UNA MIRADA CRÍTICA AL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN
CUBA
Souto
Anido Lourdes*, Oramas Santos Onailis**
Calle
L, N° 353, piso 12, Plaza de la Revolución (10400),
La Habana. Cuba.
*lourdes@fec.uh.cu,
**onailisos@fec.uh.cu
*
ORCID 0000-0003-0661-5914. ** ORCID 0000-0002-8813-6986
Recibido
21 de abril de 2021, aceptado octubre 2021
RESUMEN
Cuba fue pionera en la implantación de sistemas de
Seguridad Social en América Latina. No obstante, la población altamente
envejecida y la tensa situación económica que caracteriza al país, hacen que el
sistema de pensiones de la Seguridad Social, tenga que
enfrentar grandes retos. El presente artículo tiene como objetivo analizar la
situación de dicho sistema buscando identificar los principales desafíos a los
que se enfrenta y los que supone. Para ello, se analizan tanto los antecedentes
de los sistemas de protección social en Cuba, como sus retos y espacios en los
que es posible trabajar dadas las características de la sociedad cubana actual.
La teoría de los efectos olvidados se emplea como herramienta en el estudio.
Palabras Clave: Pensiones,
Seguridad Social, Cuba, Teoría de los Efectos Olvidados.
Códigos JEL: B55,
D81, E64.
A CRITICAL LOOK AT THE SOCIAL SECURITY SYSTEM IN CUBA
Souto
Anido Lourdes*, Oramas Santos Onailis**
Calle
L, N° 353, piso 12, Plaza de la Revolución (10400),
La Habana. Cuba.
*lourdes@fec.uh.cu,
**onailisos@fec.uh.cu
*
ORCID 0000-0003-0661-5914. ** ORCID 0000-0002-8813-6986
Received April 21st 2021, accepted
October 2021
ABSTRACT
Cuba was a pioneer in implementing Social Security
systems in Latin America. However, the highly aged population and the tense
economic situation that characterizes the country mean that the Social Security
pension system faces significant challenges. This article aims to analyse the case
of the said system seeking to identify the main challenges it faces and those
it entails. For this, both the background of the social protection systems in
Cuba are analysed and their challenges and spaces in which it is possible to
work given the characteristics of current Cuban society. The theory of forgotten
effects is used as a tool in the study.
Keywords: Pensions, Social
Security, Cuba, Forgotten Effects Theory.
JEL Codes: B55,
D81, E64.
1
INTRODUCCIÓN
En el trabajo titulado Welfare Economics, publicado en
1920 por Pigou se introduce por primera vez y de
manera formal el concepto de economía del bienestar (González, 2000), (Ruggles,
1957).
Según esta obra una sociedad
alcanzará el bienestar desde la óptica económica si se satisfacen las
siguientes tres condiciones:
·
Una producción tan alta como sea posible,
·
Una distribución tan igualitaria como sea posible,
·
Una rectificación de producciones rentables que acarrean
perjuicios a algunos grupos de ciudadanos.
El primer objetivo de la
economía del bienestar es la lucha contra la pobreza, donde la asistencia y
servicios sociales juegan un papel primordial. El primero en establecer
políticas de este tipo fue Bismarc quien, con el fin
de fortalecer la paz social “en una época en que las crisis y las profecías
marxistas sobre la inevitable revolución ya la crisis final del capitalismo, recorrían
Europa” (González, 2000, pág. 63), estableció los primeros seguros sociales en
la forma de pensiones por enfermedad a los trabajadores que debían ausentarse y
por tanto se veían desprovistos de ingresos. En la actualidad, cuando se habla
de servicios sociales, el entramado de prestaciones que se incluyen son muy superiores, destacando entre ellas:
·
La existencia de servicios de salud y educación públicos,
·
La prevención, seguridad y salud en el trabajo,
·
La atención e integración de minusválidos,
·
La atención a la tercera edad,
·
La promoción de la educación y de la formación
profesional permanente,
·
La atención personalizada a los necesitados,
·
Etc.
