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Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 52 - 1er. semestre de 2020
ISSN 1853 399X - E-ISSN 2618 2475 - Páginas 65-88
María Celeste Barrionuevo
1
Resumen
2
Este artículo propone revisar qué perspectiva de la economía subyace en las herra-
mientas de evaluación del desempeño -reconocidas en espacios académicos y en or-
ganizaciones sociales- aplicadas en experiencias agroecológicas. Para ello se realizó
un relevamiento bibliográco del corpus agroecológico y luego se recurrió a infor-
mantes clave para completar la búsqueda, procurando garantizar una diversidad de
campos de procedencia y de surgimiento. De las 30 herramientas relevadas sólo 7
abordan lo económico desde propuestas alternativas, como lo es la economía social
y solidaria, mientras que la mayoría responden a lógicas que orientan sus acciones
a la acumulación del capital en lugar de a la reproducción ampliada de la vida de
las personas.
Palabras clave: Agroecología – Economía – Evaluación - Indicadores
1 Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires, Argentina. E-mail: celesbarrionuevo@
gmail.com
2 El presente artículo es un recorte de un trabajo más amplio realizado en el marco de la tesis de grado
para obtener el título de Licenciada en Ecología de la Universidad Nacional de General Sarmiento, titula-
da: “Agroecología y economía social y solidaria. Puentes y herramientas de evaluación de las prácticas analizados
desde la investigación disidente, defendida en Marzo de2017.
¿Cómo se evalúa lo económico en las experiencias
agroecológicas? Análisis de las perspectivas de 30
instrumentos de evaluación del desempeño provenientes
del sector estatal, privado y de la economía popular
Notas y debates
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María Celeste Barrionuevo
Summary
How are agro-ecological systems assessed regarding their economics aspects?
Analysis of the perspectives of 30 performance evaluation tools from the state,
private and popular economy sectors
This paper aims to review which perspective of the economy lies behind the evalu-
ation tools renowned in the academic sphere and in social organizations employed
in agroecological experiences. For this, a bibliographic review of the agroecological
corpus was carried out and, later, key informants were consulted to complete the
search, seeking to guarantee a diversity of elds of origin and provenance. Only
7 of 30 tools have an economic approach that offer alternative proposals, such as
the social and solidarity economy approach, while most of them respond to logics
whose actions are oriented to the accumulation of capital rather than to guarantee
the expanded reproduction of people’s lives.
Keywords: Agroecology – Economy – Evaluation - Indicators
Introducción
Hace más de dos décadas que autores como Toledo (1993); Sevilla Guzmán
y Woodgate (1997), entre otros, vienen anunciando la crisis civilizatoria que en la
actualidad nos encontramos atravesando. Dicha crisis, arman, es de carácter mul-
tidimensional e involucra tanto a la crisis alimentaria como ecológica, energética,
económica, política y cultural como consecuencia global ocasionada por múltiples
factores. Toledo (2016) señala que se trata de una crisis de la civilización industrial,
de la modernidad, entendida esta última como ese punto en la historia en donde
conuyen industrialismo, pensamiento cientíco, mercado dirigido por el capital y
uso predominante de petróleo, en cuya raíz profunda se encuentra la racionalidad
o lógica capitalista. Especícamente, Cuéllar, Calle y Gallar (2013) encuentran entre
sus factores desencadenantes a las políticas territoriales de desarrollo rural guiados
por las premisas de la economía de mercado.
Desde los inicios del mundo moderno la ciencia económica convencional ha
ido imponiendo conceptos como el de riqueza y el de producción cada vez más
desvinculados de su soporte material o natural. Basándose en la falacia de que “la
tierra se expande” impuso como objetivo el crecimiento de la riqueza a través de
la producción (Naredo, 2006). En este proceso contribuyeron tempranamente las
ciencias agronómicas orientando sus progresos prioritariamente a obtener mayores
rendimientos en las cosechas y en la cría de animales, obviando cuestiones funda-
mentales como el acceso y el reparto de recursos básicos y el deterioro ecológico de
los agroecosistemas (Guzmán Casado, González de Molina y Sevilla Guzmán, 2000).
En consecuencia, es mayoritario el posicionamiento de las ciencias económicas y las
ciencias agrarias que comparten las premisas losócas del pensamiento moderno,
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Instrumentos de evaluación de experiencias agroecológicas
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como lo son la racionalidad tecnocrática y utilitarista, y el enfoque reduccionista -
atomista (Sarandón y Flores, 2014).
Frente a los conictos provocados a partir de las disciplinas dominantes y
sus lógicas, surgen como alternativas contrahegemónicas algunas corrientes de la
economía social y solidaria (ESS) y la agroecología (AE). En el caso de la ESS, ésta se
propone como alternativa al pensamiento único de la economía convencional deno-
minada en este trabajo “economía a secas” para hacer referencia a la síntesis neo-
clásica-keynesiana. La agroecología (AE), por su parte, se presenta como alternativa
al pensamiento totalizador de las ciencias agrarias y la agricultura industrializada
(Sarandón y Flores, 2014; Altieri et. al, 1999; Sevilla Guzmán, 2011).
El presente trabajo se encuadra dentro del método de la investigación cua-
litativa y pretende seguir la vía de la denominada investigación militante, método
cuya premisa fundamental es la exigencia teórica histórica de que el investigador
se incorpore activamente a la realidad social que estudia, a n de poder conocer las
diversas contradicciones y elementos esenciales que se logra incorporándose a las
tareas que lleva a cabo la comunidad, conociendo sus problemas y jerarquizando
conjuntamente (Soriano; 2000).
La Economía Social y Solidaria (ESS) y su programa de pensamiento
y acción
La ESS puede ser denida como: “el sistema institucional que se da una sociedad
(siendo por tanto históricamente cambiante) para denir, generar, movilizar, organizar y
distribuir recursos con el objetivo compartido de resolver transgeneracionalmente y cada vez
mejor las necesidades legítimas de todos los ciudadanos” (Coraggio, 2005a: 21). Surge en el
siglo XIX su vertiente europea cuando la proletarización del mundo del trabajo pro-
vocó el surgimiento de un movimiento obrero asociativo y de las primeras coope-
rativas autogestionadas de producción, y su vertiente latinoamericana a comienzos
de la década de los ochenta del siglo pasado, que tiene como exponentes a Quijano,
Gaiger, Singer, Coraggio, entre otros (Coraggio, 2007).
Desde la visión de la Otra Economía, la ESS implica una propuesta transicio-
nal de prácticas económicas de acción transformadora conscientes de la sociedad
que quieren generar desde el interior de la economía mixta actualmente existente
(con predominio de la lógica del capital) hacia otra economía (con predominancia de
la lógica de la Reproducción Ampliada de la Vida de Todas las personas, RAVT). Al
hacer referencia a “Otra Economía” se considera como tal a la construcción de otro
sistema económico que sustituya al actual, superando las relaciones de competencia
entre intereses particulares por relaciones de redistribución, solidaridad y reciproci-
dad y el predominio de un bien común legítimamente establecido (Coraggio, 2014).
