Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 55 2do. semestre de 2021
!
7
Principales características y transformaciones
de la pequeña horticultura familiar de La Plata
Roberto Benencia
1
, Matias García
2
, Germán Quaranta
3
Resumen
En este artículo se actualiza el conocimiento disponible sobre la estructura social de la hor-
ticultura del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) a partir del análisis del relevamiento
de productores, familias y establecimientos orientados a la producción de hortalizas en el partido
de La Plata realizado en el año 2018 en el marco del último proyecto que dirigiera Roberto Be-
nencia.
La investigación se ha enfocado en el estudio de la organización social del trabajo, las es-
trategias productivas y las modalidades de comercialización de la pequeña horticultura platense,
atendiendo finalmente a la identificación y definición de los distintos tipos de productores así
como a los procesos de diferenciación social presentes en la actividad.
Palabras clave: Horticultura platense Encuesta establecimientos hortícolas Tipología produc-
tores Agricultura familiar
Main features and transformations of the small family horticulture of La Plata
Summary
This article updates the available knowledge about social structure of horticulture in the
Metropolitan Area of Buenos Aires (AMBA), from the analysis of the survey of producers, fami-
lies and farms oriented to vegetable production in the district of La Plata, carried out in 2018
within the framework of the last project directed by Roberto Benencia .
The research has focused on the study of the social organization of work, the productive
strategies and modalities of commercialization of the small horticulture of La Plata, and, finally,
on the identification and definition of the different types of producers as well as the processes of
social differentiation inside the activity.
Key words: Horticulture in La Plata Agricultural Producers Typology - Horticultural Farm Sur-
vey - Family Farming
!
1
!CONICET, FAUBA-UNAJ
2
!CONICET, UNLP-UNAJ
3
!CEIL-CONICET, UNAJ!
8 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Introducción
En los últimos veinte años la estructura social de la horticultura del Área Metropolitana de
Buenos Aires (AMBA) experimenta importantes transformaciones que solo conocemos de
manera parcial o en partidos específicos del área. La desactualización de las estadísticas, los
escasos relevamientos socio-productivos existentes y los estudios de casos disponibles que
abordan aspectos particulares de la estructura social de la horticultura, brindan un conocimiento
limitado del conjunto de la actividad.
La horticultura del AMBA muestra a fines de la década del noventa y principios del siglo
actual una concentración de la actividad en la Zona Sur (principalmente en el partido de La Plata),
junto a la persistencia de establecimientos hortícolas (EH) en Pilar y cierto desplazamiento hacia
Exaltación de la Cruz en la zona norte, todo esto acompañado por una notable retracción en la
Zona Oeste (Benencia & Quaranta, 2005; Le Gall & García, 2010).
La estructura social de la horticultura presenta en esos años tres grupos de productores.
Uno de productores capitalizados que combinan la producción a campo con una importante su-
perficie bajo cubierta (en torno a las 10 hectáreas) que utilizan como principal forma social de
trabajo la mediería combinada con trabajadores asalariados permanente (capataces, tractoristas,
peones generales) y temporarios contratados bajo la modalidad de “tanteros”. Estos empresarios,
por lo general, comercializan la producción a través de puestos propios en mercados concentra-
dores. Otro grupo de productores medios que combinan producción a campo y bajo cubierta y
utilizan medieros como mano de obra, y asimismo pueden o no realizar ventas directas en mer-
cados concentradores. Finalmente, la presencia de un conjunto relevante de horticultores familia-
res integrado de forma creciente por productores migrantes del actual Estado Plurinacional de
Bolivia (Benencia & Quaranta, 2005).
Los estudios realizados sobre la actividad en los últimos 15 años prestan mayor atención
al último de los segmentos señalados, focalizados en la Zona Sur y, particularmente, en el partido
de La Plata. La expansión de la actividad y el cultivo bajo cubierta en esta zona es motorizada en
una medida importante por los pequeños horticultores procedentes de Bolivia. Esta expansión,
junto a la retracción de la actividad en las otras zonas del área metropolitana, son el rasgo más
llamativo y estudiado de la evolución de la actividad (García, 2015).
El avance de los pequeños productores bolivianos ocurre asociado a la salida de la activi-
dad del segmento de productores medios vinculados a la migración italiana y portuguesa a través
del arrendamiento de la tierra de estos establecimientos. En búsqueda de actualizar el conoci-
miento disponible acerca de las características sociales y productivas de este actor clave de la
horticultura del AMBA, se lleva a cabo en el año 2018 el relevamiento de productores, familias y
establecimientos hortícolas del partido de La Plata en el marco de lo que resultara el último pro-
yecto
4
que dirigiera Roberto Benencia
5
.
A partir de los hallazgos de dicha investigación, se analiza la estructura agraria, las estra-
tegias productivas, la forma social de trabajo y las modalidades de comercialización de la pe-
queña horticultura platense, estructurándolos en 8 apartados. Tras esta breve introducción, se
desarrolla un apartado metodológico y, a continuación, se presentan los apartados de Tierra y de
Estrategias productivas, centrales para la caracterización del estrato bajo estudio. Finalmente, de
manera previa a las conclusiones, se desarrollan tres apartados, que contienen las principales
características y cambios relacionados con la Tecnología e Infraestructura, el Trabajo y la Familia,
!
4
!Organización social de la producción y el trabajo en la horticultura Sur del Área Metropolitana de Bue-
nos Aires. Cambios y continuidades de los sujetos agrarios y los procesos de diferenciación social presen-
tes en la actividad, PIO CONICET-UNAJ, 2018.!
5
!El relevamiento y el primer análisis de la información correspondientes a esta encuesta se realizaron con
la activa participación de Roberto Benencia, mientras que la redacción final del artículo fue realizada por
los otros dos autores luego de su fallecimiento. !
Transformaciones de la pequeña horticultura familiar en La Plata!9!
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y la Comercialización.
Metodología
Este relevamiento de familias y establecimientos hortícolas del partido de La Plata
realizado durante el año 2018 administró 200 encuestas. Cada encuesta contó con dos
cuestionarios: a) Cuestionario del productor y su familia; b) Cuestionario de la explotación
hortícola. El primer cuestionario indaga sobre las características sociodemográficas, educativas y
laborales de los miembros del hogar, y la trayectoria ocupacional del productor. El segundo
instrumento aborda aspectos referidos a la estructura agraria, tenencia de la tierra, estrategias
productivas, tecnología, organización laboral y comercialización.