Como parte de estos servicios
se encuentran los sistemas de pensiones, los cuales constituyen uno de los componentes
más sensibles e importantes dentro de la organización social de un país. Cuba fue pionera en la implantación de
sistemas de Seguridad Social en América Latina. La protección al adulto mayor,
así como a la población vulnerable constituye un eje medular dentro de la
política económica y social del país.
Actualmente, si bien existe una
voluntad política de mantener y mejorar los logros de la Seguridad Social y los
sistemas de pensiones en Cuba, debido a la población altamente envejecida con
que cuenta el país, así como por la tensa situación económica que caracteriza
al mismo, dicho sistema está en presencia de un grupo importante de retos a los
que debe dar respuesta.
El presente artículo tiene como
objetivo analizar la situación de dicho sistema buscando identificar los
principales desafíos a los que se enfrenta y los que supone.
Para ello en este trabajo se
proseguirá de la siguiente forma. En la sección segunda se realizará un breve
recorrido por los antecedentes de los sistemas de protección social en Cuba evidenciando
todo su recorrido hasta la época actual. Posteriormente, la sección tercera
abordará los principales desafíos que presenta el actual sistema de seguridad
social de Cuba, empleando para ello las bondades de la lógica difusa, específicamente
la teoría de los efectos olvidados. Una cuarta sección se dedicará a desvelar
los elementos sobre los que se pueden actuar dadas las deficiencias o lagunas
que presenta el sistema actual de conjunto con las características de la nueva
sociedad cubana. En las conclusiones se advierten los actores que más impactada
verán su labor en aras de contribuir a un adecuado sistema de seguridad y
protección de la sociedad cubana.
2
BREVE
RECORRIDO POR LOS ANTECEDENTES
Si bien Cuba fue uno de los
primeros países de América Latina en contar con un sistema de protección
social, el mismo estaba caracterizado por contar con prestaciones
insuficientes, carente coordinación, grave desequilibrio financiero y olvido de
los más necesitados, un estado de cosas que respondía a la presión de diversos
grupos de poder.
Entre los años 1913 y 1958 se
constituyeron en Cuba 52 fondos de pensiones, la mayoría destinados a amparar a
trabajadores del sector privado, a profesionales y en menor medida aseguraban a
empleados y obreros en el sector público. Estos fondos eran conocidos como
Cajas de Retiro y estaban marcados por crecientes déficits debido a la
corrupción y el robo. De forma general, se puede concluir que en este período
el sistema de seguridad social cubano se caracterizaba por la anarquía
institucional en cuanto a la atención en materia del derecho laboral, por la
multiplicidad de instituciones y por una cobertura incompleta y desigual.
Al triunfar la Revolución los
principales esfuerzos estuvieron concentrados en revertir la precaria
protección social que impactaba al país y comenzaron a darse los primeros pasos
hacia la transformación organizativa y financiera de los seguros sociales en
Cuba, con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social como principal gestor de
la aplicación de ese sistema.
Entre las principales medidas
que se tomaron estuvo la de dotar de fondos a las 52 entidades de Seguro Social
que existían en el país, así como elevar la pensión mínima y ampliar al ciento
por ciento la protección de los trabajadores asalariados.
En marzo de 1963 entró en vigor
la Ley 1100 que se propuso proteger a todos los trabajadores y sus familias;
brindando amparo social en las contingencias de enfermedad, maternidad,
accidente de trabajo, enfermedad profesional, vejez y muerte. Dicha ley fija la
edad de jubilación en 55 años para las mujeres y 60 para los hombres. En enero
de 1980 se promulga la Ley 24, que establece los regímenes de Seguridad y
Asistencia Social, así como la obligación del Estado de garantizar un sistema
de prestaciones definidas. Estas leyes pusieron de manifiesto valores como la
solidaridad, debido a que los trabajadores en activo financian el pago de las
pensiones de las generaciones anteriores, y equilibra las distintas cuantías de
salarios, garantizando
un nivel de protección social relativamente mayor a quienes perciben ingresos
más bajos.