Para lograr dicho objetivo se propone la articulación de unidades autogestio-
nadas a nivel microeconómico y, a nivel mesoeconómico, de redes de intercambio
y cooperación de creciente complejidad, incorporando recursos públicos por la vía
de la gestión participativa y la democratización general del Estado desde lo local
hacia lo regional y nacional, y constituyéndose como subsistema en el conjunto de
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la economía, planteando la RAVT en disputa por la hegemonía, frente a la lógica
de la acumulación privada sin límites así como frente a la lógica de la acumulación
de poder político o de mera gobernabilidad y/o legitimación del sistema social por
parte de la Economía Pública (Coraggio, 2011).
Desde la mirada sistémica de la Otra Economía, todas las economías real-
mente existentes son economías mixtas porque son multiculturales y combinan ins-
tituciones que responden a lógicas distintas. Sus recursos, actividades y relaciones
pueden ser analizados como agregados en tres sectores o formas de organizar los
procesos económicos: el sector empresarial privado, el del Estado o público y el de
economía popular.
El sector de la economía empresarial privada se organiza como un subsistema
más o menos articulado de empresas de capital cuyo sentido es acumular capital,
ganar sin límite y, para ello, competir y ganar. El sector de la economía estatal o pública
abarca las unidades administrativas de organización de los estados que requieren
de recursos económicos que provienen del sistema scal de redistribución, de lo que
producen sus empresas o del crédito. Su sentido consiste en incentivar y orientar la
inversión y el proceso de crecimiento nacional, asegurar la gobernabilidad del sis-
tema, acumular poder y/o lograr el bien común. El sector de economía popular tiene
como base de organización económica a las unidades domésticas y su sentido es la
reproducción biológica y social de la vida de sus miembros en las mejores condicio-
nes posibles (Coraggio, 2013).
El movimiento de conjunto de una economía mixta puede ser apreciado, en-
tonces, por la dinámica cuantitativa y cualitativa que resulta de la aplicación de
los recursos organizados o utilizados por la combinación de los diversos tipos de
organización económica orientadas por los tres sentidos o grupos de sentidos men-
cionados. Su ponderación puede ser cuantitativa, en base a los pesos relativos de
cada sector para distintas variables o cualitativa, por ejemplo, de acuerdo a las ne-
gociaciones y conictos en proceso entre agentes y sujetos de los distintos sectores, o
según las relaciones entre la base material y la hegemonía o dominio político vigente
en la sociedad.
La agroecología (AE) y su programa de pensamiento y acción
La AE surge en Latinoamérica a nales de los años setenta como respuesta
a las primeras manifestaciones de la crisis ecológica y social en el campo, generada
por la intensicación del desarrollo del capitalismo en la agricultura. Se considera,
entonces, como una plataforma de enfrentamiento a la acción de las multinacionales,
cuya construcción de carácter popular surge de las distintas formas de resistencia
practicadas por grupos campesinos e indígenas en articulación con técnicos disi-
dentes al deterioro ecológico del manejo industrializado de naturaleza capitalista
(Sevilla Guzmán, 2015).
Toledo (2016) denomina “revolución agroecológica” al proceso que se viene
dando en Latinoamérica desde hace tres décadas de construcción de nuevas expe-
riencias socio-ambientales de carácter contra-hegemónico, que transitan por vías an-
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ticapitalistas en tanto que desafían y contradicen la lógica o racionalidad del capital.
Mientras que la agricultura industrial es el sistema o forma de hacer agricul-
tura que se basa en los conocimientos derivados de la ciencia occidental, que intenta
resolver los problemas por medio de la innovación tecnológica (Díaz León, 1998),
la AE supone sistemas de producción de pequeña escala, cuyo rasgo principal es la
diversidad de paisajes, especies y variedades, el manejo múltiple de los recursos,
el reciclaje de materia, todo ello basado en el uso apropiado del suelo, agua y de la
energía solar.
Por lo tanto, mientras que el modelo agroindustrial entra en conicto con las
formas tradicionales, campesinas e indígenas de producir, la agroecología parte de
esas y considera que es el diálogo de saberes un principio básico en la creación de
modelos tecnológicos ecológica, social y culturalmente adecuados, y las considera
no solo un sector aliado, sino el principal objetivo de su quehacer.
En síntesis, es desde la necesidad de superación de la lógica de lucro del
mercado por una racionalidad ética de la RAVT y del enfoque parcelado del cono-
cimiento mediante el enfoque transdisciplinar y pluriepistemológico, donde la AE y
la ESS se encuentran. Lo que es más, autores como Toledo (2016) remarcan la necesi-
dad de articular y de hacer conuir las nuevas corrientes académicas de carácter crí-
tico que, aunque separadas, convergen en el objeto común de salir del capitalismo,
construir el poder social y transitar hacia una modernidad alternativa.
A partir de estos cruces entre dichas contracorrientes epistemológicas se iden-
tica una marcada necesidad de desarrollar métodos para evaluar el desempeño de
las experiencias que transitan por una vía contrahegemónica, como es el caso de los
emprendimientos agroecológicos, de modo que sirvan para guiar las acciones y las
políticas para el manejo apropiado de los bienes comunes desde la visión de los pue-
blos del Sur Global, acorde a sus propias deniciones de desarrollo, ya sea endógeno
o las más autóctonas como las andinas que propugnan el buen vivir o vivir bien
(Astier, Masera y Galván, 2008; Flores y Sarandón, 2008; Camino y Müller, 1993).
En este trabajo el Sur Global es entendido como concepto metafórico relacio-
nado al Sur anti imperial o, en palabras de Boaventura de Sousa Santos (2011:16),
como: “metáfora del sufrimiento sistemático producido por el capitalismo y el colonialismo,
así como por otras formas que se han apoyado en ellos como, por ejemplo, el patriarcado. Es
también el Sur que existe en el Norte, lo que antes llamábamos el tercer mundo interior o
cuarto mundo: los grupos oprimidos, marginados, de Europa y Norteamérica. También existe
un Norte global en el Sur; son las élites locales que se benecian del capitalismo global.” Fun-
damentalmente porque, como explican Casado, de Molina y Sevilla Guzmán (2000),
el marco teórico del cual surja tal desarrollo es el determinante último de la natura-
leza de las estrategias de planicación. Esto se vuelve de vital importancia sobretodo
en la actualidad, cuando los programas con enfoque agroecológico se encuentran
disputando un lugar entre las estrategias convencionales de desarrollo, que ya han
demostrado sus limitaciones (Annis y Hakim 1988).
Por esta razón, este trabajo pugna por una ruptura con los modos occidentales
modernos de pensar y actuar, y comenzar a transitar un aprendizaje desde el Sur a
través de sus epistemologías, que confrontan la monocultura de la ciencia moderna
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con la ecología de los saberes. En particular este ejercicio resulta determinante en el
ámbito de la AE debido a que los métodos con los cuales son evaluadas tales expe-
riencias siguen reproduciendo la lógica de lucro propia de la economía neoliberal,
a través de sus indicadores y dimensiones de análisis como resabios de los procesos
de desarrollo del conocimiento de la modernidad capitalista (Coraggio, 2014).