Por diferentes motivos y dificultades, algunas de naturaleza técnica y otras de origen
presupuestario, no pudo realizarse un muestreo probabilístico para la selección de las unidades
a encuestar. Por tal motivo, se llevó a cabo un relevamiento que -de manera sistemática- encuestó
quintas hortícolas distribuidas en diferentes áreas productivas del partido. De esta manera, se
definió el número de encuestas a realizar (200) y para su reparto en el territorio se utilizaron los
segmentos del último relevamiento censal disponible (Censo Hortiflorícola, 2005). Así, la
distribución geográfica de las familias y las quintas encuestadas responde adecuadamente a la
disposición de la actividad en las diferentes zonas del partido (Cuadro 1 y Mapa 1).
Mapa 1. Ubicación de La Plata y distribución de los EH encuestados.
6
Fuente: Elaboración propia.
!
6
!Agradecemos las tareas de georreferenciación a la Dra. Carolina Baldini!
10 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Cuadro 1. Cantidad de encuestas realizadas por segmento y localidad.
Segmento
Localidades comprendidas en el segmento
Cantidad de encuestas
801
El Peligro
21
804
Estancia Chica
3
805
Estancia Chica
13
903
Abasto
34
904
Abasto/Etcheverry
25
905
Etcheverry
12
1003
Arana
1
1004
Arana/Poblet/Olmos
40
1005
Los Hornos/Olmos
25
1006
Olmos/Abasto
24
Partido vecino
2
Total
200
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Las características de las familias y los establecimientos hortícolas incluidos en el
relevamiento nos permiten sostener que el mismo resulta representativo de los pequeños
establecimientos hortícolas que resultan predominantes en La Plata. Inclusive, las unidades
medianas y grandes presentes en la actividad no serían captadas representativamente por un
muestreo aleatorio simple dado el número reducido de unidades existentes en esos estratos de
tamaño.
Así, como desarrollaremos en el trabajo, el 85% de estos productores son de nacionalidad
boliviana, el tamaño promedio de los establecimientos es de 1,6 hectáreas y la superficie media
bajo cubierta de 0,9 hectáreas.
La forma de la distribución de los establecimientos según tamaño es de carácter asimétrica
positiva, es decir, se presentan muchas puntuaciones bajas con respecto al promedio (Gráfico 1).
Por su parte, la superficie promedio bajo cubierta es de 0,9 hectáreas y la mediana 0,8, pero la
forma de la distribución es bimodal de manera que los casos se concentran en dos valores
predominantes, uno próximo a la media y a la mediana, y otro inferior (Gráfico 2).
El peso de los establecimientos con menos de una hectárea bajo cubierta entre las unidades
con invernáculos para el año 2005 es algo inferior al 50% (Censo Hortiflorícola, 2005). Este valor
es concordante con la mediana de la distribución de los establecimientos según superficie bajo
cubierta del relevamiento que ubica a la mitad de las quintas hortícolas por debajo de las 0,8
hectáreas cubiertas.
De esta manera, el relevamiento predica de forma representativa acerca de las
características de la mayor parte de los establecimientos y de una proporción significativa del
área hortícola en producción del partido de La Plata.
Transformaciones de la pequeña horticultura familiar en La Plata!11!
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Gráfico 1. Distribución de los establecimientos hortícolas por tamaño en hectáreas.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Gráfico 2. Distribución de los establecimientos según superficie bajo cubierta en hectáreas
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Eje Tierra
La superficie de tierra con destino para la producción de hortalizas (incluyendo a las
producciones extensivas de papa y cebolla) en la provincia de Buenos Aires es de 28.878 hectáreas
según el último relevamiento censal (CNA, 2018). Este dato permite destacar la relevancia de las
8.612 has hortícolas de uso intensivo en La Plata que se determinaron mediante imágenes
satelitales. Más aún, cuando algo más de la mitad (4372 has) se encuentran bajo cubierta (Baldini,
2020; Miranda, 2017), y el número de productores hortícolas de la capital bonaerense es estimado
en 3.800 por un estudio reciente (García & Quaranta, 2021).
Aun de existir una distribución igualitaria entre los productores hortícolas de la totalidad
0
10
20
30
40
50
60
70
,08
,10
,20
,25
,30
,40
,50
,60
,72
,75
,80
,96
1,00
1,25
1,30
1,40
1,50
1,75
2,00
2,25
2,50
2,70
3,00
4,00
Establecimientos hortícolas
Superfice bajo cubierta en hectáreas
1 1
28
7
74
5
1
19
1
27
2
9
1
8
2
85
1
0
10
20
30
40
50
60
70
80
,25 ,40 ,50 ,75 1,00 1,25 1,30 1,50 1,75 2,00 2,25 2,50 2,70 3,00 3,50 4,00 5,00 8,00
Establecimientos hortícolas
Tamaño en hectáreas
12 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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de la superficie hortícola platense, la misma arrojaría 2,3 has por EH, sin duda un tamaño insufi-
ciente dado que no alcanzaría al 50% de una unidad económica de 4 a 5has por quinta, según
sugieren referentes del INTA (Merchán, 2016) y organizaciones del sector (MTE, UTT, CANPO).
Superficie necesaria (mas no suficiente) no sólo para un ingreso digno para una familia horticul-
tora, sino que también procurando una producción más sostenible (rotación del suelo, menor
superficie bajo cubierta y por ende menor uso y dependencia de agroquímicos, entre otros). Al-
canzar dicha situación de EH con superficies equivalentes a la unidad económica, se podría (en
forma teórica) lograr mediante la reducción del número de productores, o bien incrementando la
superficie hortícola. Esta última alternativa, además de su difícil concreción práctica, podría verse
también limitada por la restricción que impone la demanda efectiva de hortalizas.
Se advierte que con el transcurso del tiempo y de las transformaciones en la estructura
hortícola, se agudiza el problema de la distribución de la tierra en la horticultura platense por un
fenómeno de polarización productiva. Por un lado, se pudo identificar a 41 productores (menos
del 1,1% del total) que, con establecimientos hortícolas de más de 8 has de invernáculo, concen-
tran el 15% de la superficie hortícola bajo cubierta. En el otro extremo, y basándonos en datos de
2005 se detenta que el 55,3% de los productores trabajan en quintas de menos de 1,5 has, exis-
tiendo la certeza que dicho porcentaje es superior en la actualidad. Sobre este último segmento,
como mencionamos en el apartado metodológico, se centra el presente artículo.
