de diferentes niveles y dos institutos de investigación y universidades públicas. Al momento de cerrar este artículo, el proyecto había logrado contar con dos cooperativas de reparto en etapa piloto.

Al primer momento de orientación técnica le siguió la necesidad de una organización más compleja (división de tareas, definición de roles, flujos de trabajo) que incluyera tareas de formación y comunicación, así como cuestiones legales y comerciales. Durante el 2021 la cantidad de trabajadores/as involucrados/as en la implementación local pasó de 4 a 12 y el proyecto comenzó a nutrirse de la colaboración con diferentes actores de la economía social y solidaria. Sumado a este aumento en la cantidad de integrantes, el equipo también comenzó a dedicar más horas de trabajo al proyecto. Con este segundo financiamiento, el equipo pudo incorporar un desarrollador a tiempo completo, quien no sólo trabaja en la implementación local del software, sino que también pasó a formar parte del equipo de desarrollo de CoopCycle en su conjunto. Además, el equipo logró obtener otros dos subsidios estatales: uno del gobierno de la Provincia de Buenos Aires y otro del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

El apoyo estatal también comprende apoyo político: diversos organismos estatales se han interesado en el proyecto y el equipo de FACTTIC ha mantenido varias reuniones con funcionarios/as estatales para difundirlo. Por ejemplo, la Dirección Provincial de Acción Cooperativa (DIPAC) se encuentra colaborando en el diseño de un modelo de negocio adecuado para CoopCycle en la Argentina. Además, aunque no necesariamente vinculadas a CoopCycle ni al cooperativismo de plataforma, dos resoluciones de alcance nacional introducidas en 2020 y 2021 configuran un marco más favorable tanto para las cooperativas en general como para algunos sectores relevantes para el cooperativismo de plataforma.

La resolución Nº 581/20 del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) derogó una resolución anterior (N° 1510/94) aprobada en la década del noventa cuando se había generalizado el uso de las cooperativas de trabajo como forma de reducir los costos laborales mediante el ocultamiento de la relación salarial. Así, dicha resolución prohibía la constitución de cooperativas de trabajo que se dedicaran a actividades de limpieza y de distribución de correspondencia, entre otras, por considerarlas actividades económicas propensas a encubrir relaciones asalariadas bajo la apariencia de trabajo asociativo y autogestionado.  

La resolución Nº 1000/21 de INAES denominada Renovar fue aprobada en junio del 2021 e implica un cambio importante en el régimen jurídico de las mutuales y cooperativas de todo tipo, ya que busca agilizar, mejorar y simplificar procedimientos aplicables a los distintos momentos de la vida de este tipo de entidades. En línea con el campo cooperativo internacional, reduce de seis a tres el número mínimo de asociados/as necesarios/as para formar cooperativas de trabajo. Se cree que esto podría desencadenar la creación de más cooperativas de trabajo, especialmente en el sector de servicios tecnológicos y en el cooperativismo de plataforma.

En suma, el apoyo estatal ha demostrado ser un factor positivo clave para la implementación local de CoopCycle y, también, para el proceso en su conjunto, ya que ha permitido la incorporación de un desarrollador al equipo que venía trabajando en Europa. Sin embargo, al menos dos desafíos surgen respecto a esta dimensión. En primer lugar, el acceso a subsidios y financiamientos estatales depende de la presentación de proyectos. Esto genera una carga de trabajo constante dedicada a la elaboración de propuestas, la cual ha sido parcialmente solucionada mediante consultoría externa especializada en la búsqueda de oportunidades de financiamiento para organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, el involucramiento del equipo de FACTTIC sigue siendo importante durante la formulación de los proyectos y, por lo tanto, podría resultar necesario asignar un puesto específico para esta tarea. En segundo lugar, esta misma característica de los subsidios estatales ya había demostrado tempranamente al equipo que era necesario un puesto específico para la administración y rendición de los fondos. Sin embargo, persiste el hecho de que los procedimientos estipulados por el Estado pueden resultar dificultosos, sobre todo tratándose de una federación de alcance nacional:

Sabemos que los tiempos no son, por lo menos en pandemia, los tiempos de siempre. Entonces sí me parece que se podría agilizar, simplificar de alguna manera o ser como más prácticos o no tan rigurosos a la hora de tener que llevarlo [al libro de la federación] físicamente y que si no está la firma […] Para firmar el convenio pudimos, por ejemplo, llevar la firma legalizada por escribano. Bueno, es un paso. Pero sí, para una federación, si queremos que haya federaciones que sabemos que son a nivel nacional debería haber un sistema mucho más práctico. (Miembro 3 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Dicho esto, la resolución Nº 1000 del 2021 parece ser un gran paso hacia delante en cuanto a trámites y procedimientos requeridos a las cooperativas. Tal como afirma una de las personas entrevistadas:

Veo también que intentan hacer muchas cosas para que queden. Con la nueva normativa ahora hay libro de asociados online, todo eso ya lo dejan. Y eso es un golazo para todo el sector. Mientras las empresas hacen todo por vía computadoras, nosotros tenemos que mandar las cosas firmadas, fotocopias […] Eso es dejar morir al sector […] [El INAES] le apunta a la juventud, si no en 15 años no queda nada del cooperativismo. (Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre de 2021)

Aquí radica una arraigada limitación para el cooperativismo en la Argentina: las dificultades para lograr continuidad en el apoyo y el financiamiento estatales en el marco de políticas públicas de largo plazo. En el caso de CoopCycle, FACTTIC y la construcción de un ecosistema de cooperativismo de plataforma podrían contrarrestar esto y trabajar para lograr apoyos y políticas a largo plazo.

-        Participación en redes y construcción de un ecosistema de cooperativismo de plataforma

Otro factor principal en términos de acceso a recursos y viabilidad del proyecto es la creación de redes con otros actores. Como parte de FACTTIC, CoopCycle en la Argentina ha estado construyendo puentes con federaciones y redes, universidades y organismos estatales, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, entidades financieras cooperativas, cámaras empresarias, y otras cooperativas. Estos vínculos aportan recursos políticos y económicos para avanzar en el proceso y son vistos por los/as integrantes del equipo local como pasos hacia la consolidación de un ecosistema de cooperativismo de plataforma en la Argentina y la región.

Las relaciones políticas y sociales con este conjunto diverso de actores permiten que el proyecto gane territorialidad, es decir, la capacidad de obtener escala tanto en el país como en la región. Por ejemplo, los vínculos con una cámara nacional de cooperativas de telecomunicaciones podrían consolidar un socio a nivel nacional para aportar infraestructura tecnológica. Además, dotan al proyecto de diversos tipos de conocimiento. Los intercambios con el equipo de implementación local en México brindan conocimientos tanto técnicos como respecto a los procesos de incubación. Estas redes también aportan potenciales clientes y proveedores cooperativos. CoopCycle en la Argentina ya cuenta con asesoría legal, seguros y capacitación cooperativa para colectivos de trabajadores/as que se sumen al proyecto; todos brindados por cooperativas y fundaciones del campo de la economía social y solidaria. La participación de estos actores cooperativos facilita la implementación local:

Poder contar dentro del sector con contadores, abogados que cubren todo el aspecto legal y desde la lógica cooperativa es un lujo. Nos ha pasado al principio cuando queríamos armar la cooperativa con cualquier contador y no tenían ni idea de cooperativas. (…) Si no podes formalizar [la cooperativa], no existe el cooperativismo. Puede existir el asociativismo, pero no el cooperativismo. Yo creo que TES en este proyecto es clave porque resuelve la formalización de todas las cooperativas que queramos armar. Éste es un proyecto de multiplicación de cooperativas. (…) Y también, desde la lógica cooperativa, por ejemplo cuando arrancamos con TES ellos no te cobraban hasta que no tuvieras un balance positivo. Esa lógica no existe fuera del cooperativismo. TES también quiere que haya más cooperativas. (Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre de 2021)

