Revista Anual del Centro de
Investigaciones en Estudios
Latinoamericanos para el
Desarrollo y la Integración
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-
1945)
Autor(es): Llairó, María de M.
Fuente: Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Publicado por: Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
Vínculo: http://www.economicas.uba.ar/institutos_y_centros/latitud-sur/
Esta revista está protegida bajo una licencia Creative Commons
Attribution-NonCommercialNoDerivatives 4.0 International.
Copia de la licencia: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-
nd/4.0/.
Latitud Sur es una revista académica anual editada por el Centro de Investigaciones
en Estudios Latinoamericanos para el Desarrollo y la Integración (CEINLADI)
perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos
Aires.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
7
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Artículo original de investigación
LA COMPARACIÓN DE LOS FACTORES DE PRODUCCION ENTRE
ARGENTINA Y AUSTRALIA (1830-1945)
1
María de Monserrat Llairó
2
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (ARGENTINA)
Resumen
Desde mediados del Siglo XIX tanto Argentina como Australia, poseían niveles de
población similares, áreas agrícolas y mineras sin explotar. Sin embargo para la
Argentina, las luchas por la Independencia (1816), y el proceso de organización del
Estado moderno (1880) produjeron un “retraso” en el proceso de acumulación de capital
en relación a Australia. Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, los flujos de
capitales externos hacia la Argentina fueron mayores que para Australia, al menos en
orden a los provenientes de Inglaterra. En cuanto a los sectores productivos, los dos países
presentaron similitudes, aunque con un mayor peso relativo de la ganadería y de la
agricultura para la Argentina y de la minería en Australia. En cuanto a los factores de
producción, se puede señalar que existieron dos diferencias importantes: la dotación de
minerales en el espacio australiano, la explotación del oro; y el importante flujo
inmigratorio, función en cierta medida de la localización de los centros que “expelían”
población, con respecto a Argentina y Australia. Terminada la segunda guerra mundial
Australia comenzó un proceso de desarrollo económico continuo, a diferencia de
Argentina que su proceso de desarrollo económico fue discontinuo.
Palabras Clave
Argentina- Australia- desarrollo económico- agrícola - minería
A COMPARISON OF PRODUCTION FACTORS BETWEEN ARGENTINA AND
AUSTRALIA (1830-1945)
Abstract
In the mid-19
th
century, both Argentina and Australia had similar population levels,
agricultural areas and unexploited mining resources. However, in Argentina, the battle
1
Fecha de recepción: marzo 2017. Fecha de aceptación: octubre 2017.
2
Dra. en Historia, Especialista en Historia Económica y políticas económicas. Profesora Titular de Historia
económica y social Argentina de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Directora del CEINLADI.
Autora de Libros y artículos, tanto a nivel Nacional como Internacional.
María de Monserrat Llairó
8
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
for independence (1816), and the process to organize a modern state (1880) slowed the
capital accumulation process with respect to Australia. By the end of the 19
th
century and
during the early 20
th
century, more foreign capital flowed towards Argentina than towards
Australia, in particular capital coming from England. With respect to productive
activities, both countries had similarities, although agricultural activities were more
significant in Argentina, and mining was more important in Australia. As regards
production, there were two main differences: the more abundant mineral resources, like
gold deposits, in Australian territories; and the large number of immigrants. This number
was related, to a certain extent, to the comparative location of Argentina and Australia in
relation to areas that expelled their population. After World War II, Australia initiated a
continuous economic development process, while in Argentina this process was
intermittent.
Keywords: Argentina- Australia- economic development- agriculture - mining
Introducción
El presente trabajo intenta analizar la concepción, frecuentemente citada, de que
Argentina y Australia presentan una dotación similar de factores de producción. Es por
ello, que hacemos una revisión general del tema dentro de un período bastante amplio
(1830-1945), y planteamos las dificultades que con lleva una tarea de esta naturaleza.
Dejando de lado las dificultades empíricas para efectuar una comparación con cierto nivel
de detalle, creemos que más allá de un análisis estático, una evaluación dinámica deriva
en que no existan dos países iguales. Consideramos que lo anterior se hace más evidente
en la medida en que nuestra escala de análisis es más reducida y precisa.
Diferentes autores han puesto de relieve la importancia de elementos culturales en el
proceso migratorio de los dos países, la incorporación cívica de los mismos a la estructura
social y política, el fenómeno del mestizaje en Argentina, y de otros aspectos que marcan
importantes diferencias en el factor “trabajo” de los dos países.
Del mismo modo, la apropiación de determinados minerales o la existencia de tierras más
fértiles con diferente grado de ocupación, nos lleva a plantear los límites de este enfoque.
En definitiva sin negar la importancia que tienen los recursos naturales, la población y el
capital que disponen dos sociedades en un período determinado, queremos mostrar la
importancia de buscar nuevos métodos de análisis que nos permitan comparar dos estilos
de crecimiento que son el resultado de una compleja interacción de fuerzas internas y
externas. Esperamos que este trabajo pueda contribuir a la visualización de las
dificultades del enfoque neoclásico tradicional y a estimular la búsqueda de nuevos
caminos orientados a la comprensión más científica de la realidad.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
9
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Los Recursos Naturales
En relación al espacio total de Argentina y Australia, el correspondiente al último país
7.682.300 km
2
es considerablemente más extenso que el de Argentina 2.767.000 km
2
.
Sin embargo, si se excluye de Australia la zona desértica (la más grande del mundo luego
de la del Sahara en Africa), el tipo de espacio para utilización económica presenta una
similitud mayor al de Argentina.
La ocupación colonizadora del espacio en Australia se presenta desagregada por Estado
o Territorio en el siguiente Cuadro
1
.
Cuadro 1
Ocupación del Territorio en Australia.
ESTADO O
TERRITORIO
Año de
Anexión
Primer
Asentam.
Permanente
Formación
Colonia o
Territorio
separado
Establecim.
Gobierno.
Area actual
en km
2
New South
1770
1788
1786
1855
801.600
Victoria
1770
1834
1851
1855
227.600
Queensland
1770
1824
1859
(a) 1859
1.727.200
South Australia
1788
1836
1834
1856
984.000
Western Australia
1829
1829
1829
1890
2.525.000
Tasmania
1788
1803
1825
1855
67.800
Northern
Territory
-
-
(b) 1863
-
1.346.200
Australian Capital
Territory
-
-
(c) 1911
-
2.400
Australia
-
-
-
-
(d) 7.682.300
(a) Como parte de New South Wales en 1855; como una colonia separada en 1859.
(b) Previamente parte de New South Wales, llevada bajo jurisdicción de South Australia en 1863,
transferida al Commonwealth en 1911.
(c) Previamente parte de New South Wales.
(d) Constituida desde el 1 de enero de 1901.
Fuente: Yearbook, Australia, Nº 66, 1982, pág. 6.
La ocupación del espacio en Argentina, por parte de la colonización española de
principios del siglo XVI, se realizó básicamente por tres rutas de penetración:
La ruta del Río de la Plata (vía principal y más duradera).
La ruta del noroeste (a través de la quebrada de Humahuaca).
María de Monserrat Llairó
10
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
La ruta del oeste (a través de los Andes y fundamentalmente la región de Cuyo).
Trece ciudades fueron fundadas entre 1552 y 1554, en las que 2.500 españoles
controlaban un espacio habitado por aproximadamente 300.000 indígenas. Según
Moyano Llerena, en 1810 los europeos eran unos 6.000, sobre una población total de
700.000 almas”
3
.
En el próximo punto analizaremos de manera global los asentamientos humanos en dichos
espacios a través de las migraciones y del crecimiento vegetativo de la población. En el
ámbito de los recursos naturales o de la frontera económica, cabe mencionar las
consideraciones de E. Gallo respecto a las similitudes y diferencias presentadas por los
dos países:
“En primer lugar, esas fronteras tuvieron un “mix” de recursos bastante diverso.
Australia es y fue, un país generosamente dotado de recursos minerales (oro, plata,
cobre, hierro, etc.), localizados en regiones de fácil acceso. Nada de ello ocurrió
en Argentina. Por otra parte, la tierra pampeana es, y será mucho más fértil que
las llanuras australianas. No es de extrañar, entonces, que la combinación minería
- ovejas haya sido un fenómeno picamente australiano, mientras que la
explotación conjunta de ganado vacuno y cereales un rasgo específicamente
argentino.
En segundo lugar, algunas actividades similares comenzaron en períodos
distintos. La expansión cerealera se inició unas dos décadas antes en Australia.
Fechar con precisión no es un ritual irrelevante; la tecnología prevalente en el
momento de iniciación tuvo una influencia decisiva en el tamaño y la organización
de la empresa agrícola. Finalmente el ritmo de la expansión fue muy distinto:
mientras Australia incorporó tierras en sucesivas oleadas, interrumpidas por
períodos de estancamiento de variada longitud, en Argentina la expansión de la
frontera se deslizó vertiginosamente como sobre una pista de patinaje.
Nuevamente la diferencia no es insignificante; en esos períodos de estancamiento
pudieron haber existido ventajas en desarrollar nuevas actividades o innovar en
las viejas, ventajas ciertamente inexistentes en épocas en que existía una fuerte
oferta de tierras vírgenes”
4
.
Sin entrar en consideraciones de tipo técnico específico (las que excederían el alcance del
presente trabajo) acerca de los recursos comparados en ambos países, comentaremos en
los próximos puntos la afirmación de E. Gallo, a fin de precisar más específicamente las
concordancias y diferencias en este ámbito.
Los Recursos Agrícolas
Anteriormente hemos señalado que en términos especiales, la escala de Australia es casi
2,8 veces mayor que la de Argentina. Sin embargo, esta diferencia en extensión parecería
estar compensada por el tipo y calidad de las tierras.
3
Moyano LL., C., y otros, Argentina Económica y Social, Bs. As., citado por Carlevari, I., “La Argentina,
Geografía Humana y Económica”, De. Ergén, Buenos Aires, 1979, pág. 100.
4
Gallo, E., “El Método Comparativo en Historia: Argentina y Australia (1850-1914)”, en Argentina y
Australia, I. Di Tella, Bs. As. 1979, pág. 11.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
11
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Respecto a la puesta en valor de los recursos agrícolas, se dispone de datos puntuales que
permiten establecer ciertas comparaciones. Mientras que algunos autores señalan que
desde mediados del siglo XIX, la Corona Británica había fijado el precio de la tierra a 1
Libra el acre, para el año 1906, la revista “Le Mouvement Géographique”
5
indica que el
gobierno de Australia “cedía” la tierra (sin mencionar la localización precisa) a 31 francos
la hectárea (10 schillings el acre), pagaderos a 20 años, sin intereses. A su vez, el Banco
Agrícola de dicho país podía prestar el dinero a los colonos, aunque bajo ciertas
condiciones.