Los paradigmas de evaluación y sus métodos
En el presente trabajo se dene a la evaluación como una forma de investiga-
ción, cuyo foco está puesto en un cierto programa, proceso, organización, persona,
etc., y que se traduce en un mérito y/o juicio de valor (Guba y Lincoln, 1989), cuyo
objetivo, en consecuencia, es inuir en la toma de decisiones o la formulación de
políticas (Trochim, 2006).
Como antecedentes de trabajos que analizan y clasican a los métodos de
evaluación se registran: en primer lugar, el análisis generacional de Guba y Lincoln
(1989), en segundo lugar, la clasicación en tres grupos que proponen Galván-Mi-
yoshi, Masera y López-Ridaura (2008) de acuerdo al nivel de agregación de los indi-
cadores y su metodología; y en tercer lugar la propuesta de criterios de análisis de
los marcos metodológicos de López-Ridaura, Masera y Astier (2002). Visiones más
críticas como las de Madden (1994), sugieren hacer explícitos los juicios de valor y
los marcos conceptuales que hacen a la construcción de un indicador o sistema de in-
dicadores. Sevilla Guzmán (2011) utiliza el concepto de perspectiva de investigación, a
la cual entiende como el nivel de indagación en el que se sitúan los aspectos empíri-
cos, metodológicos y epistemológicos de la investigación de acuerdo con la posición
en la que se encuentre la praxis (es decir, la articulación entre teoría y la práctica
del investigador que constituyen los distintos espacios epistemológicos en que se
mueve el análisis). Tales perspectivas fueron utilizadas para el análisis de las he-
rramientas relevadas. Pero aunque dichas propuestas de clasicación proponen un
método de aproximación general para el estudio de las herramientas de evaluación,
ninguna de ellas contiene una propuesta integral para dilucidar el paradigma de
investigación subyacente detrás de las herramientas o la visión del mundo que guía
esa evaluación de desempeño. En consecuencia las mismas resultan insucientes
para identicar qué intereses están representando, corriendo el riesgo de que las he-
rramientas utilizadas por estas experiencias del Sur Global contengan dimensiones,
metas y objetivos que atenten contra sus propios intereses. Por lo tanto el objetivo de
este trabajo apunta a reconocer cuáles son las herramientas más utilizadas en este
campo, sus intereses y, especícamente, cómo abordan lo económico.
Metodología
El objeto empírico de análisis fueron 30 herramientas de evaluación del des-
empeño de cierto reconocimiento, tanto en los espacios académicos como entre los
actores a nivel nacional y regional, procurando una diversidad de campos de pro-
cedencia, como ser los ámbitos gubernamentales, agencias y organismos interna-
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cionales, Organizaciones No Gubernamentales (ONGs)y Asociaciones Sin nes de
Lucro, organismos multilaterales de crédito, instituciones cientíco tecnológicas (a
partir del desarrollo de técnicos), así como las que se construyeron con participación
de los actores, como son los movimientos sociales y organizaciones de agricultores
familiares, campesinos e indígenas, surgidas desde el sector de la economía estatal,
privada o popular. También se incluyeron las herramientas con un alcance a nivel
local, regional, nacional e internacional.
Para la construcción de la base de datos de las herramientas, por un lado, se
realizó una búsqueda exhaustiva en los buscadores de la Biblioteca Electrónica de
Ciencia y Tecnología identicando aquellas más nombradas en la bibliografía del
corpus agroecológico. Por otro lado, se recurrió a informantes clave para identicar
la existencia de alguna herramienta no encontrada hasta el momento. La selección
de informantes clave comenzó con un proceso de vagabundeo. El criterio de selec-
ción de los mismos se centró en aquellos actores referentes en el campo de la agro-
ecología, tanto a nivel de la Región Metropolitana de Buenos Aires, como también
a nivel nacional e internacional, provenientes del ámbito académico, del Estado y
de los movimientos sociales. Luego, se continuó con un proceso de bola de nieve en
el cual los informantes claves recomendaron a otros hasta lograr la saturación de la
muestra, es decir, hasta cuando la información recopilada se reiteraba y no parecie-
ron nuevos aportes centrales (Patton, 1988). Las actividades de campo fueron desa-
rrolladas entre el 2015 y el 2016. Las técnicas de recolección de datos utilizadas de
acuerdo a las tradiciones antes mencionadas fueron: la entrevista en profundidad, la
observación participante y el análisis de información secundaria.
En total se realizaron once entrevistas en profundidad semiestructuradas. Las
primeras cinco fueron realizadas en 2015 a funcionarios de instituciones guberna-
mentales y a representantes de Naciones Unidas y de organizaciones campesinas;
mientras que las seis restantes se realizaron durante 2016 a representantes del movi-
miento agroecológico y de la agricultura familiar, a técnicos del Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria y a investigadores de universidades nacionales.
Se realizaron tres observaciones participantes: una en la Diplomatura de Ex-
tensión Universitaria en Agroecología y Economía Social Solidaria, otra en la Uni-
versidad de General Sarmiento en la presentación de experiencias de economía
popular y la última en la Facultad de Ciencias Agrarias durante el lanzamiento del
curso de Economía Social y Desarrollo. También se entrevistó de forma telefónica a
tres integrantes del movimiento de producción orgánica en Argentina, a miembros
del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), y a una in-
tegrante de la Mesa Co Gestiva de Soberanía Alimentaria y Salud, de la Asociación
Trabajadores del Estado (ATE).
Además, se realizaron consultas por correo electrónico al Instituto Interame-
ricano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Argentina, a la Dirección de la
certicadora LETIS, a la secretaría General de IFOAM y al Instituto de Investigación
y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar Región Pampeana del INTA.
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Principales hallazgos en materia de procedencia, destinatarios,
sector de la economía y visión de lo económico de las herramientas
identicadas
El punto de partida para la selección de los criterios de análisis de las he-
rramientas de evaluación fueron los cruces identicados entre las propuestas de
pensamiento y acción de la AE y de la ESS. De allí surge la pregunta principal de
investigación: ¿Qué visión de lo económico sustentan las herramientas propuestas
por el corpus agroecológico? ¿Una visión desde propuestas de la Otra Economía o
una visión de la economía “a secas”? Para llegar a esta clasicación surgieron las
siguientes preguntas y criterios de análisis: ¿Qué instituciones y organismos están
involucrados en la producción de la herramienta? ¿Con qué intereses? ¿A quiénes
está dirigida la herramienta? ¿Cómo se dene lo económico? ¿Qué aspectos del des-
empeño se están priorizando y jerarquizando en la evaluación? ¿Cuáles son las me-
tas? ¿A qué intereses responden dichas metas?¿Cómo se traducen esas concepciones
en sus dimensiones de análisis? ¿Cómo se agregan o relacionan las dimensiones
entre sí? Criterios de análisis: procedencia de la herramienta; usuarios y principales desti-
natarios; sector de la economía, dimensiones de análisis y visión de lo económico.
Tabla 1. Listado de las 30 herramientas de evaluación analizadas con sus
abreviaturas, autores e instituciones involucradas
Denominación Abreviaturas Autores
Institución /Organización
involucrada
1
Framework for an opera-
tional approach to sustain-
ability research.
Marco AOIS
Izac, A.,Swif-
t,M.
