Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 55 – 2do. semestre de 2021
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Variación de la composición orgánica del capital
agrícola: el período 2008-2018
Francisco Anzoategui
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Resumen
En el período del 2008 al 2018 ocurrieron grandes fluctuaciones en los precios
internacionales de las commodities, en el tipo de cambio, en los impuestos, en las con-
diciones climáticas y en la producción de cereales y oleaginosas. A la par, fueron
acompañadas por variaciones en el diagrama material dentro del cual se desempe-
ñaron los diferentes actores en la década, con modificaciones en las cantidades utili-
zadas de maquinarias, insumos y trabajadores. Para analizar las variaciones de cam-
bios técnicos, la apropiación del trabajo y como influyeron productivamente las fluc-
tuaciones macroeconómicas se construyó un indicador de la composición orgánica
del capital.
Si bien los resultados arrojaron un aumento del índice para el total de la re-
gión, en determinados períodos hubo decrecimiento y, realizando un análisis por
hectárea, el saldo fue decreciente. La explicación se encuentra principalmente en el
aumento de los salarios observados en dólares hasta julio de 2018 (previo a la deva-
luación). Este mayor reconocimiento del trabajo, de medirse en jornadas de 8 horas,
igualmente se encontró por debajo de la canasta básica alimentaria y se mantuvo a
una distancia similar de la línea de pobreza que a mediados de 2007. En los años de
mejor rentabilidad (precios internacionales altos, con estabilidad de tipo de cambio,
retenciones y condiciones climáticas favorables) se pudo observar un movimiento
claro, mayor inversión en la compra de maquinarias y expulsión de trabajadores.
Finalmente, la observación de las cantidades de medios de producción y de fuerza
de trabajo, esclarece una tendencia a la tecnificación del sector, que explica, en parte,
el aumento de la concentración del sector.
Palabras clave: Composición orgánica del capital Salarios Ganancias Tecnifica-
ción Concentración
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! Licenciado en Economía (UBA). Colaborador del Centro Interdisciplinario de Estudios
Agrarios de la Facultad de Cs. Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
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Summary
The period from 2008 to 2018 was a time of big fluctuations of international
prices, exchange rate, taxes, weather conditions, of the harvested and the sown, also
matching, as in previous times, by movements in the numbers of machines, supplies
and workers needed, they composed the material diagram in which the different
actors of the decade were performed. In order to analyze the variations of technical
changes, appropriation of work and how the macroeconomic movements influ-
enced, it was built an indicator of the organic composition of capital. A rise in the
indicator was obtained for the region at the end of the decade, although there were
decreasing periods. The results were different in the analysis per hectare, in which a
regression was observed at the end of the period.
These results were explained mainly for the increase of the salary expressed
in dollars till July of 2018, but these better payouts were conceived when the wages,
measured in working days of eight ours, were lower than the basic food basket, and
never across the decade workers could pass it, ending 2018 almost at the same level
they had at 2007. Looking at the years of better profitability (with high international
prices, with a stable exchange rate and taxes, and favorable weather conditions) the
movement was clear, there was a high investment in machines and workers were
expelled. Finally, when a look of the quantities of means of production and labor
force was taken, it was noticed a trend to technification, which in part explains the
growth of concentration in the sector.
Key words: Organic composition of the capital Wages Profits Technification
Concentration
La composición orgánica del capital y la tecnificación de la producción
La relación entre, por un lado, maquinarias e insumos, y por otro, trabajado-
res, es analizada por la mayoría de las teorías económicas por su importancia en el
desarrollo de las economías capitalistas. El crecimiento de las maquinas e insumos,
denominados como capital constante, por sobre el trabajo, denominado capital va-
riable, ha sido una característica en el desarrollo de la matriz productiva. La compo-
sición orgánica del capital es un término que da cuenta de dicha relación, entre el
capital constante y variable, entre el capital que se mantiene constante a lo largo de
la producción (insumos y maquinarias), no agregando nuevo valor a la mercancía, y
el capital variable, que es fuente de valor (fuerza de trabajo) y lo agrega a la mercan-
cía (Marx, 1867). Esta relación tiene una tendencia creciente a lo largo de la historia
del capitalismo, y está motivada por la necesidad de acrecentamiento del capital y
la competencia capitalista (Shaikh, 1991). La búsqueda de mayores rendimientos de
los capitales lleva a la incorporación de nuevas tecnologías y a que, mediante excesos
de oferta, caigan los precios de las mercancías. Disminuye el valor medio social-
mente necesario medido en horas de trabajo abstracto para reproducir esa
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mercancía, es decir, el reemplazo de hombres por máquinas disminuye el valor ob-
jetivado en el producto haciendo caer tarde o temprano el precio del producto del
área mecanizada (Bujarin, 1920).
En efecto, los capitalistas, poseedores o arrendatarios de los medios de pro-
ducción, buscan aumentar sus ganancias para mantenerse competitivos en el mer-
cado mediante el incremento de los ingresos o la reducción de los costos. En ese
sentido, una de las principales formas de disminuir costos para las empresas es la
tecnificación de la producción, abaratando la unidad producida (Bujarin, 1920). En
la medida en que se incorpore mayor cantidad de maquinarias que produzcan este
efecto, la producción resultará más rentable. El burgués, en caso de ser uno de los
primeros en incorporar la tecnología en su rama, va a poder apropiarse de una ga-
nancia extraordinaria. Mientras que, en caso contrario, de encontrarse más rezagado
competitivamente, la tecnificación le permitirá, al capitalista, acercarse a la ganancia
media del sector (Astarita, 2010).
Más en detalle, el descenso del capital variable en relación con el capital cons-
tante en un sector genera que se produzcan menores cantidades de plusvalía
(Shaikh, 1991). Esto se debe a que prima la disminución en la cantidad de horas de
trabajo apropiadas a los trabajadores por sobre el aumento de la explotación indivi-
dual de cada obrero (que pasan a ser mucho más productivos). Sin embargo, ante
este descenso, el capitalista individual de, por ejemplo, el sector agrario, no se ve
particularmente golpeado (aunque en cierto punto la generación de menor plusvalía
global impacta en la tasa media de ganancia global), sino que se ve instado a realizar
este reemplazo para acrecentar su tasa de ganancia. Esto se da porque la plusvalía
no es (en la mayoría de los casos)
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apropiada totalmente por el capitalista que la
extrae, sino que es apropiada o desapropiada por diferentes capitales a través de los
precios de producción y de la competencia (Marx, 1867). La tasa de ganancia es, para
el capitalista, la relación entre la cantidad de capital invertido y los dividendos que
por él obtiene. Ahora bien, el capital invertido puede tener diferente composición
entre maquinas, insumos y trabajo, pero independientemente de esto va a buscar
reproducirse a una tasa que al menos sea igual al promedio que tienen los otros ca-
pitalistas. En definitiva, al burgués le es indiferente cuantos trabajadores o maquinas
e insumos posee, le es de suma importancia su beneficio (Luxemburgo, 1913).
Si en un inicio, un capital para realizar una mercancía determinada tuviera
más obreros y menos maquinas que el promedio de las producciones, y, como resul-
tado de esa producción, obtuviera una ganancia extraordinaria ya que se apropiara
del total del plusvalor de sus obreros. El resto de los capitales se verían atraídos hacia
esta rama productiva pujante y decidirían volcarse hacia ella, provocando un au-
mento en la oferta de la mercancía que, producto de la competencia capitalista, lle-
varía a la reducción su precio. Este movimiento se dará hasta que, por efecto de los
menores precios de venta de la mercancía, no resulte atractiva la tasa de ganancia
respecto del promedio de la economía. En otro sector, que sucediera lo contrario, es
decir, que un capital tuviera mayor cantidad de maquinarias e insumos que obreros
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!Con la excepción de aquellos que se encuentran con la composición orgánica igual a la pro-
medio de toda la economía.!
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(comparativamente con el resto de las producciones), el precio inicial de la venta de
sus mercancías estaría por debajo de la ganancia media, ya que el plusvalor obtenido
de sus obreros es poco (relativamente). Como ante estas tasas se genera una expul-
sión o no atracción de capitales, se genera un exceso de demanda que hará aumentar
los precios y reconstituir un nivel de ganancia media. El traslado de capitales en
busca de la mayor rentabilidad posible y la competencia entre ellos forman una tasa
media sobre la que oscilan (Rieznik, 2007).
