Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 50 | 1er. Semestre de 2019
con el glifosato durante veinte años y no le ha pasado nada” (To-
más, empresario mediano-grande, Baradero).
“No me consta lo malo que son para la salud los agroquímicos,
parece una barbaridad lo que digo, porque he estado siempre en
contacto, conozco un montón de gente que ha estado en contacto
directo, casi con descuido. Puede que algo haya, esta magnifica-
do por una situación política, sin duda creo que es así, porque
creo que hay tendencia a que la SD y el uso de agroquímicos se
este, no sé cómo explicártelo, pero yo percibo que hay un movi-
miento político y social que está en contra de esto. No me cabe
duda, hasta activistas y si vos escuchas los fundamentos de ellos,
a la mayoría de la gente común convence pero a los que estamos
muy compenetrados en el tema este no tiene asidero […] con el
glifosato, el famoso glifosato, esa es una grieta más que tenemos,
el tema del glifosato que está metido en la grieta, porque dicen
que es cancerígeno” (Alfredo, empresario pequeño, Baradero).
“No es tan así como se habla. Hay cosas mucho más tóxicas que
el Roundup, por ejemplo un insecticida que se tira en una acelga
que estamos comiendo a los 4 o 5 días, un insecticida para las
moscas y cerrar la habitación es diez veces más tóxico que el
Roundup, es más fácil decir prohíbanlo. No te digo que es bueno
pero yo, para que tengas una idea, desde los 17 años trabajo en
un fumigador. La dosis diaria es alta y vos andas ocho o nueve
horas arriba del fumigador, mínimo un mes al año, precauciones
uno toma los recaudos, mucho menos de lo que debe ser, si fuera
tan tóxico…” (Francisco, productor familiar, Baradero).
En estos testimonios registramos dos operaciones que son utiliza-
das en reiteradas ocasiones en los discursos institucionales de entidades
como AAPRESID y AACREA (especialmente en sus proyectos educati-
vos y campañas comunicacionales) y de las empresas multinacionales
proveedoras de insumos: la comparación con otros productos que serían
más nocivos y la intertextualidad con el discurso socioambiental, bus-
cando desacreditar a sus enunciadores y al contenido de ese discurso.
El uso de la estrategia de la comparación tiene el propósito de
convencer sobre la inocuidad del glifosato. Especialmente dos compara-
ciones (que expresan formas decodificación dominante) fueron utiliza-
das en reiteradas ocasiones por los actores con los que hemos trabajado:
1) hay productos que se usan en los hogares que son muchos más nocivos
que el glifosato, y 2) el glifosato es uno de los productos menos nocivos
a comparación de otros productos que se usan en el campo. En estos ar-
gumentos se reconoce implícitamente algún efecto negativo, pero se
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