Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
Visión de los sujetos acerca del vínculo
Producción y Ambiente. Reflexiones a partir de
experiencias en la Comunidad Gramajo
(Barda Negra, Neuquén, Patagonia Argentina)
Adriana Bünzli1 y Larry Andrade2
.....
Resumen
El artículo aborda la mirada que sobre el ambiente en general y las
plantas y vegetación nativa en particular tienen los integrantes de
la Comunidad Gramajo, que residen en un ambiente árido de la Pa-
tagonia Argentina. El vínculo ancestral que mantienen con la tierra
está seriamente afectado por el agudo proceso de desertificación que
impacta el área en que habitan y producen. Se recupera el uso histó-
rico y actual de plantas con fines medicinales en la voz de los propios
habitantes como así también la visión que tienen acerca de qué pudo
haber ocurrido para llegar a la frágil y precaria situación ambiental
1 Facultad de Ciencias Agrarias – Universidad Nacional del Comahue. C.C.: 85. (8303)
Cinco Saltos, Río Negro, Argentina. E-mail: adriana.bunzli@faca.uncoma.edu.ar
2 Departamento de Ciencias Sociales - Unidad Académica San Juln Universidad
Nacional de la Patagonia Austral. Sargento Cabral y Colón (9310) Puerto San Julián,
Santa Cruz, Argentina. E-mail: larry.andrade@conicet.gov.ar
5
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
y social de la actualidad. Para trazar este panorama socio-histórico
se trabaja con dos tipos de fuentes. Por un lado, secundarias, donde
se revisan resultados de investigación acerca de la desertificación a
nivel internacional y local y, por otro lado, se recurre al registro de
la voz de los propios miembros de la comunidad, para lo cual inter-
calamos rrafos de las entrevistas realizadas con pobladores del
área observada. Por último, se reflexiona sobre los hallazgos reali-
zados y la importancia de considerar y comprender a los sujetos que
habitan un lugar determinado al momento de intervenir, diagnosti-
car y proponer planes de mejora.
Palabras clave: Ambiente – Cultura – Transculturación - Desertifica-
ción – Patagonia Argentina
Subjects´vision about the Production and Environment link.
Reflections from experiences in the Gramajo Community
(Barda Negra, Neuquén, Patagonia Argentina)
Summary
The article addresses the view that on the environment in general
and plants and native vegetation in particular have the members of
the Gramajo Community, that reside in an arid environment of the
Patagonia Argentina. The ancestral link that they maintain with the
earth is seriously affected by the sharp process of desertification that
impacts the area in which they inhabit and produce. The historical
and current use of plants for medicinal purposes is recovered in the
voice of the inhabitants themselves as well as the vision they have
about what might have happened to reach the fragile and precarious
environmental and social situation of the present. To trace this socio-
historical panorama we worked with two types of sources. On the
one hand, secondary, where research results on desertification are
reviewed at the international and local levels and, on the other hand,
the recorded voice of the members of the community is used, so for
we insert paragraphs of interviews done with residents of the area ob-
served. Finally, we reflect on the findings and the importance of con-
sidering and understanding the subjects that inhabit a certain place
at the time of intervention, diagnose and propose improvement plans.
Key words: Environment – Culture – Transculturation – Desertifica-
tion – Patagonia Argentina
6 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
Desertificación como fenómeno socio-económico
La desertificación es un problema ambiental y socio-económico
de alcance mundial. En Patagonia Argentina, es un proceso específico
que se distingue de fenómenos similares en zonas húmedas del mun-
do, porque tiene lugar en condiciones climáticas áridas y/o semiáridas,
afectando negativamente áreas con limitada dotación de suelo, agua y
vegetación (PNUMA, 1991). Una tercera parte de las tierras emergidas
del planeta conforma las denominadas tierras secas, caracterizadas por
precipitaciones escasas e irregulares y un balance negativo de las pre-
cipitaciones y la evaporación (Abraham, 2002). El rasgo distintivo es
su inestabilidad en las condiciones para el crecimiento de vegetación y,
por consiguiente, también en cuanto a capacidad de carga demográfica
de los campos.
El mapa mundial de la desertificación advierte que esta amenaza
se cierne sobre el 74% de Australia, el 34% de África, el 31% de Asia,
el 19% de América y el 2% de Europa. Las tierras secas con riesgo de
degradación se extienden en 110 países, con una población afectada de
más de 900 millones de personas, altamente vulnerables a las fluctua-
ciones climáticas (Abraham et al., 2007).