Antes de tener la matrícula, la cooperativa de reparto tenía que sacar el seguro personal. Lo que hicimos con el banco [cooperativo] es ver la posibilidad de sacarlos individualmente, que sea un importe razonable para que después cuando tengan la matrícula lo pueden hacer colectivamente. El banco [cooperativo] va a entender la situación y esos híbridos que se producen en el medio. (…) Es ideológico, entienden la cuestión, se empieza a generar el entramado cooperativo, que es lo que nos pasa a cualquier cooperativa de cualquier otro rubro. Y lo que intentamos es armar siempre ese entramado, sea consumir cooperativo, dar servicio a cooperativas, me parece que es promover el cooperativismo. (Miembro 3 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Un desafío a futuro es generar vínculos con las experiencias relacionadas al cooperativismo de plataforma en el país previamente mencionadas. Esto podría contribuir a un mayor reconocimiento de CoopCycle, así como a la sostenibilidad del proyecto y al fortalecimiento del modelo de incubación y acompañamiento de cooperativas de reparto que se describe a continuación. 

-        Modelo de incubación y acompañamiento de cooperativas de reparto

Erik Olin Wright (2017) identifica varios caminos para la constitución de cooperativas, agrupados en cuatro tipos: autónomos, incubados, guiados por otra/s cooperativa/s y conversiones de empresas privadas. En el 2003, el Estado nacional puso en marcha una serie de políticas públicas para promover el cooperativismo de trabajo en el marco de la economía social y solidaria como estrategia de generación de trabajo. De ahí que la incubación estatal entre 2003 y 2015 tuvo un gran impacto en el cooperativismo (Kasparian, 2020).

La creación de cooperativas de trabajo a través de programas gubernamentales, especialmente después de 2009, modificó la configuración del sector: hacia el 2012 el 76 % de las cooperativas de trabajo activas estaban enmarcadas en políticas públicas de promoción de cooperativas (Acosta, Levin y Verbeke, 2013). ). Las cooperativas basaron su actividad en la demanda estatal y se concentraron en actividades de vivienda, infraestructura social y mantenimiento de espacios públicos (Vuotto, 2021). Estas experiencias arrojaron resultados diversos en términos de empoderamiento social. En varias cooperativas, el poder estatal predominó sobre la autogestión de los/as trabajadores/as, lo que resultó en esquemas de cogestión más que de autogestión. Sin embargo, uno de los éxitos de este proceso de incubación estatal fue que permitió ejercer el asociativismo, especialmente cuando las organizaciones sociales participaron en la creación y gestión de estas cooperativas (Arcidiácono y Bermúdez, 2015; Hintze, 2018; Hopp, 2021; Kasparian, 2020).

Consecuentemente, en comparación con la incubación estatal, la vía de las cooperativas guiando otras cooperativas (Wright, 2017) parece tener la potencialidad para promover un mayor empoderamiento social. FACTTIC se ha dado a la tarea de incubar colectivos de reparto y acompañarlos en el proceso de creación y formalización de cooperativas, así como de adecuación de los procesos de trabajo para el uso de la plataforma. Esto se encuentra en línea con la identidad de la federación:

De alguna manera siento que la federación es una especie de incubadora de cooperativas también. Te acercas, tenés dudas administrativas, tenés el grupo de les administratives que te ayudan; tenés necesidad de laburo, empezás a participar en el FIT y podes agarrar oportunidades de trabajo. De alguna forma, ayuda a incubar cooperativas. En este proceso de generar la federación, ese grupo inicial de colectivos nos auto-incubamos y creo que eso se sigue replicando. (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Aun así, durante el proceso se han presentado varios límites y desafíos. Luego del primer paso de la adaptación del software, la implementación local –especialmente con relación al acompañamiento de colectivos de trabajadores/as en situaciones de precariedad– se enfrentó con las dificultades impuestas por la pandemia del COVID-19. Las dificultades para realizar reuniones presenciales con los colectivos de trabajadores/as debido a las medidas de distanciamiento social, y la crisis del sector gastronómico provocada no sólo por las medidas de distanciamiento, sino también por la crisis económica, entre otras cuestiones, ralentizaron las experiencias piloto. Sumada a la pandemia, el proceso de aprendizaje para incorporar el uso de la plataforma también planteó límites. El primero fue el acceso a computadoras para configurar y aprender a usar la plataforma. Como respuesta, FACTTIC donó o prestó computadoras a los colectivos de reparto. El segundo se vinculó con el hecho de que, en algunos casos, la incorporación del software a los procesos de trabajo se superpuso con la formalización de las cooperativas. Esto generó un escenario complejo, pues las cooperativas que se suelen incorporan al proyecto generalmente están formadas por pequeños colectivos de trabajadores/as con ingresos y condiciones de vida precarias e inestables:

Veo que en la práctica, lo real a la hora de acompañar una pre-cooperativa… me parece que tenemos que tener en cuenta que hay unos tiempos, tiempos que son mucho más largos de los que nosotros esperamos como proyecto y que los tenemos que tener en cuenta porque a veces esperamos un montón y una cooperativa que se está armando está resolviendo un montón de cosas, además de usar una app. (Miembro 3 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Lograr una masa crítica es un requisito para cualquier emprendimiento económico y, en particular, para aquellos en la economía de plataforma: más usuarios/as y clientes/as tornan más atractiva la plataforma y, en consecuencia, logran involucrar a más usuarios/as. Esto representa el desafío actual de la implementación local de CoopCycle. El enfoque inicial de incubar y acompañar colectivos de repartidores/as se ha desplazado hacia una perspectiva que incorpora este proceso de incubación en la creación de circuitos socioeconómicos territoriales o “ambientes cuidados” para las cooperativas:

Los objetivos cambiaron porque fuimos entendiendo. Al principio, el objetivo fue entender qué es CoopCycle y vincular. Cuando logramos ese objetivo fue traerlo [a la Argentina] y nosotros pensamos que traer CoopCycle a Argentina era adaptarlo tecnológicamente. Lo adaptamos tecnológicamente […] y el tercer objetivo fue levantar coopes de reparto. Pensamos que en tres meses, cuatro, íbamos a tener una cooperativa y después nos dimos cuenta de que era más complicado. […] nos dimos cuenta que lo que hay que hacer, que eso es lo que estamos haciendo ahora, es trabajar el territorio. Nos encontramos en la parte de desarrollar los territorios y luego empoderar la cooperativa de reparto; cooperativa de reparto que ya existan o incubarlas en un territorio pre-armado o cuidado. […] En este caso de las cooperativas de reparto, lo que hay que hacer es generar ambientes cuidados donde desarrollarlas, empoderarlas. En eso nos encontramos ahora, desarrollando territorio más que empoderando cooperativas aisladas del territorio. (Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre de 2021)    

Fruto de un proceso de aprendizaje y del reconocimiento progresivo de la dimensión social del funcionamiento de las tecnologías (Muñoz Cancela y Monti, en prensa), esta transformación busca superar los límites y afrontar los retos recurriendo a actores colectivos localmente arraigados, reunidos en mesas o equipos locales. La estrategia consiste en vincular cámaras, gremios, organizaciones cooperativas y de la economía social y solidaria, proveedores/as, medios de comunicación, gobiernos locales y provinciales, universidades, entidades financieras y otros actores interesados en promover CoopCycle para crear circuitos socioeconómicos en donde los colectivos de repartidores/as logren reproducir sus vidas gracias al trabajo de reparto y mensajería. Este cambio en el modelo de incubación implica “escalar el modelo de acompañamiento”:

Tenemos que escalar el modelo de acompañamiento, le estamos dedicando un montón de esfuerzo a estas primeras experiencias, pero no sé si vamos a poder sostener este nivel de acompañamiento si tenemos treinta cooperativas, o si tenemos cinco más. ¿Cómo hacemos desde el modelo de negocios para sostener esto? Sin duda, algo de la retribución que genera tiene que ir para sostener el equipo que acompaña porque si no se va a quedar solamente en la militancia y eso se va a sostener hasta que no se pueda sostener más. Tiene que haber una forma de que la militancia sea el primer impulso pero luego sostenerlo en el tiempo. El primer paso es poner cooperativas en las calles, después generar un modelo de acompañamiento que escale y generar un modelo de negocios que retroalimente esto y lo haga sostenible en el tiempo. (Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre de 2021)

Otro gran desafío se vislumbra a partir esta nueva perspectiva, pues son necesarios tiempo, recursos y nuevas capacidades que amplíen las de FACTTIC para desplegar circuitos socioeconómicos locales. Aquí, el Estado parece ser un aliado clave, aunque también el resto de los actores que conforman las redes ya creadas.

 

Reflexiones finales

El cooperativismo de plataforma es un movimiento emergente que representa una renovada esperanza y posibilidad de profundizar el empoderamiento social en nuestras sociedades y economías gracias a los beneficios de las tecnologías de la información e Internet. Uno de los principales desafíos de las cooperativas de plataforma radica en el crecimiento, la replicabilidad y la escala. En la Argentina, este movimiento comprende experiencias incipientes, entre las que destaca la implementación local de CoopCycle, una cooperativa de plataforma creada en Francia, Europa. Este trabajo analizó los factores positivos, desafíos y limitaciones de la implementación de CoopCycle en la Argentina y, por ende, la factibilidad de que esta plataforma escale y amplíe espacios de empoderamiento social más allá del Norte Global.

Se identificaron un conjunto de ocho factores principales con respecto a la implementación local de CoopCycle. Los recursos en el punto de partida heredados de la experiencia europea fueron cruciales, siendo la disponibilidad de un software de código abierto el factor impulsor central. Se describieron tres condiciones de contexto como elementos clave. En primer lugar, el marco legal cooperativo, el cual no parece constituir una barrera. En segundo lugar, el movimiento cooperativo, que debido a su magnitud y densidad podría albergar las nacientes cooperativas de plataforma. En tercer lugar, un país altamente urbanizado con infraestructura para bicicletas en las principales ciudades, en donde las cooperativas de reparto podrían prosperar. Sin embargo, estas condiciones de contexto también presentan desafíos y limitaciones: los/as asociados/as de las cooperativas de trabajo en la Argentina acceden a una seguridad social más débil que la de los/as trabajadores/as de las cooperativas europeas, y los procesos de urbanización en América Latina se han basado en desigualdades estructurales que generan una deficiencia en los servicios públicos y una dispersión de la población en las periferias de las principales ciudades. Además, en ciertos casos, las motos siguen siendo la mejor opción para los/as repartidores/as debido a cuestiones culturales y de costos.

Los recursos organizacionales proporcionados por el promotor de la implementación local también son fundamentales. CoopCycle representa un proyecto estratégico dentro de FACTTIC, una federación de cooperativas de trabajo tecnológicas con casi diez años de experiencia en el trabajo intercooperativo y colaborativo. Además del papel clave de FACTTIC, el Estado ha sido un actor central en el proceso, pues ha proporcionado los dos subsidios principales que financian la implementación local hasta el momento. Sin embargo, los subsidios estatales generan una importante carga de trabajo en la búsqueda y la administración y rendición de los fondos, lo cual representa un desafío para el equipo de localización, dadas las etapas iniciales del proceso.