En esa misma época, en Argentina se “alquilaba” o arrendaba un campo a un cánon que
oscilaba entre 2,20 y 22,0 francos la hectárea
6
. El costo de roturación o desmonte de esta
superficie agrícola y su puesta en producción era de 50 a 100 francos la hectárea. En
relación al precio de venta de la tierra en la pampa húmeda, “Le Mouvement
Géographique” señala que: “no hace mucho tiempo, Louis Guillaume decía que la tierra
era vendida en diferentes lugares, a medida que se avanzaba en la pampa, a precios que
iban de 3 francos, a 2 francos, 1,50 francos y 10 centavos la hectárea. Estos precios son
ya superados singularmente en las partes colonizadas de la República y en consecuencia
la plusvalía en esas regiones crece de manera visible y rápidamente. En la provincia de
Buenos Aires, por ejemplo, el precio medio de la hectárea ha subido a 16 francos en 1883,
a 160 francos en 1887
7
.
Si bien no se cuenta con datos acerca de la calidad precisa de la tierra en ambos países,
existen indicios que permiten suponer que el valor medio de la tierra agrícola en el primer
país es superior al del segundo, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX
8
.
Tal diferencia, parece centrarse en hechos de orden social, dado que para el caso
argentino, tal como señala M. Bejarano “las tierras se hallaban ya acaparadas y en poder
de los grandes terratenientes cuando al finalizar la década de 1880 llegaban al país
centenares de miles de trabajadores europeos”
9
.
Así, mientras el Estado australiano cedía las tierras hacia 1906, casi tres décadas antes en
Argentina “las formas adoptadas por la colonización fueron totalmente extrañas a todo
tipo de reglamentación oficial”
10
. Como resultado de este proceso, “nadie estaba unido
5
“Le Mouvement Géographique”, Nº 51, 23-12-1906, pág. 679.
6
Ibídem, Nº 36, 9-9-1906, pág. 458.
7
Ibídem, Nº 19, 8-9 1889, pág. 71.
8
La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, editada por Espasa-Calpe S.A., en Bilbao a
principios de siglo (Tomo VI, pág. 110), señala que “en la provincia australiana de Victoria, la hectárea se
paga de 270 a 500 pesetas, mientras que en las localidades del Sud, en las provincias de Córdoba y San
Luis, pueden adquirirse de 60 a 70 pesetas (calculando el peso papel a 2,50 pesetas). Ambos terrenos son
aptos para la agricultura y sus territorios están cruzados por vías férreas”. Respecto a esta afirmación,
parecería que Nueva Gales del Sud o Victoria (las dos regiones más ricas de aquel entonces) son más
comparables a la provincia de Buenos Aires que a la provincia de San Luis. Por otra parte debería tenerse
en cuenta que el descubrimiento del oro en Victoria había encarecido aún más el precio de la tierra.
Volviendo a los datos presentados por la misma Enciclopedia, se indica que en Lobos, a pocas horas de
Buenos Aires, se han efectuado ventas entre 750 y 1500 pesetas la hectárea, en Campana a 1980 pesetas y
precios menores. Estos datos, coincidirían con los señalados por “Le Mouvement Geographique”. Si bien
es evidente la necesidad de contar con datos más precisos acerca de la calidad, ubicación y usos de la tierra,
a fin de establecer comparaciones precisas, las estimaciones antes mencionadas parecen indicar que el
precio de la tierra en Argentina es superior al de Australia.
9
Bejarano, M., “Inmigración y Estructuras Tradicionales en Buenos Aires, 1854-1930” en “Los Argentinos.
Los Fragmentos del Poder”, De. Jorge Álvarez, Buenos Aires, 1969.
10
Ibídem, pág. 129.
María de Monserrat Llairó
12
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
con sólidos vínculos a la tierra. Los terratenientes se urbanizaban, estando sus
propiedades a cargo de administradores y mayordomos, los colonos arrendatarios se
hallaban de paso y la tierra cultivada era sólo la forma bajo la cual se les aparecía el
dinero”
11
.
Si bien no se cuenta con datos específicos acerca de la localización, calidad, y extensión
de las tierras agrícolas en el período analizado, Argentina parecería presentar mayores
superficies de uso agrícola y mejores calidades de suelo que Australia.
A título indicativo, presentamos ciertos indicadores sobre la configuración del espacio
rural en ambos países, correspondientes a la década de 1970.
Según los datos del Cuadro 2, Argentina posee una superficie de tierras agrícolas y de
pastoreo que excede en 69,6 % la correspondiente a Australia, mientras que la superficie
de los bosques explotables económicamente en Argentina, supera en más de tres veces la
superficie para ese mismo uso de Australia. (cabe señalar que no existen detalles acerca
del ítem “otras tierras”, ni sobre su potencial).
Cuadro 2
Tipos de Tierra de Argentina y Australia.
Millones de hectáreas
Argentina
Australia
TIERRAS AGRICOLAS Y DE PASTOREO.
173
102
I.1. Tierras arables, aptas para cereales y
Oleaginosas anuales (zona templada)
50
s.d
I.2. Tierras aptas para cultivos subtropicales
4
s.d
I.3. Tierras aptas para otros cultivos industriales.
10
s.d
I.4. Praderas naturales aptas para pastoreo.
109
s.d
II. BOSQUES
(1)
242
II. 1. Explotables económicamente
48
15
II. 2. No explotables económicamente
s.d.
16
III.3. Zonas adyacentes a bosques o sabanas
no aptas para la producción forestal.
s.d.
211
11
Ibídem, pág. 133.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
13
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
III. OTRAS TIERRAS (2)
59
417
TOTAL
280
762
Fuentes: para Argentina: Carlevari, I., “La Argentina, Geografía Humana y Económica”, De. Ergon, Bs.
As., 1980, pág. 158. Para Australia: en base al cuadro 5.3, pág. 85, de la Australian and New Zealand
Association for the Advancement of Science (ANZAAS), “The Natural Ressources of Australia. Prospects
and Problems for Development”, de. Por J.A. Sinden, Sidney, 1972. Las cifras fueron estimadas en base a
un inventario realizado en junio de 1965.
(1) Sólo existen datos de bosques explotables económicamente.
(2) Según Carlevari, op. cit., en el caso de Argentina este ítem corresponde a las tierras improductivas. En
el caso de Australia, según ANZAAS, op. cit., debería agregarse 6,9 millones de has bajo agua en forma
permanente o temporal.
Las cifras disponibles respecto al área sembrada (Cuadro 3), permiten apreciar que hasta
la década de 1800, la evolución es más significativa en el caso de Australia. En el período
1888-1891, existe un “emparejamiento” en cuanto a la superficie de ambos países y a
partir del Siglo XX, la evolución del área sembrada comienza a distanciarse
sensiblemente (3,4 veces mayor para la Argentina entre 1900 y 1901, dos veces para
1930-31).
Cuadro 3
Argentina y Australia. Evolución de las áreas sombreadas. 1860 1941.
AÑO
ARGENTINA
AUSTRALIA
-MILES DE HETÁREASAS-
1860-61
-
475,1
1870-71
-
867,6
1872
398
-
1880-81
-
1.845,8
1888
2.127
-
1890-91
1.202
2.197,5
1900-01
12.100
3.567,0
1905
6.100
-
1910-11
11.000
4.813,0
1915
16.000
-
1920-21
21.300
6.098,1
María de Monserrat Llairó
14
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1925
22.300
-
1930-31
21.700
10.181,0
1935
25.900
-
1940-41
s.d
8.544,0
Fuente: Para Australia, Yearbook, 1969. Argentina: años 1872, 1888 y 1890, suma de los principales
cultivos mencionados por E. Tornquist y Cía., “El Desarrollo Económico de la República Argentina en los
últimos cincuenta años”, Buenos Aires, 1919, pág. 26. Años 1900-1935, CEPAL, “Estudio Económico de
la América Latina 1940”, Nueva York, 1951, pág. 136. (Los datos de Argentina fueron tomados de Di Tella,
G. y Zymelman M., op, cit. Pág. 39 y 89).
Las áreas trigueras (Cuadro 4) guardan patrones de evolución similares, pero presentan
menores diferencias entre ambos países.
Cuadro 4
Argentina y Australia. Área Sembrada de Trigo. 1861-1940.
PERÍODO
ARGENTINA
AUSTRALIA
-MILES DE HETÁREAS-
1861-1870
-
336,3
1872
73
-
1871-1880
-
666,1
1888
815
-
1881-1890
-
1.318,5
1890-1891
1.202
-
1901-1910
4.964 (1)
-
1911-1920
6.703
3.613,2
1921-1930
7.655
4.569,5
1931-1940
7.543
5.737,0
Fuente: Argentina: Di Tella G. y Zymelman M., op. Cit., pág. 39, y Bolsa de Cereales, Rev. Institucional,
Número Estadístico 1979. Australia: Official Year book of Australia, Nº 55, 1969, pág. 840.
(1) Promedio de los años 1900-1901; 1905-1906 y 1909-1910.
Por otra parte, el rendimiento medio por hectárea (en quintales) en dichas áreas, ha
evolucionado en la siguiente forma:
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
15
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Cuadro 5
AÑO
ARGENTINA
AUSTRALIA
AÑO
ARGENTINA
AUSTRALIA
1880
-
6,3
1896
3,4
3,4
1881
-
6,1
1897
5,6
3,4
1882
-
6,4
1898
8,9
4,0
1883
-
8,3
1899
8,5
6,4
1884
-
6,8
1900
6,0
6,2
1885
-
5,5
1901
4,7
5,1
1886
-
6,5
1902
7,6
1,6
1887
-
3,0
1903
8,2
9,0
1888
7,9
4,3
1904
8,4
5,8
1889
-
6,7
1905
6,5
7,5
1890
7,0
6,1
1906
7,5
7,5
1891
7,4
6,5
1907
9,1
5,6
1892
9,9
7,2
1908
7,0
8,0
1893
12,1
9,5
1909
6,1
9,2
1894
8,3
5,5
1910
6,4
8,7
1895
5,6
4,3
1911
7,5
8,7
1912
6,7
7,0
Fuente: elaborado en base a Vazquez-Presedo, V., “Estadísticas Históricas Argentinas (comparadas) 1875-
1914”, de. Macchi, Buenos Aires, 1971, págs. 57-58.
De acuerdo a las cifras anteriores, Argentina presenta un nivel de rendimiento superior al
de Australia hasta fines del Siglo XIX. A partir de esa época y en especial para los años
1901, 1903 y 1905, se registra una ventaja a favor de Australia, la que se presenta luego,
de manera contínua, entre 1908 y 1912.
Lo anterior, es convalidado por autores como Fogarty cuando señala que:
“[…] hacia fines del siglo se produce un deterioro de la agricultura australiana. El
rendimiento de las cosechas de trigo es bajo y decae aún más; los campos de
pastoreo disminuyen su capacidad y el agotamiento del suelo comienza a
convertirse en el problema más obvio. Sucesivos gobiernos coloniales habían
creado institutos de investigación agraria en la última parte del siglo pasado. Los
María de Monserrat Llairó
16
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
profesores Constance y Lowrie, del Roseworthy Agricultural College en South
Australia, aconsejaron el uso de superfosfato para corregir la deficiencia de
fosfatos en los suelos australianos durante la década de 1880. Hacia principios del
nuevo siglo ya se comenzaba la producción de superfosfato en Australia y se
reconocía la necesidad de aplicar fertilizantes a los sembrados. También se acudió
al cultivo científico de nuevos híbridos del tipo que fuesen resistentes a las plagas
específicas y que se adaptaran a características locales”
12
.
Ello dio como resultado una duplicación de los rendimientos del trigo entre 1900 y 1930,
los que en Argentina evolucionaron en forma mucho más lenta y oscilante.
Mientras que en Australia se sucedieron las innovaciones desde los tiempos de la colonia
y la activa participación del Estado llevó a la creación en 1926 del “Consejo para la
Investigación Científica e Industrial”, en Argentina se presentó un panorama diferente.
Como menciona Fogarty en el artículo citado,
“[…] había muchos agricultores y ganaderos progresistas en Argentina que
estaban dispuestos a probar nuevos métodos y adaptarse a las nuevas condiciones
y oportunidades. La rápida difusión de mejores razas de ganado y la evolución y
adopción generalizada de técnicas más productivas, respuesta de las carnes
argentinas a la apertura del mercado europeo, es testimonio de mi afirmación. La
Sociedad Rural fundada en 1866, siempre estuvo al tanto de nuevos métodos en
todo el mundo que pudiesen introducirse con beneficios en Argentina. Si bien
muchos grupos reconocían la necesidad de investigación científica sistemática a
principios del presente siglo, especialmente en lo que se refiere a selección de
semillas, el gobierno tardó en tomar iniciativas efectivas. En 1912, se trajo de
Inglaterra a William Blackhouse para realizar pruebas experimentales con
semillas de cereales especialmente seleccionadas. Si bien, por razones
presupuestarias, su contrato terminó, decidió quedarse en forma privada durante
muchos años. También hicieron algunos intentos las compañías privadas de
ferrocarriles para desarrollar variedades adecuadas de semillas y fomentar los
métodos aplicables a la agricultura. En 1920, Le Breton, dinámico Ministro de
Agricultura y Ganadería creó estaciones de investigación para experimentar con
las variedades más adecuadas. Sin embargo, estos proyectos y muchos otros que
vinieron después, no se llevaron a cabo con determinación y su efectividad y
estímulo estuvieron constreñidos por limitaciones presupuestarias. Una reacción
positiva a la necesidad sentida de investigación científica de gran escala en la
agricultura con buenos servicios de extensión para difundir sus resultados, no se
produjo hasta la cada del cincuenta. Recién en 1956, con la creación del Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) el gobierno argentino realmente
asume la responsabilidad de la investigación científica en la agricultura”
13
.
A lo señalado por Fogarty, habría que agregar siguiendo a S. Socas
14
, que el INTA
realmente comenzó a funcionar en los primeros años de la década del sesenta, y si se lo
compara con el organismo fundado en Australia en 1926 (que se orientó originalmente a
la agricultura), o a los institutos de investigación agraria fundados por la Corona a fines
12
Fogarty, J., “Difusión de Tecnologías...”, op. Cit., pág. 140.
13
Rapoport Mario: El Modelo Agroexportador Argentino 1880 1914, en Economía e Historia, Tesis,
Buenos Aires, 1988.
14
Ibidem, pág. 142.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
17
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
del Siglo XIX, podemos afirmar sin riesgo de exageración, que la Argentina estaba
“atrasada” casi un siglo respecto a Australia en este tipo de iniciativas.
Continuando con las comparaciones en el sector agropecuario, en el Cuadro 6, se presenta
la evolución de los diferentes tipos de ganado para Argentina y Australia.
Cuadro 6
Argentina y Australia. Existencia de Ganado. 1860-1950 (miles de cabezas)
AÑO
Vacunos
Ovejas
Caballos
Cerdos
ARG.
AUST.
ARG.
AUST.
ARG.
AUST.
ARG.
AUST.
1860
3.958
14.000
20.135
432
351
1870
4.276
41.000
41.594
717
543
1880
7.527
61.000
62.184
1.069
816
1888
21.964
66.701
4.200
403
1890
10.300
97.881
1.522
891
1900
8.640
70.603
1.610
950
1908
29.117
67.202
7.500
1.404
1910
11.745
98.066
2.166
1.026
1920
13.500
81.796
2.416
764
1930
32.212
11.721
44.413
110.568
9.800
1.793
3.769
1.072
1937
33.207
43.883
8.320
3.966
1940
13.080
119.305
1.699
1.455
1947
41.048
48.457
7.280
2.931
1950
14.640
112.891
1.057
1.123
Fuente: I. Carlevari, op. Cit., págs. 256, 260, 263 y 271; T.S. di Tella et. Al., op., pág. 183. Yearbook of
Australia, Nº 55, 1969 pág. 183.
El ganado vacuno es aproximadamente tres veces superior en Argentina, a lo cual no es
ajeno que:
“[…] debido a su mayor cercanía a Europa, la Argentina pudo exportar reses
enfriadas en lugar de congeladas, lo cual tuvo un efecto revolucionario sobre la
economía argentina. La apertura del mercado europeo para las carnes argentinas
María de Monserrat Llairó
18
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
(primero cordero y luego carne vacuna) es el catalizador que integra a la Argentina
a la economía internacional”
15
.
En cuanto al ganado lanar, es interesante destacar que la raza merino fue introducida en
el mismo año 1794- en Australia y el Río de la Plata
16
y que debido a las luchas internas
producidas en Argentina luego de la Independencia, es recién a mediados del Siglo XIX
que se desarrolla sistemáticamente la industria lanera del país.
Como se aprecia en el Cuadro 6, a partir de 1870 existe una similitud entre los rebaños
de ambos países, tendencia esta se mantiene hasta fines de ese siglo, cuando Australia
comienza a distanciarse significativamente (sus rebaños son 2,5 veces superiores a los de
Argentina en los años treinta).
Dado que no se cuenta con estudios comparativos sobre este aspecto, no es posible afirmar
si el retraso en el caso argentino puede ser atribuido al desplazamiento de los rebaños de
la región pampeana a la región patagónica, o al hecho de que la crisis lanera de 1866
17
afectó más profundamente la producción argentina que la australiana, o a otro tipo de
factores.
Finalmente, observamos en el Cuadro 6 que las existencias de ganado caballar son en
general superiores en Argentina, mientras que las de ganado porcino presentan una
evolución irregular, aunque a comienzos del siglo evolucionan de manera más
significativa en Argentina.
En definitiva, el análisis de los datos presentados, indica una vez más que no existen dos
espacios o estructuras iguales, tal como se ha señalado en la parte introductoria, sin
embargo, podríamos concluir que:
- Argentina pareciera presentar una dotación de suelos - en cantidad y
calidad- superior a la de Australia.
- La diferencia en cantidad, ha disminuido con el tiempo y la mayor tecnificación
del campo australiano fue reduciendo las desventajas en cuanto a la calidad de sus tierras,
traduciéndose desde principios de siglo en rendimientos por hectárea superiores a los de
Argentina, al menos en ciertos cultivos como el de trigo.
- Sería necesario contar con estudios detallados sobre suelos, tecnología y
productividad en ambos países, a fin de precisar las similitudes y diferencias eventuales.
Por otra parte, sería importante analizar las implicaciones que tuvieron sobre los precios
agrícolas los insumos de capital y la distancia a los mercados de Argentina y Australia.
- La evolución del área sembrada y las existencias de ganado lanar indicarían una
evolución similar hasta comienzos del Siglo XX.
- A fin de realizar un “balance” más preciso sobre la agricultura en los dos países,
debería analizarse en que medida el efecto de un mayor crecimiento de las existencias de
ganado vacuno y del área sembrada en Argentina, es compensado por el mayor
15
Soccas, S., en “Argentina y Australia”, op. Cit., pág. 204.
16
Fogarty, J., op. Cit., pág. 138.
17
Ibídem.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
19
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
rendimiento por hectárea en la agricultura y la mayor evolución del ganado lanar en
Australia.
- Los aspectos anteriores, parecen indicar que si bien Argentina contó con mayores
ventajas iniciales en el campo agrícola (dotación de suelos, mayor cercanía al mercado
europeo, etc.), ellas no se tradujeron en un crecimiento sostenido a largo plazo, como en
el caso de Australia.
- En este sentido, las diferencias entre uno y otro país radicarían esencialmente en
las estructuras internas (el rol del Estado y de la clase dirigente, el poder político y
económico de los terratenientes, etc.). Dichas estructuras confirieron mayor “dinamismo”
a la producción agrícola en el caso australiano, mientras que en el caso argentino
condujeron al estancamiento de dicha producción.
Los Recursos Minerales y Energéticos
El espacio australiano está más dotado que el argentino de manera cuantitativa y
diversificada- en cuanto a recursos minerales y energéticos, en particular en el caso del
carbón.
Realizar un análisis de las reservas de los dos países es tarea difícil debido a, por un lado,
la poca y disgregada información existente y, por otro, los problemas referentes a la
cualificación y medición de dichos recursos. Sin embargo, hemos intentado presentar
algunas cifras (Cuadro 7) sobre los principales recursos minerales y energéticos, de modo
de visualizar de forma muy general las diferencias cuantitativas existentes entre
Argentina y Australia. Según los datos del Cuadro 7, podemos apreciar que Australia
cuenta con mayores reservas de hierro, manganeso, oro y bauxita, existiendo cierta
similitud respecto al cobre.
En cuanto a los minerales o insumos energéticos, la Argentina presenta ventajas
sustanciales respecto al petróleo, gas natural e hidroelectricidad y desventajas en el resto.
En orden a la producción y exportación de recursos minerales y en especial del oro (como
mineral con un valor de realización diferente al del resto), cabe señalar que en el caso de
Australia tuvieron, una ponderación que osciló entre el 8,8 % y el 35,4 % del surplus de
exportación en el período 1881-1939 (Cuadro 13), mientras que en Argentina no llegó al
1 % entre 1893 y 1929.
Cuadro 7
ITEM
ARGENTINA
AUSTRALIA
- Miles de Toneladas -
Hierro
985.000 (1)
35.000.000 (2)
Manganeso
28.000
51.000 (3)
Cobre
270.000 (4)
(5)
María de Monserrat Llairó
20
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Oro
s.d.