Los procesos de desertificación implican un dinámico ciclo de
complejas interacciones naturales y sociales, que fue abordado, para
el clima árido frío de Patagonia, en investigaciones previas (Andrade,
2005 y Andrade et. al, 2010). La degradación del suelo y la vegetación
son factores que tienen consecuencias negativas para los habitantes,
especialmente los de menores recursos (tanto económicos como simbó-
licos) puesto que tienen escasas posibilidades de buscar alternativas y,
sobre todo en caso de hallarlas, de ponerlas en práctica. Con poco o nin-
gún excedente económico, con un bagaje escolar asentado en algunos o
ningún año de escolaridad formal, con una formación básicamente de-
sarrollada en la práctica, cuando las decisiones productivas no dan los
resultados esperados, las opciones se reducen a resolver la encrucijada
de migrar o continuar sobreexplotando los de por fgiles ambientes
en los que se encuentran asentados. La tercera opción resultaría ser
aquella que predomina en la Comunidad Gramajo: seguir viviendo en el
predio pero trabajando fuera de él.
En Argentina, y específicamente en Patagonia, según un infor-
me de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI, 1999), la de-
sertificación es el problema ambiental s grave. En Neuquén, existen
comunidades de pueblos originarios que habitan y desarrollan sus acti-
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 7
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
vidades vitales en zonas áridas, ambientalmente frágiles y con visibles
signos de desertificación, tal es el caso de la Comunidad Mapuche Gra-
majo.
El proceso de desertificación
La Convención de Lucha contra la Desertificación y Mitigación de
los Efectos de la Sequía (CLD) define desertificación como la
“degradación de la tierra en las áreas áridas, semridas y sub-
húmedas secas, que resultan de varios factores, entre los que se
incluyen las variaciones climáticas y las actividades humanas
() la degradación de la tierra significa la reducción o pérdida
de la productividad y complejidad biológica o económica de las
áreas de cultivo de secano, de riego, pastizales, sabanas y bos-
ques de todo tipo en las áreas áridas, semiáridas y sub-húmedas
secas. Éstas últimas se agrupan bajo la categoría de tierras secas
en las que la relación entre la precipitación anual y la evapo-
transpiración potencial esentre 0.05 y 0.65 (CNULD, 1994).
(Abraham, 2008)”
De acuerdo con Sánchez Díaz (1994) la desertificación no es aún
un desierto, es un proceso en el que se está fabricando un desierto. Una
aproximación de este proceso es la degradación física y biológica de los
ecosistemas de tierras secas o áridas y semridas que conduce a una
disminución significativa y de difícil reversibilidad de la biomasa y su
productividad biológica. Las últimas etapas de este proceso pueden con-
llevar la instauración de condiciones próximas a las desérticas: biomasa
escasa, productividad muy baja y habitabilidad difícil para el hombre,
en sistemas que originalmente no presentaban estas características.
El proceso de desertificación es una herencia histórica de las ac-
tuaciones humanas sobre el territorio. Los cambios del uso del suelo
sin considerar la fragilidad de los ecosistemas áridos y semridos son
la causa principal de este proceso. Se trata de un fenómeno integral
producto de complejas interacciones de factoressicos, biológicos, polí-
ticos, sociales, culturales y económicos.
Desertificación en la Argentina
Argentina es el país de América Latina con mayor superficie
árida, semiárida y sub-húmeda seca, abarcando el 75% del territorio
8 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
nacional. Dentro de esta vasta extensión se distinguen diferentes am-
bientes (bosques, estepas arbustivas y graminosas, desiertos de altura,
humedales) que fueron sometidas a diferentes usos agropecuarios ()
en las tierras secas de Argentina se obtiene el 50% de la producción
agrícola y el 47 % de la ganadera, y concentran aproximadamente el
30% de la población nacional (Corso et al., 2011).
Las zonas áridas de Argentina se encuentran en las regiones
Puna; Chaco (árido, semiárido y sub-húmedo); Valles Áridos; Centro
Oeste y Patagónica. Todas ellas presentan distintos grados de deser-
tificación, teniendo en común algunas o todas las características pre-
sentes en los procesos que desencadenan el deterioro de las tierras: a)
uso de tecnologías degradantes; b) avance de la frontera agropecuaria
sobre zonas marginales; c) intensificación de la agricultura de cultivos
anuales sin recaudos de conservación; d) sobrepastoreo y deforestación
descontrolada y e) planificación del desarrollo en el corto plazo (FAO,
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. s.f.).