De esta manera, si la producción se encuentra en niveles de composición or-
gánica mayores a la media mundial, la ganancia va a estar compuesta por la plusva-
lía obtenida de sus obreros particulares y de la plusvalía acaparada de otros sectores
a través de la transmisión dada por los precios. Mientras que, si se encuentra en
niveles inferiores a la media no va a poder apropiarse de la totalidad de la plusvalía
de sus trabajadores particulares, que le va a ser arrebatada por otro sector más tec-
nologizado (Marx, 1897). Los vaivenes de la oferta y la demanda van a hacer girar el
precio en torno al precio de producción, es decir, el precio surgido por los costos más
una tasa de ganancia promedio. Todo el tiempo van surgiendo mercados que se en-
cuentran con tasas por encima o por debajo de la media, pero la tendencia es a que
sean atraídos a esta (Astarita, 2019). Estos son los movimientos son los que se supo-
nen para una economía que cuente con mercados no monopolizados y con libre mo-
vilidad del capital.
Particularmente, los empresarios de las EAP no son la excepción a estos com-
portamientos, ya que se participan en un mercado internacional en el cual no tienen
influencia individual sobre los precios. Así, la búsqueda de aumentar sus ingresos
se verá apremiada por aumentar las cantidades producidas, elevar la productividad,
incorporar nuevos terrenos o reducir costos (Fernández, 2012). Justamente, la bús-
queda de mayor productividad, con cambios en la forma y cantidad de trabajo, y la
ampliación de la escala, con abaratamiento de insumo/s, maquinaria/s y/o mano
de obra, apuntan a reducir los costos por unidad. En este contexto, los precios de los
productos finales, insumos y mano de obra juegan un papel central por la alteración
de la valuación del capital y su rentabilidad.
No obstante, a diferencia de otro tipo de producciones, en la agropecuaria una
parte del plusvalor es apropiado por el terrateniente bajo la forma de renta por el
uso de la tierra. Lo que motiva este pago son las condiciones naturales diferenciales
que posee el terreno, en el cual se puede desarrollar de manera adecuada la produc-
tividad del trabajo agrario para alcanzar los precios de producción y garantizar la
realización de la mercancía agropecuaria en el mercado. La porción de plusvalor que
se destine al pago de esa renta va a estar relacionada por un lado con la utilización
extensiva del capital sobre la tierra (renta “tipo I”) y por otro por aplicación intensiva
del capital sobre el suelo (renta “tipo II”). Esta última dependerá de cuanto pueda
aumentarse la productividad del trabajo de la tierra mediante el agregado de capi-
tales (Carrera, 2007).
En este marco, el aumento de la composición orgánica del capital agrario
puede, en el corto plazo, generar condiciones para que suba o baje la renta agrope-
cuaria de acuerdo con el mejoramiento o empeoramiento de las aptitudes naturales
relativas de la porción de tierra. Pero, en términos generales, producto del mayor
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dominio del humano sobre los condicionamientos naturales, la tecnificación tiende
a hacer disminuir la renta, ya que las productividades diferenciales cada vez van a
ser menores. En un extremo, ya dejada de lado la ventaja natural, al terrateniente ya
no le queda más renta que, al igual que en la producción industrial, la relacionada
con la localización respecto del consumo o de las fuentes de medios de producción
y la fuerza de trabajo (Carrera, 2017).
Haciendo foco en Argentina, los movimientos del tipo de cambio, los impues-
tos y los movimientos de precios internacionales afectan las ganancias y repercuten
de manera directa (cambios en las valuaciones de los activos y salarios) e indirecta
(afectados por los beneficios y posibilidades de inversión) sobre la composición or-
gánica. En el sector, la acumulación y la concentración están relacionadas con el au-
mento de la productividad y la ampliación de escalas de producción, por ende, existe
vinculación con las variaciones de la composición orgánica.
Hasta la fecha se han realizado una serie de investigaciones que se centran en
los importantes avances técnicos (y sus implementaciones) que se dieron en la dé-
cada de los 90 en la producción agrícola argentina. Algunos de ellos son los trabajos
de Reca y Parellada (2001), Obschatko (2003), Obschatko et al. (2006) y el de Bisang
(2003). Se produjeron importantes avances en las transformaciones tecnológicas de
las formas de producción, las maquinarias, la adopción de semillas transgénicas y el
uso de fertilizantes y fitosanitarios. Se destaca principalmente la introducción de la
soja transgénica con sus respectivos agroquímicos, que dieron el puntapié para la
evolución del cultivo a nivel nacional. También es notoria la implementación de la
siembra directa, que revolucionó la producción agrícola reduciendo los tiempos de
producción, los procesos y los costos.
En cuanto a la relación entre tecnológica y los cambios en la fuerza de trabajo
se encuentra la investigación de Fernández (2014), que realiza una indagación sobre
“La alteración en el peso relativo de los componentes de las funciones productivas
que implica el proceso del cambio tecnológico de la agricultura argentina” en el pe-
ríodo 1992-2010. Dicho estudio sienta precedente para el análisis que corresponde a
la presente investigación, analizando años de gran volatilidad para las variables con-
sideradas. Aunque el autor no tiene en cuenta los precios de las maquinarias elaboró
un indicador que relaciona el gasto en insumos con el gasto en mano de obra y, entre
otros resultados a los que llega, obtuvo que el cociente entre gastos en insumos y
salarios aumenta un 79%, de las 7,4 veces el salario que se encontraba en 1992 a las
13,1 veces que llega en el 2010. Si bien los resultados que se esperan obtener con la
presente investigación van en este sentido, se cree que tendrán una variación menor
debido al estudio de una etapa más pequeña y menos volátil.
Resulta de particular interés el período 2008-2018 debido a que no hubo avan-
ces tecnológicos importantes, aun así, la expulsión de trabajadores fue considerable
y se produjo una mayor concentración mientras se daban variaciones en la rentabi-
lidad por las oscilantes de las políticas públicas. Este estudio busca realizar una apro-
ximación al entendimiento en cómo se conjugó la incorporación de tecnología con
las cosechas récord y qué relación tuvo sobre los trabajadores y sobre la concentra-
ción.
Se consideraron varias hipótesis, entre ellas que el capital constante
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(maquinarias e insumos) tuvo una evolución creciente, mientras que el capital varia-
ble (trabajo) evolucionó de manera decreciente. Por ende, la composición orgánica
del capital (la relación entre estas dos variables) aumentó, explicada mayoritaria-
mente por la disminución del capital variable. También se reparó en que el proceso
de tecnificación imposibilicada vez más a los pequeños y medianos productores
continuar con el camino de alza en la productividad que tuvo en general el sector. A
la vez, la aplicación de los nuevos avances tecnológicos tuvo una potencialidad pro-
ductiva superior en las producciones de mayor escala, acompañada por una dismi-
nución de costos. Se pensó que los crecientes beneficios que obtuvieron las grandes
producciones llevaron a una concentración ascendente y a la expulsión de pequeños
y/u obsoletos capitales. Las variaciones impositivas, en el tipo de cambio y en los
precios internacionales de los granos tuvieron gran impacto en los beneficios y en
las perspectivas de los capitalistas. En consecuencia, se previó que en los períodos
donde se vieron beneficiados, aumentó la inversión y la incorporación de maquina-
ria, mientras que en las coyunturas desfavorables el sector mantuvo un nivel de in-
versión positivo, que se explicó por las considerables ganancias que mantuvo la bur-
guesía agraria y la perspectiva de al menos mantenerlas en el futuro.
Evolución del capital
En orden de intentar caracterizar la evolución de la composición orgánica del
capital (COC) en las principales producciones agrícolas en la región pampeana en el
período entre los años 2008 al 2018, se construyó el siguiente indicador. Este da
cuenta de la relación entre capital constante (numerador): las maquinarias (Maq) e
insumos, y capital variable (denominador): la fuerza de trabajo (Trabajadores). Dentro
de los insumos se tuvo en consideración a las semillas (Sem), a los fertilizantes (Fert),
a los fitosanitarios (Fitos) y al gasoil (Gas). El indicador mide el precio y las cantida-
des de los diferentes componentes expresados en dólares para el conjunto de la re-
gión pampeana.