11.650 (6)
Bauxita
---
296.000 (7)
Uranio
38,4 (8)
312 (8)
Petróleo (millones de m
3
)
392,1 (9)
174,8 (10)
Gas Natural (millones de m
3)
383.860 (11)
316.000 (12)
Carbón mineral
400.000
228.000.000
Carbón “marrón” o vegetal
(13)
113.000.000
Hidroelectricidad (en miles de ton. equiv. de petróleo.
27.000 (14)
3.300 (14)
Fuentes: Carlevari, I., op. Cit., pág. 306 y ss.; Yearbook Australia, op. Cit., capít. Sobre minerales y energía;
Atlas of Australia, Reader’s Digest, Servicos Pty Ltd., Sydney, 1977; McLeod, I.R., “Australian Mineral
Industry: The Mineral Deposits”, Dep. of National Development, Commonwealth of Australia, 1965;
Saddler, H., “Energy in Australia, Politics and Economics”. George Allen & Unwin, Sydney, 1981.
En efecto, en el caso del territorio argentino, los recursos minerales fueron descubiertos
en su gran mayoría por los indígenas y puestos en explotación por los españoles desde
1683 (mucho antes que fueran explotados los minerales en Australia) con la extracción
de plata y plomo argentífero en Uspallata Mendoza
18
.
Estos minerales se explotaban hacia la misma época en San Juan, La Rioja, Córdoba y
Catamarca. Dado que la incorporación de la Argentina a la división internacional del
trabajo se realiza fundamentalmente a partir de la provisión de materias primas
agrícolas
19
, la política de búsqueda y explotación de recursos minerales es postergada
hasta el año 1941, en que el Gral. A. Savio crea la Dirección General de Fabricaciones
Militares.
Esta postergación se evidencia en los casos del petróleo y del carbón. En cuanto al
petróleo, si bien se conocía su existencia en Mendoza y Salta desde 1886
20
, no existió una
búsqueda sistemática. El descubrimiento de los mayores yacimientos petrolíferos en
Comodoro Rivadavia, fue realizado en 1907 21 años después- por el ciudadano alemán
J. Fuchs quién había llegado en ese año al país, para buscar agua en el sur.
18
Chiaramonte, J.C. “La Crisis de 1866 y el Proteccionismo Argentino de la Década de 1870”; en “Los
Argentinos. Los Fragmentos del Poder” op. Cit., pág. 203 a 208.
19
Carlevari I., op. Cit., pág. 305.
20
Como lo indica Ricardo Ortiz (Historia Económica de la Argentina, Buenos Aires, Plus Ultra, 1971, T.
l. pág. 28) “esa faja de tierra fértil para adosar a Gran Bretaña, constituye el objetivo fundamental
perseguido durante la primera década del siglo XIX. Para que pudiera serlo América, era necesario resolver
aún numerosos problemas técnicos, económicos y políticos: lograr un sistema de transportes vasto y
económico, propiciar el poblamiento de sus tierras, y desde luego pacificar, organizar, estructurar
jurídicamente a los países de este continente. Obtenido todo ello, y mediante el acceso de su producción,
los salarios deberán bajar en la metrópoli en A esta cita de R. Ortiz (tomada de Flichman, G. “La renta del
Suelo y el Desarrollo Agrario Argentino, Siglo XXI, Buenos Aires, 1977). G. Flichman agrega que “la
integración de nuestro país en el sistema capitalista mundial contribuía a debilitar a las clases terratenientes
en Europa, provocaba bajas cuantiosas en la producción agraria y en los precios de la misma. Pero ese
mismo proceso provocaba, dentro de nuestras fronteras, el incremento del poderío de los dueños de la tierra,
el afianzamiento de la propiedad territorial y el entronizamiento de la renta agraria”.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
21
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Respecto al carbón, existió originalmente un esfuerzo de búsqueda sistemática, el que
coincide con el descubrimiento realizado por el Cap. de Corb. A. del Castillo, quien
encuentra en 1887
21
los afloramientos de carbón de Río Turbio.
No obstante otras dos exploraciones “que no contaban con el apoyo del gobierno central”,
recién en 1943 (más de medio siglo después), se inician los trabajos oficiales de
exploración y finalmente en 1946, comienza su explotación.
De igual forma, podríamos hacer referencia al “retraso” en materia de energía
hidroeléctrica
22
y destacar que el mismo aparece estrechamente asociado a factores de
orden social; es decir, la clase social que detentó el poder económico y político en
Argentina durante el período considerado, no tuvo como “proyecto” ni “intencionalidad”,
la búsqueda y puesta en valor económico de estos recursos, en particular para usos de tipo
industrial.
Como menciona Sinclair
23
, en el caso de Australia, antes del hallazgo del oro a comienzos
de la década de 1850, ya se habían realizado descubrimientos de mineral de hierro, plata,
plomo, carbón, cobre y rocas con alguna presencia de oro. De todos ellos, la minería de
cobre constituyó una actividad importante en Sud Australia durante la década de 1840.
A continuación se presenta el Gráfico I, que contiene solamente la producción de oro
(incluyendo la de Papua y New Guinea) registrada entre 1850 y 1960.
Gráfico I
Australia. Producción de Oro. 1850-1960.
Nota: la producción real pudo haber sido mucho más grande, especialmente en el S. XIX.
Fuente: McLeod, I.R., op. Cit.
21
Carlevari, I., op. Cit., pág. 327.
22
Ibidem, pág. 337.
23
Esta postergación de la hidroelectricidad en Argentina (Carlevari, I., op. Cit., pág. 345), aparece
relacionada a la dimensión social y al tipo de vinculaciones internacionales, dado que el sector de la
electricidad estaba controlado por Inglaterra y que ya entre 1863 y 1871, los franceses, en colaboración con
empresas inglesas, generaban energía hidroeléctrica en sus ríos (ver Baboneau, L., “Energie Electrique en
France”, Gauthier-Villars, París, págs. 10-11).
María de Monserrat Llairó
22
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Como se muestra en el gráfico, los continuos descubrimientos de oro aluvional llegan
hasta 1856. A partir de esa fecha, la producción cae pronunciadamente y esta tendencia
se mantiene durante 34 años. En 1890, se registra un crecimiento significativo, que
continúa hasta 1904 (14 años), momento en que la caída, más pronunciada que la
precedente, se mantiene hasta 1930 (26 años). Luego de un pico de crecimiento
(vinculado sin duda a la crisis de 1929-30) que se mantiene hasta 1940, la producción se
estabiliza hacia 1945 en el millón de onzas finas.
El hallazgo del oro tuvo un conjunto de repercusiones internas y externas (inmigrantes y
capital). No obstante, autores como Sinclair
24
señalan que el crecimiento de Australia ya
presentaba una continuidad propia en el momento que el oro comenzaba a explotarse.
A partir de la década de 1880, se realizan nuevos hallazgos de minerales, en particular de
plata en Nueva Gales del Sur; de cobre en Tasmania y de oro en Queensland, los que “no
harán más que compensar en los ochenta, la contínua declinación de la industria del oro
en Victoria”
25
. La significativa producción de oro hacia 1900, se explica a partir de los
descubrimientos de ese mineral (los más importantes desde 1850) en Australia
Occidental. Sin embargo, el boom de una explotación diversificada de minerales, se
produce después de 1945
26
, es decir, en el límite extremo de nuestro período de análisis.
Los Recursos Humanos
La población de los países estudiados es producto esencialmente, de migraciones externas
de orígen europeo: población proveniente fundamentalmente de España e Italia en el caso
de Argentina, población originaria en especial de las islas británicas en Australia.
La población indígena no muy numerosa en comparación con otros territorios más
densamente poblados inicialmente-, es exterminada o sometida en ambos casos por los
colonizadores.
Hacia 1788, se estima entre 250.000 y 300.000, el número de indígenas existente en
Australia
27
. En el momento de la instalación de los españoles en el territorio argentino, se
estimó la población entre 300.000 y 340.000 indígenas
28
. El fenómeno de mestizaje
propio de Argentina (en especial primeras migraciones españolas y alguna población
indígena), no se presenta en Australia
29
.
En el Cuadro 8, se presentan los registros provenientes de estimaciones y censos se
población para los dos países entre los años 1810 y 1979.
Cuadro 8
Argentina y Australia. Evolución de la población: 1810-1979.
24
Sinclair, W. A., “The Process of Economic Development in Australia” Cheshire, 1976, pág. 79.
25
Ibídem, pág. 11 a 13.
26
Ibídem, pág. 132.
27
Ibídem, págs. 215 a 217.
28
Australian Bureau of Statistics, Yearbook, Australia, 1982, Nº 66, Camberra, Australia, pág. 1.
29
Carlevari, I., op. Cit., pág. 96, en base a diferentes estimaciones.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
23
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
AÑO
ARGENTINA
AUSTRALIA
DIFERENCIA
1810
446.000
1816
550.000
1819
664.000
1821
450.000
1825
578.000
1837
675.000
1855
1.172.000
1857
1.200.000
1860
1.210.000
1.145.600
64.000
1869
1.737.000
1870
1.647.800
1880
2.231.500
1890
3.151.400
1895
3.955.000
1900
3.765.300
1910
4.425.100
1914
7.885.000
1920
5.411.300
1940
7.077.600
1947
15.897.000
1950
8.307.500
1960
20.013.393
10.391.900
9.621.493
1965
11.505.400
1970
23.364.000
12.663.500
10.700.500
1975
13.849.300
María de Monserrat Llairó
24
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1979
26.729.000
14.726.800
12.002.200
Fuentes: I.F. Carlevari, op. Cit., pág. 110. Yearbook Australia, 1982, 66, Australian Bureau of Statistics,
Camberra, Australia, 1982, pág. 87.
Nota: los datos consignados para los años 1869, 1895, 1914, 1947, 1960 y 1970 corresponden a los Censos
Nacionales de Población Argentina. El resto proviene de estimaciones.
En el caso de Australia, sólo a partir de 1881 existen censos de población simultáneos
entre las colonias. El Primer Censo Nacional es de 1911.
Si bien en términos de densidad demográfica los valores son más significativos en el caso
de Argentina (en este ámbito sería necesario contar con registros de población
desagregados por región, a fin de cuantificar la densidad de las zonas más fértiles, la que
se supone similar en ambos países) es posible señalar la semejanza en cuanto al ritmo de
crecimiento poblacional, el que se mantiene hasta finales del Siglo XIX.
A comienzos del Siglo XX, el crecimiento de población argentina se distancia de manera
significativa del de la población australiana dado el considerable aporte del flujo
migratorio
30
. La población argentina representa casi el doble de la australiana entre los
años 50 y 60, tendencia que se mantiene, algo menos acentuada en la última década (en
1979 la población de Australia equivale al 55 % de la población argentina).
Si bien los datos relativos a migraciones en el caso argentino no son muy precisos y
confiables, es posible advertir en el Cuadro 9, la relevancia de una inmigración neta entre
1857 y 1930 de 3,5 millones, en un país cuya población total era de 1,7 millones en 1896.