Sobre un total de 228.179.000 hecreas (has) relevadas corres-
pondientes a 18 provincias (el 80 % del territorio nacional) 25 millo-
nes están afectadas por erosión hídrica y 21,4 por erosión eólica. En la
Primera Conferencia Regional para América Latina y el Caribe sobre la
Convención Internacional de Lucha Contra la Desertificación, realizada
en Buenos Aires en 1996, el documento nacional puntualizó respecto
de la Patagonia (780.000 km2) que: actualmentes del 30% de la su-
perficie de la región (o sea alrededor de 24 millones de has) se encuen-
tra afectada por procesos erosivos eólicos e hídricos severos o graves
(CNULD, 1996).
En esta región, la principal actividad agropecuaria es el uso ga-
nadero extensivo, donde los pastizales naturales son utilizados como
fuente de forraje -prácticamente exclusiva- para el ganado doméstico,
los cuales conviven con la fauna silvestre que utiliza la misma fuente
de alimentación. La excesiva presión de pastoreo es una de las princi-
pales causas de la desertificación de estas tierras (León y Aguiar, 1985;
Golluscio et al., 1998, citados por Gaitán et al., 2009). Si bien el sobre-
pastoreo ovino es un factor determinante de la desertificación, no es
desdeñable el alto impacto que la actividad de extracción de hidrocar-
buros trae consigo, como quedó demostrado en el estudio realizado en
el marco del Proyecto Provincia de Neuquén-PNUD ARG/024/ en 1997.
De acuerdo con Paruelo y Aguiar (2003)
“() en el caso de la Patagonia, es un conjunto de factores los
que aceleraron este proceso de degradación de los suelos. Toda
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 9
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
la región patagónica es azotada por fuertes vientos que corren
de oeste a este. El sur de Chubut y el centro de Santa Cruz son
las zonas más castigadas. El incremento anual de la superficie
afectada por la erosión eólica se calcula en un promedio del 5%.
Sin dejar de lado la intensa erosión que producen el viento y los
ríos sobre un suelo con vegetación rala -típica de la estepa-, la
escasez de lluvias que no aportan la cuota de humedad necesa-
ria, o las bajas temperaturas que no permiten el desarrollo de
una micro flora y fauna del suelo -encargada de degradar la poca
materia orgánica y de ayudar a la formación de una superficie
resistente-, hay otra respuesta y es que un desierto es una suma
de intereses”.
Las consecuencias directas e indirectas s notorias de la de-
sertificación en los aspectos productivos, económicos y sociales son las
siguientes: 1) aumento en la frecuencia de tormentas de polvo y are-
na; 2) expansión del paisaje desértico en forma paralela al empobre-
cimiento de la flora, la fauna y la biodiversidad; 3) disminución de la
productividad ovina; 4) mortandad de hacienda; 5) disminución de los
ingresos y 6) migración de la población rural. Dadas estas circunstan-
cias, el proceso de desertificación modela un escenario que aleja de
los productores pecuarios pequeños y medianos la posibilidad de un
desarrollo autosostenible y el acceso a un nivel de vida sin necesidades
básicas insatisfechas.
Posibles desencadenantes del proceso de desertificación
En Patagonia, el sobreuso a que fueron expuestos los campos de
pastoreo a partir de la introducción masiva de ganado ovino (desde fi-
nes del siglo XIX) sumado a la inexistencia de criterios o técnicas orien-
tadas a preservar los recursos naturales, derivó en el desencadenamien-
to de la desertificación, por lejos el problema ambiental más serio en
esta extensa región.
Conforme a Paruelo y Aguiar (2003), la introducción del ovino
en Patagonia representó la incorporación de un herbívoro diferente a
los autóctonos, que no co-evolucionó con la flora patagónica. Los ovinos
tienen una dieta diferente de la de los herbívoros nativos y no necesaria-
mente incluye especies que antes hayan sido profusamente pastoreadas.