3
𝐶𝑂𝐶 =
𝑀𝑎𝑞 + 𝑆𝑒𝑚 + 𝐹𝑒𝑟𝑡 + 𝐹𝑖𝑡𝑜𝑠 + 𝐺𝑎𝑠
𝑇𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑎𝑑𝑜𝑟𝑒𝑠
También se consideró la necesidad de hacer un desagregado del indicador por
hectárea para tener una estimación de los costos por hectárea. Se tuvo en cuenta que
había subindicadores que se encontraban atravesados por diferentes superficies de
trabajo, por ende, se separó a las maquinarias relacionadas con la superficie sem-
brada (ss) y con la superficie cosechada (sc) para realizar estimaciones más precisas,
lo mismo se implementó en el caso del consumo de Gasoil. En cuanto a los trabaja-
dores se prorrateó el total de sus salarios de acuerdo con la superficie total utilizada
en cada tipo de tarea, luego ese salario empleado en actividades de siembra y cose-
cha se lo dividió por el área utilizada respectivamente. Por último, a las semillas, los
fertilizantes y los fitosanitarios se los dividió por la superficie sembrada ya que están
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3
!Al encontrarse gran parte de los factores dolarizados o expresados en dólares se decide uti-
lizar esta unidad de medida.!
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relacionados principalmente con esta.
𝐶𝑂𝐶ℎ𝑎
=
(𝑀𝑎𝑞𝑠𝑖𝑒𝑚/𝑠𝑠9 + 9𝑀𝑎𝑞𝑐𝑜𝑠/𝑠𝑐) + 𝑆𝑒𝑚/𝑠𝑠 + 𝐹𝑒𝑟𝑡/𝑠𝑠 + 𝐹𝑖𝑡𝑜𝑠/𝑠𝑠 + (𝐺𝑎𝑠𝑠𝑖𝑒𝑚/𝑠𝑠 + 𝐺𝑎𝑠𝑐𝑜𝑠/𝑠𝑐)9
(𝑇𝑟𝑎𝑏𝑠𝑖𝑒𝑚/𝑠𝑠9 + 9𝑇𝑟𝑎𝑏𝑐𝑜𝑠/𝑠𝑐)
Para la obtención de los componentes se realizó un desarrollo particular de
cada uno de ellos en la etapa.
Capital constante
Este capital que “excluye la posibilidad de una revolución en el valor de sus
elementos constitutivos” (Marx, 1867) transmite valor al producto a través de la des-
valorización de él mismo, por lo que nunca puede transmitir más valor del que po-
see, y si se trata de una maquinaria, a medida que pase el tiempo esta transferencia
se va a ir dando en menores proporciones. A grandes rasgos el capital constante, que
entra en forma íntegra en la producción, se divide entre el que transmite todo su
valor en un único momento (insumos), y el que lo transmite en partes en el tiempo
(maquinarias).
Ante la escasez de información respecto a la precisa cantidad de maquinarias
existente en la región pampeana argentina, se procedió a realizar una estimación de
estas. Consistió en observar, a partir del censo agropecuario 2018, la cantidad de
EAP de la región pampeana que contaron con maquinarias propias, qué tipo de ma-
quinaria poseyeron (cosechadora, sembradora o tractor) y en qué número estas se
encontraron en los establecimientos. Se tomó esta proporción, es decir,
𝑀𝑎𝑞/𝐸𝐴𝑃𝑛𝑐
y se la supuso para los establecimientos que, al contrario, contaron con el servicio de
un contratista para realizar las labores. A partir de allí se estimó la cantidad de ma-
quinarias que eran utilizadas por los contratistas a partir del conocimiento de la can-
tidad de EAPs en la que prestaron sus servicios y se operó para obtener el total de
maquinarias utilizadas para el 2018. Luego se vinculó en el caso de las sembradoras
y los tractores con la superficie sembrada y en el caso de las cosechadoras con la
superficie cosechada y se logró, a partir de los datos de cosecha y siembra (obtenidos
del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca), armar una serie para toda la dé-
cada, logrando expresar la vinculación entre la cantidad existente de maquinarias y
su utilización. Se tiene en cuenta que los datos alcanzados no son los más precisos,
pero se buscó llegar a la estimación más fidedigna posible, dentro de las considera-
ciones se observa que los contratistas pueden poseer una menor cantidad de máqui-
nas que las que tienen las EAP porque suelen darle un mayor uso, abarcando varias
explotaciones, haciendo disminuir la proporción
𝑀𝑎𝑞/𝐸𝐴𝑃.
Aunque esto puede
verse contrarrestado por la exigencia de su utilización en determinada época del año,
provocando una mayor necesidad de las mismas y por la distancia entre explotacio-
nes a la que se encuentre la demanda al servicio del contratista, que estén a grandes
trayectos una de la otra contrarresta la posibilidad de disminuir su flota.
A partir de la obtención del total de maquinarias utilizadas se indagó sobre
los cambios cualitativos de maquinarias ya que influyeron en la estimación de los
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precios de estas. Dichas variaciones se pudieron ver explicitados mediante la com-
paración de la evolución de la potencia y del tipo de siembra entre los censos 2002 y
2018. Se formaron subgrupos de acuerdo con los caballos de vapor de los tractores
(en cuatro grupos: hasta 100cv, 101 a 140cv, 141 a 200cv y más de 201cv) y de las
cosechadoras (en tres grupos: hasta 180cv, de 181 a 250cv y más de 251cv), en el caso
de las sembradoras se las agrupó de acuerdo el tipo de siembra (entre la siembra
directa y convencional). A partir de ello se trazó una evolución de las cantidades por
subgrupo paulatina año a año desde el 2002 al 2018 y para el caso de las cosechadoras
se estimó con sobre la base de documentos de AAPRESID. Luego se procedió a la
obtención de los precios promedios para cada subgrupo, utilizando la base de datos
de la revista Márgenes Agropecuarios, para tractores se trataron las marcas Agrinar
(T85-4 TD; T120-4 TD;T180-4 TD) y Case (MXM 270- 270cv; MXM 260cv), para las
cosechadoras se tomó la marca Massey Ferguson (MF5650 4x2 - 174cv; MF 34 4x2
234cv; MF38 4x4 280cv) y por último en el caso de las sembradoras la revista recabó
sus precios discriminando por cantidad de surcos (grano fino: siembra convencional
con 25 surcos y siembra directa con 46 surcos, y grano grueso: siembra convencional
y siembra directa con 13 surcos) . Durante la recolección de datos se observó que a
partir de determinados años la recabación de los mismos para ciertos modelos se
descontinuó, por ende, se prosiguió la serie de precios del grupo con un modelo que
se encontró dentro de los rangos de potencia tenidos en cuenta, que fuera del mismo
productor y que se encontrara lo más cercano posible en cuanto al precio del anterior
producto. Se tuvo en cuenta que el cambio técnico justamente lleva al remplazo de
maquinaria antigua por otra más moderna y potente, se entendió a este factor como
uno de los causantes de la imposibilidad en la construcción de una serie de una dé-
cada en el caso de ciertos productos.
También se consideró, para la valuación de las maquinarias, sus años de anti-
güedad. Se dividió a las cosechadoras y los tractores según la caracterización expre-
sada por el Censo Nacional Agropecuario 2018, en grupos de hasta 4 años de anti-
güedad, de 5 a 9 años, de 10 a 14 y de 15 o más. Las sembradoras no fueron diferen-
ciadas por el censo, por lo que se procedió a realizar una estimación de la vejez de
estas tomando las proporciones en que se encontraban distribuidas las cosechado-
ras. Se compuso un promedio de vejez en cada uno de estos grupos: en el primero
fue 2 años de antigüedad, en el segundo 7 años, en el tercero 12 años y en el último
17 años. Luego se fijó un monto de depreciación por año sobre la base de una vida
útil promedio de 20 años para todas ellas. Así se logró valuar a las maquinarias di-
ferenciando por sus características, potencia y vejez para el armado del subíndice
Maquinarias.
Con esta metodología se obtuvo que la cantidad de sembradoras, tractores y
cosechadoras fue en aumento, constante y sin grandes crecimientos anuales. Se ob-
servaron períodos en los cuales decreció en menor medida el número de máquinas,
pero fueron excepciones y caídas menos acentuadas que los crecimientos preceden-
tes. En la región pampeana durante estos años analizados hay una mayor tenencia
de tractores que sembradoras y cosechadoras (las de menor cuantía). Esta mayor
tenencia se explica en que es una maquina utilizada para múltiples tareas, mientras
que las otras son utilizadas específicamente en una tarea.
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Gráfico 1. Cantidad de sembradoras, tractores y cosechadoras desde la temporada
2007/2008 hasta la temporada 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base del censo nacional agropecuario 2018 por parte del IN-
DEC.
El crecimiento de los precios se dio en el conjunto de las sembradoras,
independientemente de que tipo de siembra realizan o que tipo de grano siembran.