Participar en y crear redes con otros actores de la economía social y solidaria fortalece el proceso local. A través de estas redes circulan recursos económicos y políticos que brindan posibilidades para escalar, conocimientos diversos y diferentes tipos de asistencia. No obstante, resta construir mayores vínculos con otras experiencias relacionadas con las cooperativas de plataforma en el país. Finalmente, el camino de las cooperativas guiando otras cooperativas para incubar y acompañar cooperativas de reparto parece promover el empoderamiento social, en comparación con los modelos de incubación estatales. La reflexión y el aprendizaje colectivos por parte del equipo local han generado reformulaciones y reelaboraciones de estrategias. Así, el proceso de incubación de cooperativas de trabajo está comenzando a convertirse en un proceso de incubación de circuitos socioeconómicos. En otras palabras, cooperativas guiando territorios de modo de garantizar ambientes cuidados para los colectivos de reparto.    

Este conjunto de factores no busca delinear un manual sobre cómo tener éxito en la implementación de una plataforma cooperativa en la Argentina. Por el contrario, busca compartir algunos aprendizajes sobre la viabilidad y el potencial de empoderamiento social del cooperativismo de plataforma desde los cuales intercambiar con otras experiencias en diferentes contextos. En este sentido, cabe dejar anotados tres puntos. Primero, tal como observamos en investigaciones previas (Kasparian y Rebón, 2020), la centralidad del Estado en las estrategias intersticiales de cambio social. La experiencia argentina –y también la mexicana– de CoopCycle expone que los Estados pueden ser aliados clave para crear y profundizar espacios de empoderamiento social. Además, este apoyo puede ayudar a ampliar estos espacios más allá de las fronteras nacionales. El financiamiento público otorgado al proceso argentino ilustra esto ya que tuvo un impacto global en CoopCycle, al posibilitar la incorporación de un desarrollador al equipo internacional.

Segundo, a pesar de que las estrategias desde abajo pueden ser más efectivas para erosionar acumulativamente al capitalismo cuando hay acciones estatales de apoyo, éstas son poco probables sin poder social. En años anteriores, la experiencia argentina de incubación estatal de cooperativas evidenció que cuando el poder estatal subordina al poder social, las experiencias pueden verse debilitadas. Por el contrario, el caso analizado presenta varios vectores de poder social que impactan positivamente en la implementación local así como en CoopCycle en su conjunto: activismo de software libre, una federación cooperativa y un modelo de incubación y acompañamiento donde las cooperativas guían a otras cooperativas. En suma, el poder social y el poder estatal pueden complementarse para impulsar el cambio social. 

Tercero, las condiciones de factibilidad no pueden analizarse considerando exclusivamente dimensiones locales. La perspectiva transnacional prevalece cuando se analizan cooperativas de plataforma, pues en el escrutinio de los factores positivos para su consolidación se deben considerar diferentes escalas. Los análisis deben posicionarse en un punto de vista que vincule factores locales y nacionales, así como variables que trasciendan dichos territorios. Por ejemplo, abordar el punto de partida del caso local instó a utilizar una lente transnacional para captar la relevancia del software de código abierto. Lo mismo sucedió al analizar las implicancias del proceso local en la sostenibilidad socioeconómica de CoopCycle en su conjunto: tener en cuenta la importancia de que el desarrollador local se sumara al equipo internacional convocó a esta perspectiva.

Dicho esto, ¿qué nos permite aprender la implementación argentina sobre CoopCycle en su conjunto y sobre su forma de escalar? La escala tiene el potencial de profundizar las experiencias de empoderamiento social e Internet permite la comunicación, la coordinación y la colaboración entre pares. Al mismo tiempo, ciertas experiencias paradigmáticas del cooperativismo muestran que la escala plantea riesgos desde el punto de vista socio-político, cooperativo y emancipatorio: puede dificultar las identidades locales y puede ser inversamente proporcional a la democracia y la participación. A continuación, argumento que la estrategia de federación ampliada de CoopCycle para crecer parece delinear un plataforma transnacional, diversa, intercooperativa y solidaria.