En este segmento mayoritario de productores se destaca que la superficie total de los
establecimientos es de 1,6 ha. Esta muy baja superficie se evidencia aún más problemática al
determinar la distribución de los EH según estrato de tamaño. El primer estrato representa el
55,6% de las quintas y posee una superficie media de 0,9 ha (Ver Cuadro 1).
7
Cuadro 1. Superficie total (has) y por estratos de los EH.
Estrato de tamaño del EH en has
Superficie Total del EH
Recuento
Hasta 1
111 (56%)
Más de 1 y hasta 2
53 (27%)
Más de 2
36 (18%)
Total
200
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Estos pequeños establecimientos hortícolas son causa -entre otras- de una mayor
intensificación en el uso de la tierra. La misma se comprueba de varias maneras. Por un lado, la
superficie hortícola
8
media registrada es de 1,5 ha, lo que resulta en la existencia de exiguos 700m2
(poco más del 4% del total del EH) que se destina en promedio a caminos (casi pasillos), vivienda,
galpones y espacios de terreno no hortícola; todo el resto se destina para el cultivo hortícola. Por
otra parte, poco más de la mitad de la superficie hortícola es ocupada con invernáculos. En el
Gráfico 3 se representa la superficie media hortícola, desagregada a campo y bajo cubierta, y el
área destinas a caminos, galpones, etc., obteniéndose la superficie media total.
!
7
!Los cuadros presentados contienen los valores absolutos junto a los relativos para considerar -con las pre-
cauciones del caso- la información que corresponda a un número reducido de respuestas.!
8
La superficie hortícola hace referencia al espacio de un EH efectivamente destinado a la producción de
hortalizas. Mientras que esa superficie sumada a la que le corresponde a las instalaciones, caminos y demás
usos de la tierra en cada EH forma la superficie total.
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Gráfico 3. Superficie media total y superficie media hortícola, en hectáreas.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
La forma casi exclusiva (llegando casi al 95%) de acceso a la tierra para este segmento de
productores es el arrendamiento.
9
Este acuerdo conmutativo se caracteriza, en dos de cada tres
casos, por ser implementado mediante un contrato escrito con certificación de firma y timbrado
(Ver Gráfico 4). El cumplimiento de esa formalidad no impide que se trate en la práctica de un
acceso a la tierra que genera gran incertidumbre para el arrendatario, asociada a la actualización
de los montos que exigen los propietarios, tanto al renovarse un contrato como durante el mismo.
A pesar de ello, dicha inseguridad no acarrea como consecuencia una movilidad significativa,
evidenciado en que casi 3 de cada 4 productores arrendatarios nunca cambiaron de
establecimiento hortícola (Ver Gráfico 5).
Esta aparente contradicción posee varias interpretaciones, aunque resulta la de mayor
relevancia el peso de los costos de oportunidad que implican una mudanza. La decisión de no
renovar conlleva para el productor una serie de problemas. La necesidad de recuperar parte de
la inversión realizada en las tierras que deja -básicamente los invernáculos- buscando venderlos
al arrendatario que lo reemplace en una operación que se denomina “venta de posesión”. Dicha
operación nunca logra recuperar la inversión realizada y puede efectivizarse luego de varios me-
ses. A su vez, debe conseguir una nueva parcela de tierra apropiada (en extensión, calidad, ubi-
cación, infraestructura) que se encuentre disponible y comenzar con las tareas de preparación del
suelo y plantación, por lo que sus primeros ingresos por cosecha pueden encontrarse diferidos
entre 2 y 4 meses de la mudanza, período en el cual sigue pagando arrendamiento. Además, el
cambio de tierra realizado no garantiza al productor evitar volver a encontrarse en la misma si-
tuación durante el contrato y/o al renovar el mismo. Todo esto conlleva la convivencia con la
incertidumbre asociada a las características de la forma de acceso a la tierra junto a una movilidad
muy reducida del productor.
!
9
!Apenas se detectaron 10 casos de propietarios, 1 de ellos argentino y los 9 restantes bolivianos que -en
promedio- tardaron 10 años en comprar la tierra, y cuya superficie mayoritariamente no supera 1 hectárea.
Sup.
Hortícola
Bajo
cubierta
0,8ha
Sup.
Hortícola
A campo
0,7ha
Caminos,
galpones, etc.
0,07ha
Superficie Media -total y horticola
14 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Gráfico 4. Características del contrato de
arrendamiento.
Gráfico 5. Cantidad de cambios de EH en el rol
de productor.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Por otra parte, los productores se encuentran imposibilitados (por nivel de capitalización,
disponibilidad de mano de obra y de recursos económicos) de acceder al arrendamiento de tierras
cuya superficie unitaria es -por ordenanza municipal- de al menos 4 has. Ante ello, recurren a
arrendamientos “compartidos”. Los mismos consisten en arrendar entre varios productores una
propiedad donde formalmente figura uno solo como titular. De esta manera, el contrato es repar-
tido entre diferentes productores en base a la participación que tengan en la superficie de la tierra.
Y si bien comparten el pago del contrato de arrendamiento, y parte de la infraestructura (caminos,
bomba de agua y eventualmente galpones), se trata sin dudas de unidades económicas indepen-
dientes donde cada horticultor produce por su cuenta.
Estos productores alquilan comúnmente una fracción de una propiedad que en un poco
más de la mitad de los casos es de hasta 4has y casi en el 90% es menor a 9 has (Gráfico 6). Dada
la atomización de estos EH, surge que en dos de cada tres propiedades viven y trabajan hasta tres
familias horticultoras (Gráfico 7). Todo ello es coherente con la evolución productiva de la región,
por la cual antiguos productores italianos que en su época trabajaban quintas de 7 a 10has, en la
actualidad las alquilan a varias familias quintera de origen boliviano (García, 2012).
Gráfico 6. Tamaño de la propiedad de las
tierras arrendadas en has.
Gráfico 7. Cantidad de productores en las tie-
rras arrendadas.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Hasta 4
hectáreas
55%
De 5 a 9
hectáreas
35%
De 10 a 14
hectáreas
3%
15 o más
hectáreas
7%
Tamaño de la propiedad
Hasta 3
76%
De 4 a 6
19%
7 y más
5%
Productores en la propiedad
Ninguno
74%
Uno
18%
Dos y mas
8%
Cambio de EH
Acuerdo de
palabra;
10%
Contrato
escrito sin
certificacion
de firma y
timbrado;
22%
Contrato
escrito con
certificacion de
firma y
timbrado;
68%
Tipo de contrato de arrendamiento
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Producción y estrategias productivas
Estos productores con superficies medias totales de 1,6 has deben recurrir de manera casi
excluyente a la tecnología del invernáculo para lograr un uso más intensivo de un medio escaso
(por su precio) como es la tierra. Esta intensificación se expresa en la presencia del invernáculo
en el 89% de los EH. Otro dato de la intensificación productiva lo evidencia la prevalencia de la
superficie hortícola bajo cubierta (0,8ha) por sobre la de campo (0,7ha). Finalmente, existe un
llamativo (dado el estrato de pequeños productores bajo estudio) 36% de casos donde la
producción es exclusivamente bajo cubierta (Cuadro 2).