No obstante, la diferencia más importante no es el pastoreo en mismo
sino la forma en que el mismo se realiza. El forrajeo constante sobre las
especies preferidas promueve dos efectos a nivel de la planta individual:
10 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
primero, reduce la producción de semillas, disminuyendo las posibilida-
des de reproducción o regeneración; segundo, promueve que las plantas
deban utilizar sus reservas para sostener la continua reposición de hojas
removidas por el pastoreo, lo que nalmente conduce a su muerte. En
situaciones extremas de sobrepastoreo, los animales van incorporando
a su dieta especies de menor valor forrajero lo que determina un proce-
so generalizado de denudación del suelo y erosión. Sin embargo, cuan-
do se habla de millones de ovinos conviviendo simultáneamente en el
territorio, no es desdeñable el alto impacto que también tiene el tránsito
de los mismos sobre un suelo fgil, provocando su remoción y voladura
por efecto del viento.
Prosiguen los autores indicando que:
“existe un conjunto importante de datos que apoyan la idea de
que los herbívoros son un agente de selección importante y que
las plantas han respondido desarrollando un conjunto de carac-
teres que reducen las probabilidades de ser pastoreadas. Una
lista incompleta de caracteres que reducen el pastoreo incluye
espinas, bajo porte de las plantas, presencia de taninos u otros
compuestos secundarios. En otros casos se ha encontrado que
hay caracteres que favorecen la tolerancia a la herbivoría, como
ser la acumulación de reservas o altas tasas de rebrote. El siste-
ma planta-herbívoro (al igual que el sistema planta-polinizador)
muestra evidencias de un proceso de co-evolución en el que am-
bos actores se han influido mutuamente a lo largo del tiempo
promoviendo cambios adaptativos.” Paruelo y Aguiar (2003).
Hasta el momento en que ocurre la introducción masiva de gana-
do, el suelo -cubierto por la vegetación y restos orgánicos del excedente
de forraje no consumido por los animales- se encontraba protegido de
los agentes naturales erosivos. El sistema suelo-planta-animal, aunque
frágil por sus características naturales, se encontraba en un equilibrio
estable, el cual se rompe con la introducción del ganado lanar (Gollus-
cio y Mercau, 1994). En el origen del fenómeno parece haber ocurrido
una sobrevaloración de la receptividad de los campos de pastoreo, lle-
vando a la sobrecarga de los mismos. Al respecto y reriéndose especí-
camente a la meseta central en Santa Cruz, Espina retoma la armación
de dos naturalistas de la época:
“() la colonización del área data de principios de siglo XX. Los
peritos que relevaron los recursos del área (Ley 4167) para la
división catastral, recomendaron la entrega de tierras con equili-
brio entre zonas altas y bajas, previendo la distribución de aguas.
Se alertaba sobre el peligro del sobrepastoreo. No obstante, esti-
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 11
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
maban una carga de 0.4 ovino/ha es decir, unos 8.000 ovinos
en 20.000 hecreas() los informes oficiales sobreestimaron
la capacidad receptiva de los campos (Sirven y Burmeister, 1904,
en Espina, 1994).”
Los actores sociales que habitan el ámbito rural observan estos
fenómenos y avizoran las modificaciones en el ambiente, ndoles di-
ferentes nombres y atribuyéndoles distintos orígenes. Coincidiendo en
que se registran cambios negativos en los campos y que afectan su pro-
ducción. Según una investigación realizada en la provincia de Santa
Cruz las expresiones que tratan de explicar la crisis giran en torno a
cuatro grandes temas: el cambio de clima, incidencia de los depredado-
res, el despoblamiento de los campos y la baja rentabilidad del produc-
to, especialmente en la caída del precio de la lana” (Andrade, 2005).
La visión de los pobladores rurales sobre el proceso de
desertificación
Existen antecedentes recabados por investigadores y técnicos en
distintos ámbitos que dan cuenta de que generalmente este daño am-
biental es reconocido por los productores aunque sus causas son adju-
dicadas principalmente a factores climáticos. Bendini y Tskoumagkos
(2004), en un estudio realizado en Neuquén, señalan que
“los crianceros no reconocen la denominación desertización ni
desertificación, no se refieren al ambiente en que desarrollan sus
actividades agropecuarias como desierto ni al proceso de degra-
dación y erosión como de desertización. Reconocen que existe un
“problema” pero lo atribuyen a condiciones naturales -empobre-
cimiento de los campos o menor disponibilidad de pastizales-”.
Andrade (2003) en un trabajo realizado en Santa Cruz, coincide
con el planteo precedente y concluye que
“el factor clima es el elemento en torno al cual giran casi todas
las explicaciones que los productores dan a la situación actual,
la mayoría coincide en adjudicarle gran influencia en el desenca-
denamiento de la crisis actual y en considerar simultáneamente
que es el factor de cuyo comportamiento depende la mejoría”.
