EL PARADIGMA DEL CURSO DE LA VIDA Y EL MÉTODO BIOGRÁFICO EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL SOBRE ENVEJECIMIENTO
Resumen
La vejez comúnmente suele ser definida como una etapa de la vida acabada y estática, atribuyéndosele además una serie de características negativas, las cuales cubren un amplio abanico que abarca desde la decrepitud física a la mental. Empero, rara vez suele ser entendida como lo que realmente es: el resultado de un proceso dinámico y de una construcción social diversa. Del mismo modo ocurre con datos sociodemográficos que dan cuenta de la longevidad de las personas, pero no de las características adquiridas y acumuladas a lo largo de la vida, las cuales repercutirán en el modo de envejecer.
En ese sentido, se vuelve importante la propuesta del Paradigma del Curso de la Vida, el cual sostiene que a lo largo de nuestras vidas estamos expuestos al influjo de fenómenos sociohistóricos que constituyen hitos significativos en nuestra biografía. Estos puntos de inflexión operan como bisagra en el desarrollo de la trayectoria vital, dando como resultado un envejecimiento y una vejez diferencial. Por lo tanto, por tratarse de puntos de inflexión en su vida y de hechos significativos que las personas rememoran, es que el método biográfico y las historias de vida se convierten en técnicas idóneas para esta propuesta teórica.
De este modo, desde en un enfoque teórico y metodológico, en este artículo se presentarán la potencialidad y los principales aportes del Paradigma del Curso de la Vida para quienes investigamos sobre envejecimiento y trayectorias, y el modo en que técnicas cualitativas de recolección de la información como las historias de vida y el método biográfico son herramientas de gran utilidad al tiempo que se encuentran en íntima relación con estos tipos de enfoque complementándolos.