Benedetti, Gastón Javier. Trayectoria de una empresa del Estado. Análisis de las capacidades
tecnológicas del Astillero Río Santiago (1953-2014). Universidad Nacional
de Quilmes, 2021. 172 pp.[1]
El texto de Benedetti ofrece un recorrido por la historia de una
empresa emblemática del sector naval: el Astillero Río Santiago (ars). Con la
descripción detallada de los rasgos centrales del proceso de construcción de
embarcaciones, el autor introduce progresivamente al lector en el quehacer del astillero pero desde una perspectiva particular. Aborda en
su libro la historia del ars
desde el punto de vista del análisis de las capacidades tecnológicas de la
firma, teniendo como disparador una serie de interrogantes referidos a las
razones de la creación de la empresa, la evolución de su trayectoria productiva
y la construcción de las capacidades tecnológicas, el lugar que ocupó el propio
conocimiento y por ende la importancia dada a la mano de obra calificada y a
la capacitación del personal para el desarrollo de la actividad.
El autor reconoce tres etapas en la
evolución de la firma: sus orígenes y producciones iniciales entre los años
1953 y 1967, el período de auge del astillero entre 1968 y 1983 y la última
etapa de crisis y supervivencia entre 1984 y 2014. Si bien en base a lo
ocurrido en estas tres etapas presenta las conclusiones de su estudio, agrega a
modo de epílogo un breve análisis de lo sucedido entre los años 2015 y 2019
para, de esta forma, delinear los desafíos que presenta el ars como empresa para los años
futuros. La investigación fue realizada en base a una perspectiva metodológica
de tipo cualitativa, utilizando fuentes primarias y secundarias, visitas a la
fábrica y entrevistas. Por otro lado, si bien se presentan fotos y cuadros con
datos del ars
a lo largo del texto, al final de la obra se hallan dos anexos sólo conteniendo
fotografías y tablas respectivamente.
De esta manera el autor analiza la
trayectoria de una organización que no tuvo un comportamiento productivo
lineal, dado que el nivel de fabricación de buques sufrió altibajos desde el
establecimiento del ars
en el ámbito de la empresa Astilleros y Fábricas Navales del Estado en 1953.
El derrotero productivo se describe sin dejar de contemplar los cambios en el
contexto, como fueron el abandono de la industrialización por sustitución de
importaciones, el posterior avance de la globalización e inclusive su pasaje a
la órbita provincial. A pesar de los mencionados altibajos, el
bagaje de conocimiento incorporado a través de los distintos proyectos
emprendidos dotaron al personal del astillero de un saber hacer, de un conocimiento tácito que para el autor fue
determinante para enfrentar los desafíos productivos. Bajo este marco, se
propone realizar un aporte para conocer la historia de una importante empresa
estatal manufacturera, además de contribuir a la incorporación de datos
empíricos al análisis de los casos de empresas.
Las capacidades
tecnológicas se fueron construyendo desde los inicios de la actividad en los
dos sectores básicos de producción: construcciones navales y construcciones
mecánicas. La transmisión de conocimiento de generación en generación fue parte
de la historia del ars así como la capacitación de la mano de obra
constituyó una preocupación constante en una firma que requería trabajadores
calificados. Este último requerimiento fue fundamental para construir las
embarcaciones y a su vez se destacó en la primera etapa si se considera que los
buques fueron diseñados por el personal del astillero, siendo el Estado el
único comprador. Por otro lado, la calidad que exigía este tipo de producciones
para dar cuenta de la seguridad de los navíos demandaba certificación
internacional. Por lo tanto, la producción tenía que ser desarrollada bajo
estándares adecuados y sujeta a supervisión para ser aprobada. La construcción
mecánica principalmente concentraba la fabricación de motores para uso propio
como para otras firmas, obteniéndose licencias por contratos para su
elaboración. Esta diversificación de la producción, para aprovechar más
acabadamente la mano de obra calificada y la capacidad instalada desde los
inicios, contribuyó a generar capacidades tecnológicas más específicas
ampliando también el saber hacer a
partir de la capacitación y la asistencia brindada por las empresas
licenciatarias. Además, la incorporación puntual de ciertas maquinarias, que
dotaban a los talleres de una infraestructura única a nivel nacional, también
contribuyó a generar nuevas capacidades, como las que se produjeron por el
reemplazo de los remaches de las chapas por las soldaduras, la incorporación de
grúas en las gradas, así como la de un torno de dimensiones específicas, que
derivaron en mayor capacitación de los obreros y el desarrollo de habilidades
específicas. Por lo tanto, el autor destaca que se produjeron procesos activos
de incorporación de conocimiento a través del “aprender haciendo” y del
“aprender mediante el uso”.
Este conocimiento
tácito se generaba en todas las áreas de la empresa, tanto en el departamento
de ingeniería básica y el de detalle, pertenecientes a la oficina técnica, así
como con las tareas cotidianas desarrolladas en la propia planta. Inicialmente
los profesionales que constituyeron la mencionada oficina fueron ingenieros
navales de la Marina formados en el exterior y progresivamente se incorporaron
ingenieros navales civiles formados localmente.
El derrotero de la adquisición de las
capacidades tecnológicas tiene como primer elemento el saber hacer obtenido a través de la experiencia de la propia
construcción naval. En este aspecto el autor realiza a lo largo del texto una
descripción de las formas en que este conocimiento tácito se fue adquiriendo.