Según esta investigación, ciertas reflexiones de los productores
muestran una des-responsabilización frente al problema: “(...) se
debe al invierno muy escarchador, el verano agarró la hacienda
flaca, flaca por completo, porque no había pasto y llegó el in-
vierno con escarcha, que no nevó, no nevó nada”. Es decir que
12 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
“no son ellos quienes han hecho mal las cosas, eventos externos
afectaron de modo decisivo la forma de producción y los conde-
naron al fracaso”.
En una investigación realizada en Chubut, Todaro y Bottaro
(2003) relatan que la existencia de un médano originado por el de-
rrumbe del barranco del Arroyo Cushamen (que manifestaba un avance
en sentido ONO-ESE de unos 4.000 m, acumulaciones dispersas en una
amplia zona y otros procesos de degradación como mallines decapita-
dos, profundización de cauces, etc.) motivó la preocupación acerca de
la posibilidad de desarrollar trabajos de control por parte de técnicos
de la Unidad de Minifundios del INTA (Instituto de Tecnología Agrope-
cuaria). En entrevistas y encuentros realizados con los pobladores de la
zona, éstos expresaron reiteradamente que no tenían conciencia de que
fuera posible realizar obras de fijación sobre un médano como tampoco
relacionaban su existencia con procesos de degradación ambiental ori-
ginados a partir de la actividad ganadera. La percepción generalizada
era que el médano era un accidente geogfico más, con una determi-
nada dinámica.
No sólo los campesinos y productores locales tienen esta percep-
ción sino que en otros países, la opinión de la población rural coincide
con las recabadas en Patagonia. En un estudio realizado en el NE de
Islandia por Helldén y Olafsdóttir (1999) en un área que abarcó 20.000
km2, se realiun cuestionario entre 190 productores agropecuarios a
nes de 1997; entre las veinticinco preguntas que componían la encues-
ta figuraban varias concernientes a la edad, origen y crecimiento de los
parches de desierto existentes. Se incluyeron también preguntas referi-
das a la percepción por parte de los productores del problema desde un
punto de vista económico y del manejo de los campos. Sobre el 60% de
los productores que respond el cuestionario, se extrajeron los siguien-
tes resultados: algunos productores no tenían ninguna opinión acerca
de la edad de los parches de desierto. Muchos sostenían que algunos
de ellos se habían iniciado durante la segunda mitad del siglo anterior.
Otros creían que los parches se habían originado antes del estableci-
miento poblacional. La mayoría no habían notado cambios negativos
durante los últimos 50 a 100 años. Entre los entrevistados parecía exis-
tir una opinión generalizada acerca de que el origen y la velocidad de su
expansión están muy relacionados a factores climáticos. Los inviernos
secos con una limitada cobertura nívea, combinados con vientos del
SO durante la primavera temprana son considerados como factores que
favorecen su crecimiento. Además, tienen la fuerte convicción de que su
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 13
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
desarrollo es discontinuo y relacionado a tormentas aisladas. Algunos
creen que la tradición de pastoreo invernal juega un importante papel
en el proceso de degradación, aunque la mayoría de los productores
parecen ser de la opinión de que el problema de la desertificación no es
significativo a nivel económico o de manejo.
La historia, el contexto cultural y social son características que
definen a cada grupo social e influyen sobre la percepción que tiene
del ambiente y por lo tanto condicionan las actitudes que manifiestan
hacia el mismo. En la Comunidad Gramajo, la modalidad de acceso a la
tierra y el grado de acceso al capital, condicionan significativamente la
percepción del ambiente, moderando la vinculación con la vegetación
nativa de los actores individuales y colectivos.
Paruelo y Aguiar (2003) interrogan
¿Hasta qué punto los cambios son promovidos por el pastoreo
o por la secuencia de años desfavorables? Muchas veces los pro-
ductores argumentan que la desertificación no es producto del
uso sino de contingencias climáticas. En buena medida este ar-
gumento confunde la causa, ya que si bien la mortalidad se ma-
nifiesta en los años más severos, las causas se originan antes y
por otro proceso”.
Si mueren s animales en años con sequía o frío, esta morta-
lidad se produce porque los animales se encuentran mal alimentados.
