La comparación de los factores de producción entre Argentina y Australia (1830-1945)
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Latitud Sur N° 12, Año 2017. CEINLADI, FCE-UBA. ISSN 1850-3659.
Respecto a la puesta en valor de los recursos agrícolas, se dispone de datos puntuales que
permiten establecer ciertas comparaciones. Mientras que algunos autores señalan que
desde mediados del siglo XIX, la Corona Británica había fijado el precio de la tierra a 1
Libra el acre, para el año 1906, la revista “Le Mouvement Géographique”
indica que el
gobierno de Australia “cedía” la tierra (sin mencionar la localización precisa) a 31 francos
la hectárea (10 schillings el acre), pagaderos a 20 años, sin intereses. A su vez, el Banco
Agrícola de dicho país podía prestar el dinero a los colonos, aunque bajo ciertas
condiciones.
En esa misma época, en Argentina se “alquilaba” o arrendaba un campo a un cánon que
oscilaba entre 2,20 y 22,0 francos la hectárea
. El costo de roturación o desmonte de esta
superficie agrícola y su puesta en producción era de 50 a 100 francos la hectárea. En
relación al precio de venta de la tierra en la pampa húmeda, “Le Mouvement
Géographique” señala que: “no hace mucho tiempo, Louis Guillaume decía que la tierra
era vendida en diferentes lugares, a medida que se avanzaba en la pampa, a precios que
iban de 3 francos, a 2 francos, 1,50 francos y 10 centavos la hectárea. Estos precios son
ya superados singularmente en las partes colonizadas de la República y en consecuencia
la plusvalía en esas regiones crece de manera visible y rápidamente. En la provincia de
Buenos Aires, por ejemplo, el precio medio de la hectárea ha subido a 16 francos en 1883,
a 160 francos en 1887
.
Si bien no se cuenta con datos acerca de la calidad precisa de la tierra en ambos países,
existen indicios que permiten suponer que el valor medio de la tierra agrícola en el primer
país es superior al del segundo, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX
.
Tal diferencia, parece centrarse en hechos de orden social, dado que para el caso
argentino, tal como señala M. Bejarano “las tierras se hallaban ya acaparadas y en poder
de los grandes terratenientes cuando al finalizar la década de 1880 llegaban al país
centenares de miles de trabajadores europeos”
.
Así, mientras el Estado australiano cedía las tierras hacia 1906, casi tres décadas antes en
Argentina “las formas adoptadas por la colonización fueron totalmente extrañas a todo
tipo de reglamentación oficial”
. Como resultado de este proceso, “nadie estaba unido
“Le Mouvement Géographique”, Nº 51, 23-12-1906, pág. 679.
Ibídem, Nº 36, 9-9-1906, pág. 458.
Ibídem, Nº 19, 8-9 1889, pág. 71.
La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, editada por Espasa-Calpe S.A., en Bilbao a
principios de siglo (Tomo VI, pág. 110), señala que “en la provincia australiana de Victoria, la hectárea se
paga de 270 a 500 pesetas, mientras que en las localidades del Sud, en las provincias de Córdoba y San
Luis, pueden adquirirse de 60 a 70 pesetas (calculando el peso papel a 2,50 pesetas). Ambos terrenos son
aptos para la agricultura y sus territorios están cruzados por vías férreas”. Respecto a esta afirmación,
parecería que Nueva Gales del Sud o Victoria (las dos regiones más ricas de aquel entonces) son más
comparables a la provincia de Buenos Aires que a la provincia de San Luis. Por otra parte debería tenerse
en cuenta que el descubrimiento del oro en Victoria había encarecido aún más el precio de la tierra.
Volviendo a los datos presentados por la misma Enciclopedia, se indica que en Lobos, a pocas horas de
Buenos Aires, se han efectuado ventas entre 750 y 1500 pesetas la hectárea, en Campana a 1980 pesetas y
precios menores. Estos datos, coincidirían con los señalados por “Le Mouvement Geographique”. Si bien
es evidente la necesidad de contar con datos más precisos acerca de la calidad, ubicación y usos de la tierra,
a fin de establecer comparaciones precisas, las estimaciones antes mencionadas parecen indicar que el
precio de la tierra en Argentina es superior al de Australia.
Bejarano, M., “Inmigración y Estructuras Tradicionales en Buenos Aires, 1854-1930” en “Los Argentinos.
Los Fragmentos del Poder”, De. Jorge Álvarez, Buenos Aires, 1969.
Ibídem, pág. 129.