En varias situaciones se basa en citas de testimonios, como es el caso de la
precisión requerida para el corte de las chapas, por ejemplo. Inclusive el pasaje
de los remaches de chapas a las soldaduras originó cambios en los tipos de
obreros requeridos: el remachador dio su lugar al soldador. Esta adquisición de
conocimiento se inició en la primera etapa pero se
amplió en la segunda con la elaboración de bienes más complejos, tanto en lo
referido a buques como a construcciones mecánicas. En la tercera etapa, la
crisis y las posibilidades de cierre o privatización de la firma derivaron en
una disminución de mano de obra con la consecuente pérdida de capacidades
tecnológicas. Sin embargo, la progresiva dinamización posterior, en base en
parte a la exportación y al predominio de demanda del sector privado, se
produjo de acuerdo con lo que el autor denomina la existencia de “capacidades
tecnológicas latentes” sobre la ingeniería básica de la construcción de
embarcaciones. Esta latencia le permitió reiniciar su actividad en el diseño de
nuevas naves destacando el rol jugado por el área de ingeniería de producto. La
conformación de las capacidades tecnológicas estuvo apoyada por la
constitución del archivo de los antecedentes y documentación de cada proyecto,
materializada con la creación de la biblioteca interna, que fue desmantelada en
los últimos años.
El autor también destaca el aporte que
la incorporación de tecnología informática realizó en ciertas áreas a fines de
los años setenta, que permitió la reducción del tiempo destinado por los
proyectistas al diseño y al cálculo. Agrega, además, que la construcción de
buques militares fue posible dada la existencia de capacidades tecnológicas
previas relacionadas con la fabricación de buques mercantes, convirtiéndose, a
su vez, en un proceso de incorporación de nuevo conocimiento tecnológico y de
mejora de la calidad de la mano de obra.
Otro elemento que contribuyó a ampliar
el saber adquirido en la tarea diaria fueron las inversiones en los sectores de
construcciones navales y en el de construcciones mecánicas. Esta mejora
tecnológica derivó en una mayor capacitación del personal operador de la nueva
maquinaria, no sólo en términos de instrucción previa al uso sino también a
partir de la capacitación adquirida con el uso diario de la misma, que podía
demandar de dos a tres años.
En términos más generales aumentar el
plantel de personal generaba un proceso de selección que se dificultaba con la
falta de obreros calificados a contratar. Este hecho tuvo como consecuencia la
implementación de cursos de capacitación y la constitución de instituciones
educativas en el ámbito del ars, como fue la escuela del astillero para la
formación de operarios y para la formación profesional acelerada, tema que el
autor desarrolla particularmente. También refiere a determinados casos en los
que la capacitación se realizó en otros países. Bajo ciertas circunstancias,
como aumentos puntuales de demanda en los años setenta, se tercerizaron tareas
para evitar los costos de incorporar trabajadores estables.
Por lo tanto, la calificación fue un
rasgo destacado de la mano de obra del ars. En consecuencia, fue
necesario mantener la actividad para evitar el éxodo de personal, desafío que
se enfrentó en los primeros años de la tercera etapa. De esta manera, las
reparaciones navales tomaron mayor envergadura, convirtiéndose en un área de
servicios de relevancia. El autor da cuenta también de la preocupación del
personal próxima a jubilarse por el conocimiento que no podía transmitir al no
tener prácticamente personal para formar en los años de supervivencia del
astillero. Estos hechos muestran, por lo tanto, la existencia de un núcleo duro
de capacidades tecnológicas importante de preservar.
Desde su provincialización, el proceso
productivo del ars
fue perdiendo su integración vertical. Además, ante la modificación del
contexto internacional, la firma se insertó en cadenas globales de valor, ocupándose
de la construcción naval así como de la instalación de
componentes y sistemas, dando cuenta de cambios en la demanda.
La demanda a lo largo de la trayectoria
de la empresa se concretó en proyectos como el de la construcción de la
fragata Libertad, diversas corbetas y cargueros, buques destinados a las
empresas Yacimientos Petrolíferos Fiscales (ypf) o a la Empresa Líneas Marítimas
Argentina (emla)
por ejemplo, así como en la última etapa lo fue la construcción e instalación
del techo del Estadio Único Ciudad de La Plata, entre otros.
Por lo tanto, en esta obra el autor da
cuenta de los avatares productivos y de los del proceso laboral del astillero a
partir de la documentación analizada, las visitas realizadas a la planta y los
testimonios relevados. El conjunto de esta información y su análisis permiten
conocer la evolución y la conformación de las capacidades tecnológicas del ars, empresa
naviera nacional líder, recalcando la importancia del bagaje de conocimiento
adquirido con la experiencia cotidiana y sus desafíos. El derrotero de la
evolución del astillero desde la perspectiva elegida queda transmitido a lo
largo del recorrido del texto, convirtiéndose en otro ejemplo destacado para
dar cuenta de las vicisitudes experimentadas a partir de los años cincuenta en
la conformación de la industria manufacturera argentina, específicamente en el
sector naval.
Patricia Jerez
Centro de Estudios de Historia Económica
Argentina y Latinoamericana, Facultad de Ciencias
Económicas, Universidad de Buenos Aires
[1] El libro se encuentra disponible para su descarga
en https://deya.unq.edu.ar/2021/09/trayectoria-de-una-empresa-del-estado-analisis-de-las-capacidades-tecnologicas-del-astillero-rio-santiago/