Cerutti, Mario y Juan Ignacio Barragán. Juan F. Brittingham y la industria en México (1859-1940). Monterrey: ahenme-uanl-Plaza y Valdés, 2018

 

 

Las publicaciones académicas en México sobre la historia de los empresarios, las empresas y la actividad empresarial en sus más variadas vertientes, crecieron de manera notable en las tres décadas recientes. Ahora suman centenares los trabajos publicados por especialistas que fortalecen este campo de las ciencias sociales. Las escalas de sus objetos de estudio y el énfasis de los análisis variaron, desde empresarios organizados en oligopolios y protagonistas de la macroeconomía; familias locales que incrementaron sus fortunas cuando mezclaron negocios y la política; inmigrantes habilidosos e innovadores que formaron parte de redes de negocios internacionales, patrimonios sólidos heredados que en algunos casos no resistieron las primeras adversidades cuando fueron administrados por nuevas generaciones; hasta las trayectorias de empresas modestas en sus inicios y que ahora son corporativos globales. Esta tendencia académica se ha enriquecido con propuestas de historia comparada, de historia global, de historia de la microempresa como tendejones, pequeños molinos, trapiches, entre otros; con lo cual se han llenado poco a poco los vacíos historiográficos en las temáticas referidas para los siglos xix y xx.

Las conclusiones ofrecidas en esos esfuerzos centraron episodios, identificaron protagonistas y múltiples problemas empresariales de las dos recientes centurias vinculados a las ramas de la economía: agricultura, minería, manufactura, comercio, banca, entre otros. Los impulsos más potentes y regulares de las investigaciones que hicieron posible esas publicaciones provinieron de equipos de trabajo que recibieron merecidamente apoyos y financiamiento públicos; de investigaciones realizadas por estudiantes de posgrado becados en la modalidad de tesis de maestría y doctorado, quienes sistematizaron información en archivos, hemerotecas y, cuando sí era posible el acceso, testimonios del pasado de las empresas.

Ahora está a nuestro alcance la reedición de esta obra académica, con las correcciones y añadidos pertinentes, cuya principal fortaleza es estar fundamentada en la revisión y el análisis de 60 mil documentos organizados, resguardados e identificados como el archivo Juan F. Brittingham. Con este acervo y en particular con el libro que ahora se reseña, conocemos aspectos generales biográficos de este inmigrante/empresario/negociador, identificamos su despliegue filantrópico, su afición al béisbol, el cine y la geología; además nos asomamos a su vida privada en donde se refleja su inclinación por la lectura, su gusto por el “cognac, carnes frías, [...] lujosos muebles, [...] ropa, calzado, joyas.” Así mismo, entendemos su preocupación y organización para de forma regular obtener información actualizada en asuntos como la tecnología, política, finanzas y comercio; lo cual no era cosa menor en su propósito de fortalecer sus capacidades y habilidades en el campo competitivo de la actividad empresarial.

Este libro centra la biografía productiva de Brittingham por más de medio siglo. Subraya la influencia que en él tuvo el haber cultivado amistad temprana con familias poderosas del norte mexicano como Terrazas y Creel, la hechura paciente de sus vínculos con poderosos empresarios y políticos de Nuevo León, Chihuahua, Durango, Coahuila y la Ciudad de México, y del sur de Estados Unidos. Algo más complejo se proyecta en esta publicación; aunque no necesariamente haya sido el objetivo principal: dimensionar la personificación en Juan F. Brittingham del capital financiero toda vez que combinó directa y regularmente las actividades de la industria y la banca.

En esta obra, también encontramos datos sólidos sobre temas amplios como el origen de dos empresas mexicanas globales: cemex, que emerge en medio de una desgastante negociación empresarial en 1931, que se abre paso frente a la amenaza normal de la competencia y de los problemas laborales. Á esta empresa no la frenó la devastadora primera gran crisis económica capitalista (1929-1933) y tampoco los golpes derivados de la devaluación del peso mexicano frente al dólar. vitro, por su parte, tiene antecedentes que se remontan al cierre del siglo xix, y desde entonces en su marcha, competitividad y rentabilidad a sido determinante la estrategia de incorporarle tecnología e integrarla verticalmente en un conjunto de empresas potentes de la ciudad de Monterrey.

Convence la propuesta de este libro de explotar la riqueza y la excepcionalidad de esos miles de documentos que yacen en el archivo Juan F. Brittingham. Las vertientes de análisis podrán ser múltiples, tantas como las preguntas verosímiles que se planten los historiadores e investigadores de las ciencias sociales. Ahí están los acuerdos formalizados con las firmas de poderosos hombres de negocios que apuntan cálculos de rentabilidad, rutas posibles y alternas de comercio. En esos registros asoman las oportunidades que se abrieron en diferentes momentos y que se tradujeron en proyectos económicos en un país donde las instituciones maduraban con dificultad.

Esos documentos también contribuyen a identificar obstáculos múltiples para la operación cotidiana de las empresas que operan en el norte de México. Testimonian problemas y soluciones que como grandes coordenadas configuran los límites de las oportunidades y el potencial del laboratorio empresarial en esa región mexicana; un territorio que está convertido en un potente imán económico que genera suficiente interés para inmigrantes jóvenes llegados de Estados Unidos, Europa y América Latina.

Este universo de datos también lleva a considerar la necesidad de continuar la profundización del análisis sobre el papel de los empresarios en la importación de tecnología para mejorar los procesos productivos y elevar la competitividad económica, y, por otro lado, comparar porqué en el noreste mexicano este proceso fue constante y en tanto que en otras regiones del país no se registró de ese modo. Así mismo, sugiere evitar el prejuicio analítico de que los tiempos políticos estables son mejores para los negocios y que la inestabilidad política son necesariamente un obstáculo. Al respecto, resulta valioso constatar que Juan F. Brittingham diversificó, desde la actividad empresarial, sus intereses tanto en tiempos con estabilidad política como en otros que no lo eran, es decir, la inestabilidad política no siempre constituye un freno al comienzo de nuevos proyectos empresariales.

Con la publicación de este libro, sabemos que Juan F. Brittingham nació en septiembre de 1859, en San Luis, Missouri y murió en 1940, en Los Ángeles, California, que su fortuna la hizo en México pacientemente durante más de medio siglo con base en acciones concretas: concentración y apego a su trabajo, con el fortalecimiento de vínculos de amistad y de negocios, y con su participación informada en un conjunto de empresas que tomó un largo proceso iniciado a la edad de 24 años con aquella primera fábrica de velas y jabón denominada La Nacional en 1884. Pero falta conocer algunos detalles más de esta historia que pasan por responder preguntas puntuales, por ejemplo: ¿Qué fue de su fortuna, acaso en los años finales de su vida cuando se reintegró a la sociedad estadounidense en la que vivió sus dos primeras décadas, y en plena Segunda Guerra Mundial, remitió desde México sus caudales amasados a los bancos de Estados Unidos o bien fueron invertidos en empresas de este país?

 

 

Mario Contreras Valdez

Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México

mariocv@economia.unam.mx