Cuadro 9
Inmigración neta a la Argentina desde países de Ultramar. 1857 1930. (Miles de
personas para el período indicado)
PERÍODO
No argentinos con pasajes
marítimos de segunda y tercera
clases.
Total de personas con pasajes
marítimos de todas las clases.
1857-1860
11,1
12,7
1861-1870
76,6
80,5
1871-1880
85,1
90,7
1881-1890
637,7
648,7
1891-1900
319,9
337,8
1901-1910
1.120,2
1.134,3
1911-1920
269,1
280,0
30
Diéguez, H. op. Cit., págs. 548-549.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
25
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1921-1930
856,0
905,8
Total 1857-1930
3.375,7
3.490,5
Fuente: C. Díaz Alejandro, op, cit., pág. 36.
De acuerdo a las estimaciones realizadas por C. Díaz Alejandro
31
el 60 % del crecimiento
demográfico entre 1869 y 1929 puede ser atribuido al fenómeno migratorio.
En el caso de Australia, es posible contar con datos más precisos sobre inmigración
(Cuadro 10), que permiten constatar por una parte, un fenómeno considerablemente más
reducido que en el caso argentino y por otra, la sensible disminución del contingente
migratorio desde fines del Siglo XIX, contrariamente a lo ocurrido en Argentina.
Cuadro 10
Inmigración Neta a Australia. 1788-1940. (miles de personas para el período
indicado)
AÑOS
Inmigración neta durante el período.
1788-1811
10,0
1812-1821
18,0
1822-1831
30,0
1832-1841
116,0
1842-1851
143,0
1852-1861
554,0
1862-1870
166,6
1871-1880
191,8
1881-1890
382,7
1891-1900
24,9
1901-1905
16,7
1906-1910
57,3
1911-1915
136,9
1916-1920
70,7
31
Parece de mucha mayor importancia la emigración europea hacia el continente americano, que hacia
otros destinos. Según Carlevari, I., op. Cit., pág. 101, entre 1830 y 1950, 6.500.000 europeos emigraron al
continente americano.
María de Monserrat Llairó
26
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1921-1925
182,3
1926-1930
129,7
1931-1935
-10,8
1936-1940
43,1
Fuente: elaborado en base al estudio de M. de Lepervanche, “Australian Inmigrants, 1788-1940: Desired
and unwanted”, en “Essays in the Political Economy of Australian Capitalism”, de. Por E.L. Wheelwright
y K. Buckley, Vol. I, pág. 80, 91 y 92.
E. Gallo
32
, ha considerado la mayor cercanía de Europa a la Argentina como uno de los
factores explicativos de la mayor inmigración hacia este país. En efecto, los costos del
viaje a Australia, obligaron al gobierno a costear el gasto de traslado a la mitad de los
inmigrantes. Al respecto B. Fitzpatrick señala que el costo de traslado por inmigrante
oscilaba entre £ 11,12 y £ 21,17 entre 1837 y 1839, ya sea que este viniera a cargo del
gobierno o con alguna subvención (cabe destacar que más del 97 % de los inmigrantes
vinieron a cargo del gobierno en esos años y el costo por persona fue de £ 16,5 en 1837,
£ 18,18 en 1838 y £ 21,17 en 1839)
33
.
Sin embargo, este tipo de medidas sufrió suspensiones temporarias o definitivas en las
diversas colonias australianas, hacia finales del Siglo XIX. A ello debe agregarse medidas
tales como la “Inmigration Restriction Act” de 1901, dirigida especialmente a la
población de origen asiático
34
.
En el caso de Argentina, cabe destacar que la menor distancia a Europa (suponemos
también el menor costo del traslado, aunque no poseemos cifras comparativas), la gran
frecuencia de viajes y la oferta de altos salarios rurales, fomentaron inclusive la
“migración golondrina” –en especial durante el período 1904-1913-
35
y atrajeron a cierta
población europea durante las épocas de la cosecha (fenómeno este que no se presentó en
Australia).
32
Díaz Alejandro, C.F., “Ensayos sobre la Historia Económica Argentina”, Amorrortu Edit., Buenos Aires,
1970, pág. 36.
33
Gallo, E., op. Cit., pág. 10. R. Lacour-Gayet (Histoire de 1’Australie, Fayard, Paris, pág. 113) indica al
respecto que la primera flota al mando de Phillip, partió de Inglaterra el 13-5-1787 y arribó a Australia
(Botany Bay) el 18-1-1788, demorando en consecuencia 250 días. Este autor señala por otra parte (pág.
285) que dada la apertura del Canal de Suez en 1875, la ruta a Europa disminuye de 5 mil millas y la
duración del trayecto se reduce a la mitad. Por su parte, la Enciclopedia editada por Espasa Calpe a
principios de siglo (op. Cit., págs. 108 y 109) menciona que el viaje de Southanton o Liverpool a Buenos
Aires duraba 21 días y que los servicios de las compañías que efectuaban el trayecto de Europa a Argentina
eran entre otras: “Royal Mail Steam Packet Co. Southampton- Buenos Aires, en 21 días cada semana; The
Pacific Steam Navigation Co. Liverpool a Buenos Aires, 21 días cada quincena, La Italia, Génova a Buenos
Aires, 20 días cada quincena, Hamburg Südamerikanische Dampfschiffahrt Gesellschaft y Hamburg
Amerika Linie, Hamburgo a Buenos Aires, cada 10 días......; Sociedad Anónima de Navegación
Transatlántica, Barcelona a Buenos Aires, cada mes, Lloyd Sabaudo, Barcelona a Buenos Aires, sin
período fijo, etc.
34
Fitzpatrick, B., “The British Empire in Australia. An Economic History, 1834-1939”, Melbourne
University Press, 1949, pág. 67.
35
Lepervanche, Marie de, “Australian Inmigrants, 1788-1940. Desired and Unwanted”, en Wheelwright y
Buckley, “Essays in the Political Economy of Australian Capitalism”, Vol. I., Sydney, 1975, pág. 72 a 104.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
27
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
En efecto, según datos de la revista “Le Mouvement Géographique”
36
, los jornales rurales
en Argentina oscilaban, en el año 1904, entre 7,7 francos y 15,40 francos (1 peso = 2,20
francos) con alimentación incluida (se supone que también el alojamiento en el campo).
A modo de comparación, podemos tomar en cuenta que esos jornales sin alimentación
incluida -, eran en el año 1895 en Bélgica, de 1,98 francos para los hombres y de 1,22
francos para las mujeres (con alimentación se estimaban en 1,21 francos para los hombres
y 0,74 francos para las mujeres) y en el año 1913, de 2,50 francos para los hombres
37
.
Como dato complementario se señala que el salario promedio de un hombre adulto
(trabajador mayor de 16 años) en la industria siderometalúrgica belga, era a fines de 1903
de 3,88 francos
38
.
Si se calcula por interpolación que el jornal rural masculino en Bélgica para el año 1904
fue de 2,24 francos (si la proporción de la alimentación fuera la misma que en 1895, el
jornal con comida sería de 1,37 fr.) y que el jornal rural medio fue para esa misma fecha
de aproximadamente 11,6 francos en Argentina (como promedio de los datos con que se
cuenta), los salarios argentinos serían 417,86 % superiores a los belgas (746,72 %
incluyendo la comida, tal como se ha establecido en nuestra comparación).
Si bien la migración belga no fue importante en Argentina y el mayor porcentaje
inmigratorio provino de Italia y España, cabe suponer que los jornales rurales en estos
países no serían superiores a los de Bélgica (dado el mayor desarrollo relativo que
presentaba a la época este país) y en consecuencia que la sustancial diferencia de salarios
justificaba esta migración golondrina
39
.
Tanto las primeras colonizaciones españolas en el Río de la Plata (siglos XVI a XVIII) y
el establecimiento de colonias de convictos en Nueva Gales del Sur (1788), como las
posteriores migraciones hacia Australia y Argentina (cuantitativamente más importantes
en el caso argentino), evidencian diferencias de orden sociológico que no serán
profundizadas en el presente trabajo. Si bien los inmigrantes comparten un origen
europeo, las diferencias radicarían en su extracción social, religión, etc.
Respecto al tipo de ocupación de la población económicamente activa en los dos países
(Cuadros 11 y 12), las cifras provenientes de los censos de 1891 y 1895 permiten apreciar
la similitud en cuanto a la repartición porcentual en los sectores primario, secundario y
terciario.
Cuadro 11
Australia. Población Economicamente Activa, según el Censo de 1891. (1).
36
Carlevari, I., op. Cit., págs. 101 a 103.
37
“Le Mouvement Géographique”, Nº 36 del 9-9-1906, pág. 456.
38
Ver Baudhuin, F., “Economique Agraire”, Louvain, 1953, pág. 89 y Ministère de 1’Intérieur, Annuaire
Statistinue de la Gelgique et du Congo Beloe, Bruxelles, 1904. En dicho anuario (págs. 363-382) existen
además datos sobre el precio de alimentos para el año 1914 lo que puede dar una idea acerca del costo de
vida en este país.
39
Office du Travail du Royaume de Belgique. “Statistiques des Salaires dans 1’Industrie de Metaux”.
1903”. Bruxelles. Pág. 9.
María de Monserrat Llairó
28
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
SECTOR
NÚMERO
%
1. Primario
406.487
30,0
1.1 Agrícola
320.126
23,6
1.2 Minero
73.389
5,4
1.3 Otros
12.972
1,0
2. Secundario
414.069
30,5
2.1 Industria manufacturera
224.149
16,5
2.2 Construcción y otros
189.920
14,0
3. Terciario
500.575
37,0
3.1 Gobierno excluyendo empresas-
21.542
1,6
3.2 Profesional religión, salud, educación, servicios-
63.075
4,7
3.3Doméstico alimentación, alojamiento, servicio-
157.089
11,6
3.4 Comercial
258.869
19,1
3.4.1 Finanzas y Propiedad.
25.547
1,9
3.4.2 Transporte, comunicación y almacenaje.
94.063
6,9
3.4.3 General
139.259
10,3
4. Independientes e indefinido
34.031
2,5
TOTAL
1.355.162
100,0
(1) Excluidos los aborígenes y ciudadanos de origen chino.
Fuente: Boehm, E.A., “Prosperity and Depression in Australia, 1887-1897”. Oxford, 1971. Pág. 4 y 5.
Cuadro 12
Argentina. Población Economicamente Activa, según el Censo de 1895.