Cuadro 2. Superficie hortícola media total, solo a campo, solo bajo cubierta y mixta, en has.
Recuento
Superficie
Hortícola
media
Superficie
Hortícola me-
dia a campo
Superficie Hortícola
media bajo cubierta
Solo
a campo
22 (11%)
1,9
1,9
0
Solo bajo cubierta
73 (36%)
0,9
0
0,9
A campo y bajo cu-
bierta
105 (53%)
1,8
1,0
0,8
Total
200 (100%)
1,5
0,7
0,8
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Poco más de la mitad de las quintas combinan producción a campo y bajo cubierta, siendo
el promedio de la superficie hortícola de esas explotaciones de 1,8has. Las quintas que producen
exclusivamente bajo cubierta pueden reducir el promedio de superficie hortícola a 1has. Final-
mente, la producción solo a campo se verificó apenas el 11% de los casos, en los que se incrementa
de forma coherente la superficie hortícola media hasta llegar a casi las 2 has (Cuadro 5 y Gráfico
8).
Gráfico 8. Distribución de EH según implementen sistemas o forma de producción sólo a
campo, sólo bajo cubierta o con sistema mixto.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
De esta manera, a priori se pueden establecer tres categorías de EH, según su forma de
producción: i) EH que producen exclusivamente a campo (EH-AC); ii) EH que producen exclusi-
vamente bajo cubierta (EH-BC); iii) EH que poseen un sistema mixto de produccn, a campo y
bajo cubierta (EH-Mx). No existe, como veremos en los próximos párrafos, una evolución lineal
entre los distintos tipos de establecimientos hortícolas.
Solo a
campo
11%
Solo bajo
cubierta
36%
A campo y
bajo
cubierta
53%
Forma de producción
16 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Las estrategias productivas se estructuran no sólo en función de la superficie hortícola y el
grado de relevancia del invernáculo, sino que además se destacan las familias de cultivos elegi-
dos. Básicamente se pueden diferenciar cuatro familias: solanáceas (tomate, pimiento, berenjena,
etc.), hoja (lechuga, acelga, espinaca, rúcula, etc.), crucíferas (coliflor, brócoli, repollo, etc.) y pe-
sadas (zapallo, zapallito, etc.).
Si se analiza la cantidad de familias cultivadas a campo y bajo cubierta, se encuentran al-
gunas diferencias según las estrategias productivas identificadas. En los 22 EH con producción
exclusiva a campo (EH-AC), se destaca que más de la mitad de los mismos realizan cultivos de
las cuatro familias, algo más de un tercio de tres familias, y apenas unos pocos de sólo dos fami-
lias. Cuando el EH es mixto (105 casos), la cantidad de familias cultivadas a campo se reduce
significativamente (Cuadro 3), en el marco de una estrategia productiva que combina estos culti-
vos con los cultivos bajo cubierta.
Cuadro 3. Estratificación de EH según forma de producción y número de familias de cultivos a
campo.
Cantidad de familias de cultivos a campo
Forma de producción
No tiene
Una
Dos
Tres
Cuatro
Total
Solo a campo
0,0%
0,0%
4,5%
36,4%
59,1%
100%
0
0
1
8
13
22
Solo bajo cubierta
100,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
100%
73
0
0
0
0
73
A campo y bajo cu-
bierta
1,0%
8,6%
27,6%
28,6%
34,3%
100%
1
9
29
30
36
105
Total
37,0%
4,5%
15,0%
19,0%
24,5%
100%
74
9
30
38
49
200
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
En relación a los cultivos bajo cubierta, no se observa diferencias significativas según se
trate de quintas con o sin producción a campo. De esta manera, alrededor de dos tercios de los
EH, ya sea que produce en forma mixta (EH-Mx) o bien exclusivamente bajo cubierta (EH-AC),
cultiva en proporciones similares hortalizas de hoja y de fruto (Cuadro 4).
Cuadro 4. Estratificación de EH según forma de producción y cultivo bajo cubierta de hoja, de
fruto y ambos.
Cantidad de familias de cultivos bajo cubierta
Forma de producción
No tiene
Solo hoja
Solo fruto
Ambos
Total
Solo a campo
100,0%
0,0%
0,0%
0,0%
100%
22
0
0
0
22
Solo bajo cubierta
0,0%
27,4%
4,1%
68,5%
100%
0
20
3
50
73
A campo y bajo cu-
bierta
0,0%
32,4%
3,8%
63,8%
100%
0
34
4
67
105
Total
11,5%
27,0%
3,5%
58,0%
100%
23
54
7
116
200
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
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!
La intensificación productiva y la adopción del invernáculo, junto al avance hacia los cul-
tivos “caros” por sus requerimientos de capital circulante (léase, hortalizas de fruto), se evidencia
en tres datos llamativos para este estrato de pequeños productores. Primero, el 36% de los EH no
tiene producción a campo. Segundo, el 11,5% no realiza cultivos bajo cubierta. Tercero, en los EH
que producen exclusiva o parcialmente en invernáculos, 2 de cada 3 hacen cultivos de fruto (Grá-
fico 9).
Gráfico 9. EH que cultivan familias de hortalizas en invernáculos.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Entonces, a nivel general y para el segmento bajo estudio, se destaca que un 65,5% de los
EH encuestados realizan cultivos de fruto bajo cubierta. De ese sub-universo, un 46% cultiva
hasta media hectárea y un 33% hasta 1 ha, siendo que el restante 21% hace más de 1ha. Para este
último subgrupo, la superficie media de producción de fruto bajo cubierta es de 0,7has, y la me-
diana de 0,5, mientras que casi triplica la superficie media de hortalizas de hoja bajo cubierta
(2has).
Una cuestión interesante de destacar es la relación inversa entre superficie hortícola desti-
nada a frutos y hoja, infiriéndose en un reducido número de casos estrategias que pueden sumar
superficie destinada a los cultivos de fruto que permiten alcanzar algún grado de capitalización.