International Centre for Re-
search in agroforestry,Nairo-
bi,Kenya.
2
Bases para Establecer
indicadores
BASES EI
De Camino y
Muller
IICA y GTZ - GmbH
3
Assessing viability and
sustainability
Evaluación
AVS
Bossel,H.
Sustainable Systems Re-
search
4
Herramienta de Evalua-
ción y Planeación de los
Sistemas Nacionales de
Control de la Producción
Orgánica para el Fortale-
cimiento de los Sistemas
Nacionales de Control de
la Producción Orgánica
Herramienta
EPF
IICA
IIICA, CIAO, Programa de
SAIA del IICA.
5
Indicators of Sustainable
Agricultural Development
Indicadores
SAD
Madden,P.
World Sustainable Agricul-
ture Association.
6
Indicators of Sustain-
ability: Community and
Gender
Indicadores
CyG
Flora Butler,
C.,Kroma, M.
y Meares,A.
Center for PVO/University
Collaboration in Develop-
ment.SANREM CRSP, US-
AID, Department of Agricul-
tural Economics,Washington
State University.
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7
Marco del Centro Inter-
nacional de Investigación
Forestal
Marco CIFOR
Prabhu,R.,-
Colfer,C. y
Dudley,R.
CIFOR; The European Com-
mission relating to ‘Tropical
Forests’, Brussels, Belgium,
GTZ- GmbH; Eschborn,
Germany y USAID
8
FAO Framework for Land
Evaluation
FAO FLE FAO
9
Marco Presión Estado
Respuesta
Marco OECD OECD OECD
10
Marco teórico para la de-
nición de indicadores de
sustentabilidad
Marco teórico
DIS
Hunnemeyer,
De Camino y
Müller.
IICA y GTZ
11
Mapeo analítico, reexivo
y participativo de la soste-
nibilidad
MARPS
lmbach,A.,-
Dudley,E.,Or-
tiz,N. y
Unión Internacional para la
Conservación de la Naturale-
za y los Recursos Naturales,-
CIID; COSUDE y el Instituto
Nacional de Diseño de la
India.
12
Marco para la Evaluación
de Sistemas de Manejo de
Recursos Naturales incor-
porando Indicadores de
Sustentabilidad
MESMIS
López-Ri-
daura,S.,
Masera,O., y
Astier,M.
CIECO–UNAM; CI-
GA-UNAM; CICA–UAEM;
ECOSUR y GIRA A.C, Fun-
dación Rockefeller.
13
Metodología para Estimar
el Nivel de Desarrollo
Sostenible en Espacios
Territoriales.
Metodología
ENDS
Sepúlve-
da,Chava-
rría,Castro,
Rojas,Picado
y Bolaños
IICA
14
Un marco institucional
para la gestión del medio
ambiente y para la sosteni-
bilidad agrícola.
Marco GM-
MySA
Bejarano
Ávila,J.
IFPRI, BID
15
Socio-ecological indicators
for sustainability
Indicadores
SEIS
Azar,C.,
Holmberg ,J.,
Lindgren, K.
Institute of Physical Re-
source Theory, Chalmers
University, Institute of Tech-
nology and University of
Gothenburg
16
Framework for evaluating
sustainable land manage-
ment
FESLM
Smyth, A. J. y
Dumanski, J.
AAFC, FAO, ISSS, WB,the
International Fertilizer De-
velopment Centre, the Inter-
national Centre for Research
in Agroforestry,the Tropical
Soils, Biology and Fertility
Program, the Collaborative
Research Support Program
of USAID, ACIAR, ACP-
EEC (CTA), Agriculture and
Agri-Food Canada, and the
Soil Conservation Service,
United States.
17
Strategic Environmental
Analysis
Marco SEAN Kessler,J. AID Environment, SNV
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18
Resilience Management in
Social-ecological Systems
Enfoque
RMSESys
Walker et. al.
CSIRO Sustainable Ecosys-
tems; Center for Limnology,
University of Wisconsin
Madison; University of
Florida; Indiana University;
University of Chiang Mai;
Department of Systems Ecol-
ogy, Stockholm University;
Emory University
19
Use of agroecological indi-
cators for the evaluation of
farming systems.
AEI
Bockstaller C,
Girardin P,
van der Werf
HMG.
ARAA, Laboratoire
d’Agronamie y INRA,
Laboratoire d’Agronomie,
EU-Interreg programme, the
Land Baden-Württemberg
(Germany) and the Alsace
Region (France) ITADA
programme, the `Agriculture
Demain’ programme of the
French Research Ministry
and by a EU Research Train-
ing Fellowship
20
Índice de Sustentabilidad
de Sistemas Productivos
Agrícolas
ISSPA
Loaiza Cerón
W., Carvajal
Escobar,Y. y
Ávila Díaz
Á. J.
Grupo de Investigación en
Ingeniería de Recursos Hí-
dricos y Suelos-IREHISA,
Universidad del Valle, Cali,-
Colombia.
21
Methodological frame-
work for the development
of indicators of sustain-
able development
Marco PICA-
BUE
Mitchell,G.,
May,A., y Mc-
Donald,A.
The Environment Centre,
Department of Civil Engi-
neering y School of Geogra-
phy,The University of Leeds,
Leeds, West Yorkshire, UK
22
Metodología para la
Evaluación de Sustentabi-
lidad, a partir de Indicado-
res Locales Para el diseño
y desarrollo de Programas
Agroecológicos
MESILPA
Osorio,A. y
Leiton,A.
Corporación Universitaria
Minuto de Dios,UNIMINU-
TO Facultad de Ingeniería
Sede Principal.Bogotá,
Colombia. Ingeniería Agro-
ecológica, Red Agroecológica
Campesina de Subachoque
23
The Diamond Schematic
and an Adaptive Method-
ology for Ecosystem Sus-
tainability and Health
DIAMANTE
Walt-
ner-Toews,D.
yKay,J.
University of Guelph
24
Herramienta para la pla-
nicación participativa de
ncas
Herramienta
PPF
Iermanó,
Marasas
Facultad de Ciencias Agra-
rias y Forestales, UNLP, IN-
TA-IPAF Región Pampeana.
25
integrated and ecological
arable farming systems
I/EAFS
Loaiza Cerón,
W., Carvajal
Escobar y
Ávila Díaz
Á. J.
Department of Crop Weed
Science, Research Institute
for Agrobiology and Soil
Fertility,The Netherlands.
75
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Método de sistematización
del Observatorio de Sobe-
ranía Alimentaria y Agro-
ecología Emergente
Método OSA-
LA
Gallar Her-
nández,D.
y Vara-Sán-
chez,I.
Universidad de Córdoba,
UNIA-ISEC, OSALA,Curso
Internacional de especializa-
ción en Soberanía Alimen-
taria y Agroecología emer-
gente. Proyecto AGROECO
RED; AACID.
27
An input/output method-
ology to evaluate farms as
sustainable
agroecosystems
Metodología
In/Out
Tellarini y
Caporali
Dipartimento di Economia
dell’Agricoltura, dell’Am-
biente Agro-Forestale e del
Territorio,Dipartimento di
Produzione Vegetale, Uni-
versità della Tuscia.