SECTORES
NÚMERO
%
1. Primario
684.126
36,3
1.1 Argentinos
439.398
23,7
1.2 Extranjeros
244.728
13,2
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
29
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
2. Secundario
563.616
30,4
2.1 Argentinos
348.552
18,8
2.2 Extranjeros
215.064
11,6
3. Terciario
606.258
32,7
3.1 Argentinos
346.698
18,7
3.2 Extranjeros
259.560
14,0
TOTAL
1.854.000
100,0
Fuentes: Di Tella T., y otros, pág. 100 a 112 y Recchini de Lattes, Z., y Lattes, A.E., op. Cit., pág. 149 a
167.
No obstante las especificidades culturales a ser tomadas en consideración para cada caso,
existe consenso por parte de los autores orientados al análisis comparativo de los dos
países, en reconocer que se trata de:
- Países semi poblados (relación población-tierra favorable para la generación de
un surplus de exportación).
- La ausencia de hábitos y tradiciones provenientes de una era pre-capitalista.
Concerniente a este último aspecto, consideramos que sería importante analizar no solo
“la ausencia” de este tipo de valores, sino la existencia, en el caso de la población
australiana, de valores más “afines” a la racionalidad capitalista e industrialista (dado el
origen de los migrantes) que en el caso de la Argentina.
El Capital
En este ítem analizaremos el excedente inicial del que parten los dos países, la tecnología
y el flujo de inversiones extranjeras.
Como ya ha sido mencionado, ambos países configuraban áreas practicamente vacías en
el momento de la colonización y por lo tanto sin ninguna acumulación de capital, excepto
la calificación que traían los migrantes.
En el caso de Australia, como señala Buckley
40
, el surplus se fue generando a partir del
intercambio interno, con la mediación del Estado, y el intercambio externo. Respecto a
este último se indican algunas estimaciones para Australia (Cuadro 13).
40
Las diferencias de salarios que hemos estimado, guardan similitud con las calculadas por J.R. Scobie
(Revolution in the Pampas, Austin, 1964), cuando indicaba que “los migrantes golondrinas en dos semanas
pagaban su viaje de ida y vuelta, y el resto de los salarios percibidos durante 3 o 4 meses de trabajo que
requiere la cosecha de trigo o maíz, era repatriada hacia Europa... 4 o 5 meses de trabajo le proporcionaban
40 a 50 libras esterlinas, es decir una suma de 5 a 10 veces superior a aquella que ellos podían percibir en
su propio país. En 1900, 100.000 trabajadores estacionales, provenientes de Italia, entraron así a la
Argentina”.
María de Monserrat Llairó
30
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Cabe señalar como fuente particular de beneficios, el surplus obtenido a partir del trabajo
de los convictos y de los ex-presidiarios.
Cuadro 13
Porcentaje de las Exportaciones de los Principales Productos Australianos y la
Producción de Oro, como Porcentaje del Total de Exportaciones. 1881 1939
Productos
1881
a
1890
1891
a
1900
1901
a
1913
1920-21
a
1928-29
1929-30
a
1931-32
1932-33
a
1938-39
Lana
54,1
43,5
34,3
42,9
34,9
37,0
Trigo y harina
5,3
2,9
9,7
20,5
19,5
14,6
Manteca
0,1
2,4
4,1
5,6
8,6
7,6
Carnes
1,2
4,1
5,1
4,6
6,4
7,1
Azúcar
0,5
0,4
-
1,6
2,3
2,1
Minerales exceptuando el oro-
9,6
9,5
14,8
6,6
6,0
5,3
Prod. De oro
17,6
23,6
20,6
2,2
3,1
7,5
Otros
7,9
7,6
4,8
7,3
9,3
10,4
Fuente: Bohem, E., “El Desarrollo Económico Australiano a partir de 1930”, en “Argentina y Australia”,
op. Cit., pág. 151.
En el caso de Argentina, como señala C. Plastino
41
, no hubo prácticamente acumulación
de capital productivo hasta fines del Siglo XVIII, con la creación del Virreynato del Río
de la Plata en 1776 y la Reglamentación del Libre Comercio en 1778. El rol intermediario
de Buenos Aires en el comercio entre Potosí (Bolivia) y España, puede considerarse en
el orígen de la formación de las dos facciones de la clase dirigente: los comerciantes y la
oligarquía terrateniente y en consecuencia del Estado. Dichas facciones tendrán una
importancia central en el proceso de acumulación de capital que se irá gestando.
Respecto a la tecnología, Fogarty
42
señala que “Australia y Argentina han pasado por
fases similares en la adquisición y transferencia de tecnología agraria”, aunque el rol del
Estado y las características “capital-intensiva” de la misma en el caso de Australia, son
dos diferencias a tener en cuenta.
En cuanto a la minería e industria en Australia, dicho autor menciona que:
41
Buckley, K., “Primary Accumulation: The Genesis of Australian Capitalism”, en “Capitalism Essays in
the Political Economy of Australian Capitalism”, Vol. I, E.L., Wheelwright y K. Buckley de., Australian
and New Zealand Books Co., Sydney, 1975, pág. 12 a 32.
42
Plastino, C., “Accumulation de Capital et Crise en Argentine”, Mémoire ISE-UCL, 1977, págs. 1-18.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
31
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
“[…] el establecimiento de grandes compañías mineras no sólo requería obras de
ingeniería y desarrollo de nuevas técnicas mineras, sino que los beneficios de tales
operaciones a menudo debían servir para financiar otras empresas industriales, tal
como ocurrió en la siderurgia de la Broken Hill Propietary Co. En Newcastle
fundada en 1915. La gran afluencia de la minería también puede comprobarse en
la pronta creación de departamentos de metalurgia, ingeniería minera y geología
en las universidades y escuelas técnicas, que a su vez contribuyeron al desarrollo
y difusión de tecnologías útiles para el sector industrial”
43
.
En Argentina, como ya ha sido indicado, la explotación de los minerales fue menoscabada
y el único mineral que se explotó, luego de su descubrimiento en Comodoro Rivadavia
en 1907, fue el petróleo.
Lamentablemente no se cuenta con estudios detallados sobre los “linkages” de la
extracción y refinación del petróleo crudo (en 1929 existían 14 refinerías, en general
extranjeras), con el sistema educativo y el sector industrial de esa época.
La consideración del rol de las inversiones extranjeras, nos introduce a una de las
dimensiones de la articulación entre las vinculaciones internas y externas.
Dado que Australia permanece hasta 1901 como colonia inglesa y continúa manteniendo
posteriormente una fuerte vinculación con la metrópoli, las inversiones son
fundamentalmente de origen británico. En el Cuadro 14 se presenta los datos
correspondientes a la formación bruta de capital y a los flujos de inversiones.
Cuadro 14
Producto Nacional Bruto por Habitante y Formación de Capital Fijo Domestico a
Precios Constantes (de 1910-11).
Año
Población
al 31-12
PIB a costo de
factores
Inversión Fija
Pública
Inversión Fija
Privada
2/1
3/1
£m.
Per
cápit
a £
(1)
£m.
Per
cápita
£ (2)
£m.
Per
cápita
£ (3)
%
%
1861
1.168.149
53.4
45.7
3.9
3.3
3.7
3.2
7.3
7.0
1871
1.700.888
78.5
46.1
4.3
2.5
5.4
3.2
5.5
6.9
1881
2.306.736
143.2
62.1
11.8
5.1
19.4
8.4
8.2
13.6
1891
3.240.985
211.6
65.3
19.9
6.1
23.6
7.3
9.4
11.2
1900-
01
3.765.339
203.8
56.2
15.7
4.2
15.1
4.0
7.4
7.1
43
Ibidem, pág. 139.
María de Monserrat Llairó
32
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1910-
11
4.425.083
332.2
75.1
25.0
5.6
25.3
5.7
7.5
7.6
1920-
21
5.411.297
379.1
70.1
29.0
5.4
27.2
5.0
7.7
7.1
1930-
31
6.500.751
388.1
59.7
28.9
4.5
16.2
2.5
7.5
4.2
1938-
39
6.929.691
485.9
70.1
37.5
5.4
39.5
5.7
7.7
8.1
Fuente: Mathews, R., “Public Investment in Australia”, Cheshire, 1967. Pág. 53.
Como señala R. G. Butlin
44
, Gran Bretaña participa en un 50 % de la formación bruta de
capital de Australia en los años 1860 y 1880, aunque su participación cae a un 20 % entre
1871 y 1876.
Respecto a la Argentina, luego de la independencia de España en 1816, comienza en
especial a partir de 1852- un proceso de inserción en la división internacional del trabajo
hegemonizada por Gran Bretaña. Este proceso genera un significativo flujo de inversiones
provenientes de ese país, tendencia que se acentúa a principios del Siglo XX.
Las estimaciones de las inversiones británicas hacia 1913, varían entre 357,7 y 500
millones de libras esterlinas. Según algunas estimaciones
45
, las inversiones en Argentina
serían de 385 millones de libras y el país ocuparía el quinto lugar en el mundo luego de
Estados Unidos, Canadá, India y Sudáfrica. De acuerdo a esta estimación, los países
precedentes, entre los que se cuenta Argentina, ocupan un rango más relevante que
Australia en materia de inversiones provenientes de Gran Bretaña.
Por otra parte, cabe señalar que el hecho de que Argentina fuera “políticamente
independiente” de Gran Bretaña, no indica que, en la práctica y en términos de
dependencia económica, no fuera una colonia, del mismo modo que Australia. En efecto,
la similitud del tipo de relaciones de ambos países con Gran Bretaña aparece como
evidente, y en el caso de Argentina se clarifica dadas las consideraciones de Sir Malcom
Roberts embajador inglés en Argentina, quien en octubre de 1930, comentaba que el
informe de la misión D’Abernon consigna que Gran Bretaña tiene de 500 a 600 millones
de libras esterlinas invertidas en la Argentina. Además, la casi totalidad de las
locomotoras, material rodante, accesorios mecánicos y carbón, es adquirida a Gran
Bretaña, lo cual, por ende, proporciona ocupación segura a miles de obreros británicos.
Casi todo el capital se halla en poder de miles de accionistas británicos. En lo que refiere
a los fletes, la mitad de las once millones de toneladas que entran anualmente a los puertos
argentinos, es británica, y una parte considerable de esta mitad ha sido construida
especialmente para el comercio de carne chilled.
44
Butlin, N.G., op. Cit., págs. 29-30.
45
En particular Skupch, p. “El Deterioro y Fin de la Hegemonía Británica sobre la Economía argentina,
1914-1947”, en “Estudios sobre los Orígenes del Peronismo 2”, Siglo XXI de. Buenos Aires, 1973, en base
a datos de The Review of the River Plate.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
33
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Los aspectos considerados, permiten destacar la fuerte dependencia de Australia y
Argentina respecto al Imperio Británico durante el período de análisis y la similitud en
cuanto al origen e importancia del capital extranjero en ambas economías.