Con el correr del tiempo, la menor productividad vegetal promueve
cambios en la cantidad de animales. La progresiva pérdida de plantas
de las especies más pastoreadas por las ovejas empeora la alimentación
y ésta regula no sólo la cantidad de lana o pelo que producen las ovejas
o cabras sino también su dinámica poblacional. Además, la mala ali-
mentación reduce la supervivencia de corderos y chivos (palabra local
con la que se designa al ganado caprino) y, por otra parte, aumenta la
mortalidad de las categorías adultas. Estos fracasos “demogficos” son
más notables en los años secos en los que las escasas lluvias determinan
una baja productividad. Como consecuencia, los animales mal alimen-
tados tienen menor tolerancia a situaciones climáticas extremas tales
como las grandes nevadas (Paruelo y Aguiar, 2003).
La desertificación como síntoma de transculturación
El hombre “esen la cultura y, a través de ella se expresa, toma
conciencia de mismo y de su entorno, cuestiona sus realizaciones,
14 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
busca nuevos significados y crea obras que le trascienden. Las proble-
máticas ambientales se encuentran íntimamente relacionadas con las
cosmovisiones presentes en las diferentes culturas, de allí que buscar
soluciones a las primeras exige comprender, a la vez, las segundas. Y
esto, porque compartimos con Geertz (1992) su concepción semiótica
de la cultura:
“creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en
tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la
cultura es esa urdimbre y que el alisis de la cultura ha de ser
por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino
una ciencia interpretativa en busca de significaciones. Lo que
busco es la explicación, interpretando expresiones sociales que
son enigmáticas en su superficie.
Siguiendo a Bourdieu, podemos afirmar que se trata de buscar
una lógica de las prácticas hasta el punto en que la insistencia puede
tornar i-lógica la búsqueda.
En general, con la llegada de los europeos a América se produce
una transformación en la gestión de los recursos naturales debido a que
éstos tenían una percepción distinta a la de los nativos. Argentina no es-
capa a esta situación. La visión autóctona resultó distinta a la de los con-
quistadores. Las clases dirigentes que emprendieron las campañas de
ocupación territorial en la Patagonia realizadas a fines de 1800, tenían
una percepción del espacio y sus habitantes que ni siquiera considera-
ba territorios habitados aquellos en los que desde hacía siglos residían
pueblos de diversas etnias. Patagonia fue, para estos grupos dirigentes,
considerada un “desierto” y por lo tanto la naturaleza preservada y ad-
ministrada por los nativos fue vista como hostil (Brailovsky y Foguel-
man, 1992) concibiendo la necesidad de su ocupación y “domesticación”
como una tarea impostergable e imprescindible para la construcción de
la Nación Argentina.
Los pueblos originarios tenían y aún conservan una cosmovisión
holística del hombre y su medio y los recursos naturales eran utilizados
de una manera racional. Radovich y Balazote (2005) explican la dispa-
ridad entre la cosmovisión occidental y la de los mapuches:
“las relaciones entre el orden económico y el orden cósmico es-
tablecidos por el dominio winka (según Wilhem de Moesbach,
[1987] significa extranjero: inca, español, alen, etc., todos los
que no son indígenas) centrados en la lógica reproductiva del
capital plantean una relación jerárquica entre el hombre y las de-
s ´fuerzas de la naturaleza´. Esta concepción antropocéntrica
resulta contradictoria con el ´orden de los pueblos originarios´
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 15
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
basado en el equilibrio, la armonía y la simetría donde el mapu-
che es un newén (fuerzas o poderes del universo) s del Wall
Mapu (territorio del pueblo)”.
La llegada de colonizadores a América implicó importantes cam-
bios en la manera de relacionarse el hombre con su medio. En el deve-
nir, la modernización y la revolución verde contribuyeron enormemente
a que quedaran en el olvido las antiguas prácticas y cultivos tradicio-
nales. Las poblaciones rurales originarias de la Patagonia han sufri-
do sucesivos cambios socio-ambientales, transformaciones culturales y
ambientales debidas en gran parte a la influencia hegemónica de la so-
ciedad de mercado, con lógicas del uso del ambiente que en la mayoría
de los casos implicaron sobreexplotación o transformación completa del
mismo (Richieri, 2013).
Al finalizar la “campaña al desierto”, con la intención de conver-
tir a la Patagonia en una zona productiva se introdujo masivamente el
ganado lanar, sin previsiones del impacto que podría tener sobre los re-
cursos naturales. Tampoco se tuvo en cuenta la existencia de ambientes
diferentes, y, por lo tanto, su potencial natural fue desaprovechado y en
vastas extensiones, arrasado.
