El posicionamiento de Argentina en el MERCOSUR: cambios y continuidades (2003-2018)
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Latitud Sur N° 17, Vol. 1, Año 2022. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas, Centro
de Investigación en Estudios Latinoamericanos para el Desarrollo y la Integración (CEINLADI). (En línea)
ISSN 2683-9326.
Adicionalmente, se promovió, a través de la Decisión 27/03, la realización de estudios para
la creación de Fondos Estructurales en el MERCOSUR, con el objetivo de incrementar la
competitividad de los socios menores y de aquellas regiones menos desarrolladas. También,
se adoptaron decisiones para atender de manera especial a Paraguay y Uruguay, reconociendo
su condición de países con menor desarrollo relativo; y se dieron nuevos plazos y
excepciones en la convergencia a la Unión Aduanera. Así, puede observarse que, desde el
año 2003, en el MERCOSUR se comienza a plantear de forma explícita el tratamiento de las
asimetrías. Este mayor compromiso de avanzar, también, se pudo evidenciar en la creación
del Fondo del Mercosur de Garantías para Micro, Medianas y Pequeñas Empresas, el Fondo
de Agricultura Familiar del MERCOSUR, el Instituto Social del MERCOSUR (ISM); Fondo
del Mercosur de Garantías; y el Fondo para la Convergencia Estructural (FOCEM), que
surgió mediante la Decisión CMC Nº 45/04. Luego, la Decisión CMC Nº 18/05 estableció
las normas para su integración y funcionamiento, con el objetivo de promover la
convergencia estructural; desarrollar la competitividad; promover la cohesión social, apoyar
el funcionamiento de la estructura institucional y el fortalecimiento del proceso de
integración.
En el nuevo escenario del siglo XXI, se replantearon estrategias de integración regional que
apelaron a los ideales históricos de una América del Sur unificada. El nuevo impulso que
tomó MERCOSUR modificó la lógica adoptada desde la firma del Tratado de Asunción. No
solo se relegó la estrategia comercialista, sino que, además, la relación de cercanía construida
con Estados Unidos fue dejada de lado. Varios de los gobiernos emergentes vieron a
Washington, y a los organismos multilaterales de crédito, como los responsables de la
inducción de políticas de apertura, liberalización y desregulación que habían llevado a la
crisis. Uno de los acontecimientos que marcó la distancia que Argentina estaba tomando con
Estados Unidos, y que demostró la revitalización de los lazos de integración con los vecinos
sudamericanos, fue la III Cumbre de los Pueblos, con Hugo Chávez a la cabeza, que tuvo
como objetivo propiciar el fracaso de la propuesta estadounidense de integración económica
de América. Esta también es conocida como la “contracumbre” debido a que se realizó en
paralelo a la IV Cumbre de las Américas (2005) -en la que George Bush pretendió impulsar
el ALCA.
En síntesis, con la crisis de las políticas neoliberales se asistió a un rediseño de la integración
y de la política exterior de los países claves del Cono Sur. En particular, a partir de 2003, el
interés de Brasil y de Argentina de dar sustento a sus respectivos proyectos de desarrollo
interno e industrialización, permitió retomar la esencia política del proceso de integración
iniciado a mediados de los ’80.
Los gobiernos kirchneristas (2003-2015)
Tal como sugieren Ganuza & Maldonado (2019), las desigualdades estructurales entre los
países están indefectiblemente atadas a las diferencias de capacidades entre los Estados, que
incluyen el tamaño de los mercados, el desempeño económico, el peso comercial, las
capacidades para crecer económicamente, el nivel de renta per cápita, los grados de
competitividad de los países, entre otros. Este trasfondo era bien conocido por el presidente
Néstor Kirchner, quien en su discurso de asunción dejó en claro que estaba entre sus
prioridades “promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento