Nattia Ibañez Diosquez
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Latitud Sur N° 17, Vol. 2, Año 2022. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas, Centro
de Investigación en Estudios Latinoamericanos para el Desarrollo y la Integración (CEINLADI). (En línea)
ISSN 2683-9326.
En sus obras abordó, también, el problema de la insuficiencia de divisas y la restricción
externa causada por el déficit en el comercio internacional de manufacturas de origen
industrial, al tiempo que postulaba un Modelo integrado y abierto para el desarrollo
tecnológico. Además, incorporó la dimensión histórica, como herramienta de análisis
indispensable. En 2007, publicó el artículo “Globalización, Desarrollo y Densidad nacional”
en el que desarrollaba estos conceptos. Sobre la globalización afirma:
LA GLOBALIZACIÓN CONSTITUYE un sistema de redes en las cuales se
organizan el comercio, las inversiones de las corporaciones transnacionales, las
corrientes financieras, el movimiento de personas y la circulación de información
que vincula a las diversas civilizaciones. Es, asimismo, el espacio del ejercicio
del poder dentro del cual las potencias dominantes establecen, en cada período
histórico, las reglas del juego que articulan el sistema global. (Ferrer, 2007, pág.
431)
Respecto del desarrollo, Ferrer afirma que
El desarrollo económico sigue siendo un proceso de transformación de la
economía y la sociedad fundado en la acumulación de capital, conocimientos,
tecnología, capacidad de gestión y organización de recursos, educación y
capacidades de la fuerza de trabajo, y de estabilidad y permeabilidad de las
instituciones, dentro de las cuales la sociedad resuelve sus conflictos y moviliza
su potencial de recursos. El desarrollo es acumulación en este sentido amplio, y
la acumulación se realiza, en primer lugar, dentro del espacio propio de cada país.
(Ferrer, 2007, pág. 432)
En otras palabras, el economista consideraba que el desarrollo económico depende de la
capacidad de cada país de participar en la creación y difusión de conocimientos y tecnologías,
así como de incorporarlos en la actividad económica y las relaciones sociales; lo que la
globalización no ha cambiado (Ferrer, 2007). En este sentido, que un país se desarrolle
depende principalmente de su propia capacidad.
En este orden de cosas, Ferrer destacaba que un país puede crecer de la mano de agentes
exógenos, pero eso no implica que se desarrolle, pues puede crecer sin desarrollo, es decir,
“sin incorporar los conocimientos científicos y sus aplicaciones tecnológicas en el conjunto
de su actividad económica y social” (Ferrer, 2007, pág. 433) y, en este sentido, sostuvo que
los países no crecen con crédito externo y con capital extranjero, sino que crecen con ahorro
interno y con recursos propios, complementariamente a los recursos del exterior, y es acá
donde reconoce al Estado en su rol de administrador, pues es el que administra los servicios
públicos y regula las tarifas, además del tipo de cambio (Ferrer, 2009).
El intelectual afirmaba que la globalización y el desarrollo económico de cada país guardan
estrechas relaciones, ya que aquella ofrece, tanto oportunidades, como riesgos y amenazas,
por lo que la globalización no es en sí misma ni buena ni mala, y la influencia de esta en el
desarrollo de cada país depende de las vías por las cuales éste se vincula a las redes de la
globalización; por lo tanto, si bien el orden global brinda un marco para el desarrollo de cada
país, son los factores endógenos de cada país los que van a determinar su forma de inserción
internacional (Ferrer, 2007). En este sentido, Ferrer identificaba que, para que los países
alcancen el desarrollo económico, deben darse una serie de condiciones internas que, en su