Gligo y Morello (1980) sostienen que la concepción ilimitada de
los recursos naturales presente en los españoles, no los predispuso para
proyectar a largo plazo el desarrollo y vislumbrar el deterioro a que se
les sometía. El desconocimiento de América Latina, de sus ecosistemas
y de sus funcionamientos diferentes y sensibles a la presión antrópica
aceleró procesos de deterioro que bien podrían haber sido aminorados
o evitados.
Lo que se define como “diálogo de saberes” entre conquistadores
y pobladores originarios de América no fue, en la prácticamente ma-
yoría de los casos, exitoso y encubre, además, las prácticas violentas
y de sometimiento que aquellos llevaron adelante desde su arribo al
continente. Finalmente, los inmigrantes se impusieron provocando nu-
merosas pérdidas de lenguas, conocimientos, tradiciones, costumbres y
cultivos precolombinos, dando inicio a un proceso de erosión genética y
cultural que continúa hasta nuestros días.
La introducción de cambios culturales, estilos productivos y es-
pecies animales exóticas en la Patagonia trajo consigo hibridación de
culturas y transculturación, procesos inevitables y resultados de la
creciente permeabilidad de las culturas y elocuente indicador del de-
bilitamiento de las anteriores culturas nacionales (Steingress, 2002).
Frente a este proceso, las culturass vulnerables desarrollan resilien-
16 Adriana Bünzli y Larry Andrade
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
cia, definida como la habilidad de una población humana de absorber y
amortiguar los cambios en un sistema (Berkes y Folke, 1998; Begossi et
al., 2002, citados por Ladio y Lozada, 2004). Estos sistemas resilientes,
ante determinados cambios del entorno, contienen los componentes y
los mecanismos necesarios para que los saberes y prácticas (por ejem-
plo, sobre plantas) se reorganicen, se innoven, se renueven y se adapten
para el bienestar de la comunidad (Berkes et al. 2000; Ladio 2011, cita-
dos por Richieri et al 2013).
Área de estudio
La Comunidad Mapuche Gramajo habita un predio ubicado a 30
km al Sur de la localidad de Zapala (Mapa 1), ocupando la llamada
Meseta de la Barda Negra (Latitud: -39.1333; Longitud: -69.8333). El
paraje Barda Negra Oeste, corresponde a la Provincia Fitogeográfica
del Monte (Mapa 2), que desde el punto de vista florístico se caracteriza
por la presencia casi constante de especies arbustivas del género La-
rrea (“jarillas”) y Prosopis (“algarrobo” o “alpataco”). En general, esta
Provincia se distingue por poseer estepa arbustiva xerófila (vegetación
adaptada al ambiente xérico), samófila o halófila (vegetación adaptada
a suelos arenosos y salinos, respectivamente) como predominantes.
El paraje Barda Negra recibe su nombre debido a sus caracterís-
ticas geológicas:
“se la distingue por el tono oscuro, la superficie mayormente
plana y bordes nítidos que enlazan con escarpas de importantes
dimensiones y fuerte pendiente que muestran el espesor de la
cubierta basáltica. Esto permite inferir una posición elevada con
respecto al ambiente circundante” (Capua, 2012).
El clima predominante es árido, debido a la asociación entre
escasa precipitación y elevada evapotranspiración, acentuados por la
acción prácticamente constante del viento de dirección O-E. Las preci-
pitaciones varían entre 80 a 200 mm anuales concentradas en la época
invernal (Gandullo et al., 2004). La Provincia del Monte es la más árida
de la Argentina, por lo que sólo sustenta una precaria actividad ganade-
ra extensiva de vacunos, ovinos y caprinos de razas rústicas.
Visión de los sujetos acerca del vínculo Producción y Ambiente 17
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
Mapa 1. Provincia del Neuquén (Argentina), Departamento Zapala y
Meseta de la Barda Negra
Fuente: Elaboración propia a partir de http://www3.neuquen.gov.ar/copade/archivos/
mapapolitico.jpg,; del mapa del Departamento Zapala extraído del Atlas Neuquén desde el
salite LANTEL y de la Imagen Landstat de la Meseta de la Barda Negra (Atlas Neuquén
desde el satélite. LANTEL. Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Humanidades.
Departamento de Geografía)
18 Adriana Bünzli y Larry Andrade