28
Evaluación de la sustenta-
bilidad en Agroecosiste-
mas: una propuesta meto-
dológica
Metodología
ESA
Sarandón y
Flores
Facultad de Ciencias Agra-
rias y Forestales. UNLP.
29
Sistema de Garantía Parti-
cipativa de Bella Vista
SPG Bella
Vista
Pereda,M.
Asociación Ecológica de
Bella Vista, Grupo Agroeco-
lógico Las Tres Colonias,
INCUPO, INTA AER Bella
Vista, Municipalidad de
Bella Vista, Subsecretaría
de Agricultura Familiar- De-
legación Corrientes, UNNE
– Facultad de CA - IA Pedro
Fuentes Godo, SENASA,
INTI.
30
Sostenibilidad de la Eco-
nomía Campesina
SEC
Chaparro
Africano, A.
Grupo de Investigación en
Gestión y Desarrollo Rural,
Facultad de Agronomía de
la Universidad Nacional
de Colombia, CICC, ILSA,
OXFAM.
En primer lugar, se clasicaron las herramientas según su procedencia para
indagar en la orientación predominante, dando cuenta de las lógicas e intereses que
están en juego y así dilucidar el sentido objetivo de las acciones que propone el
método evaluador. Para ello se identicó el o los ámbito(s) de surgimiento(s). A tal
efecto, se investigó en profundidad a las organizaciones e instituciones involucra-
das en la generación de cada herramienta así como también las involucradas en el
nanciamiento y en su publicación. También se analizaron los ujos monetarios de
manera preliminar (no exhaustiva), dando cuenta de dónde provenían los recur-
sos económicos en cada caso y relacionándolos con los ámbitos de surgimiento de
cada herramienta. Las categorías denidas fueron: 1) movimientos sociales y orga-
nización de agricultores familiares, campesinos e indígenas; 2) ámbito académico /
centro de investigación; 3) instituciones gubernamentales; 4) agencias y organismos
internacionales; 5) ONGs / Asociación Sin nes de Lucro / fundación; 6) organis-
mos multilaterales de crédito y 7) empresas privadas.
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María Celeste Barrionuevo
En segundo lugar se clasicaron las herramientas de acuerdo al criterio de
usuarios y principales destinatarios para analizar a qué actores se dirige y a quiénes con-
sidera sujetos políticos capaces de inuir en las políticas de planicación. Para ello,
se sintetizaron a los usuarios y destinatarios en las siguientes categorías, pudiendo
cada herramienta contener a más de una: a) movimientos sociales y organización de
agricultores familiares, campesinos e indígenas; b) empresas sociales y experiencias
de la ESS; c) consumidores; d) Instituciones gubernamentales, funcionarios plani-
cadores, tomadores de decisiones y entes reguladores; e) investigadores, cientícos
y técnicos; f) organismos multilaterales de crédito, agencias de desarrollo, empresas
nancieras; g) ONGS, grupos conservacionistas y h) no dene.
En tercer lugar, las herramientas se agruparon según el sector de la economía
al cual pertenecen (sector público, sector privado y sector de la economía popular),
de acuerdo a Coraggio (2009), analizando los ámbitos de surgimiento y las institu-
ciones involucradas en su desarrollo.
Las herramientas agrupadas dentro del sector privado comprenden aquellas
cuyos recursos económicos provienen predominantemente de empresas privadas,
cuyas categorías centrales eran: capital invertido, costos, ingresos, ganancia, y cuya
lógica predominante consistía en la acumulación de capital. El grupo de herramien-
tas agrupadas dentro del sector público corresponde a aquellas cuyos recursos eco-
nómicos provienen predominantemente del sistema scal o de empresas públicas,
cuyo ámbito de surgimiento correspondía a alguna unidad o unidades administrati-
vas de organización de los estados y cuya lógica predominante consistía en asegurar
la gobernabilidad, mientras que el grupo de economía popular corresponde a aque-
llas cuya lógica predominante era la de asegurar la reproducción biológica y social
de la vida de sus miembros en las mejores condiciones posibles y cuyos recursos
económicos provienen predominantemente de unidades domésticas, sus extensio-
nes y comunidades.
Finalmente, se clasicaron las herramientas según el tercer criterio visión de lo
económico, indagando en cada una de las herramientas si lo económico es abordado
desde la visión de economía “a secas” (teoría económica neoclásica y/o keynesiana
según Coraggio, 2005b) o desde la mirada alternativa de alguna de las propuestas
de la Otra Economía. Para ello se tuvieron en cuenta los criterios de clasicación
anteriores, como son la procedencia, sector de la economía, los usuarios y principales des-
tinatarios y las dimensiones de análisis que cada herramienta propone, identicando
los aspectos centrales en la evaluación del desempeño.
77
Instrumentos de evaluación de experiencias agroecológicas
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Análisis de resultados
Tabla 2. Clasicación de las herramientas de evaluación según su perspectiva de
lo económico de acuerdo a los criterios seleccionados.
Nombre
Surgimien-
to
Sector Dimensiones Destinatarios
Visión de
lo econó-
mico
1
Indicadores
SAD
2;4;5 Privado
Tiempo, Espacio,
Forma,Mirada del
mundo
d
Otra Eco-
nomía
2
Indicadores
CyG
2;4;5 Privado
capital humano, ca-
pital físico, capital
social
d,e,f
Otra Eco-
nomía
3 ISSPA 2 Público
ambiental, socio-eco-
nómica, político-ins-
titucional.
d,e
Otra Eco-
nomía
4 MESILPA 2;4, 7 Público
biofísicas, tecnología
y manejo, socioeco-
nómicas
a,e,g
Otra Eco-
nomía
5
Método OSA-
LA
2,4 Público
ecológica/técni-
co-productiva, so-
cioeconómica, so-
ciopolítica y cultural
a
Otra Eco-
nomía
6
SPG Bella Vis-
ta
1;3;5 Popular
ambiental, sociopro-
ductiva
a,c,d,e
Otra Eco-
nomía
7 SEC 1;2;3; 4 Popular
económica, social
(cultural y política),
ecológica
a, d
Otra Eco-
nomía
8 Marco AOIS 2;4;5;6 Privado
política, económica,
ecológica, impactos
ambientales.
d
Economía
“a secas”
9 BASES EI 4 Privado
elementos biofísicos
y su operación , ma-
nejo y rendimiento
de elementos socia-
les y económicos.
d
Economía
“a secas”
10
Evaluación
AVS
2 Privado
capital humano, de
la naturaleza, nan-
cieros, sociales, y
capital de la organi-
zación física.