En cuanto al desarrollo del software y el trabajo colaborativo, si bien primero se concibió como un software —y una federación— para colectivos de trabajadores/as en Europa, el código abierto desencadenó su implementación en la Argentina y otros países de la región. Esta disposición solidaria del grupo fundador de CoopCycle generó intercambios, intercooperaciones y colaboraciones que dieron forma a una estrategia federada ampliada con el reciente lanzamiento de CoopCycle Latinoamérica sumándose al ecosistema de CoopCycle.

Más allá de los desafíos futuros que seguramente planteará esta circulación ampliada de CoopCycle, el trabajo colaborativo hasta ahora ha repercutido positivamente en la plataforma. El desarrollo del pago en efectivo por parte de México no sólo representa la solución a un problema apremiante en América Latina. Esta funcionalidad, típicamente pensada para sociedades latinoamericanos, podría dar lugar a una reflexión sobre el Sur Global presente también en Europa. La incorporación de un desarrollador de FACTTIC es un gran beneficio para la plataforma. Esta colectivización del trabajo de desarrollo podría generar una mayor documentación de los procesos y, por lo tanto, mayores posibilidades de compartir el software y el saber-hacer. Ampliar el equipo también podría permitir a CoopCycle reflexionar y avanzar en un campo inexplorado: la recolección y el análisis de datos.

En materia de sustentabilidad, la aprobación del “Plan de transición de medios de transporte” para la localización argentina replantea la agenda ambiental para CoopCycle en su conjunto, pues la sustentabilidad ambiental adopta múltiples definiciones y caminos según los contextos. Además, el plan de transición sugerido por FACTTIC podría permitir que CoopCycle se implemente en otras latitudes.

Esta estrategia federada ampliada para crecer plantea nuevos desafíos y oportunidades en cuanto a las interacciones entre los dos hemisferios. Empiezan a ser necesarios más espacios de intercambio, aprendizaje entre pares y colaboración. Los modelos de gobernanza probablemente tendrán que reformularse para incorporar orgánicamente a CoopCycle Latinoamérica. El horizonte de una plataforma transnacional, diversa, intercooperativa y solidaria seguramente guíe este camino.

 

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Entrevistas citadas

Miembro 1 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, noviembre 2021.

Miembro 2 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre 2021.

Miembro 3 de FACTTIC y del equipo de CoopCycle en la Argentina, septiembre 2021.



[1] El artículo está basado en el informe final de mi investigación como Research Fellow del Institute for the Cooperative Digital Economy (Instituto para la Economía Digital Cooperativa) de The New School. Agradezco a Trebor Scholz, Aman Bardia y mis colegas del Institute for the Cooperative Digital Economy por las discusiones y los intercambios sobre temáticas analizadas en el artículo. Agradezco especialmente a Cecilia Muñoz Cancela, Véra Vidal, Shaked Spier, Agustina Súnico, Diego Fernández Peychaux y Danilo Lujambio por comentar los borradores del informe. También agradezco a Pablo Vannini, Hernán Gigena, Nicolas Dimarco, Jesica Lacquaniti, Leandro Monk, Juan Ignacio Torres, Carlos Cuoco, José Fantasía y Lucas Ferraro por su generosidad e invaluables aportes. La investigación contó aportes del Institute for the Cooperative Digital Economy, el Instituto de Investigaciones Gino Germani y el Centro Cultural de la Cooperación.

 [2] Dra. en Ciencias Sociales (UBA) - CONICET, IIGG-UBA. E-mail: denise.kasparian@gmail.com

[3] En diciembre de 2015 Mauricio Macri, líder de una coalición de centro-derecha, asumió como presidente de la Argentina. 

[4] Éstas pueden ser categorizadas de acuerdo al sector económico: a) actividades de diseño, traducción, diseño de páginas web, servicios de programación, entre otros (Upwork, Freelancer y Workana); b) servicios de maestranza, reparación, limpieza y cuidados personales (IguanaFix, Home Solution, Mi Gran Taller, Zolvers, DogHero y GuauSurfing); c) alojamiento (Airbnb y HomeAway); d) transporte de pasajeros (Uber y Cabify); e) servicios de entrega de productos a domicilio (Rappi, Glovo, PedidosYa, Uber Eats, Ando y Rapiboy); f) comercio (MercadoLibre, OLX y LetGo) (López Mourelo, 2020: 20).