Sin embargo, una diferencia señalada por R. Kelly entre los dos países, es el hecho que
al independizarse Australia en 1901, los bienes de infraestructura son “heredados” por el
Estado australiano. En cambio, en Argentina, por el hecho de no haber sido una colonia,
desde el punto de vista político, los bienes permanecerán en gran parte en manos privadas
extranjeras (fundamentalmente británicas) hasta el advenimiento del peronismo en 1945.
En términos del análisis comparativo de estos bienes, sólo haremos una breve referencia
a los ferrocarriles. Como señala E. Zalduendo
46
, Australia construsu primer ferrocarril
unos diez años antes (en 1845) que la Argentina. En ambos casos, la construcción de
ferrocarriles se realizó en base a capitales privados ingleses y su evolución hasta el año
1914 fue la siguiente:
Cuadro 15
AÑOS
AUSTRALIA
ARGENTINA
1850 (a)
10
-
1860 (a)
109
39
1870 (b)
1,5
0,7
1880 (b)
5,7
2,4
1890 (b)
15,4
9,4
1900 (b)
21,7
16,6
1910 (b)
28,6
27,7
1914 (b)
32,8
34,5
Fuente: elaborado en base a Ramos, A., “Revolución y Contra-revolución en la Argentina. Historia de la
Argentina en el Siglo XX”, Tomo II, De. Plus Ultra, Buenos Aires, 1965, págs. 403-404.
(a) en kilómetros.
(b) en miles de kilómetros.
Como señala el autor, “una diferencia importante en el desarrollo ferroviario es la
participación del Estado en la construcción y operación. Desde temprano Australia tuvo
una línea estable: la de Adelaide y su puerto (11 Km.), siendo la primera de este tipo en
todo el Imperio Británico. Al terminar el período (1914), el 90 % de los ferrocarriles
australianos se encontraba administrado por el Estado y en la Argentina aproximadamente
el 15 % de la red; el resto era operado por empresas europeas, principalmente de capital
británico”
47
.
46
Reproducido por Ramos, A., “Revolución y Contra-revolución en la Argentina. Historia de la Argentina
en el Siglo XX”, Tomo II, De. Plus Ultra, Buenos Aires, 1965, págs. 403-404.
47
Zalduendo, E., “Australia y Argentina”, op. Cit., págs. 55 a 58.
María de Monserrat Llairó
34
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Esta diferencia en cuanto al rol del Estado en ambos casos, que ha sido considerada
también en otras áreas (v.g. tecnología agropecuaria), no puede ser explicada en términos
de análisis de factores.
Los Factores y la Estructura Económica
En los tres puntos anteriores se ha intentado presentar un panorama comparativo de los
factores de producción de Argentina y Australia, el que será completado con información
adicional sobre el reflejo de dichos factores en la estructura económica. A tal fin, se
presentan algunos datos de ingreso per cápita, estructura comparativa del producto bruto
interno por sectores, estructura de la tenencia de la tierra y del comercio exterior de los
dos países.
Diferentes estimaciones señalan que el producto bruto interno por habitante de Australia
es más alto que el de Argentina entre fines del Siglo XIX y comienzos del XX: es el caso
de Díaz Alejandro
48
, al mencionar los datos presentados por M.G. Mulhall quien lo estimó
para Argentina en 24 lbs. Y para Australia en 51 lbs. Para el año 1895 (2,13 veces mayor).
A modo de comparación, cabe destacar que el ingreso per cápita de Argentina era similar
al de Bélgica, Alemania y Holanda y superior al de Austria, España, Italia, Suecia y
Noruega. Sin embargo, era inferior al de Canadá (36 lbs.) y al de Estados Unidos (44 lbs.)
Autores como Landau
49
estiman este producto en 2,4 veces superior para Australia entre
1899 y 1957 y Smithies, en base a los datos de C. Clark, en 1,75 veces superior para dicho
país a principios de siglo.
Como lo indica Diéguez
50
, ya existía desde principios de siglo, una “ventaja” del doble
para Australia en el nivel del producto. Es posible que el hecho de que Argentina partiera
de un nivel más bajo de ingreso condicionara tasas de crecimiento al principio más altas
51
,
cuando el país ya “institucionalizado”, se integraba a la economía mundial, tal como lo
muestran los datos del cuadro siguiente:
Cuadro 16
Tasas Anuales de Crecimiento. 1900-1973 (en por cientos)
Periodos
ARGENTINA
AUSTRALIA
Producto
Bruto
Población
P. Bruto
por hab.
Producto
Bruto
Población
P. Bruto
por hab.
48
Ibidem, pág. 57.
49
Díaz Alejandro, C.F., op. Cit., pág. 17, en base al texto de Michael Mulhall, “Industries and Wealth of
Nations”, Londres, N. York y Gombay, Longmans, Green and Co., 1896, pág. 391.
50
Diéguez, H., “Argentina y Australia: Algunos Aspectos...”, op. Cit., pág. 547.
51
Una explicación de esto tal vez podría encontrarse en el hecho que la puesta en producción de un área
agrícola en base a extensión de dicha frontera y una industria ligada a ella, produce tasas de crecimiento
que durante cierto período pueden ser más altas que las de una economía en que la agricultura debe hacer
frente a tempranos rendimientos decrecientes y en los que los “linkages” entre la minería y la industria
demoran en hacer llegar sus efectos al resto de la estructura económica. Sin embargo, esta última vía, parece
tener un crecimiento más sostenido, en especial si la estructura económica no introduce cambios
tecnológicos y una diversificación hacia otros sectores que le permitan seguir creciendo.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
35
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
1900-30
4,6
3,3
1,3
2,8
1,8
1,0
1930’s
1,3
1,9
-0,6
1,3
0,9
0,4
1939-48
4,0
1,8
2,2
3,9
1,2
2,7
1950-63
2,7
1,7
1,0
3,8
2,1
1,7
1962-73
4,4
1,4
3,0
5,2
1,8
3,4
Fuente: H. Diéguez, en “Argentina y Australia”, Serie Jornadas Instituto di Tella, Buenos Aires, 1979, pág.
224.
Los datos presentados permiten corroborar que la tendencia de crecimiento de Argentina,
que en los primeros años de este siglo es mayor que la de Australia (no obstante el mayor
crecimiento de su población), se revierte a partir de los años 30.
La crisis del treinta afecta más a la Argentina que a Australia y a partir de esta época, las
tasas de crecimiento son menores que las de este último país. La explicación de este
fenómeno, creemos debe buscarse en orden a la diferente inserción al sistema capitalista
mundial y en el tipo de articulación de las distintas estructuras en las sociedades
nacionales consideradas.
Respecto a la estructura sectorial del PBI desde principios de siglo, los datos del Cuadro
17 permiten advertir una similitud entre los dos países.
Cuadro 17
La Estructura de las Economías Argentinas y Australiana. 1900 1929.
Contribución Porcentual de los Sectores al PBI en promedios anuales-
SECTORES
ARGENTINA
AUSTRALIA
1900
1910
1925
1900
1910
1925
1904
1914
1929
1904
1914
1929
Primario
33,5
25,5
26,1
32,8
28,3
23,3
-Ganadería
17,2
10,2
10,6
12,3
12,0
10,4
-Agricultura
16,1
15,0
15,1
10,7
10,7
10,7
-Pesca y Minería
0,2
0,3
0,4
9,8
5,6
2,2
Secundario
13,8
15,6
17,7
11,4
14,0
16,2
-Manufactura
13,8
15,6
17,7
11,4
14,0
16,2
Terciario
52,7
58,9
56,2
55,8
57,7
60,5
María de Monserrat Llairó
36
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
-Construcción
6,6
10,8
7,5
7,2
8,8
8,0
-Serv. públicos
5,5
5,3
5,5
3,6
4,0
4,5
-Otros Servicios
40,6
42,8
43,2
45,0
44,9
48,0
Total
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Fuente: Fogarty J., “Australia y Argentina en el Período 1914-1933”, en “Australia y Argentina”, op. Cit.,
pág. 27, en base a datos de C.F. Díaz Alejandro, op. Cit., pág. 25 y N.G. Butlin, op. Cit., pág. 460-461.
Las diferencias están dadas básicamente por un mayor peso inicial de la ganadería y de
la agricultura en el caso de Argentina y la mayor relevancia de la minería en Australia.
A continuación se presenta el producto de la industria manufacturera desagregado por
rubros:
Cuadro 18
Participación Porcentual de las Manufacturas por Grupos de Industrias.
AÑOS
AUSTRALIA
1913
1928-29
* Metalurgia y Maquinarias.
24,7
22,7
* Alimentos y Bebidas
23,8
23,0
* Vestido y Textiles
13,7
15,6
* Libros, papel, etc.
8,2
7,9
* Madera
8,9
5,5
* Otros
20,7
25,3
ARGENTINA
1910-14
1925-29
* Metalurgia y Maquinarias.
3,9
7,9
* Alimentos y Bebidas.
32,0
30,2
* Vestido y Textiles.
13,2
12,6
* Libros, papel, etc.
8,0
12,2
* Madera
11,5
7,4
* Otros
31,5
29,6
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
37
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Fuente: Fogarty J., Op. Cit., pág. 28.
En base a estos datos se puede apreciar cómo desde las primeras estimaciones, el sector
de la metalurgia y maquinarias tiene el primer rango en Australia, siendo en cambio en
Argentina más importante el sector de alimentos y bebidas.
Finalmente, en el Gráfico II, se presenta un gráfico elaborado por Fogarty donde se indica
la evolución del producto bruto interno (a precios constantes) de los dos países entre 1900
y 1935.
Grafico II
Argentina y Australia. Producto Bruto Interno a Precios Constantes
A= Millones de £ a precios de 1910-11.
B= Billones de pesos a precios de 1950.
Fuente: Fogarty J. Op. cit., en base a datos de Díaz Alejandro, “Essays on the Economic History of the
Argentine Republic”, (Yale University Press, New Haven, 1970). Pág. 418-420 y Butlin N.G. “Australian
Domestic Product, Investiment and Foreing Gorrowing 1861-1938-39”, Cambridge University Press, 1962)
pág. 460-461.
En lo que concierne al sector agropecuario, queda por agregar a los datos presentados,
algunas estimaciones comparativas generales sobre la estructura de la tenencia de la tierra
en ambos países. En orden a esta categoría, existiría mayor similitud entre Nueva Gales
del Sur (no en el caso de Victoria) y la región pampeana, aunque el número de
explotaciones sería algo superior en la primera región.
Esto coincide con lo señalado por Hirst, al considerar que
“[…] en 1914, en las provincias de la zona pampeana de la Argentina, el tamaño
medio de la propiedad era de 890 acres. En Nueva Gales del Sur, con excepción
María de Monserrat Llairó
38
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
de la región occidental semiárida, era un poco mayor a 175 acres y para la misma
época era de 130 en Estados Unidos y de 62 en Inglaterra y Gales del Sur.
52
Las evidencias presentadas, indican la importancia de un estudio específico en este ámbito
y permiten destacar el hecho que la institución del latifundio aparece más arraigada en
Argentina que en Australia a principios de siglo.
