Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 52 - 1er. semestre de 2020
ISSN 1853 399X - E-ISSN 2618 2475 - Páginas 89-98
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Finalmente la facilidad extraordinaria que arriba insinué dan a estos partidos
sus arroyos y ríos navegables para comunicarse con Misiones, Paraguay, Santa Fe,
Arroyos, Conchas, Buenos Aires, Santo Domingo, Montevideo, etc., les llena tam-
bién, entre alguna gente de bien, de vagos y malhechores que huyendo la persecu-
ción de aquellas justicias, o la fatiga de las fronteras, se acogen aquí: o para hacer
una vida holgazana en los campos o para proporcionarse asilo en las faenas de los
montes y en mil rincones escondidos.
Nada atrasa más la población que una y otra canalla. Es necesario perseguirla
siempre para extinguirla, y que no renazca. ¿Pero qué sucede? Cargándolos en Gua-
leguay, se acogen a sus colaterales el Paraná y Gualeguaychú, y de aquí, si saltan
chispas, al Arroyo de la China. Es muy preciso que se deposite el mando en mano
que con igual fuerza los siga entre estos ríos.
Toda la dicultad estriba Sr. Exmo. en encontrar aquella mano activa y juicio-
sa, ella es la base de este pensamiento. Se trata de crearle al Rey una provincia útil.
Ni genios fuertes, ni remisos acomodan: iguales en su extremo, inacción y tropelía,
destruyen, no edican. Por lo que tengo visto en algunos de estos partidos y por lo
que he oído de los otros, están bien y apetecen el mando de los pagados, que así lla-
man la tropa veterana, y siguiendo su modo de pensar, muy a favor del mío, quisiera
yo, pues la extensión señalada del terreno lo merece, que se pusiera al cuidado de un
ocial de alguna graduación, en que se suponga madurez y experiencia y en estado
de buen servicio. Me parece que entre los casados podría hallarse alguno que, o
celoso del bautismo o poseído de motivos secretos, preriera esto al simple servicio
de una guarnición, pero es necesario que se le instruya que no viene a descansar. Si
llena su comisión ha de estar en continuo movimiento, a lo menos hasta establecer
orden y policía, que aquí no se conocen. Que viene a carecer, hasta que los propor-
cione, de todos los auxilios para la vida racional. Que sólo hallará tierra y agua en
abundancia, con algunas gentes dispersas por los campos, siempre con la incivil
mira de no arrimarse unos a otros. Que ha de ser jefe para reunirlos; labrador, artista
y facultativo general para persuadir, estimular y obligar a que siembren, ediquen
y trabajen. Pero habiendo disposición y sujeto, no serán difíciles ni infructuosas sus
impresiones, y a proporción que se le adviertan los progresos le resultará un mérito
particular y recompensa consiguiente. Sería también preciso que para sostenerlo y
hacerle respetable se le diesen doce hombres, que además facilitarían alguna instruc-
ción a estas milicias; podrían ser si los hay de buen servicio a caballo, de la clase de
inválidos y sino de los casados útiles de los regimientos a quienes se les destinaría
en aquella clase, y aquí entrarían al repartimiento de la tierra, para que se ayudasen.
Evacué el primer punto. Sería mucho dilatarme ingerir los detalles económicos de
populación: todo se debe conar de la prudencia y solidez del encargado.
No sé si mi proposición o punto consiguiente se hallará de acuerdo con los
celosos ministros de la hacienda del Rey, pero su juicioso pensar a favor del mismo
amo y bien común nos hará convenir.
Establecidos en estos partidos algunos sujetos de facultad en Buenos Aires,
y pública en la capital la venta de terrenos realengos, se propusieron denunciar los
que más les acomodaron con el conocimiento que tengo, y así lo efectuaron. Nombró