[5] Existe un informe sobre “Rodando Juntas”, el proyecto piloto de implementación de CoopCycle en México: Barrera-Flores, A.L., Cerdio-Vázquez, J.H., Guevara-Meza, A., Martínez-Louvier, J.M., Osorio-Torres, C., Rodríguez-Reyes, H.T., Viornery-Camacho, I.J., Zepeda-Medina, Y. (2021). Cooperatives of the World, Unite! CoopCycle from France to Mexico…and to the World [¡Cooperativas del mundo, uníos! CoopCycle de Francia a México… y al mundo]. Organisation for Economic Co-operation and Development.

[6] Slack es una plataforma de comunicación que ofrece muchas funciones de estilo IRC: canales organizados por tema, grupos privados y mensajería directa. Dentro de Slack toda clase de contenidos (archivos, conversaciones y personas) puede ser buscada.

[7] GitHub es un proveedor de hosting de Internet para el desarrollo colaborativo de software y el control de versiones mediante Git. Se usa comúnmente para albergar proyectos de código abierto.

[8] OpenStreetMap es un proyecto colaborativo para crear mapas editables y libres

[9] Loomio es un software de toma de decisiones y un servicio web diseñado para ayudar a los grupos en sus procesos de toma de decisiones colaborativos y centrados en el consenso. Es una aplicación web de software libre, donde los usuarios pueden iniciar discusiones y presentar propuestas.

[10] Al momento de cerrar este artículo, una federación cooperativa uruguaya estaba interesada en la implementación de CoopCycle en Uruguay y ya había realizado varias reuniones e intercambios con el equipo argentino.

[11] En Chile hay cuatro cooperativas de reparto interesadas en sumarse a CoopCycle.

[12] En México, siete colectivos de reparto ya utilizan CoopCycle como proyectos piloto.

[13] Para más información, consultar Shaked Spier (2022). Su trabajo analiza la ética y los valores de dos plataformas digitales de propiedad cooperativa, entre éstas, CoopCycle.

[14] El acceso a la seguridad social de los/as trabajadores/as de cooperativas de trabajo es reglamentado por la resolución Nº 784/92 de la ANSES, que en su artículo 1° establece que, al no tratarse de trabajadores en relación de dependencia, los/as asociados/as son considerados/as autónomos/as. Además, la resolución Nº 183/92 del INAC (organismo que luego será el INAES) establece que las cooperativas de trabajo deben garantizar el acceso a la seguridad social de sus asociados/as, cumpliendo con las aportaciones necesarias a los fines del régimen previsional en el sistema de trabajadores autónomos. A fines del año 2013, el INAES dictó la resolución Nº 4664/13, que reemplaza la Nº 183/92. Introduce dos novedades respecto a la seguridad social de trabajadores/as de cooperativas de trabajo: 1) la posibilidad de optar entre la realización de aportes al régimen autónomo (monotributo) o al régimen en relación de dependencia; 2) insta a las aseguradoras de riesgos del trabajo (ART) a emitir sus pólizas a favor de las cooperativas. Respecto a este último punto, las cooperativas enfrentan fuertes dificultades en tanto la ley referida a las ART estipula requisitos que las cooperativas no pueden cumplir. La cobertura de los/as asociados/as frente a accidentes o enfermedades en el trabajo se ve dificultada en tanto la legislación sobre riesgos del trabajo estipula la obligatoriedad por parte de los empleadores de contratar una ART. Al no existir la relación laboral, las cooperativas se ven impelidas a contratar seguros de vida personales que poseen no sólo la desventaja de cubrir una mínima porción de los daños, sino que tampoco cubren licencias resultantes del accidente o la enfermedad laboral.