Adicionalmente protegió a los
trabajadores ante enfermedad y accidentes de origen común o profesional,
maternidad, invalidez (total o parcial) y vejez, y, en caso de muerte del
trabajador, protege a la familia; reafirmó el papel del Estado como máximo
responsable de la Seguridad Social para todos los ciudadanos y estableció un
régimen coherente de prestaciones.
Cuba, desde el año 2008 se
encuentra atravesando por un proceso de actualización de su Modelo Económico
Social, en este contexto en ese mismo año ve la luz la Ley 105. La misma es la
disposición actual vigente para el apartado de Seguridad y Asistencia Social en
el país. Las principales innovaciones de esta ley han estado dirigidas a
adecuar las pensiones por edad, elevando la edad de jubilación, en el caso de
las mujeres, de 55 años a 60; y en el caso de los hombres, de 60 a 65 años. Además,
se eleva el tiempo de servicios a acreditar, se cambia la base de cálculo de
las prestaciones y se incrementa también la tasa mínima de remplazo del 50 al
60%.
El país, desde el triunfo de la
revolución se ha preocupado porque todos los ciudadanos, sin excepción, tengan
derecho a la Seguridad Social, que cuenta ya con más de medio siglo de
perfeccionamiento y que debe seguir ajustándose a los tiempos para garantizar
la retribución justa. No obstante, el país, que siempre se ha caracterizado por
vivir ciclos de mucha tensión económica ahora enfrenta el reto de hacer frente
a una población altamente envejecida.
3
ANÁLISIS
DE LOS PRINCIPALES DESAFÍOS QUE ENFRENTA EL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN
CUBA.
Cuba es una
nación con una alta esperanza de vida, elemento positivo y que marca el orgullo
del país. No obstante, esta dicha al
combinarse con la disminución de la fecundidad y el incremento de la tasa de
migración de la población en edad reproductiva, hace que demográficamente Cuba
tenga que hacer frente a una situación complicada desde el punto de vista de la
Seguridad Social.
Según datos
de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) uno de cada tres
cubanos en 2030 tendrá más de 60 años. Dicha realidad también pone en riesgo de
sostenibilidad financiera del sistema de Seguridad Social, la cual está marcada
por tres elementos fundamentales:
En la figura
1, se presenta la evolución en ascenso que ha tenido la Seguridad Social en el
país.
Figura 1.
Evolución de las Contribuciones y Gastos de la Seguridad Social. Cuba. 2004-2020.
Fuente: (Hernández & Guitart, 2020, pág. 1)
De
acuerdo a las proyecciones de Población Económicamente Activa
(PEA) publicadas por la ONEI, “A nivel nacional la PEA crece entre el 2015 y el
2021 en casi 68 mil efectivos. A partir de ese momento comienza a decrecer y
para el año 2030 se verá reducida en casi 133 mil personas. De 5 097 439
personas en el 2021 disminuye a 4 964 537 personas. La PEA al final del período
de proyección es menor que al inicio del mismo” (ONEI,
2015). Se espera que la tasa de actividad, para la población mayor de 65 años,
se incremente entre 2015 y 2025 en más de 5 puntos porcentuales,
presumiblemente ante la escasez relativa de fuerza de trabajo motivada por la
disminución de la PEA. Esa misma situación será responsable de que la fuerza de
trabajo tendrá que permanecer activa por más años para garantizar las mismas
tasas de ocupación.
Para
complementar el análisis del impacto estos elementos en el sistema de pensiones
se propone utilizar la Teoría de los Efectos Olvidados. A continuación, se
presenta el listado de los elementos que se proponen utilizar como Causas y
Efectos
Tabla 1.