La misma en los estratos más bajos se inicia con una relación de 1 a 6, hasta llegar, en los estratos
s altos, a un mínimo de 1 a 1,5. Finalmente y para el estrato de horticultores encuestados, por
cada hectárea destinada a hortalizas de fruto existen tres para hortalizas de hoja (Cuadro 5).
Cuadro 5. Estratificación de EH según superficie cultivada de fruto y su relación con la superficie
cultivada de hoja.
Superficie cultivada de cul-
tivos de fruto, flores o tallo
bajo cubierta
EH
%
Superficie en ha.
de hortalizas de
fruto bajo cubierta
Superficie en
ha. de hortalizas
de hoja bajo cu-
bierta
Relación
fruto/hoja
Media
Me-
diana
Media
Me-
diana
Sin hortalizas de fruto bajo
cubierta
77
38,5
1,6
1,3
Hasta menos de media ha
57
28,5
0,2
0,2
1,4
1,1
1 a 6
de 0,50 a 0,99 ha
41
20,5
0,7
0,7
2,3
2,4
1 a 3
de 1 a 1,49 ha
16
8
1,2
1,1
2,9
3
1 a 2,5
de 1,50 ha o mas
9
4,5
2,2
2
3,4
3,2
1 a 1,5
Total
200
100
0,7
0,5
2
1,9
1 a 3
Fuente: idem cuadro 4.
Solo hoja
30%
Solo fruto
4%
Ambos
66%
Familias de cultivos en invernáculos
18 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Finalmente, no se observa correlación entre los tipos de EH (AC, BC y Mx), la ubicación de
los mismos y el precio del arrendamiento. Existe una mayor antigüedad en los EH-Mx, y menor
en el caso de los EH-AC, ubicándose entremedio los EH-BC (Cuadro 6).
Cuadro 6. Antigüedad de la quinta según produzca solo a campo, solo bajo cubierta o en forma
mixta.
Antigüedad en la quinta
Recuento
Media
Mediana
Producción
hortícola
Solo a campo
22
3,1
3,0
Solo bajo cubierta
73
4,6
4,0
A campo y bajo cubierta
105
6,8
5,0
Total
200
5,6
4,0
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
A modo de discusión, se pueden establecer una serie de tipos de EH, en relación a su es-
trategia productiva. Los EH-AC que podrían asociarse a una forma de iniciarse como productor,
fundamentándose en su reducida antigüedad y escasa capitalización. Estos establecimientos se
caracterizan por una superficie total media de 2has, aunque la mitad tiene menos de 1, mostrando
estos pocos casos una amplia dispersión. Se caracterizan por una diversificación productiva dado
que el 59% produce las cuatro familias de hortalizas, y un 95% al menos tres familias
Los establecimientos EH-Mx, que no necesariamente se inician con cultivo exclusivamente
a campo, son mayoría en el sector, y se caracterizan por mantener una superficie hortícola de 1,8
has, reducir la diversificación de cultivos a campo e incrementar la superficie bajo cubierta en
general y con hortalizas de fruto en particular. Cuando estos EH mixtos poseen hasta 1 ha, en el
66% de los casos realizan solo cultivos de hoja bajo cubierta; cuando la superficie es mayor a 1 ha,
dicha proporción se revierte, quedando solo un 33% de los casos que hacen solo hoja, mientras
que el resto combina con fruto. De esta manera se vislumbra un proceso de crecimiento y capita-
lización en un reducido y acotado conjunto de productores, similar a lo analizado por García
(2012) en la primer década del 2000.
Se destaca como novedoso la aparición de una estrategia de iniciación productiva, caracte-
rizada por quintas muy pequeñas que solo producen bajo cubierta. Se trata de una porción signi-
ficativa de EH (36,5%), con una reducida superficie hortícola (0,93ha) y con cobertura total de
invernáculo. Son quintas de una antigüedad promedio de 4,5 años, menor a los 6,75 años de los
EH-Mx. Aparenta una estrategia de iniciación que, alquilando menores superficies que en el caso
de EH-AC, compensa intensificando la producción mediante la incorporación de invernaderos.
La elección y proporción de cultivos dentro de los invernáculos es similar a la que realizan los
EH-Mx, por cuanto un 68,5% llevan a cabo cultivos de fruto y de hoja, y los restantes hacen solo
hoja. La presencia de cultivos de fruto, en general, aparece y se incrementa a medida que crece la
superficie bajo cubierta. Esta tendencia que muestra el sendero de capitalización identificado con
anterioridad evidencia restricciones significativas dado que involucra un segmento muy redu-
cido de productores. Es decir, la histórica posibilidad de movilidad social identificada en la esca-
lara “boliviana” estaría obturada en la actualidad.
Finalmente, y en forma coherente a esta intensificación en el uso de la tierra y especializa-
ción productiva, se observa que el 90 % de los EH realizan actividades exclusivamente hortícolas
con destino comercial, a la vez que no incorporan actividades destinadas al autoconsumo. El 5%
cría gallinas (Gráfico 10) mientras que el consumo de hortalizas que producen no es importante
(básicamente ensaladas) (Bartoli, 2021) mostrando reducidas actividades de autoconsumo entre
estos productores. Así, estas unidades presentan un prácticamente total mercantilización de sus
producciones y de sus consumos.
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Gráfico 10. EH según se realicen actividades solamente hortícolas u otras.
Fuente: Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Tecnología e Infraestructura
Las condiciones de tenencia de la tierra y las estrategias productivas están asociadas a las
tecnologías e infraestructura disponible en las quintas. En relación a las características de los in-
vernáculos, se destaca que en el 56,7% de los EH los mismos se componen de una sola estructura,
dos para 23,6% y tres o más se detectaron en el 19,7% de los EH (Gráfico 11). Entre todos estos, la
altura de la mayoría (73%) no supera los 3,5m, mientras que un 26% posee una altura cenital
superior a los 3,5m (Gráfico 12). A mayor número de invernaderos y altura, mejor manejo de las
condiciones climáticas, lo que repercute positivamente en la producción, pero también incre-
menta los costos. Eso explica la preeminencia de invernáculos que se van ampliando en un bloque
y con altura menor o igual a 3,5m. La condición general de los invernáculos es un reflejo de escasa
capitalización de la gran mayoría de estos establecimientos.
Gráfico 11. EH según la cantidad de estructu-
ras de invernadero.
