Gómez, Teresita (Compiladora). Desafíos existentes en las políticas públicas de mediados del siglo XX. Argentina 1940-1976. Buenos Aires: Acercándonos ediciones, 2019.

 

El análisis histórico sobre la relación entre el desarrollo económico argentino y la planificación estatal remite necesariamente a las políticas públicas de mediados de siglo xx. Si bien es cierto que el modelo casi arquetípico de esa relación la constituyó el Primer Plan Quinquenal del peronismo, numerosos trabajos apuntan a las transformaciones que operaron a partir de la crisis del treinta para entender el comienzo de una progresiva ampliación en las áreas de acción del Estado. Que éste deba ser entendido, ya no como una institución homogénea, sino más bien como un espacio polifónico en el cual se expresan diferentes grupos e intereses, es algo en lo que aun hoy es necesario reparar. Los trabajos que componen el volumen coordinado por Teresita Gómez aluden, de manera tácita o manifiesta, a esta forma de concebirlo.

Cada uno de los artículos compilados merecería un tratamiento más amplio que el que vamos a realizar aquí, pero la intención de estas notas es recuperar algunos ejes transversales presentes en el libro. En principio, destacamos el interés común en indagar, no sólo en las características de las políticas públicas del período, sino en los mecanismos de gestación. Desde un comienzo, asistimos a un entramado de burocracias, corporaciones, asociaciones civiles y gubernamentales, trayectorias profesionales e intelectuales que confluyeron y derivaron en la planificación de las políticas estatales. En algunos casos éstas fueron estimuladas por las crisis en una época signada por grandes transformaciones en el mercado internacional, en otros, fueron las dificultades del propio contexto las que trazaron límites a los proyectos y determinaron su reformulación o fracaso.

Estos problemas son abordados a partir de una variedad de áreas que podríamos agrupar en tres secciones temáticas: transporte, población y comercio exterior. Estos temas atraviesan diferentes procesos históricos relevantes que caracterizaron la economía política del siglo xx, como la industrialización por sustitución de importaciones, los planes quinquenales del peronismo, el desarrollismo durante la presidencia de Frondizi, el plan Gelbard, entre otros.

Si bien las investigaciones están formalmente enmarcadas entre 1940 y 1976, sobrevuelan constantemente los problemas que emergieron del período de entreguerras. El origen de muchas de las políticas públicas tratadas en el libro está vinculado al declive de una etapa caracterizada por el crecimiento hacia afuera y el advenimiento de otra en la cual cobró relevancia el mercado interno.

Este es el punto de partida en el análisis de Silvia Tchordonkian, que se centra en el estudio de la Asociación Argentina de Propietarios de Camiones y su influenciacomo la de otros actores involucrados en el sector– en el proceso de modernización de la infraestructura vial. Las políticas públicas en el área, que ya habían comenzado a gestionarse durante los gobiernos radicales, cobraron un mayor impulso luego de la crisis de los años treinta, cuando la caída de la demanda externa y la reducción de las importaciones de insumos y combustibles acentuaron las medidas tendientes al abastecimiento del mercado interno e incentivaron el fomento del sector automotriz como complemento del ferrocarril. Las páginas de la revista “El Camión” son la materia prima principal de la investigación a los fines de elucidar las transformaciones de la corporación y los vínculos de adhesión y conflicto entre sectores vinculados directamente al transporte y el Estado.

Por su parte, el trabajo de Daniel Cardozo se enfoca en la gestión ferroviaria durante el peronismo. En este caso, el protagonismo está en las burocracias del sector –puntualmente el Centro Argentino de Ingenieros (cai)–. Dicha institución actuó dentro de la esfera estatal-institucional (ámbitos de dirección específicos, como gerencias y directorios) y también de manera concreta sobre el sistema ferroviario (red de estaciones, talleres, mantenimiento, vías, obras y tráfico). A partir del análisis de publicaciones de la “Revista de Ingeniería Ferroviaria” y la “Revista de Economía Argentina” en los años cercanos a la nacionalización del ferrocarril, el autor rastrea posicionamientos en torno a diferentes temáticas, a saber: rol del Estado y política ferroviaria, gestión del sistema de transporte, la escasez de insumos, las compras y adquisiciones, novedades técnicas, la formación profesional. En un segundo momento del artículo se sugiere una línea de investigación, que el propio autor advierte como inicial y promisoria, de historiar las trayectorias profesionales de los ingenieros.