h
Economía
“a secas”
11
Herramienta
EPF
3 , 4 Privado
político institucio-
nal, económica
d
Economía
“a secas”
12 Marco CIFOR 2;3;5;6 Privado
ecológica, económica
,social y de manejo
d,e,f
Economía
“a secas”
13 FAO FLE 3;4;7 Privado
productividad, se-
guridad, protección,
viabilidad, aceptabi-
lidad
d,f
Economía
“a secas”
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María Celeste Barrionuevo
14 Marco OECD 4 Privado
ambiental (predomi-
nante), socio política,
económica
d
Economía
“a secas”
15
Marco teórico
DIS
4 Privado
ecológica, económica
, social
d
Economía
“a secas”
16 MARPS 4,7 Privado ecológica, social a,d,g
Economía
“a secas”
17 MESMIS 2, 7 Privado
ambiental, social ,
económica
d,e
Economía
“a secas”
18
Metodología
ENDS
4 Privado
Social,Político-Insti-
tucional, Económica,
Ambiental
d
Economía
“a secas”
19
Marco GMMy-
SA
2, 6 Privado
ecológica, socio es-
tructural, económico
nanciera, político
institucional
e,f
Economía
“a secas”
20
Indicadores
SEIS
2 Privado biofísica, social d
Economía
“a secas”
21 FESLM 2;4, 6 Privado
productividad, se-
guridad, protección,
viabilidad, aceptabi-
lidad
d,e
Economía
“a secas”
22 Marco SEAN 4;5; 7 Privado
social, economica,
institucional
d,f,g
Economía
“a secas”
23
Enfoque
RMSESys
2 , 3 Público
socioecológica, so-
cioeconómica
d,e
Economía
“a secas”
24 AEI 2;3;4 Público biofísica a,d
Economía
“a secas”
25
Marco PICA-
BUE
2 , 5 Público
salud, seguridad,
desarrollo perso-
nal,desarrollo de la
comunidad, medio
ambiente físico y re-
cursos naturales, bie-
nes y servicios
d,e
Economía
“a secas”
26 DIAMANTE 2 Público
institucional , socioe-
cológica
d,e
Economía
“a secas”
27
Herramienta
PPF
2 Público
ambiental/ produc-
tiva
a, e
Economía
“a secas”
28 I/EAFS 2 , 3 Público biofísica e
Economía
“a secas”
29
Metodología
In/Out
2 Público biofísica, económica d,e
Economía
“a secas”
30
Metodología
ESA
2 Público
ecológica, económi-
ca, socio-cultural
d
Economía
“a secas”
En cuanto a la procedencia, se identicaron 2 herramientas de evaluación pro-
venientes del movimiento campesino indígena y/o de alguna organización de agri-
cultores; 21 herramientas provienen del ámbito académico / centro de investigación
(exclusivamente o al menos está presente en alguna de sus etapas de producción y/o
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Instrumentos de evaluación de experiencias agroecológicas
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publicación), en 16 se identicó la presencia de agencias y organismos internaciona-
les; en 7 la presencia de ONGs, Asociación Sin nes de Lucro y/o fundaciones; en
4 la presencia de organismos multilaterales de crédito y en 5 de empresas privadas.
En relación a los usuarios y principales destinatarios de las herramientas, en 7
de ellas se nombran como destinatarios a movimientos sociales y/o organización
de agricultores familiares campesinos indígenas; ninguna a empresas sociales y/o
a experiencias de la ESS; solo 1 tiene entre sus destinatarios a consumidores; 24 a
Instituciones gubernamentales, funcionarios planicadores, tomadores de decisio-
nes y entes reguladores; 14 a investigadores, cientícos y técnicos; 5 a organismos
multilaterales de crédito, agencias de desarrollo y empresas nancieras; 3 a ONGs
y/o a grupos conservacionistas y 1 no dene destinatarios.
En cuanto a la clasicación por sector, de las 30 herramientas, 17 se clasicaron
dentro del sector privado ya que, si bien en la mayoría de ellas participan institucio-
nes del sector público que proveen recursos económicos así como también institu-
ciones y organizaciones del sector privado, la lógica que prima en tales herramientas
y que pregura su carácter y forma de evaluación está orientada por la acumulación
privada del capital de sus propietarios y sus organizaciones de representación, y
probablemente una lógica intrínseca extractivista con respecto a la naturaleza y ex-
plotadora con respecto al trabajo ajeno. Otras 11 se clasicaron dentro del sector
público debido a que sus ámbitos de surgimiento son instituciones públicas, o bien
aquellas en donde a pesar de que se identicó la presencia del sector privado, su
lógica predominante era la de garantizar la gobernabilidad y/o poder político. En el
caso de MESILPA se deduce que hay una tensión entre las lógicas de las institucio-
nes académicas que rigen sus acciones en la búsqueda del conocimiento legitimado,
y la lógica de las organizaciones de agricultores en pugna por garantizar la repro-
ducción de la vida de sus miembros. Por esta razón se clasicó a dicha herramienta
en este sector aunque el campo de fuerzas del mismo puede ir uctuando entre la
lógica antes descrita y la de ampliar el sector de la ESS ya que éste se apoya en las
bases materiales que brinda el sector público y pugna por ampliar su hegemonía.
Finalmente, sólo 2 herramientas se clasicaron como provenientes del sector de la
economía popular (SPG Bella Vista y SEC) ya que la lógica predominante en las
herramientas es la de asegurar la reproducción de sus miembros, más allá de que
se identicaran recursos económicos provenientes del sector público o privado que
garantizan las bases materiales.
A partir de lo expuesto anteriormente se identicó que sólo 7 de las 30 he-
rramientas se clasicaron como parte de la Otra Economía, siendo las 23 restantes
clasicadas dentro de la visión de la Economía “a secas.” Dentro de estas 7 se en-
cuentran: Indicadores SAD; Indicadores CyG; ISSPA; MESILPA; Método OSALA;
SPG Bella Vista y SEC.
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María Celeste Barrionuevo
Discusión
Dimensiones evaluadas y concepciones de lo económico que tienen las 30 he-
rramientas de evaluación del desempeño agroecológico
De las 30 herramientas de evaluación del desempeño analizadas, sólo 7 de
ellas se clasicaron como parte de la Otra Economía.
De estas 7, la mayoría de ellas surge del ámbito académico y tiene apoyo de
agencias internacionales y ONGs. Lo que es más, 2 de ellas surgen a partir del traba-
jo de los movimientos sociales y/o grupos de agricultores. En relación a los usuarios
y destinatarios principales, casi en su totalidad expresan estar destinadas a movimien-
tos sociales y a organizaciones de agricultores, aunque también se incluyeron aque-
llas en las que a pesar de no nombrarlos especícamente, toda su lógica se orienta
a proponer mecanismos desde el Estado para incluir sus visiones e instituciones y
prácticas comunitarias, asociativas (como es el caso de Indicadores SAD, Indicado-
res CyG e ISSPA). Este rasgo resulta determinante ya que las 7 consideran a las orga-
nizaciones de agricultores como sujetos políticos capaces de inuir en la economía
de la comunidad con sus prácticas.
En relación a los sectores de la economía, aunque 2 de ellas provienen del sector
privado, 3 del sector público y 2 de la economía popular todas ellas combinan las ló-
gicas de instituciones privadas como ONGs, fundaciones y empresas con la de ins-
tituciones públicas (como centros de investigación y/o instituciones gubernamenta-
les) junto con la de las organizaciones de agricultores y movimientos sociales. Como
resultado de ello hay una permanente disputa de sentidos y tensión por la lucha
contra hegemónica contra la dominancia de la lógica capitalista, buscado ampliar el
sector de la ESS a partir de los recursos y relaciones de reciprocidad y redistribución
de la economía pública y de la popular, ampliando el sentido de la reproducción de
la vida de los miembros de las unidades domésticas al de la reproducción ampliada
de la vida de todos. Debido a que existe más de una corriente de ESS que proponen
distintos objetivos y acciones debería completarse este análisis ahondando más pro-
fundamente en dichas corrientes y sus propuestas.