Listado de Causas y Efectos que pueden poner tensión al Sistema de Pensiones de
la Seguridad Social.
Elementos que inciden en el Sistema de Pensiones de la Seguridad Social
(Causas) |
Efectos en el Sistema de Pensiones de la Seguridad Social (Efectos) |
C1. Aumento de la esperanza de Vida |
E1. Disminución de la PEA |
C2. Migración de la Población |
E2. Incremento de la población a atender |
C3. Disminución de la tasa de Fecundidad |
E3. Permanencia en el Sistema |
C4. Apertura al Trabajo por Cuenta Propia |
E4. Cuantía Nominal de las pensiones. |
Fuente: Elaboración propia.
Tras la
aplicación de una encuesta que permite determinar la incidencia de las
mencionadas causas sobre las causas, los efectos sobre los efectos, y las causas
sobre los efectos; los resultados de esta se procesaron e introdujeron en el
software FuzzyLog para determinar la presencia o no
de efectos olvidados. En la figura 2 se presentan los principales resultados
encontrados.
Figura 2.
Tabla de efectos olvidados.
Fuente: Salida de Máquina del Programa Fuzzylog.
A continuación,
se puntualizan los principales efectos olvidados encontrados y que refuerzan lo
planteado hasta el momento.
El primer
elemento para analizar es el incremento de la Esperanza de Vida, que es
importante recalcar que se reconoce como un logro a mantener. El reto está en
mantenerlo de forma digna, garantizando a los adultos mayores un nivel de vida
y de atención como se merecen.
Figura 3.
Efecto olvidado entre la esperanza de vida y la disminución de la PEA.
Fuente: Salida de Máquina del Programa Fuzzylog.
El primer
efecto olvidado se encuentra en cómo el aumento de la esperanza de vida impacta
en la disminución de la PEA, pues al incrementarse la misma, crece también la
población a atender y esto se traduce a su vez en una disminución de la PEA. El
aumento de la edad de jubilación, así como medidas tales como permitir que los
adultos mayores, una vez jubilados se vuelvan a incorporar a sus puestos de trabajo,
son acciones que tienen el objetivo de mitigar este efecto. No obstante, muchas
veces estas personas que se vuelven a contratar lo hacen en puestos del Estado
y se mantienen cobrando a su vez sus pensiones, pues así la Ley lo permite y
esto carga al presupuesto del Estado.
La migración
de la población que en principio tenía una relación débil respecto a la
permanencia en el sistema de seguridad social, ve potenciada esta relación tal
y como se observa en el siguiente gráfico.
Figura 4.
Efecto olvidado entre la migración de la población y la permanencia en el sistema.
Fuente: Salida de Máquina del Programa Fuzzylog.
La migración
de la población es uno de los elementos que hace que disminuya la tasa de
fecundidad, pues los jóvenes tensos por la situación económica e intentando emigrar
dilatan el tema de la descendencia. Estos dos factores inciden en la
disminución de la PEA que a su vez impacta en la permanencia en el sistema.
La
disminución de la tasa de fecundidad es otro de los factores que presentó
efectos olvidados relacionados con el incremento de la población a atender.
Figura 5.
Efecto olvidado entre la disminución de la tasa de fecundidad y el incremento
de la población a atender.
Fuente: Salida de Máquina del Programa Fuzzylog.
Al disminuir
la tasa de fecundidad, disminuye la PEA, y esto se traduce en una mayor
cantidad de personas a atender.
Como último
efecto olvidado a analizar se presenta el relacionado con el impacto que ha
tenido la Apertura del Trabajo por Cuenta Propia en la permanencia del sistema
de pensiones.
Figura 6.
Efecto olvidado entre la apertura del trabajo por cuenta propia y la
permanencia en el sistema.
Fuente: Salida de Máquina del Programa Fuzzylog.