Gráfico 12. EH según la altura máxima o ceni-
tal del invernáculo.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
La provisión de agua es a través de una perforación que en el 80% de los casos es utilizada
en común por las familias productoras que comparten el arriendo de la propiedad donde viven
y trabajan (Gráfico 13). Esta cuestión que afecta la disponibilidad en tiempo y forma de un insumo
Uno
57%
Dos
23%
Tres y más
20%
Cantidad de invernáculos
Hasta 3,5
metros
74%
Más de 3,5
metros
26%
Altura máxima del invernáculo
Solo
horticultura
90%
Aves de
corral
5%
Otra
actividad
agropecuaria
2%
Floricultura
2%
Actividad no
agropecuaria
1%
Otros
10%
Actividades en el EH
20 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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productivo clave, también muestra inconvenientes para su uso en el consumo humano. Mientras
que un 7% asegura que el pozo carece de encamisado, hay un 12% que desconoce la existencia
del mismo (Gráfico 14). Paralelamente, dos de cada tres EH poseen perforaciones de entre 40 y
60m de profundidad, y uno de cada cuatro menos de 40m (Gráfico 15). El desconocimiento de la
presencia de encamisado o de su estado de conservación, junto con reducidas profundidades de
las perforaciones, son resultado también de un bajo o nulo poder de negociación de los produc-
tores con el propietario, quien no garantiza la provisión de un servicio básico para la producción
y reproducción de las familias que allí trabajan y viven (Cfr. García et al., 2020).
Gráfico 13. EH según uso de pozo de agua en
forma exclusiva o compartido.
Gráfico 14. EH según presencia o ausencia de
encamisado en la perforación para agua.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Gráfico 15. EH según la profundidad de la
perforación de agua.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
La estrategia productiva de las quintas se orienta a acceder a los plantines a través del
mercado. El 87,5% no tiene plantinera, dependiendo para el aprovisionamiento de dicho insumo
de las empresas de servicio (Gráfico 16). La aglomeración productiva y fuerte competencia en el
sector posibilitó la expansión de las plantineras, y así el plantin pasa a ser un insumo externo para
el EH (García, 2016). Las ventajas que las plantineras ofrecen (un servicio o insumo más accesible,
a menor costo y riesgo, con calidad y ofreciendo flexibilidad) incluye a este tipo de productor,
aunque suele ocurrir que su reducido poder de negociación le quite la posibilidad de contar siem-
pre con el plantin necesario en tiempo y forma.
Si
81%
No
7%
Desconoce
12%
Presencia de encamisado
compartido
79%
exclusivo
18%
Sin
información
3%
Uso del pozo de agua
De 40 a 60
metros
55%
Menos de
40 m
21%
Más de 60
metros
4%
NS/NC
20%
Profundidad de la perforación de agua
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Similar porcentaje muestra la ausencia de tractor (81,5%) (Gráfico 17). Eso explica que el
77% de los productores hayan recurrido en el último año al servicio de maquinarias, como así
también caracteriza una estrategia productiva y de inversión en la cual la tenencia del tractor y
sus implementos no resultan indispensables para la producción (Cfr. Benencia & Quaranta, 2006).
Casi la mitad de los 37 casos detectados con tractor corresponde a productores con más de 2 has
de quinta. Este subconjunto muy reducido de este gran conjunto de pequeños productores hortí-
colas de origen boliviano seria aquel que habría alcanzado algún nivel de capitalización.
Gráfico 16. EH según si poseen o no
plantinera propia.
Gráfico 17. EH según si poseen o no tractor
propio.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento
de establecimientos hortícolas del partido de La
Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
La disponibilidad de un vehículo automotor entre los productores no está generalizada, a
diferencia de lo acontecido 30 años atrás cuando el primer paso que daban los medieros bolivia-
nos antes de convertirse en productores era adquirir una camioneta (Benencia, 1999). Es para
destacar como primer dato que el 41% de los encuestados carece de algún tipo vehículo (Gráfico
18), evidenciando las carencias económicas, los límites a la capitalización y las prioridades de las
inversiones realizadas. Del total de EH, un 34,5% de los productores posee moto (5,5%) o auto-
móvil (29%) destinados a cumplir funciones de la vida familiar (llevar a los chicos a la escuela, ir
a hacer compras de comida, etc.). Además, solo un 22% posee un medio de transporte cuyas fun-
ciones son productiva, como ser una pick-up o utilitario (Gráfico 19).
Esto tiene causas y consecuencias en cuestiones como el mayor valor del arrendamiento en
cercanías de urbanizaciones (ubicación imprescindible para productores sin movilidad), la forma
de comercialización que -como veremos- implica mayoritariamente que el intermediario aporte
el transporte de la mercadería, como así también en los servicios de venta telefónica y envío a
quinta que prestan tanto las agronomías como las plantineras.
Las condiciones de la estructura agraria (modalidades de tenencia y tamaño de los estable-
cimientos), las estrategias productivas (producción bajo cubierta y/o a campo, la canasta de cul-
tivos realizados), y la tecnología, la infraestructura y el equipamiento disponible (invernáculo,
tractor, vehículos, etc.) evidencia, por un lado, una gran masa de productores escasamente capi-
talizados y que lleva adelante la producción bajo condiciones marcadas por fuertes límites a su
sostenibilidad y, por otro, un pequeño subconjunto que logro alcanzar algún nivel de capitaliza-
ción y sostenibilidad económica de la unidad productiva.
Si
18%
No
82%
Tenencia de tractor
No
87%
Si
13%
Posee plantinera
22 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Gráfico 18. EH según posean o no vehículo de cualquier tipo.
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de
establecimientos hortícolas del partido de La Plata,
PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Gráfico 19. EH según el tipo de vehículo con el que cuentan (camioneta, auto, moto, otros)
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del
partido de La Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
Si
59%
No
41%
Posee vehículo
Solo moto
9%
Sólo auto
49%
Sólo camioneta
37%
Solo camión
3%
Moto y auto
1%
Auto y camion
1%
Otros
5%
Tipo de vehículo
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Familia y Fuerza de Trabajo
La gran mayoría de estos establecimientos (83%) corresponden a unidades de
la agricultura familiar. Por su parte, el 17% de los establecimientos de mayor tamaño
contrata trabajo no familiar permanente (Cuadro 7).
Cuadro 7. Establecimientos hortícolas por forma social de trabajo según tamaño en
hectáreas.