En el caso de las sembradoras utilzadas para la siembra directa experimentaron un
crecimiento considerable de precios hasta la temporada 2014/2015, luego tuvieron
dos campañas de depreciación leve, para terminar en la temporada 2017/2018
recortando la caída. En cambio el crecimiento de las sembradoras utilizadas para la
siembra convencional no fue tan constante, marcado por varios ciclos cortos de bajas
y subas.
En la etapa ocurrió un proceso de tecnificación en el cual se pasaron a utilizar
sembradoras que tuvieran más surcos, así se paso de siembras de 25 surcos en el
caso de la siembra convencional de grano fino, de 13 surcos en siembras
convencionales de grano grueso, de 46 surcos en siembras directas de grano fino y
de 13 surcos en siembras directas de grano grueso se paso, en octubre del 2014, a 21
surcos en la siembra convencional de grano fino, a 47 surcos en la siembra directa de
grano fino y a 16 surcos en la siembra directa de grano grueso. En el caso de la
siembra convencional de grano grueso Márgenes Agropecuarios dejó de tener registro
de las sembradoras de este tipo, por lo que se esti el promedio anual de las
temporadas 2015/2016, 2016/2017 y 2017/2018 a través de la comparación con la
evolución de precios de la siembra convencional de grano fino.
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Gráfico 2. Precio a nuevo de las sembradoras utilizadas para la siembra directa (SD)
de grano fino y grano grueso y de sembradoras utilizadas para siembra convencio-
nal (SC) de grano grueso y grano fino entre las campañas 2007/2008 y 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Los tractores también experimentaron un aumento de precios, el más
importante fue el que dieron los tractores con potencia mayor a 200 cv, mientras que
los de potencias menores potencias tuvieron crecimientos más moderados. En el
caso de los tractores con potencias mayores a los 200 cv, se modificó el producto
representativo del grupo en abril del 2013, pasando de la Case MXM 270cv a la
misma marca con una potencia de 290cv. Mientras que para el grupo de potencias
de 141 a 200cv se cambió para enero del 2018 de una Agrinar T180 (180cv) a una
Agrinar T190 (190cv). En el grupo de tractores de potencia de 101 a 140 cv se cambió
una vez de producto observado en abril del 2010, del Agrinar T120 DT(120cv) al
Agrinar T130 DT (130cv). Por último en el grupo de tractores menores a 100cv de
potencia se mantuvo al Agrinar T85 DT (85cv).
Gráfico 3. Precio a nuevo de los tractores hasta 100cv, desde 101 hasta 140cv, desde
141 hasta 200cv y de más de 200cv entre las campañas 2007/2008 y 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 61!
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Las cosechadoras también experimentaron aumentos de precios. Los
aumentos más significativos también se encontraron en las máquinas de mayor
potencia. El grupo de cosechadoras de menor potencia se mantuvo con la Massey
Ferguson 174cv como producto de referencia. Al igual que el caso del grupo de
cosechadoras con potencia intermedia, que se mantuvo con el Massey Ferguson 234
como articulo de observación. En cambio para el conjunto de cosechadoras de mayor
potencia ocurrió una modificación del producto de valuación en dos ocaciones, la
primera en abril del 2014, pasando del Massey Ferguson de 280cv, a uno de 300cv,y
luego, en julio de 2016 se cambio al modelo Massey Ferguson 9795 de 410cv.
Gráfico 4. Precio a nuevo de las cosechadoras con potencia ente 151180cv, entre
181-250cv y de 251 y más entre las campañas 2007/2008 y 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
En cuanto a las semillas se tuvo en cuenta una densidad de siembra estándar
de 80 kg/ha en el caso de la soja, 18 kg/ha para el caso del maíz y finalmente 110
kg/ha para la siembra de trigo. Las cantidades de semillas variaron de acuerdo con
la superficie sembrada de cada cultivo en cada una de las campañas a lo largo de la
etapa en la región pampeana. Se tomó la evolución de precios de estas en Márgenes
Agropecuarios.
Las cantidades de semillas utilizadas guardaron íntima relación con la super-
ficie sembrada, se dio una caída de la cantidad de semillas de soja utilizadas en la
temporada 16/17 y 17/18, luego de 9 temporadas de casi crecimiento sostenido (le-
ves caídas en las campañas 10/11 y 11/12). Mientras que el consumo de semillas de
trigo tuvo un desempeño fluctuante, alternando caídas y crecimiento. En el caso de
las semillas de maíz el crecimiento fue constante pero leve. En su conjunto se dio, en
la década, un aumento de las semillas utilizadas en la región pampeana.
!
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Gráfico 5. Cantidad de semillas de soja, maíz, trigo y la suma de ellas que fueron
consumidas en la región pampeana en el período entre las temporadas 2007/2008 y
2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En cuanto a los precios de las semillas se encontró crecimiento en los tres ca-
sos, hubo una fluctuación común como la caída en la temporada 09/10 y se corres-
pondieron los movimientos de las semillas del trigo y el maíz a partir de la campaña
12/13.
Gráfico 6. Precios de las semillas de trigo y soja RR expresado sobre el eje izquierdo
y precio de las semillas de maíz expresado en el eje derecho, en dólares para las
campañas desde el 2007/2008 a 2017/2018.
Fuente: elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Para la obtención del índice de fertilizantes se accedió a información de Fer-
tilizar AC y CIAFA. En Fertilizar AC se encontró información precisa del consumo
en la región pampeana para los tres cultivos analizados entre los años 2009 y 2015,
por lo que los años restantes se estimaron a través de la relación entre las cantidades
utilizadas en la campaña más próxima en el tiempo y las cantidades de fertilizantes
consumidas a nivel nacional para el año a evaluar. A su vez, en CIAFA, se obtuvo la
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 63!
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proporción en la cual cada tipo de fertilizante se encontró presente en estos años y
se observó que los nitrogenados y fosfatados representaron en promedio para el pe-
ríodo el 90% de la fertilización realizada. Por ende, para la construcción de la evolu-
ción de precios se tomaron los productos más preponderantes que proveyeran estos
nutrientes. Ante la falta de información acerca de la composición de los restantes
fertilizantes y la pobre información obtenida en cuanto a su evolución en el tiempo
se pasó a considerar a los nitrogenados y fosfatados como las partes componentes
de este indicador. En el caso de los nitrogenados se tuvieron en cuenta a la urea y al
UAN, mientras que para los fosfatados se observó el MAP, el superfosfato simple y
el fosfato diamónico.
El consumo de la región fue en aumento en el período analizado, pasando de
consumir casi 1,5 millones de toneladas de fertilizantes en la temporada 2007/2008
a pasar a consumir 2,7 millones de toneladas de estos en la temporada 2017/2018.
Los nitrogenados y fosfatados tuvieron un crecimiento considerablemente similar.
El mayor crecimiento que la superficie sembrada mostró un aumento de la utiliza-
ción por hectárea de estos productos.
Gráfico 7. Consumo en toneladas de nitrogenados, fosfatados y el total de fertilizan-
tes en la región pampeana entre la temporada 2007/2008 a la temporada 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de CIAFA y Fertilizar AC.
Por otro lado, se analizó la evolución de los precios de los principales produc-
tos nitrogenados y fosfatados, que tuvieron un recorrido de precios muy vinculados.
Se dio una caída general de los precios, los cuales vieron un repunte en la temporada
08/09, pero que luego cayeron estrepitosamente en la 09/10, para luego tener una
recomposición y bajas más paulatinas a través de los años.
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Gráfico 8. Consumo de la región pampeana de nitrogenados, fosfatados y el total de
fertilizantes entre la temporada 2007/2008 a la temporada 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Para la obtención del índice de fitosanitarios se utilizó la información disponi-
ble brindada por CASAFE para los años entre el 2008 y el 2012. Se obtuvieron las
cantidades de los diferentes tipos de fitosanitarios y su aplicación por cultivo. En
respecto a los años siguientes (para los que no otorgaba información la cámara) se
estimaron las cantidades de los fitosanitarios teniendo en cuenta la relación entre la
superficie sembrada y, las cantidades y las proporciones en que cada uno de ellos se
habían utilizado en la campaña más cercana en el tiempo. Además, se tuvo en cuenta
que los datos obtenidos se trataban de datos nacionales por lo que se llea regio-
nalizar este de acuerdo con el promedio de las proporciones en que los cultivos se
encontraron en la región pampeana.
En el análisis se prestó atención a las proporciones aplicadas de curasemillas,
funguicidas, herbicidas e insecticidas, dejando por fuera a los acaricidas ya que re-
sultaron de poca importancia para la producción (no alcanzando al 1% del total apli-
cado en ninguna temporada). Luego se identificaron los productos más utilizados
de cada tipo de fitosanitario: el herbicida con mayor utilización fue el Glifosato, el
insecticida la Cypermetrina al 25, el funguicida el Opera y el curasemillas el Cruiser.