La apertura
al trabajo por cuenta propia tiene un efecto positivo en la esperanza de vida,
pues ha brindado una válvula de escape económico para la población además de
que ha sido fuente de motivación en lo personal. Este efecto positivo en la
esperanza de vida a su vez incide en el incremento de la población a atender y
por ende aumenta la permanencia en el sistema. A su vez, esta apertura se ha
traducido en una consolidación de la heterogeneidad de formas de propiedad y
gestión resultante del propio proceso de actualización del Modelo Económico y
Social, se ha encargado de configurar un mercado laboral más
amplio y más complejo pero que a su vez puede ser fuente de solución
para aliviar algunas de las tensiones.
4
ALGUNAS
HOLGURAS SOBRE LAS QUE TRABAJAR.
Ante esta
tensa situación el país debe hacer uso de soluciones que están a su alcance
para enfrentar estos desafíos.
En primer lugar,
deben fomentarse y legalizar las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), permitiendo que estas actúen como motor impulsor
para mejorar la situación económica que atraviesa el país. Además, dentro de
las mismas deben quedar claros los roles de empleador y empleados, pues esto
lleva a distorsiones en términos de contribución intentando evitar que recaiga
sobre la bolsa salarial o diseñándola como responsabilidad compartida (una
parte de la bolsa de salarios y otra parte de los recursos de la empresa).
Esto
contribuirá a transparentar las relaciones laborales informales que hoy ocurren
sin contratos y sin protección legal o de seguridad social. Baste decir que
aproximadamente dos millones de cubanos en edad laboral no integran las filas
de la ocupación formal en Cuba, por lo que es importante integrarlos y
protegerlos mediante un sistema de seguridad social flexible y avanzado
(Hernández & Guitart, 2020).
De igual
forma, debe de trabajarse en el pilar no contributivo de la seguridad social,
ya sea mediante transferencias monetarias o mediante subsidios vía precio de
productos que son de consumo inmediato del segmento de la población mayor de 65
años. Esto es un elemento que se empezó a trabajar en medio de la crisis generada
por la Covid 19 y que ha dado buenos resultados.
De manera
general todos los ingresos asociados a las prestaciones de la seguridad social
deberían indexarse a la evolución del índice de precios al consumidor en la
economía cubana para garantizar la satisfacción de las necesidades de esta
población más vulnerable.
Por último,
debe crearse un sistema institucionalizado de cuidados siendo responsabilidad
del Estado su conducción y la regulación de la presencia de las diversas formas
de propiedad bajo el principio de corresponsabilidad.
Se deben
establecer por ley los mínimos de capacitación y salubridad para comenzar en
esta actividad mientras también se vigilarán los precios de las actividades que
son objeto de transacción comercial.
Este sistema
contribuirá a aliviar la feminización actual de las tareas de cuidados,
impactando así sobre la ocupación femenina, que hoy es significativamente más
baja en el país, lo que ocasiona que estén menos cubiertas por el sistema de
Seguridad Social en su vertiente contributiva.
No obstante,
lo hasta aquí tratado, la situación de la seguridad social en Cuba descrita
implica también retos para el sistema empresarial y las organizaciones en
general que ya existen en el país, las cuales, en un futuro no muy lejano
deberán reorientar su forma de actuar para atemperarse a las características de
la población y de la economía nacional.
En la
actualidad aun impera en Cuba el principio de Responsabilidad Social
Corporativa (RSC), pero la atención que han prestado las empresas a este concepto
no ha sido del todo voluntaria, sino una forma más de cumplir con las
indicaciones gubernamentales. Díaz (2015) señala que los esfuerzos emprendidos
no han sido del todo efectivos debido a que aparentemente hay un enfrentamiento
entre la firma y la sociedad, como si los objetivos de una fueran en detrimento
de los de la otra; y que realmente la RSC no forma parte de la estrategia
corporativa por tanto cualquier acción para cumplir con las demandas de la
sociedad se ve como un esfuerzo extra, que podría reducir la rentabilidad
empresarial.