Una de las conclusiones más destacadas, compartida también por otros autores del libro, es la que advierte las dificultades que a mediados del siglo xx condicionaron todos los proyectos de políticas públicas. Las limitaciones de la industria liviana, la carencia crónica de divisas para la importación de insumos o la falta de capitales locales para invertir fueron algunos de los obstáculos que se presentaron, a los cuales se suman las contradicciones entre los discursos ideológicos y la necesidad de pragmatismo.

Otro eje común en los artículos compilados refiere a los balances entre los proyectos, la gestión y los resultados, muchas veces distantes de los objetivos iniciales. En este sentido, el trabajo de Fernando Ariel Ortega se propone evaluar las políticas públicas del desarrollismo en el sector del transporte, tanto automotor como ferroviario. En el capítulo se exponen los efectos no esperados de algunas de las medidas para incentivar la inversión nacional y extranjera y promocionar la industria automotriz (como las leyes 14.780 y 14.781 de 1958 y el decreto 3.693 de 1959). De acuerdo con el autor, si bien la producción aumentó exponencialmente durante los años del desarrollismo, los resultados fueron magros. Esto se debió, en parte, a que el pasaje de un sistema basado en líneas de ensamblaje a otro en el que predominaran las líneas de producción, solo se cumplió de manera muy parcial. Un aspecto central del artículo es desmitificar el sesgo anti ferroviario tradicionalmente atribuido al gobierno de Frondizi. La investigación, además de contemplar los avances significativos en un sector con un alto grado de insolvencia al iniciar su mandato, considera sus límites en un contexto signado por la inestabilidad política y los permanentes giros de timón en las políticas económicas del gobierno.

El apartado a cargo de Ofelia Scher se ocupa de la planificación estatal en materia de población e inmigración durante los tres gobiernos del peronismo. Por un lado, analiza la importancia que desde el Estado se le asignó a la inmigración, principalmente al servicio de las necesidades de producción. De manera general, la investigación oficia como reflexión sobre las redes establecidas entre intelectuales y burocracia. A este respecto, la autora puntualiza la creación e influencia de oficinas e instituciones etnográficas como el Instituto Étnico Nacional, o el Instituto de Planificación Permanente de Noroeste Argentino. No solo se enfoca en los planes quinquenales y el plan trienal de 1974, también pone especial consideración a los Censos Nacionales de  1947 y 1960. La investigadora concluye que los proyectos, además de procurar resolver problemas vinculados a la escasez de mano de obra calificada o menguar los desequilibrios regionales, no estuvieron exentos de objetivos étnicos y raciales. Sin embargo, el “crisol” encontrado, en lugar de estar conformado por población de Europa central, se constituyó de inmigrantes de países limítrofes y de Europa del este que se vieron atraídos por el mercado laboral argentino.

Los tres textos finales abordan las políticas públicas en torno al comercio exterior. Sus desafíos estuvieron determinados por el contexto de crisis de la denominada Primera Globalización y las alteraciones en el campo de las relaciones económicas internacionales a partir de la década del treinta. Las nuevas características del mercado mundial, como la escasez de divisas, la exacerbación del bilateralismo, el proteccionismo y el aumento de los aranceles para el intercambio fueron causa y a la vez consecuencia del crecimiento del intervencionismo estatal.

Un aspecto de gran conmoción durante esta etapa estuvo vinculado con las fricciones en los sistemas de pagos asociados al régimen cambiario. El apartado de Pedro Skupch se centra en los desafíos que imprimieron estas perturbaciones en los vínculos anglo-argentinos. En el marco del convenio firmado entre ambas naciones en el año 1949 -último en su tipo-, el autor nos sumerge de manera meticulosa en los entresijos de las negociaciones entre los gobiernos para establecer precios y cantidades. El objetivo del gobierno peronista era mantener el mercado inglés para las exportaciones tradicionales de Argentina, evitar la compra de productos de elaboración local y fomentar la importación de insumos para la industria nacional. Sin embargo, concluye el autor, las cifras indican que los resultados estuvieron lejos de llegar a los niveles esperados. No obstante, y pese al problema que suponía la inconvertibilidad de la libra, Gran Bretaña seguía siendo el país que más exportaciones argentinas consumía. El convenio comercial, en realidad, permitió el intercambio con la totalidad del área de la libra, a la cual Argentina podía comprar utilizando el superávit que tenía con Inglaterra.