Los precios de estos productos para la construcción de la serie fueron obtenidos de
Márgenes Agropecuarios.
El consumo de fitosanitarios estuvo predominado por los herbicidas, si bien
se dio un aumento en el consumo general de los mismos, los que mayor peso y cre-
cimiento tuvieron fueron los herbicidas. Este desempeño regional va de la mano con
el crecimiento a nivel nacional y se mantiene a través de los años a la par del creci-
miento de superficie sembrada.
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Gráfico 9. Consumo de curasemillas, funguicidas, herbicidas e insecticidas en la re-
gión pampeana en el período entre campañas 2007/2008 a 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Fertilizar AC y CASAFE.
El mayor consumo tuvo como una de sus explicaciones al abaratamiento de
los principales productos dentro de los tipos de fitosanitarios. Es el caso del
Glifosato, el herbicida de mayor importancia, siendo los más consumidos dentro de
los fitosanitarios, su precio pasa de 5.088 dólares por tonelada a 3.451 dólares por
tonelada. El abaratamiento también se da con el funguicida Opera y con el
curasemilla Cruiser, mas no así con el insecticida Cypermetrina que tiene un
crecimiento bastante moderado comparativamente.
Gráfico 10. Precio del herbicida Glifosato, del insecticida Cypermetrina y del
funguicida Opera sobre el eje derecho y el precio del curasemilla Cruiser sobre el eje
izquierdo, en dólares por tonelada entre temporada 2007/2008 y temporada
2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Para la estimación del indicador del gasoil se conformaron dos grupos de
acuerdo con las tareas, uno que estimaba el costo del gasoil por hectárea cosechada
y otro que estimaba el costo del gasoil por hectárea respecto a un conjunto de tareas
Dólares!por!!
tonelada!(Cruiser)!
Dólares!por!
tonelada!
66 Francisco Anzoategui
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relacionadas con el tipo de siembra utilizado, estas actividades dependieron a su vez
del cultivo que se tratase. Se incluyó para el armado del indicador el gasto en lubri-
cantes, muy conectado con la utilización de maquinarias. Para el cultivo de trigo de
tratarse de siembra directa correspondieron las actividades de fertilización y tres fu-
migadas, mientras que si se sembró convencionalmente las labores fueron el pasado
de un disco doble, un disco doble con rastra y rolo, una fertilización y una fumigada.
Para el caso de la soja la siembra directa requirió solo cuatro fumigadas, en tanto que
la siembra convencional precisó del pasado de un disco doble, un cincel, un disco
doble con rolo y cuatro fumigadas. Por último, el maíz en su siembra directa precisó
de dos fumigadas y una fertilización y en el caso de que se haya sembrado conven-
cionalmente se precisó de dos pasadas de disco doble con rastra y una de cincel con
rolo, además se realizó una fumigada y una fertilización.
Se obtuvo la serie de los valores en dólares por hectáreas en Márgenes Agro-
pecuarios. La serie de datos de cincel, siembra convencional, siembra directa, fertili-
zación y cosecha (se promedió dos tipos de cosechadoras y se estimó el dato para
cada cultivo) se tomó de Márgenes Agropecuarios medidos en dólares por hectárea.
Mientras que los datos de fumigación, la utilización de disco doble, disco doble con
rastra, disco doble con rolo, disco doble con rastra y rolo y cincel con rolo se estimó
a través del coeficiente UTA correspondiente a cada uno. Luego se obtuvo la evolu-
ción de la utilización de siembra convencional o directa para los tres tipos de cultivos
en la región pampeana por medio de AAPRESID y estimaciones propias realizadas
a base de esta asociación. Con estos datos recabados se procedió al armado del indi-
cador ponderando, para cada año, para cada cultivo, el uso de la siembra conven-
cional o directa y el conjunto de labores que le correspondieron para cada cultivo y
se le añadió el costo del gasoil generado por las cosechas.
El consumo de gasoil se explayó sobre cada cultivo en los siguientes cuadros,
tanto para el utilizado en el conjunto de tareas relacionadas con la siembra como el
consumido en la cosecha. Se puede observar, comparando la primera campaña con
la última, un aumento en el caso del gasoil consumido para la siembra (y el resto de
las labores consideradas en conjunto con la siembra) del trigo, mientras que en el
caso del maíz encontramos una disminución y en la soja un mantenimiento en el
precio. Los tres cultivos tuvieron un pico en la temporada 2011/2012 que luego vie-
ron disminuido.
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Cuadro 1. Consumo de gasoil por hectárea utilizado, ponderado según utilización
de siembra directa o convencional para ese año y el conjunto de labores necesarias,
de trigo, maíz y soja, entre las temporadas 2007/2008 y 2017/2018.
Costo de gasoil por hectárea sem-
brada (u$s/ha)
Trigo
Maíz
Soja
2007/2008
23,89
20,39
26,8
2008/2009
32,35
25,68
34,13
2009/2010
33,26
26,36
35,30
2010/2011
38,34
30,71
42,15
2011/2012
46,82
37,52
51,39
2012/2013
33,93
24,90
34,43
2013/2014
35,82
27,51
36,64
2014/2015
34,73
28,21
36,98
2015/2016
30,45
18,89
28,37
2016/2017
27,95
17,51
26,44
2017/2018
25,88
17,76
26,78
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
La utilización de gasoil por hectárea cosechada termino siendo en todos los
cultivos en la última campaña mayor que la primera. En este caso el pico de consumo
se encontró entre la campaña 2014/2015 y la 2015/2016.
Cuadro 2. Consumo de gasoil por hectárea utilizado para la cosecha de trigo, maíz
y soja, entre las temporadas 2007/2008 y 2017/2018.
Costo de gasoil por hectárea cose-
chada (u$s/ha)
Trigo
Maíz
Soja
2007/2008
3,53
7,10
4,77
2008/2009
4,41
8,88
5,97
2009/2010
4,20
8,45
5,68
2010/2011
5,31
10,69
7,18
2011/2012
6,63
13,34
8,96
2012/2013
6,86
13,82
9,28
2013/2014
6,78
13,25
9,16
2014/2015
7,56
14,01
9,79
2015/2016
7,66
12,06
9,07
2016/2017
7,00
11,00
8,27
2017/2018
7,12
11,21
8,42
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Como se puede observar en el gráfico 11 las tareas relacionadas con la siembra
consumen mucho más gasoil que la cosecha, se puede observar también el aumento
general del consumo de combustibles y lubricantes y sus principales picos.
68 Francisco Anzoategui
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Gráfico 11. Costo de combustible por las actividades relacionadas de acuerdo con el
tipo de siembra y el cultivo
4
y por la cosecha, en la región pampeana entre las tem-
poradas 2007/2008 a 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de Márgenes Agropecuarios.
Capital variable
El capital variable es denominado de esta manera porque es el que agrega
nuevo valor al producto, hace variar las cantidades de trabajo que tienen los insumos
y maquinarias agregándole el suyo. Pero a su vez, agregando el nuevo valor con-
serva el valor perteneciente a los medios de producción. Los insumos y maquinarias
tienen trabajo objetivado que solo puede ser transferido en medida que se ponga en
contacto con la fuerza de trabajo viva, para terminar, siendo objetivado en una nueva
mercancía. Por eso la fuerza de trabajo es vital para el proceso productivo, es esta
dualidad del trabajo el eje del proceso productivo. El valor que agregue el trabajador
una parte será remunerado, como valor de la fuerza de trabajo (es decir, el costo en
que incurre el trabajador para sobrevivir y estar presente y en condiciones para la
próxima jornada laboral), al empleado, y otra parte será apropiada por el capitalista,
la plusvalía.
La cantidad de trabajadores registrados en la Argentina fue recabada para los
años analizados y más por el OEDE. Se tomó el dato, provisto por esta organización,
de los trabajadores de la rama “Cultivo de cereales, oleaginosas y forrajeras”. Como
se trataba de trabajadores a nivel nacional se lo redujo a los trabajadores de los cul-
tivos estudiados en la región pampeana de acuerdo con el proporcional de las can-
tidades de hectáreas trabajadas a nivel nacional y a nivel regional.
El saldo neto del empleo agrícola en la región pampeana (provincias de Bue-
nos Aires, La Pampa, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe) fue negativo, se perdieron
5.460 puestos de trabajo, representando una disminución del 10.2% de la mano de
obra que se encontraba empleada en 2008. Únicamente se producen crecimientos
leves en el empleo en las campañas 09/10 y 16/17 y un alza considerable en la
!