Sin embargo,
en la práctica existe una relación de necesidad mutua entre la empresa y la
sociedad. Para que la primera subsista es necesaria una demanda, proveniente de
la segunda, que será una curva aún más expansiva mientras más saludable sea la
sociedad, la cual, a su vez, necesita del empleo para mejorar su bienestar y
condiciones de vida en general en el largo plazo.
La teoría de
Porter & Kramer (2011) sobre la creación de valor compartido sería la más
apropiada a aplicar por la economía cubana. Este concepto es definido como “las
políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una
empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en
las comunidades donde opera” (pág. 6). Por tanto, es un enfoque que descansa en
la identificación estratégica de aquellas acciones y actividades que debe
llevar a cabo la entidad para fomentar su progreso y el de la sociedad o
comunidad donde se encuentre enclavada.
Porter y Kramer
(2011) indican que hay tres formas distintas de proporcionar, al mismo tiempo,
valor para la empresa y para la sociedad, las cuales se complementan,
construyendo un círculo positivo. Estas tres formas son: 1) descubriendo nuevos
mercados y productos, 2) redefiniendo la productividad en la cadena de valor, y
3) creando grupos locales de apoyo a la empresa, lo que también se conoce como
clúster.
Por tanto le corresponde al empresariado cubano, ya sea estatal
o privado, identificar las necesidades actuales y futuras de la sociedad, para
así reenfocar sus productos o servicios. Estas necesidades deben ser vistas
como oportunidades a aprovechar, y supondrán niveles fuertes de inversión,
rediseño de ofertas, así como una ampliación del pensamiento innovador, donde
cobrarán una mayor fuerza las innovaciones de tipo social, organizativa,
comercial, conceptual, de proceso y de gestión.
5
CONCLUSIONES
Y TRABAJOS FUTUROS
El interés de personas
naturales y gobiernos por la aplicación de prácticas en beneficio de la sociedad
data de años anteriores a la primera mitad del siglo pasado. En Cuba
específicamente, a pesar de todas las limitantes económico-financieras que se
sufren, se han diseñado y mejorado las políticas en este sentido, no obstante,
los retos futuros advierten cambios aún más radicales que los que se han
llevado a cabo hasta la fecha. Los actores más tensionados serían:
·
La empresa, que con una fuerza de trabajo cada vez más
envejecida, deberá realizar fuertes inversiones para cambiar la matriz
tecnológica intensiva en fuerza de trabajo predominante en la actualidad;
además de la reorientación de los productos y servicios ofertados a otros más
novedosos y acordes a las características de la población cubana, y del cambio
en las formas de gestión actuales.
·
El presupuesto del estado, sustento del sistema de
pensiones y del resto de las políticas de seguridad y asistencia social, con
una PEA cuyo aporte será cuantiosamente inferior a las necesidades reales.
·
Las mipymes, las cuales deberán
realizar importantes aportes a las comunidades y gobiernos locales para ayudar
a la consecución de las políticas sociales.
·
La población, con débil cultura de seguros y ahorros, lo
cual supone un cambio de mentalidad tan difícil de alcanzar como los progresos
en materia económica. Es interesante terminar nuestro artículo mostrando las
conclusiones o ideas más importantes y, de ser posible, los trabajos futuros
que se desarrollarán a partir de éstas.
REFERENCIAS
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González,
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Cuba: retos actuales. Economía y Desarrollo.
Melamed-Varela,
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compartido: estado y contribuciones a la sostenibilidad corporativa. Revista EAN,
85, 1-30. doi:10.21158/01208160.n85.2018.2047
Porter,
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Ruggles,
N. (1957). La economía del bienestar como base del principio marginalista de la
formación de los precios. Temas y Polémicas, 8(2), 844-877.