En lo que respecta a las dimensiones de análisis, un rasgo distintivo de este gru-
po es que la economía se entiende como indisociable de la sociedad, por lo cual se
considera al desempeño ambiental imbricado dentro de las formas económicas or-
ganizativas de la sociedad, por lo que proponen metodologías de evaluación cuyas
dimensiones de análisis se encuentran integradas o relacionadas. Por ello las dimen-
siones sociales, productivas y económicas se presentan interrelacionadas entre sí y
de las mismas se desprenden subdimensiones que tienen en cuenta y revalorizan
otros procesos del sistema agroalimentario. En el caso de Indicadores SAD propone
evaluar desde el análisis sociológico y antropológico, contemplando otras cosmovi-
siones del mundo y teniendo en cuenta los tipos de organización de las comunida-
des. Postula variables para medir las formas de apropiación de los ujos de energía
y materiales de unos grupos sobre otros en el interior de una determinada sociedad
y la utilización de indicadores que den cuenta de los monopolios y el dominio terri-
torial por parte de las multinacionales.
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Indicadores CyG propone analizar e identicar las formas de capitales que
interactúan dentro de la comunidad y las conguraciones que adquieren dentro de
la comunidad (horizontal, vertical o no existente) y sus interacciones, además de
analizar la infraestructura social y realizar un examen cuidadoso de cómo las co-
munidades y los hogares están organizadas por género, clase y raza, ya que la forma
en que se estratican puede revelar los sistemas de dependencia del capital social
como una estrategia de subsistencia o supervivencia.
ISSPA aborda la dimensión socieconómica junto con la dimensión político
institucional como un sólo eje, teniendo en cuenta deniciones políticas y estraté-
gicas como lo son la Soberanía Alimentaria y la organización comunitaria. Propone
tener en cuenta la relaciones comunitarias como variable para medir la comerciali-
zación de productos, y otras variables como la de organizaciones para la conservación
de recursos naturales, o la que mide el origen de los ingresos reportados.
MESILPA considera dentro de su dimensión productiva a formas económicas
como el autoconsumo, el trueque y el intercambio. Además, dentro de la dimensión
económica plantea identicar el propósito de los ingresos económicos y también
considera las representaciones sociales o formas comunes de actuar que identican
a un grupo social y los juicios y creencias que se expresan en comportamientos in-
teriorizados simbólicos.
El Método OSALA, siguiendo la metodología MESMIS, se basa en un análisis
de los puntos críticos del sistema y los analiza en base a los atributos de la sosteni-
bilidad (Productividad, Estabilidad, Resiliencia, Conabilidad, Equidad, Adaptabi-
lidad, Autogestión). Si bien el método jerarquiza las variables biofísicas, midiendo
la productividad en términos de rendimiento físico y calidad del producto, y mide
el benecio de la forma clásica (en términos de la diferencia entre los costos de pro-
ducción y los ingresos obtenidos por la venta del producto), propone otros indi-
cadores como el de diversidad económica que tiene en cuenta los ingresos por otras
actividades, el de distribución de riqueza, que mide la distribución de renta entre los
agricultores y consumidores para analizar el nivel de subordinación de los produc-
tores dentro de la cadena agroalimentaria y el de dependencia alimentaria externa, que
evalúa la autosuciencia alimentaria, entre otros.
SPG Bella Vista toma en cuenta la distribución, la circulación y el consumo,
además de la producción. Si bien, al igual que en otros casos, se jerarquizan las va-
riables biofísicas, también analiza las relaciones de trabajo, la cultura asociativa y
comercialización de los productos ecológicos.
Finalmente, la SEC expresa que la dimensión socioeconómica se considera
una sola ya que se presupone que la economía debe existir en función del bien social
(satisfacción de las necesidades humanas). Propone un esquema de intersecciones
entre las dimensiones y la visión de “círculos concéntricos” en los que una dimen-
sión forma parte de otra por lo que solo es posible la sostenibilidad multidimensio-
nal o integral.
Por el contrario, las 23 herramientas restantes fueron ubicadas dentro del gru-
po que realiza un abordaje de lo económico desde la visión de la “economía a secas”
teniendo en cuenta, en primer lugar, que en la mayoría de éstas se registra la pre-
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María Celeste Barrionuevo
sencia de organismos multilaterales de crédito, agencias de desarrollo, además de
fundaciones y empresas privadas que denotan la lógica de las herramientas basada
en la acumulación y en el lucro.
En cuanto a los usuarios y destinatarios, una característica en común predomi-
nante es que todas las herramientas de este grupo están dirigidas a instituciones gu-
bernamentales, a funcionarios planicadores, a investigadores, cientícos y técni-
cos, a organismos multilaterales de crédito, a agencias de desarrollo y/o a empresas
nancieras, considerándolos como quienes denen las políticas para el sector. Esta
visión ubica a las organizaciones de agricultores como meros agentes cuya acción se
reduce a la esfera de la producción aunque restringida y determinada por las leyes
del mercado.
En relación al sector de la economía, 15 herramientas de este grupo provienen
del sector privado, 8 del sector público y ninguna del sector de la economía popular.
En todas ellas la lógica que prima es la de la acumulación del capital en tensión
con la de garantizar la gobernabilidad y el poder político. No se registra ninguna
herramienta cuya lógica predominante sea la de garantizar la RAVT.
En cuanto a sus dimensiones de análisis, este grupo las herramientas tienen en
común considerar a la economía como una esfera regida por sus propias leyes de
mercado y por lo tanto separada de la sociedad y la política. Coinciden en que la
evaluación del éxito de la experiencia se centra en los ingresos obtenidos por la
venta en el mercado de la producción, por lo tanto tienen en común la centralidad
que le otorgan a las variables biofísicas ya que relacionan la productividad del agro-
ecosistema con la productividad biológica. En consecuencia todas las herramientas
que lo integran coinciden en la prioridad y jerarquía superior que le otorgan a la
dimensión técnica productiva, proponiendo como variables centrales de medición a
la productividad y a eciencia usualmente expresadas en parámetros biofísico quí-
micos equiparados al capital monetario. Si bien en la mayoría de las herramientas se
menciona en la teoría la visión de sistemas y metabolismo ésto no se traduce en las
dimensiones de análisis propuestas. Por lo tanto se termina postulando una dimen-
sión ambiental disociada de la socioeconómica.
Claros ejemplos de esto son herramientas como MARCO AOIS, Bases EI, He-
rramienta EPF, FAO FLE, Marco OECD, Marco GMMySA, MARPS, Metodología
In/Out, AEI, en las cual las variables centrales están direccionadas a la dimensión
“ecológica” que mide calidad de los suelos, hidrología, plagas, malas hierbas, to-
pografía, y variables relacionadas a los cultivos. En su enfoque considera que los
agricultores denen qué, cómo y cuándo producir de acuerdo a estas variables, a las
variables económicas como el precios de los insumos, la infraestructura, la tecnolo-
gía y a las variables sociales como el sistema político, las costumbres sociales, etc.