4
!Siembra directa, siembra convencional, fertilización, fumigación, disco doble, cincel, disco
doble con rolo, disco doble con rastra, cincel con rolo y disco doble con rastra y rolo.!
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 69!
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cosecha 10/11, aunque son rápidamente dejadas atrás por descensos abruptos en el
resto de las campañas de la década. En total se perdieron 11.839 puestos de trabajo
registrados, estadística que se encontró subestimada por la imposibilidad de conta-
bilización de los empleados no registrados.
Gráfico 12. Millones de toneladas producidas en la región pampeana (cultivos soja,
maíz, trigo y girasol) y cantidad de puestos de trabajo en la agricultura pampeana.
Fuente: Elaboración propia a base de datos del Ministerios de Ganadería, Agricultura y
Pesca y OCDE.
Resulta de importancia en el análisis de las características de la mano de obra
observar el movimiento salarial a la par de la variación de la cantidad de trabajado-
res. Para la obtención de las remuneraciones agrícolas se observaron las resoluciones
de la CNTA (Comisión Nacional del Trabajo Agrario).
5
Los tipos de trabajadores que
tuvieron en cuenta las resoluciones fueron los conductores tractoristas, que son asa-
lariados ocupados en la agricultura que se dedican a tareas de menor calificación
como la conducción de tractores tolveros, y los mecánicos tractoristas son los asala-
riados de mayor calificación, se encargan de operar la maquinaria agrícola, por
“arriba” de ellos se encuentran solo los supervisores. Se consideró que estos trabaja-
dores estaban distribuidos equitativamente dentro de los asalariados registrados ya
que realizaron tareas complementarias. Se procedió a dolarizar los salarios para que
cumplan con la unidad de medida del indicador. También se realizó una compara-
ción con la canasta básica familiar calculada para cada año y se realizó una compa-
ración los salarios de los trabajadores, con la finalidad de dar cuenta del poder ad-
quisitivo real de estos.
La evolución de aumentos de salarios para los conductores tractoristas y para
los mecánicos tractoristas fue la misma, pero los segundos partieron de un nivel su-
perior de remuneración. En cuanto a la evolución salarial se dio un aumento por
!
5
!Estas resoluciones no son siempre seguidas por los patrones, sino que mayormente se pactan
las remuneraciones de palabra, aun así se tomaron estos datos porque son los que más se
constatan con la realidad cuando se hace una comparación con los ingresos por hora.
70 Francisco Anzoategui
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sobre las devaluaciones, generando un aumento de los salarios medidos en dólares
a lo largo de la década analizada. En las únicas campañas donde hubo retrocesos
fueron la del 2013/2014 y la del 2015/2016, relacionadas con los saltos devaluatorios
de esas fechas.
Cuadro 3. Evolución salarial de los conductores tractoristas y mecánicos tractoristas
en pesos y en dólares según el tipo de cambio oficial para el periodo entre tempora-
das desde 2007/2008 al 2017/2018.
Tempo-
rada
Salarios en pesos según
categoría
Crecimiento
Creci-
miento del
tipo de
cambio
Conducto-
res tracto-
ristas
Mecánicos
tractoris-
tas
Conducto-
res tracto-
ristas
Mecánicos
tractoris-
tas
2007/2008
1.134,42
1.193,03
361,18
379,84
0,33
0,02
2008/2009
1.535,00
1.614,30
449,71
472,94
0,35
0,09
2009/2010
1.784,30
1.876,47
463,86
487,82
0,16
0,13
2010/2011
2.367,33
2.489,62
591,59
622,14
0,33
0,04
2011/2012
2.974,95
3.128,62
691,18
726,88
0,26
0,08
2012/2013
3.539,16
3.721,98
719,58
756,76
0,19
0,14
2013/2014
4.566,06
4.801,93
667,96
702,47
0,29
0,39
2014/2015
6.165,27
6.483,76
715,71
752,69
0,35
0,26
2015/2016
7.997,48
8.410,61
663,82
698,11
0,35
0,40
2016/2017
11.085,09
11.657,72
752,27
791,14
0,39
0,22
2017/2018
13.877,39
14.594,26
753,81
792,75
0,25
0,25
Fuente: Elaboración propia a base de resoluciones de la CNTA (publicadas en UATRE) y
BCR
Avance técnico con matices
La composición orgánica del capital total de la región tuvo un aumento en la
etapa, luego de tres temporadas iniciales de caída (08/09, 09/10 y 10/11) mantuvo
el resto de las temporadas de crecimiento, terminando la década siendo mayor que
al inicio.
La composición orgánica regional por hectárea del capital tuvo un comporta-
miento similar, con valores inferiores y, a diferencia de la total, su comportamiento
fue más estable, las caídas fueron menos pronunciadas, aunque los crecimientos
también fueron leves y el saldo a lo largo de la década fue negativo.
Los valores de la composición orgánica se vieron principalmente afectados
por los movimientos del subíndice Trabajadores y por el subíndice Maquinarias, ya
que el primero es el denominador de la ecuación, mientras que el segundo es el sub-
índice de mayor peso dentro de los componentes del capital constante.
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 71!
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Gráfico 13. Comparación entre la composición orgánica del capital total de la región
y la composición orgánica del capital por regional.
Fuente: Elaboración propia a base de OEDE, Censo Nacional Agropecuario 2018, CIAFA,
CASAFE, Fertilizar AC, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y Márgenes Agrope-
cuarios.
Los resultados obtenidos a raíz del cálculo de la composición orgánica del ca-
pital (COC) no fueron completamente los esperados por las hipótesis de la investi-
gación. Si bien esta aumentó, no se dio en la cuantía esperada o con la constancia
pensada a través de las temporadas. Esta diferencia entre lo hipotetizado y los resul-
tados se debió principalmente al comportamiento del capital variable, se pensaba
que iba a decrecer con el correr de los años, pero en realidad se mantuvo en creci-
miento, terminó casi duplicando el valor inicial del período analizado y solo tuvo
tres campañas con caídas (la 2013/2014, la 2015/2016 y la 2017/2018). El capital
constante por su parte tuvo solo un año de retroceso (la temporada 2015/2016), el
resto de los años fueron todos de crecimiento y terminó duplicando el valor inicial
con el cual arrancó esta serie construida. Se destaca que la relación entre capital con-
tante y el capital variable fue, para los años analizados, de aproximadamente mil a
uno respectivamente, mostrando la relación entre el trabajo objetivado y el trabajo
vivo en los principales cultivos de la agricultura argentina.
El análisis de la COC por hectárea también difirió de lo hipotetizado, en este
caso al finalizar el período el resultado fue un decrecimiento de la composición or-
gánica, influido por las variaciones en la superficie trabajada, tanto sembrada como
cosechada. En conclusión, por hectárea aumentó más proporcionalmente el capital
variable que el capital constante. En este caso la relación entre el capital constante y
el variable fue más pequeño, de 700 a 1 aproximadamente, es decir, cuando se des-
agregó por hectáreas se obtuvo que por cada dólar gastado en fuerza de trabajo se
correspondieron 700 dólares gastados en medios de producción. Esta diferencia con
la estimación de la COC total se dio por la mayor presencia y el crecimiento econó-
mico de elementos relacionados con la siembra en el capital constante, pasando de
representar el 65% de los gastos en capital constante a 74% de los gastos. Mientras
que, en el capital variable, se utilizó casi la misma cantidad de trabajadores para
ambas tareas, las actividades relacionadas con la siembra utilizaron del 51 al 53% de
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los trabajadores a lo largo de la década.
6
La ampliación o disminución, a lo largo de
los años analizados, de las diferencias entre estas dos estimaciones de la COC estuvo
también ligada a la relación entre superficie sembrada y cosechada, la primera siem-
pre mayor a la segunda.
La evolución del indicador se entendió como parte posterior a un proceso de
gran incremento de la tecnificación que tuvo su auge desde la década de 1990 hasta
los años anteriores al período analizado. Para una mejor comprensión de estos re-
sultados se realizó un análisis por separado de los precios y las cantidades. En cuanto
a las cantidades los movimientos se dieron, según lo esperado por la hipótesis, un
retroceso importante de trabajadores empleados en la región pampeana, a la vez
ocurrieron considerables aumentos en las cantidades de maquinarias y (relacionado
con ellas) de gasoil, también aumentó la utilización de los fertilizantes, los fitosani-
tarios y las semillas. Pese al aumento de la superficie sembrada y a las cosechas ré-
cord se expulsaron trabajadores, implicando que los trabajadores registrados que
lograron conservar sus trabajos pasaron a ser mucho más productivos, pasando de
producir 1.431 toneladas por trabajador en la temporada 07/08 a 2.129 toneladas por
trabajador en la temporada 16/17 (la cual no se vio afectada por inclemencias climá-
ticas). El empleo, en los principales cultivos del sector agrario en Argentina, pasó a
tener mayores remuneraciones y menor cantidad de trabajadores.
