Ocupación de tierras y re-territorialización campesina (Paraguay 1990-2020) 5
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 54 - 1er. semestre de 2021
ISSN 1853 399X - E-ISSN 2618 2475 - Páginas 1-13
la hegemonía del Partido Colorado en el poder, las reivindicaciones de tierra ad-
quirieron un renovado impulso (Lara Castro, 2009).
El advenimiento del actual período “democrático” coincidió con la prolife-
ración de políticas neoliberales desprendidas del "Consenso de Washington".
Nuestro entrecomillado vale por lo que apunta Schvartzman, “no se trata de una
transición a la democracia (…) sino a un estado liberal, de derecho, de una organi-
zación capitalista dependiente, con un severo predominio de la producción prima-
ria” (2016: 41-42). Se trata, en lo que es la democracia liberal moderna, de un siste-
ma democrático procedimental (Gutiérrez, 2015), donde superados los impulsos
privatistas de las dos últimas décadas del siglo XX, se pasa a un neo-
institucionalismo, como señala Dávalos (2011, en Gutiérrez, 2015). Un ejemplo es la
Constitución Nacional de 1992 que reconoce el derecho a la tierra pero introduce,
al mismo tiempo, el principio de mercado de tierras y restringe el papel del Estado
en la mediación de conflictos sobre la tierra (Riquelme 2003, 2013; Kretschmer
2018). Así, "el capitalismo transformó la desigualdad económica de las clases socia-
les en igualdad jurídica de todas las personaste la sociedad" (Oliveira, 2007:36).
Ocupaciones de tierra y transformaciones agrarias
Aunque la ocupación no es un fenómeno nuevo, ya que el asentarse en “tie-
rras libres” es una antigua estrategia del campesinado (no estando signado ese
acceso por la vía mercantil), como apuntamos, éstas tomaron un carácter masivo
durante la década de los años 90. Todas las comunidades campesinas que fueron
creadas al término de la década de 1990, como señala Riquelme (2013), fueron re-
sultado directo de las ocupaciones de tierra. Durante esa década se reportaron
ocupaciones de carácter “espontáneo y sin previos procesos de organización” (Fo-
gel, 1986; Kretschmer, 2018); adquiriendo un carácter masivo con la caída de la
dictadura el 3 de febrero del año 1989. En todo el país, un notorio número de cam-
pesinos y campesinas iniciaron tomas de tierra. Durante la denominada “transición
democrática”, es decir entre 1989 y 1992, se registraron, 199 conflictos por tierras
(Riquelme, 2003). La irrupción y manifestación de nuevas formas de disputas terri-
toriales fue la respuesta a una acrecentada crisis rural provocada por la contradic-
ción entre una agricultura empresarial, en plena expansión desde los años 80, y
una creciente cantidad de campesinos sin tierras, ante la negación del Estado de
dar continuidad a la "Reforma Agraria". La caída de la dictadura posibilitó, enton-
ces, el escenario político donde la demanda por tierra encontró canales de expre-
sión política, manifestándose un conflicto social controlado y fuertemente reprimi-
do durante el régimen dictatorial existente desde 1954.
En esos espacios de conflictos territoriales, emergieron nuevas organiza-
ciones campesinas y se consolidaron aquellas fundadas en los últimos años de la
dictadura, las que se articularon progresivamente en unidades mayores, engen-
drándose una diversidad de organizaciones con diferentes escalas (distrital,