Forma social de trabajo
Hasta 1
Más de 1 y
hasta 2
Más de 2
Total
Productor y familiares
107
46
13
166
64,5
27,7
7,8
100%
Productor, familiares y
no familiares
5
9
20
34
14,7%
26,5%
58,8%
100%
Total
112
55
33
200
56,0%
27,5%
16,5%
100%
Fuente: Elaboración propia en base a relevamiento de establecimientos hortícolas del partido
de La Plata, PIO CONICET-UNAJ, 2018.
La condición familiar es cumplida por estas unidades productivas en sentido
estricto dado que junto al trabajo del productor, la o el conyugue está ocupado de
manera plena, a la vez que se suma el trabajo de los hijos adolescentes.
La forma familiar de trabajo asocia¸ como es sabido, el tamaño del
establecimiento productivo a la disponibilidad de trabajo en la familia. A su vez, la
última depende de la composición de las unidades domésticas que está definida por
la cantidad y la edad de sus integrantes (Chayanov, 1974).
Los hogares de estas familias hortícolas son nucleares de forma mayoritaria
(85%). El tamaño medio de las unidades es de 4,1 integrantes y el 73% de estas tiene
hasta 5 miembros. Las edades de los cónyuges y de los hijos corresponde a familias
jóvenes, asimilables a momentos del ciclo vital que pueden considerarse de
expansión (es decir, familias con capacidades genésicas de aumentar el número de
hijo). Sin embargo, ese comportamiento demográfico no parece ser el horizonte de
estos hogares.
La edad media de las jefaturas de hogar y de los/as cónyuges es de 36 y 34
años respectivamente, en tanto que los hijos tienen 10 años en promedio. El
comportamiento demográfico marcado por el último dato se acentúa dado que 2/3
de los hijos tienen hasta 12 años de edad. Esta composición de edades es muy
importante dado que, como veremos más abajo, el trabajo de los hijos crece a partir
de edades adolescentes.
El trabajo de la pareja que conforma el núcleo de la familia es el aporte central
de mano de obra en la gran mayoría de las quintas. El tiempo diario de trabajo
dedicado por los cónyuges a la actividad hortícola es superior a las 8 horas. Esto
responde a una actividad intensiva en el uso de mano de obra, que de forma
mayoritaria tampoco incorpora trabajo no familiar, y que de manera consecuente
requiere la participación laboral de los hijos.
24 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 55 – . semestre de 2021
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La mitad de los hijos de 10 y más años es registrado por el cuestionario
realizando tareas laborales en las quintas. La participación de los hijos en estas tareas
es mayor que la de las hijas, aunque la diferencia no es sustancial. De esta manera,
los hijos realizan tareas laborales en los establecimientos hortícolas en el 53,3% de
los casos y las hijas en el 45,4%.
Aunque el trabajo de los hijos se concentra en edades adolescentes, es de
destacar que el 36,5% de aquellos de entre 10 y 14 años desempeñan tareas laborales
en la unidad familiar. Pero la participación laboral de las y los hijos crece a partir de
los 15 de edad, ya que el 70,4% de los adolescentes de 15 a 17 años trabajan en la
horticultura en algún momento del día. Los jóvenes con 18 años o más, que
representan el 12% de las/os hijos, están ocupados en la actividad familiar en 9 de
cada 10 casos.
La asistencia educativa de los hijos es generalizada. La participación laboral
no se traduce de manera directa con el abandono escolar, aunque es de presumir
compite con el desempeño. La no asistencia a establecimientos educativos de hijos o
hijas en edades de cursar estudios primario o medios es poco relevante. No asisten
a algún establecimiento educativo 7 individuos mayores de 13 años de un total de
235 niñas, niños y adolescentes de 6 a 17 años incluidos en el relevamiento.
La pluriactividad es un fenómeno ausente entre estas familias. La actividad
económica de los integrantes del núcleo del hogar está centrada en la quinta dado el
carácter intensivo del trabajo hortícola. Esta situación confirma una característica
persistente en el cinturón hortícola del AMBA, dado el tiempo de trabajo que la
actividad requiere a los miembros de la familia.
La utilización de trabajo no familiar permanente, como mencionamos, es muy
acotada (15%) y la modalidad de contratación predominante es la mediería o -mejor
dicho- el trabajo “a porcentaje”. Estas unidades corresponden al pequeño
subconjunto mencionado que logra recorrer algún sendero de capitalización.
Por su parte, las quintas consideradas como unidades familiares, es decir que
no contratan trabajo ajeno a la familia de forma permanente, tampoco recurren de
manera amplia a la contratación de trabajo temporario, consignándose sólo un 15%
de casos.
Comercialización
Casi por definición, estas modalidades de la agricultura familiar se caracteri-
zan también por su dificultad para alcanzar relaciones equitativas en los diferentes
mercados
10
por su menor poder de negociación. Ese escaso poder se puede atribuir
a los problemas de acceso a la tierra, a la información y financiamiento, carencias de
infraestructura para acopio y acondicionamiento, alto costo del flete generalmente
externo, incumplimiento varios en la formalización exigida ya sea en aspectos jurí-
dicos, sanitarios y comerciales, entre otros (Alcoba & Dumrauf, 2011; Caracciolo y
!
10
!Hacemos referencia no sólo al mercado de productos, sino que también al de insumos, de
capitales, de tierras y (en menor medida) de trabajo.
La transformación de la horticultura familiar en La Plata!25!
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Fontana, 2015). Esto se agrava en la actividad hortícola, dada la alta perecibilidad de
las hortalizas, lo que disminuye aún más el poder de negociación de los productores
familiares. Si bien estos últimos tienen potencialmente la posibilidad de venta di-
recta lo que explica una alta heterogeneidad de canales que forman la trama comer-
cial hortícola en la Argentina (Viteri, 2013), por motivos que se destacan a continua-
ción son accesibles para una gran minoría.
La mayoría de los horticultores de los periurbanos productivos comercializan
a través de acopiadores zonales, mercadería que finalmente se reúne en los mercados
concentradores. Las razones generales que llevan al horticultor a comercializar su
mercadería vía intermediarios se relacionan al escaso conocimiento, ausencia de re-
des comerciales consolidadas, problemas de logística (transporte, distancia), bajo vo-
lumen, etc. A su vez, las modalidades de consumo asociados a nichos específicos
(por ejemplo, agroecológicos) encuentran muchas limitaciones por definición para
masificarse (García, 2021a).