Gráfico 14. Cantidades de semillas y fertilizantes en toneladas, expresados en el eje
izquierdo, y cantidad de fitosanitarios en toneladas, de maquinarias en unidades y
de trabajadores en empleados, expresados en el eje derecho, en la región pampeana
desde la campaña 2007/2008 hasta la 2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de OEDE, Censo Nacional Agropecuario 2018, CIAFA,
CASAFE, Fertilizar AC y Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
A los trabajadores, por ser el denominador del indicador y el componente con
el cual se buscó establecer una relación con el capital constante, se le prestó principal
!
6
!Se tomó la ponderación de acuerdo con la participación de la siembra y la cosecha en el to-
tal de la superficie trabajada. De encontrarse información disponible sobre los requerimien-
tos de mano de obra de cada una de las actividades se podría realizar una profundización
más precisa.!
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 73!
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atención cuando se estableció una explicación sobre el movimiento de valores de la
composición orgánica.
Aunque hubo una ganancia de poder adquisitivo de los salarios, estos no al-
canzaron en ningún momento la línea de pobreza para una familia tipo. Durante la
etapa analizada los salarios en la mayoría de los años le ganaron a la inflación, aun-
que nunca pudieron superar la canasta básica total familiar pampeana.
7
De no haber
tenido otros ingresos familiares o no haber realizado horas extra, el hogar del traba-
jador agrario fue un hogar pobre. Por lo tanto, los trabajadores, o bien se encontraron
por debajo de lo que necesitó un obrero y su familia para reproducir la fuerza de
trabajo, o se vieron sometidos a una sobreexplotación para alcanzar justamente su
reproducción y la de los miembros con los que compartió hogar.
Cuadro 4. Evolución salarial contrastada con el Índice de Precios al Consumidor de
San Luis y la Canasta Básica Total Familiar Pampeana para los años desde el 2008
hasta el 2018.
Año
CBTF pam-
peana anual
Diferencia
Conductores
%
Diferencia Mecáni-
cos
%
2008
$ 2.158,00
-$ 1.023,13
-47%
-$ 964,53
-45%
2009
$ 2.529,00
-$ 993,66
-39%
-$ 914,36
-36%
2010
$ 3.146,00
-$ 1.361,35
-43%
-$ 1.269,18
-40%
2011
$ 3.809,00
-$ 1.442,05
-38%
-$ 1.319,76
-35%
2012
$ 4.609,00
-$ 1.634,40
-35%
-$ 1.480,73
-32%
2013
$ 5.905,00
-$ 2.365,42
-40%
-$ 2.182,60
-37%
2014
$ 7.900,00
-$ 3.334,26
-42%
-$ 3.098,39
-39%
2015
$ 10.105,00
-$ 3.939,24
-39%
-$ 3.620,75
-36%
2016
$ 12.893,00
-$ 4.895,87
-38%
-$ 4.482,74
-35%
2017
$ 16.394,00
-$ 5.309,24
-32%
-$ 4.736,61
-29%
2018
$ 24.931,00
-$ 11.053,16
-44%
-$ 10.336,29
-41%
Fuente: Elaboración propia en base a resoluciones del CNTA, la Dirección Provincial de Es-
tadísticas y Censos de San Luis y el INDEC.
El 70% de los empleos se perdieron durante el 2008 y 2015, durante la presi-
dencia de Cristina Fernández, mientras el otro 30% se perdió durante los tres años
de presidencia de Mauricio Macri. Los años de macrismo significaron una desacele-
ración de la caída del empleo que se venía experimentando en el sector a partir de la
campaña 2011/2012. Sin embargo, el promedio anual del macrismo fue levemente
superior, se expulsaron 1.170 trabajadores por año, contra los 1.040 anuales del kir-
chnerismo.
Las maquinarias fueron otro de los componentes más influyentes a la hora de
la estimación de la COC, y sus cantidades se vieron considerablemente aumentadas
!
7
!Para la elaboración de la Canasta Básica Total Familiar se tomaron los datos de la Canasta
Básica Total de la región pampeana (la cual cuenta con el consumo y los precios característi-
cos de la zona) y se consideró a una familia conformada por un hombre y una mujer de 30 a
45 años con una niña de 8 años y un niño de 5 años. Para el armado de la serie para años
previos al 2016 se deflactó por el IPC de San Luis (estimador que se mantuvo estimando da-
tos confiables en esos años).!
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en un 13,97% hacia finales del período analizado, crecieron en 56.933 unidades. No
fueron aumentos constantes los que experimentaron, se dieron cuatro temporadas
de caída la 08/09, la 09/10, la 15/16 y la 17/18 por diferentes razones. La primera se
relacionó con las retenciones y el conflicto político que trajo acaparado para esos
años, la segunda estuvo vinculada con la sequía del año 2009, la tercera caída con la
inestabilidad política frente al recambio de gobierno, sumado a la previsibilidad de
una devaluación cercana, y la última se la relacionó a la inestabilidad económica,
con crecientes devaluaciones y también una nueva sequía. Durante los mandatos de
Cristina Fernández se produjeron incorporaciones de 59.380 unidades, dentro de las
cuales se encontraban 19.094 sembradoras, 28.170 tractores y 12.116 cosechadoras.
Mientras que en las dos temporadas y siete meses (de la campaña 2015/16) analiza-
dos, durante el gobierno de Mauricio Macri se redujeron 2.447 unidades, represen-
tadas por 243 sembradoras, 359 tractores y 3.050 cosechadoras.
Frente a la devaluación de principios del 2014 los empresarios vieron mejo-
rada su rentabilidad y aprovecharon el momento para realizar inversiones, tecnifi-
cándose, para la temporada entrante, la 2014/2015 incorporaron 30.827 unidades de
maquinarias y expulsaron 1.852 obreros (la más grande de toda la serie).
Con los saltos y las fluctuaciones en el tipo de cambio ocurridos durante el
macrismo se dio una caída en los precios de los fertilizantes, que hicieron retroceder
el valor hasta precios menores al inicio de la serie. También cayeron para esos años
los precios de los fitosanitarios, aunque en algunos casos ya se venía dando una
caída relacionada con los movimientos de los precios internacionales. Por otro lado,
el capital variable se ve especialmente afectado durante la temporada 2015/2016, ya
que los salarios reciben todo el impacto del salto devaluatorio a inicios del macrismo,
retrocediendo en más de 50 dólares su salario (dolarizado). Cabe aclarar que la tem-
porada 2017/2018 no llegó a contemplar la gran devaluación que hubo sobre finales
del 2018, que tuvo a la cotización del dólar superando los 40 pesos. De haberla con-
templado el cierre de la serie para el capital variable hubiera sido mucho menor,
habiendo provocado un aumento considerable en la composición orgánica del capi-
tal.
Si bien no se observaron grandes crecimientos de precios en las maquinarias
(ya que se encuentran atados al valor del dólar) se pudo ver una reducción en la
compra de estas, en la temporada 2015/2016 y en la 2017/2018. Estas pudieron haber
sido producto de la especulación de los productores en la liquidación de la cosecha,
que como postergaron sus ingresos pensando que serían mayores en el futuro no
hicieron frente a proyectos de inversión en nuevas maquinarias. La primera de estas
situaciones estuvo ocasionada ante un recambio electoral y su volatilidad, y las pro-
mesas de un nuevo presidente de eliminar el “cepo”, que finalmente terminó dispa-
rando el dólar a una cotización más alta beneficiando a los empresarios agrarios. La
segunda ocurrió en el inicio de la debacle económica del gobierno macrista, por prin-
cipios del 2018, la economía ya venía teniendo un dólar con valores cada vez más
altos mes a mes y que terminaría con un salto devaluatorio que benefició a los ex-
portadores. Además, esta especulación se pudría constatar con el comportamiento
en la temporada intermedia entre estas, en la cual se produjo la segunda mayor com-
pra de maquinarias del período, dando libertad a los gastos postergados. Este mismo
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 75!