            El trabajo de Teresita Gómez y Julio Ruiz analiza el comportamiento de las importaciones en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias que este conflicto tuvo en Argentina, pese a no haber participado, justifican considerar a aquellos años como una “economía de guerra”. El objetivo de la investigación es examinar la acción del Estado para gestionar las importaciones al servicio de las necesidades de las políticas de sustitución de importaciones. La investigación está dividida en tres subperíodos que abarcan los años previos a la conflagración, el período que va desde el comienzo de la guerra hasta el ingreso de Estados Unidos en 1942 y finalmente el desenlace del conflicto y los primeros años de paz. Para cada etapa analizan la relación entre países y productos en cuatro rubros importantes: “los textiles y sus manufacturas”, “maquinarias”, “hierro y sus artefactos” y “combustibles y lubricantes”. A lo largo de las secciones, donde cada una cuenta con cuadros estadísticos y gráficos confeccionados a partir de los Anuarios de Comercio Exterior, se exponen las transformaciones concretadas. Estas se explican, en parte, como consecuencia de la pérdida de mercados tradicionales o disminución en la entrada de determinados productos a razón de una multiplicidad de factores, como la escasez de bodegas, la participación en el conflicto por parte de países oferentes, la intervención de Estados Unidos para conservar sus mercados, entre otros.

El libro culmina con una investigación, también coescrita por la coordinadora, en este caso junto a Joaquín Waldman. El foco está puesto aquí en las exportaciones para el período inmediatamente posterior: 1947-1950. Los autores toman distancia de una historiografía que tradicionalmente se interesó más en analizar al peronismo por la prioridad dada al mercado interno, e indagan sobre el rol del Estado en torno a la performance y composición de las exportaciones. El objetivo particular es explicar la variación en productos y en destinos en diferentes rubros (trigo, carne, maíz, lanas y cueros) que se constituyeron en los de mayores volúmenes exportados. Esta tarea reviste notable importancia para comprender cómo Argentina se adaptó a las transformaciones del comercio internacional y cómo trazó el rumbo de sus exportaciones dadas las nuevas condiciones de sus mercados tradicionales y de las características de las nuevas formas de intercambio. El grado de intervención estatal, expresado en los acuerdos bilaterales recurrentes de la época, no se tradujo en los hechos en un crecimiento hacia afuera. De acuerdo con los autores, la expansión de las exportaciones hasta 1949 y su estancamiento posterior se debió a la pequeñez del mercado financiero y a los tipos de cambio fijos que implicaron problemas de escasez de dólares. Concluyen que el desplazamiento hacia la esfera norteamericana derivó en un mayor peso de la ganadería sobre los cereales, y que puntualmente las lanas fueron un sector pujante. Incluso algunos productos con agregado industrial, como alimentos, tabaco, medicamentos y químicos, mejoraron su performance.

En conclusión, los trabajos reunidos en el libro, si bien responden a temáticas individuales y aparentemente independientes entre sí, no están congregados de manera caprichosa. Las políticas públicas como resultado de la relación conflictiva entre los procesos locales y los cambios en el contexto internacional, así como la incorporación de una multiplicidad de actores que intervinieron en su promoción o que interpelaron al Estado y condicionaron su gestión y planificación, son algunos de los puntos que enlazan las investigaciones compiladas. Esta obra conjunta, no sólo se constituye en un valioso aporte al estudio de las políticas públicas y sus desafíos a mediados del siglo xx, se inscribe también en una agenda historiográfica que indaga el comportamiento del complejo entramado del Estado y sus implicancias en el desarrollo económico del país.

 

Braian Sánchez

Universidad Nacional de Lujan (unlu)

braianmsanchez@gmail.com