En forma específica, el presente estudia demuestra algunas de las razones de
la dependencia casi total de los intermediarios para comercializar. Por caso, apenas
el 6% de los productores posee vehículo apto para transportar mercadería (utilita-
rios, camionetas y camiones). A su vez, la venta vía consignación es la principal para
el 98% de los productores de este segmento a pesar de ser la opción menos benefi-
ciosa.
Este canal implica la entrega de mercadería a un intermediario que recién a
los 7 días regresa para informar al productor cuanto de lo llevado ha sido vendido y
a qué precio, para luego efectivizar el pago. Ello no solo evidencia una relación de
poder muy desigual, sino que principalmente afecta la proporción del valor apro-
piada por cada una de los sujetos.
Como canal secundario, pero con una importancia notablemente menor, apa-
rece mayoritariamente la “venta en tranquera”. Esta modalidad implica la negocia-
ción, concreción del precio y pago como condición de entrega de la mercadería.
Finalmente, solo un 16% de los productores ubica como canal secundario la
venta directa (bolsones, ferias, etc.). Esta modalidad de comercialización no se asocia
de forma necesaria a producciones consideradas agroecológicas que se encuentran
total o parcialmente presentes en el 4% de estos pequeños EH (García, 2021b).
En cuanto al destino de la producción, el segmento bajo estudio remite su pro-
ducción indefectiblemente a los mercados locales del Gran Buenos Aires y La Plata.
Apenas un 5,5% afirmó haber vendido durante el último año a través de mercados
del interior de la provincia de Buenos Aires (siendo los destinos principales Mar del
Plata y Bahía Blanca), mientras que un 12,5% eventualmente lo hizo a través de mer-
cados de otras provincias del país (destacándose Rosario, y en menor medida Cór-
doba y Santa Fe).
La venta en consignación y el AMBA como el destino de la producción están
generalizados entre estos productores independientemente de su estrategia produc-
tiva y sendero de capitalización.
26 Roberto Benencia, Matías García y Germán Quaranta
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Conclusiones
La información cuantitativa en calidad, cantidad, continuidad y confiabilidad
es indispensable para un mejor entendimiento y una eventual intervención del es-
tado y de las organizaciones sociales en los territorios hortícolas. Asimismo, esta in-
formación es de vital importancia para contextualizar y aportar a una correcta inter-
pretación de los estudios cualitativos. Precisamente, la ausencia de relevamientos
estadísticos de relevancia en la horticultura bonaerense desde el último Censo Hor-
tiflorícola de la provincia de Buenos Aires, año 2005, es una falencia a la que este
articulo colabora para su morigeración.
El artículo se centra en el estudio de los pequeños horticultores familiares pla-
tenses. Los mismos se caracterizan por su nacionalidad boliviana, el reducido ta-
maño de los EH, el arriendo como modalidad de tenencia, la intensificación del uso
de la tierra y el trabajo familiar. El reducido tamaño de los establecimientos, que se
acentúa con respecto al año 2005, busca ser compensado por la intensificación del
uso de la tierra a través del incremento de la superficie bajo cubierta, que a su vez es
acompañado por uso intensivo de la mano de obra familiar. La presencia del inver-
náculo en la actualidad constituye una condición para la producción hortícola más
que un indicador de un proceso de capitalización.
La cantidad del trabajo requerido depende del tamaño en hectáreas de las
quintas, la cantidad de superficie bajo cubierta y la composición de la canasta de
cultivos realizados. A su vez, la constitución de las familias y el trabajo disponible
en las unidades familiares condiciona el tamaño de los establecimientos. Las
limitantes originadas en las capacidades de trabajo del grupo junto a las restricciones
presentes a la capitalización de las unidades productivas se conjugan para
condicionar el tamaño de los establecimientos. El tamaño y la composición de los
hogares no evidencia una estrategia familiar orientada a disponer mayor capacidad
potencial de trabajo para la actividad horcola. La composición familiar, junto a la
escasa contratación de trabajo no familiar, se traduce en la intensificación del trabajo
de los cónyuges y en la participación de los hijos para completar el trabajo requerido
por la actividad.
Las estrategias productivas observadas evidencian que la producción exclusi-
vamente a campo EH-AC, es muy poco relevante (11%). Asimismo, es novedosa
para este estrato de pequeños productores la presencia de EH-BC que producen de
forma exclusiva en invernáculos (36%) que refleja el uso intensivo, mencionado, de
la tierra en establecimiento de muy escasa superficie. Finalmente, se destaca la es-
trategia mayoritaria de establecimientos EH-Mx que producen bajo cubierta y a
campo (53%).
Estas estrategias productivas identificadas no responden a senderos evoluti-
vos lineales o nítidamente definidos. Así, los dos primeros tipos serian de iniciación
y no implicarían necesariamente un estado previo a la estrategia EH-Mx, mientras
que esta última se observan indicios de capitalización en un segmento reducido de
productores. Se trata de un sub-universo que representa un 15% de los productores
relevados con superficies más grandes, con mayor antigüedad en el sector, mano de
La transformación de la horticultura familiar en La Plata!27!
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 55 – 2do. semestre de 2021
ISSN 1853 399X - E-ISSN 2618 2475 - Páginas 7-28
obra externa, presencia de vehículo y tractor, junto a una relación similar de super-
ficie cultivada con hortalizas de hoja y de fruto.
La movilidad socio-productiva vinculada a la noción de la “escalera boli-
viana” (Benencia: 1999) se diluye, siendo reemplazada por dos estrategias (EH-AC
y EH-BC) que aparentan una situación sin o con muy limitadas posibilidades de
evolución de la actividad, y por otra estrategia mayoritaria (EH-Mx) con una muy
acotada posibilidad de expansión o capitalización.
Las estrategias productivas identificadas entre estos productores no se aso-
cian a diferentes modalidades de comercialización y a distintos destinos de la pro-
ducción. La consignación es el canal principal de comercialización y el AMBA el
destino de la producción para la totalidad de los productores de este estudio.
Todos estos indicadores que caracterizan a la estructura socio-productiva del
estrato mayoritario de horticultores de La Plata, confirman una dinámica
insostenible que de forma urgente requiere de políticas públicas que posibiliten y
gestionen un diferente ordenamiento territorial. Por otra parte, resulta necesaria una
mirada integral del sector, para lo cual es imprescindible describir y analizar el rol
del estrato de los productores medianos y grandes que nos permita una lectura
conceptual y empírica de la organización social del conjunto de la horticultura
platense.
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Principales características y transformaciones de la horticultura familiar en La Plata
Fecha de recepción: 22/04/2021
Fecha de aceptación: 12/06/2021