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movimiento ocurrió con la cantidad de trabajadores contratados. Otro efecto que in-
fluyó en estos movimientos de las inversiones de los empresarios fue la sequía del
año 2018.
Las retenciones, al igual que el tipo de cambio, fueron un factor sobre el cual
especularon los productores con la venta de las cosechas, se verificó que la tempo-
rada del 2008/2009 la no reposición de maquinarias fue la segunda más grande de
la década estudiada. También en este caso influyó la importante sequía del 2009 y la
caída de los precios internacionales de los tres cultivos producto de la crisis interna-
cional, en la cual la soja cayó un 11%, el maíz un 6% y el trigo un 25%. Además, se
redujo la cantidad de compra de semillas, de fitosanitarios y se perdieron 1.822 pues-
tos de trabajo. Luego para inicios del 2016 con las bajas de retenciones impulsadas
por el gobierno de Mauricio Macri, sumado a la estabilidad cambiaria anteriormente
explicitada impulsó, además de la compra de maquinarias postergadas, que se
un aumento pequeño de la cantidad de trabajadores contratados (313 nuevos em-
pleos).
En los años más estables de la serie estudiada, estables en cuanto al tipo de
cambio, las retenciones y los precios internacionales (que se mantuvieron altos, en
promedio el maíz a 232, la soja a 506 y el trigo a 277), es decir, desde la temporada
2009/2010 hasta la 2014/2015, se dio un aumento de la superficie sembrada (casi 5
millones de hectáreas), de la producción (aproximadamente 23 millones de tonela-
das), del consumo de semillas (más de 300 mil toneladas), del consumo de fitosani-
tarios (más de 15 mil toneladas), de la incorporación de maquinarias (casi 75 mil
equipos) y los trabajadores perdieron 2.618 puestos de trabajo.
Gráfico 15. Visualización de los ingresos brutos de los productores agrarios a través
de los precios internacionales (eje izquierdo) y la producción total (eje derecho) entre
las campañas 07/08 y 17/18.
Fuente: Elaboración propia a base del Ministerio de Agrícultura, Ganadería y Pesca e Index-
mundi.
Los precios internacionales fueron una expresión de la rentabilidad agrícola,
otra las cantidades producidas, explicando los ingresos de la burguesía agraria. La
rentabilidad agrícola frente a la caída de los precios internacionales se vio protegida
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por el aumento de la producción, por las devaluaciones y por la rebaja de retencio-
nes. Resulto de interés el movimiento similar que tuvieron el empleo y los precios
internacionales ponderados.
8
Si bien los picos de ambos indicadores se encuentran
desfasados por dos temporadas el resto del tiempo mantuvieron un comportamiento
similar. Esto pudo explicarse por la evolución de la rentabilidad y la consecuente
conveniencia en la contratación de trabajadores que en campañas como las 09/10 y
10/11 se encontraban con remuneraciones relativamente más bajas en comparación
a los años posteriores. En campañas posteriores les fue de conveniencia a los capita-
listas el reemplazo de trabajadores por máquinas.
Gráfico 16. Cantidad de trabajadores registrados en la agricultura de la región pam-
peana comparación con la evolución de los precios internacionales ponderados en
dólares por tonelada para el período entre la temporada 2007/2008 y la temporada
2017/2018.
Fuente: Elaboración propia a base de la OEDE, Indexmundi y Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca.
Se concluye que a la par de una expulsión de trabajadores en el sector se dio
un proceso de mejora salarial real, excepto en 2012, donde se tuvo un pequeño re-
troceso y en 2018, donde el retroceso fue tan importante (por la suba de precios con
el inicio de los saltos en el tipo de cambio durante el macrismo) que deshizo los
avances que habían tenido los trabajadores agrarios sobre la canasta básica hasta
niveles casi similares a los del 2008, es decir, los avances que había tenido el salario
sobre el poder de compra.
Por otro lado, al igual que venía aconteciendo en años anteriores, en el período
ocurrió un proceso de concentración, en el cual los costos para los grandes produc-
tores fueron menores que los de los pequeños. Esto mostró en el período la conve-
niencia de incorporar nueva maquinaria y más insumos para el tratamiento a mayor
escala de la producción, además se observó el rol que juegan estos factores para los
grandes productores a la hora de abaratar gastos por unidad de producción y por
ende influir positivamente en sus ganancias. Mientras tanto los pequeños
!
8
!Se ponderó la participación de los cultivos en el total de lo producido por estos tres cultivos
con los respectivos precios promedios por campaña de cada uno de ellos.
Variación!de!la!composición!orgánica!del!capital!agrícola!(2008-2018)! 77!
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productores se mantuvieron en posesión de máquinas viejas y con la necesidad de
aplicar las menores cantidades de insumos posibles para defender sus ingresos.
Se constató que, al igual que se supuso en las hipótesis, la tecnificación perju-
dica cada vez más a los pequeños productores en detrimento de los más grandes, el
aumento de las cantidades de capital constante utilizados a la par de un aumento
del precio de estos imposibilita al acceso a los chacareros que tienen un capital muy
reducido. Así se pudo entender los resultados que arrojaron los censos nacionales y
los estudios previos acerca de la matriz de costos para los productores durante estos
años. A la vez las nuevas maquinarias aumentaron la productividad y en promedio
los tres cultivos llegaron a un rendimiento máximo de 4.682 kg por hectárea en la
temporada 2016/2017 (no se tiene en cuenta la 2017/2018 porque fue afectada por la
sequía). Esto permitió una reducción en el costo de la unidad producida que es la
principal diferencia entre los pequeños y grandes productores. Los pools de siembra,
al haber aumentado la escala de producción tuvieron la posibilidad de acceder a
precios más bajos que los pequeños chacareros. Además, la menor cantidad de obre-
ros por hectárea reduce el efecto positivo que genera para el chacarero la infra remu-
neración de estos como estrategia de supervivencia. Sin embargo, el nivel de inver-
sión no siempre se mantuvo, en momentos donde los empresarios especularon con
la venta de granos en los momentos de volatilidad en el tipo de cambio o en materia
impositiva redujeron la liquidación esperando el momento para obtener la mayor
ganancia posible. Este comportamiento demostró en parte que estos actores no tu-
vieron la necesidad de hacerse líquidos para afrontar deudas o realizar inversiones
urgentes, sino que quisieron sacar una tajada más grande de sus ya jugosos márge-
nes.
Las grandes fluctuaciones de precios para la producción nacional (con cam-
bios en las retenciones, en los precios internacionales y en el tipo de cambio), la es-
peculación en torno a esto y en algunos casos la falta de información dificultó la
posibilidad de tener resultados más constantes en el tiempo para realizar un análisis
más concluyente acerca del proceso de tecnificación en la producción agrícola en el
país. No obstante, la observación de la tendencia, particularmente de las cantidades,
da cuenta de un aumento considerable de la tecnología por sobre los trabajadores
que retroceden, a pesar de que los precios solo logren expresar esto en algunos lap-
sos de tiempo. Esta tendencia se considera el principal tópico en el presente trabajo
y es un comportamiento que venía ocurriendo previamente y que se prevé conti-
nuará.
Este estudio trató de contribuir a la comprensión de los movimientos macro-
económicos argentinos abocándose en el sector más importante a la hora de la ob-
tención de divisas para el país. Por otro lado, los números develados de expulsión
de trabajadores agrícolas en la región pampeana forman parte de un proceso histó-
rico de traslado de personas desde el campo a la ciudad en búsqueda de trabajo y
una mejor calidad de vida. También buscó aportar, en términos generales, a caracte-
rizar como se desarrollan los procesos de variación de la composición orgánica del
capital a nivel internacional, siendo la producción agraria argentina creadora de va-
lor a esa escala. La investigación sobre el tema en este tópico colabora, en parte ín-
fima, ya que se trata de tres productos en un país que no es el principal productor,
78 Francisco Anzoategui
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en dar cuenta de cómo se dieron los movimientos de las ganancias a nivel interna-
cional, a raíz de la modificación de la relación entre el capital constante y el capital
variable que alteraron la plusvalía global extraída. Por último, este ascenso de la
implementación de más y mejores tecnologías y de la productividad se entiende
como generador de los importantes aumentos de la producción tanto locales como
internacionales, contribuyendo a la explicación de la caída de los precios de los gra-
nos, derrumbe que también fue la expresión de la crisis irresuelta de sobreproduc-
ción del 2008.
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Variación de la composición orgánica del capital agrario: el período 2008-2018.
Fecha de recepción: 16/07/2021
Fecha de aceptación: 12/09/2021