Respecto al surplus de exportación, del que ya hemos avanzado datos para el siglo XIX,
podemos constatar en el Cuadro 19, que era más importante medido por habitante- en el
caso de Australia (para algunos períodos más de dos veces) entre 1930 y 1945.
Cuadro 19
Argentina y Australia
Valor de las Exportaciones per Cápita a Precios Corrientes y de 1950.
Periodo
Promedio
anual y años
EXPORTACIONES PER CÁPITA
Argentina
Australia
Argentina
Australia
Millones de dólares a
precios corrientes
Millones de dólares a
precios de 1950
1930 1934
33,4
59,3
118,4
176,0
1935 1939
40,7
75,0
108,7
196,3
1940 1944
40,0
64,9
81,3
181,3
1945
44,3
68,0
78,9
153,5
Fuente: Kelly, R., op. Cit., cuadro Nº 3.
Y en cuanto a su participación en el mercado mundial la crisis de 1929-30, afectó más a
la Argentina al no poder o no saber negociar su participación en dicho mercado y que
además la “ventaja” de mejores tierras de la Argentina ya no era más valedera y no podía
reflejarse en menores precios. Para el año 1928, un 83,2 % de las exportaciones argentinas
y un 68 % de las australianas, estaban orientadas al mercado europeo. Como se observa,
Argentina perdió un porcentaje más significativo del mercado inglés y europeo, y en
consecuencia del mercado mundial.
Conclusiones
Del panorama que hemos intentado presentar respecto a los factores de producción de
Argentina y Australia, se desprenden las dificultades y limitaciones en especial cuando
52
Hirst, J., “La Sociedad Rural y la Política en Australia, 1850-1930”, en Argentina y Australia, op. Cit.,
pág. 89.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
39
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
el interés consiste en realizar un análisis de cierto detalle, tarea que supone un estudio de
orden interdisciplinario.
No obstante, a los efectos de este trabajo, pensamos que en los comienzos del período de
análisis existían niveles de población similares, dos áreas agrícolas vírgenes y una
dotación de minerales en Argentina, que aún no jugaba un papel desequilibrador en orden
a la comparación de los dos países.
En relación al capital, es posible que hasta el siglo XVIII, fuese superior en el espacio de
Argentina (tomando en cuenta no sólo el puerto de Buenos Aires, sino las economías
regionales y en especial la del noroeste). Sin embargo, es dable suponer que las luchas
internas luego de la Independencia (1816), que se prolongaron fundamentalmente hasta
la batalla de Pavón (1861) y, la guerra contra el Paraguay (1865-1870), hayan producido
un “retraso” importante en el proceso de acumulación de capital en relación a Australia.
En efecto, este último país había transitado más pacíficamente los años de su fundación
(1788-1821) y el de la economía pastoral (1820-1850). Con el descubrimiento del oro en
febrero de 1851, Australia entró en una etapa que le imprimió mayor dinamismo a su
economía.
Aun así, hemos querido destacar una similitud inicial respecto al modo de acumulación
del surplus, tal como se mencionó en el trabajo.
Por otra parte, a medida que avanzamos en el tiempo, los cereales y el ganado adquieren
mayor importancia en Argentina, mientras la tecnificación agrícola ante suelos más
pobres-, la lana y los minerales se destacan en Australia. Sobre este último aspecto, hemos
deseado enfatizar de manera general que, a pesar de la superioridad de Australia en cuanto
a minerales, en Argentina jugaron un conjunto de factores de orden social, que hacen a
este país, “más desfavorecido” de lo que realmente era.
Asimismo, hemos visto cómo la evolución de la población argentina fue más rápida
(básicamente como resultado de la migración externa) que la australiana (sin analizar las
implicancias de ese proceso ni tampoco el origen, cultura, ideologías, etc. de ambas
poblaciones).
Respecto a los flujos de capitales externos, la Argentina aparentemente se presentó como
mayor receptor que Australia, al menos en orden a los provenientes de Inglaterra, en gran
parte del período de fines del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, una parte
significativa de estos flujos se traspasó al Estado australiano al comienzo de este siglo,
proceso que en Argentina, recién asumirá la forma de nacionalización medio siglo
después, en los principales rubros de infraestructura.
En cuanto a los flujos de mercancías, si bien no contamos con series completas para los
dos países, Argentina presentó hasta 1935 un surplus mayor que Australia en términos
absolutos y no por habitante. A partir de ese año, Australia adquirió una ventaja en
términos globales y acentuó su diferencia en términos per cápita.
En lo concerniente a la estructura de los sectores productivo, los dos países presentaron
similitudes, como ya hemos indicado, aunque con un mayor peso relativo de la ganadería
y de la agricultura en Argentina y, la minería en Australia. La industria australiana
comenzó su fase de sustitución por los sectores básicos, a diferencia de la Argentina,
María de Monserrat Llairó
40
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
quién lo hace en base a las agro-industrias. El atraso de Argentina en este ámbito va a ser
de 30 años.
La institución del latifundio, pareció presentarse más arraigada en Argentina, aunque
adquirió formas institucionales totalmente diferentes en ambos países, tal como lo han
analizado diferentes autores.
Respecto al interrogante planteado al comienzo del trabajo, acerca de la similitud o no de
los factores de producción, pensamos que existieron dos diferencias importantes (sin
menoscabar las ya mencionadas en cuanto a los flujos de capital, de mercancías per cápita,
etc.):
- La dotación más importante de minerales en el espacio australiano.
- El flujo más significativo de población en Argentina (función, en cierta medida,
de la mejor la localización respecto a los centros que “expelían” población).
De todos modos, queremos destacar que, a pesar de que un momento del tiempo (por ej.
antes del descubrimiento del oro en Australia) se hubiese presentado una similitud de
factores entre los espacios, ello no explica el camino diferente que tomaron las dos
economías posteriormente. Para explicar esas diferencias, habría que recurrir a un método
comparativo más interdisciplinario e histórico (no referido exclusivamente a los dos
espacios), que nos permita explicar estilos de crecimiento diferentes.
Bibliografia
Australian Bureau of Statistics, Yearbook, Nº 66, Camberra, Australia, 1982.
Bejarano, M., “Inmigración y Estructuras Tradicionales en Buenos Aires, 1854-1930” en
Los Argentinos. Los Fragmentos del Poder”, De. Jorge Álvarez, Buenos Aires, 1969.
Buckley, K., “Primary Accumulation: The Genesis of Australian Capitalism”, en
Capitalism Essays in the Political Economy of Australian Capitalism”, Vol. I, E.L.,
Wheelwright y K. Buckley de., Australian and New Zealand Books Co., Sydney,
Australia, 1975.
Carlevari, Isidro, “Geografia económica mundial y argentina” Ediciones Macchi, Buenos
Aires, 1997.
Chiaramonte, J.C., “La Crisis de 1866 y el Proteccionismo Argentino de la Década
de 1870”; en Los Argentinos. Los Fragmentos del Poderde Di Tella- Halperin Donghi,
ediciones Jorge Álvarez, 1969.
Danelotti, F.N y White, D., “Productividad, eficiencia y Problema Energético en la
Agricultura”, Información Económica, III, Nº 20, Buenos Aires, 1981.
Díaz, Alejandro, C.F., Ensayos sobre la Historia Económica Argentina”, Ediciones
Amorrortu., Buenos Aires, 1970.
La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
41
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Diéguez, H. “Argentina y Australia. Algunos aspectos de su desarrollo económico”,
Instituto de Desarrollo Económico, IDES enero marzo, vol. 8 número 32, 1979.
Fitzpatrick, B., The British Empire in Australia. An Economic History, 1834-
1939”, Melbourne University Press, 1949.
Foggarty, J., "Australia y Argentina en el período 1914-1923", en John Foggarty;
Ezequiel Gallo y Héctor L. Diéguez (eds.) Argentina y Australia, Buenos Aires, Instituto
Torcuato Di Tella, 1979.
Gallo, E., “El Método Comparativo en Historia: Argentina y Australia (1850-1914)”, en
Argentina y Australia, Instituto Di Tella, Bs. As., 1979.
Gerchunoff, Pablo-Fajgelbaum, Pablo, ¿Por qué Argentina no fue Australia? Historia de
una obsesión por lo que no fuimos, ni somos, pero… ¿Seremos?, siglo XXI, Buenos
Aires, 2005.
Journal “Le Mouvement Géographique”, N° 19, 1906, Nº 36 y 51, 1889.
La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Tomo VI Espasa-Calpe,
España, 1903.
Lepervanche, Marie de, “Australian Inmigrants, 1788-1940. Desired and Unwanted”, en
Wheelwright y Buckley, Essays in the Political Economy of Australian Capitalism”,
Vol. I., Sydney Australia, 1975.
Moyano L. y autores, Argentina Económica y Social”, citado en Carlevari, I., “La
Argentina, Geografía Humana y Económica”, Editorial Ergén, Buenos Aires, 1979.
Office du Travail du Royaume de Belgique. “Statistiques des Salaires dans 1’Industrie de
Metaux, Bruxelles, 1903.
Plastino, C., “Accumulation de Capital et Crise en Argentine”, Mémoire, Université
catholique de Louvain, 1977.
Rapoport Mario, El Modelo Agroexportador Argentino 1880 1914, en Economía e
Historia, Tesis, Buenos Aires, 1988.
Rapoport, Mario y colaboradores, “Historia económica política y social de la Argentina,
1880-2000” Ediciones Macchi, Buenos Aires, 2000.
Scobie, James, “Revolución en las pampas: historia social del trigo argentino 1860-1910”
Ediciones Solar Hachette, Buenos Aires, 1968.
Sinclair, W. A., “The Process of Economic Development in Australia” en Australian
Economic History Review, First published 1 January, Melbourne, Cheshire, 1976.
Skupch, P., “El Deterioro y Fin de la Hegemonía Británica sobre la Economía argentina,
1914-1947”, en Estudios sobre los Orígenes del Peronismo 2”, Siglo XXI de. Buenos
Aires, 1973.
Vázquez - Presedo, V. Estadísticas Históricas Argentinas (comparadas) 1875-1914”, de.
Macchi, Buenos Aires, 1971.
Ramos, A., Revolución y Contra-revolución en la Argentina. Historia de la Argentina
en el Siglo XX”, Tomo II, De. Plus Ultra, Buenos Aires, 1965.
Zalduendo, E., “Libras y Rieles” ediciones El Coloquio, Buenos Aires, 1975.
María de Monserrat Llairó
42
Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Hirst, J., “La Sociedad Rural y la Política en Australia, 1850-1930”, en John Foggarty;
Ezequiel Gallo y Héctor L. Diéguez (eds.) en Argentina y Australia, Instituto Torcuato
Di Tella, Buenos Aires, 1979.