En este grupo, además, se consideran relevantes otras variables como la via-
bilidad y la aceptabilidad, enmarcadas dentro de la dimensión social. Se proponen
entonces alternativas clásicas instrumentales para el abordaje de dicha dimensión
mediante criterios como: suministro de alimentos, empleo, ingreso básico/benecios (I/
EAFS) o la medición del rendimiento técnico, social y económico (Bases EI). Además, en
este grupo se identica una marcada tendencia desde la visión de la gestión de los
83
Instrumentos de evaluación de experiencias agroecológicas
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recursos naturales pero desde una visión extractivista de la naturaleza, proponiendo
la medición de cuánto es posible extraer para que el recurso siga siendo productivo
por más tiempo (FAO FLE; Marco FESLM, Marco CIFOR; I/EAFS; etc.) lo cual de-
muestra la lógica capitalista que guía los sentidos de las acciones y propuestas de
este grupo de herramientas.
Reexiones nales
En síntesis, los antecedentes de clasicación de herramientas de evaluación
relevados en el campo agroecológico no resultan del todo útiles al aplicarlos con
el objetivo de dilucidar qué paradigma y qué lógicas subyacen en cada una de las
herramientas de evaluación del desempeño guiando sus acciones, y por lo tanto,
resultan necesarias otras categorías de análisis que permitan identicar si se trata de
una epistemología del Sur Global, concordante con las luchas que están llevando a
cabo los movimientos sociales de agricultores, campesinos e indígenas y de la agri-
cultura familiar, de modo que sea posible aportar a una contribución en el desarrollo
de herramientas que fortalezcan su lucha.
En este marco, se postula que para realizar este proceso de indagación en las
herramientas, los criterios de análisis deben permitir responder a preguntas tales
como: quiénes las producen y qué intereses y lógica hay en disputa; quiénes son los
usuarios y los principales destinatarios; qué visión de lo económico sustentan; cómo
lo dene y qué se está priorizando y jerarquizando en la evaluación de acuerdo a su
metas de desempeño y a qué intereses responden dichas metas; cómo se traducen
esas concepciones en sus dimensiones de análisis y cómo se agregan o relacionan las
dimensiones entre sí; entre otras.
Teniendo en mente estas cuestiones y en función de lo avanzado en este tra-
bajo, a partir de la identicación de 30 herramientas, se destaca en primer lugar que,
sólo 7 de ellas se clasicaron como parte de la Otra Economía. Esto es preocupante
ya que las experiencias agroecológicas buscan constituir campos contrahegemónicos
que se encuentran en disputa contra las visiones hegemónicas de lo que se considera
un buen desempeño o un desempeño exitoso, mientras que la gran mayoría de las
herramientas propuestas para evaluarlas contienen lógicas que siguen orientando
sus acciones a la acumulación del capital, en lugar de a la reproducción ampliada de
la vida de todas las personas y la naturaleza.
En las herramientas clasicadas como “de la economía a secas” es notable
la presencia de organismos multilaterales de crédito, agencias de desarrollo, ade-
más de fundaciones y empresas privadas que determinan su lógica basada en la
acumulación y en el lucro. En su gran mayoría éstas están dirigidas a instituciones
gubernamentales, a instituciones técnico-académicas, a agencias de desarrollo y/o a
empresas nancieras, considerándolos como quienes denen las políticas y ubican-
do a las organizaciones de agricultores como meros agentes que sólo pueden mo-
verse dentro de la estructura de las instituciones económicas ya determinadas por
el mercado y cuya elección sólo se reduce a la esfera de la producción sin analizar la
posición de los mismos dentro de la cadena agroalimentaria.
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María Celeste Barrionuevo
Lo que es más, al considerar a la economía como una esfera regida por las
leyes de mercado y, por lo tanto, separada de la sociedad y la política, coinciden en
que el éxito de la experiencia se centra en las ganancias obtenidas por la venta en el
mercado de la producción obtenida del agroecosistema. Un hecho a resaltar es que
debido a que todas estas herramientas denen al agroecosistema al mismo nivel que
la nca, no se incluye dentro del análisis de desempeño de la experiencia a todas las
estrategias de hibridación de recursos que cada unidad doméstica realiza para su
reproducción.
Por otra parte, aquellas otras herramientas clasicadas dentro del grupo con
una visión de lo económico desde la Otra Economía contienen distintas propuestas
de concebir la economía de los emprendimientos agroecológicos que contribuyen a
la construcción de otro sistema económico en el que la lógica del lucro sea subsumi-
da a las relaciones de redistribución, solidaridad y reciprocidad y el predominio de
un bien común legítimamente establecido.
En este grupo la mayoría de las herramientas surge del ámbito académico y
tiene apoyo de agencias internacionales y ONGs. Dos de ellas surgen a partir de la
iniciativa de movimientos sociales y/o grupos de agricultores y casi en su totalidad
expresan estar destinadas a dichos sujetos. En este grupo su lógica se orienta a pro-
poner mecanismos desde el Estado para incluir sus visiones dentro de las políticas
e instituciones reconociendo las prácticas comunitarias y asociativas, ayudando a
ampliar el sector de la ESS aunque no sin tensiones con otras lógicas como la de ga-
rantizar la gobernabilidad y/o la búsqueda del conocimiento legitimado. Además,
todas ellas consideran a las organizaciones de agricultores como sujetos políticos
que inuyen en la economía con sus prácticas democráticas y participativas capaces
de ampliar el sector de la economía popular solidaria hacia un nivel sistémico.
Finalmente, se identica como rasgo distintivo de las herramientas de este
grupo que la economía se entiende como indisociable de la sociedad, por lo cual se
considera al desempeño imbricado dentro de las formas económicas organizativas
de la sociedad, por lo que proponen metodologías de evaluación cuyas dimensiones
de análisis se encuentran integradas o relacionadas. Por ello las dimensiones sociales
y económicas se presentan interrelacionadas entre sí y de las mismas se despren-
den subdimensiones que tienen en cuenta y revalorizan otros procesos del sistema
agroalimentario como la distribución, la circulación y el consumo desde la visión
de la economía campesina y desde la ESS así como otro tipo de instituciones como
el trueque, el intercambio, el comercio justo más allá del mercado. A pesar de estos
avances, cabe resaltar que otro de los hallazgos de este trabajo fue que muy pocas
herramientas involucran a los consumidores como sujetos políticos y no se hallaron
herramientas que estén expresamente destinadas a emprendimientos de la ESS.
Esto denota la necesidad urgente de seguir profundizando en el diálogo entre
la AE y la ESS como contracorrientes epistémicas surgidas al calor de las luchas de
los movimientos sociales y organizaciones de la agricultura familiar, campesina e
indígena por una modernidad alternativa. En esta senda, el rol de la investigación
militante juega un papel importante en la disputa al interior de las instituciones
académicas por una producción de conocimiento desde el diálogo de saberes per-
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Instrumentos de evaluación de experiencias agroecológicas
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Fecha de recepción: 20/2/2020
Fecha de aceptación: 16/04/2020