Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 47 | 2do. Semestre de 2017
sos en curso. Vale decir, atender a una agricultura donde el uso de la
biotecnología abre camino a un nuevo modelo agrícola, donde la gené-
tica vegetal y la presencia de los laboratorios y la industria de insumos
de base científica ha generado asimetrías tecnológicas entre aquellos
productores tradicionales. La experiencia de la Argentina constituye un
laboratorio para su análisis. En este país, para los nuevos actores, la
siembra directa, el monitoreo satelital y las nuevas formas de almace-
namiento de las cosechas presenta ventajas vinculadas a la velocidad
en la amortización de los activos físicos previos y la mejora de la pro-
ductividad, colaborando a su valorización financiera y reconfigurando
el escenario de agentes económicos y redes de intereses que excluye a
los actores tradicionales.
En el segundo capítulo, Carlas Gras y Valeria Hernández anali-
zan, ejemplificando también con el caso de Argentina, cómo la inno-
vación ocupa un lugar central en el escenario productivo. Las autoras
abordan la intervención de una asociación de productores, la Asociación
Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), indagando
como a partir de ésta se promueve una “forma de hacer” que contiene
un conjunto de prácticas, relaciones y representaciones que sintonizan
con el proceso de globalización del capital en la agricultura. En este
marco la ciencia y la tecnología se constituyen como un factor de pro-
ducción y de legitimación que es promovido por esta organización a tra-
vés de la construcción de una imagen del empresario innovador como
un “hombre nuevo”, que encara como una labor pedagógica a través de
distintos escenarios. Congresos y publicaciones son analizadas como
formas exitosas de construcción de poder de la cúpula empresarial que
posiciona hegemónicamente al agronegocio en la región, también en un
sentido ideológico.
Luego, en el capítulo tres, Denise Elias aborda, para el caso de
Brasil, las nuevas formas de uso y ocupación del territorio asociado a
la reestructuración productiva agropecuaria. Este proceso, producto de
la intensificación de la agricultura empresarial, promueve a un nivel
técnico, económico y social, una garantía para la acumulación ampliada
del capital que tiende a equipararla a otras ramas de la economía tras
las premisas de la competitividad y la financierización. A través de la
identificación de los cambios en la tradicional agricultura patronal que
tuvo lugar desde el siglo XVI, las redes agroindustriales impulsan una
nueva división social y territorial del trabajo, la fragmentación del es-
pacio agrícola, un incremento de las urbanizaciones, y nuevas regiones
que integran las actividades agropecuarias a los circuitos de la econo-
146 Reseña bibliográfica