Ariela Ruiz Caro
16
Latitud Sur N° 14, Año 2019. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas, Centro de
Investigación en Estudios Latinoamericanos para el Desarrollo y la Integración (CEINLADI). (En línea) ISSN
2683-9326. (Impresa) ISSN 1850-3659.
Por el contrario, acciones como las relacionadas con el cambio de participación en las rentas
petroleras a favor del Estado ecuatoriano en desmedro de las empresas norteamericanas
(iniciado en 2006), la no renovación del acuerdo con Estados Unidos para utilizar la Base
Militar de Manta, la política ecuatoriana de incrementar sus relaciones de cooperación con
Rusia, la cercanía política con los gobiernos de Venezuela y Bolivia, la expulsión de
funcionarios diplomáticos norteamericanos –acusados por el gobierno ecuatoriano de estar
inmiscuidos en asuntos sensibles para la soberanía nacional– la adhesión al ALBA, y la
sentencia contra Chevron-Texaco por daño ambiental y social en 2011, propiciaron un
escenario adverso para la prórroga de la ATPDEA. (Falconí y Oleas, 2011, p.4)
La situación se agravó cuando, en junio de 2013, Estados Unidos anunció que comenzaría
una revisión para determinar la suspensión de los beneficios comerciales que gozaban los
bienes de Ecuador, luego de que el gobierno ecuatoriano informara que renunciaría a los
beneficios del ATPDEA, que vencían el 31 de julio, “de manera unilateral e irrevocable”
frente “a la amenaza, insolencia y prepotencia de ciertos sectores políticos, grupos mediáticos
y poderes fácticos estadounidenses que han presionado para quitarlas”. (Diario El Mundo,
2013) Estas declaraciones tenían como trasfondo el conflicto diplomático entre ambos países,
sobre el pedido de asilo del ex contratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden a
Ecuador.
En este escenario, el gobierno ofreció un mecanismo de compensación que permitiría a los
productores, beneficiarios de la ATPDEA, recibir un apoyo a través de la concesión de un
certificado equivalente al monto pagado por concepto de aranceles, cuando el sistema
expirara.
Es importante destacar que, si bien hubo algunos sectores perjudicados, la mayor parte de
productos que ingresaban al mercado norteamericano no se vieron afectados por la
suspensión de la ATPDEA; la mayoría ingresó bajo las mismas condiciones arancelarias de
acceso que se establecen a todos los miembros de la OMC, en el marco de la cláusula de
NMF, así como del SGP, en las que están incluidos los productos más importantes en valor
y volumen que Ecuador exporta a los Estados Unidos: café, cacao, banano, entre otros,
exceptuando las rosas y el atún.
Es importante señalar que, las exportaciones de Ecuador a Estados Unidos están concentradas
en tan solo nueve productos: petróleo, oro, camarones y langostinos, banano, rosas, oro en
bruto, cacao en grano, flores y capullos, y atún en conserva, los cuales representan 90% de
las exportaciones ecuatorianas a ese país. Dos de ellos, las rosas y el atún, eran beneficiarios
de la ATPDEA y, no son beneficiarias de la cláusula de NMF ni del SGP. A pesar de ello,
desde que se suspendió la ATPDEA, ambos han continuado incrementado sus exportaciones,
si bien el atún tuvo una caída en 2016.
Las exportaciones hacia ese país han registrado importantes caídas en términos de valor, al
pasar de 11 mil millones de dólares en 2013 a 5.4 millones de dólares en 2016 (Ver gráfico
5). Por su parte, las importaciones han disminuido, al pasar de 6.3 mil millones de dólares en
2013 a 3.5 mil millones de dólares en 2016, evolución determinada, en parte, por la vigencia
del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), vigente desde 2008, con el fin de evitar la fuga de
capitales al exterior y mantener la liquidez interna. La tarifa del ISD es del 5%, y, es el tercer
tributo con mayor participación en la recaudación de Ecuador, solo detrás del Impuesto al
Valor Agregado y el Impuesto a la Renta. El actual gobierno ha considerado eliminarlo de